David Stoll, ¿América Latina se vuelve protestante? Las políticas del crecimiento evangélico
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La Fraternidad Teológica Latinoamericana

CLADE I no fue un éxito completo para sus organizadores norteamericanos. Una vez que los líderes evangélicos latinoamericanos se hubieron reunido, descubrieron que todos estaban cansados de que los norteamericanos les dijeranoacute;mo pensar.{107} En particular, los organizadores del congreso cometieron el error de hacer circular una denuncia del misionero Peter Wagner, en la que calificaba a la ISAL como «la nueva izquierda radical» que traicionaba al evangelio con el marxismo. Muchos delegados latinos se sintieron tan ofendidos que llamaron a la comunidad evangélica a hacer frente a sus responsabilidades sociales, contextualizando su fe en el marco de la opresión latinoamericana.{108}

Este fue el punto de partida para un nuevo movimiento, la Fraternidad Teológica Latinoamericana (FTL), la cual buscaba ser tanto latinoamericana como evangélica. La fraternidad quiso dedicarse a la lucha por la justicia social sin dejar de lado al evangelismo, enfrentar al problema de las estructuras opresivas sin respaldar la violencia, y unir nuevamente a los protestantes de derecha e izquierda.

Dos teólogos involucrados en la FTL –Orlando Costas, de Puerto Rico y René Padilla, de Ecuador– desempeñaron un papel de importancia en la reestructuración de la Misión Latinoamericana en 1971, varios de cuyos vástagos proporcionarían una base institucional para su pensamiento. Un colaborador inusitado era la Fundación Nacional de Libertad, [162] llamada desde entonces la Fundación Arthur S. DeMoss en honor a su fundador, un magnate de seguros y patrocinador de la Cruzada Estudiantil y Profesional Para Cristo. La fundación buscaba extender la evangelización del mundo desde un punto de vista conservador. En América Latina, apoyó al programa «Socios en Misión», el cual pretendía calmar las relaciones entre las iglesias latinas y las misiones norteamericanas. Socios en Misión resultó estar administrada por Pedro Savage, un teólogo británico-peruano del FTL y ex-representante de Billy Graham.{109} Antes de que el financiamiento fuera suspendido, Savage auspició la clase de cuestionamientos que, en los años ochenta, serían estigmatizados como la teología de la liberación.

Al igual que los teólogos de la liberación, los miembros de la FTL definían al pecado en términos sociales tanto como individuales. Reconocían que la dicotomía fundamentalista entre el evangelismo y la obra social no estaba en el evangelio. También reconocían que la interpretación de la Biblia estaba determinada por la historia y la cultura del lector. Los teólogos de FTL rechazaban la posición separacionista de los fundamentalistas norteamericanos, puesto que era imposible mantenerse lejos de la política y no era cristiano posponer el Reino de Dios a un futuro indefinido. Pero también criticaban a la teología de la liberación. A su parecer, los liberacionistas habían subordinado la reflexión bíblica a la teoría marxista, reemplazando a la necesidad de regeneración individual con la movilización política. En lugar de «liberación» como su paradigma, la fraternidad escogió otro término: «contextualización».{110}

La definición de la «tercera alternativa» propugnada por la FTL permaneció confusa. Pero impresionó a los directivos de las misiones norteamericanas que buscaban una respuesta apropiada a las condiciones revolucionarias. Como ha señalado Enrique Domínguez, en la FTL se encontraban evangélicos ortodoxos a favor del compromiso social pero en contra de la entrega a la política revolucionaria. Tanto impresionó esta combinación a los norteamericanos que, alentados por René Padilla y Samuel Escobar de la FTL, inscribieron la responsabilidad social y la contextualización en el Pacto de Lausana en 1974. A pesar de que los misioneros norteamericanos más flexibles se adaptaron a las críticas de FTL, muchos líderes de la iglesia latinoamericana no lo hicieron.

Notas

{107} Samuel Escobar, «Heredero de la reforma radical», en Padilla 1984: 64.

{108} C. P. Wagner 1970: Huntington y Domínguez 1984: 20-21.

{109} Entrevista del autor a Robert Allen Hatch, Quito, Ecuador, 5 de mayo de 1985.

{110} Fernandes 1981: 44; J. Andrew Kirk, «Theology in Latin America: Where Is It Today?» Latin America Evangelist, mayo-junio de 1978, pp. 6-7, 14; entrevista a René Padilla, Latin America Evangelist, mayo-junio de 1982, p. 7.

 

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