Nódulo materialistaSeparata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
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El Catoblepas, número 36, febrero 2005
  El Catoblepasnúmero 36 • febrero 2005 • página 20
De los foros de Nódulo

Jornadas sobre Globalización
en Santo Domingo de la Calzada (1)

Debate mantenido en los foros de Nódulo Materialista
del 24 de julio de 2004 al 15 de septiembre de 2004

De: José Manuel Rodríguez Pardo
Fecha: 24 de Julio de 2004
Asunto: Jornadas sobre Globalización en Santo Domingo de la Calzada

Estimados amigos:

Seguramente muchos de los contertulios habrán estado pendientes esta semana, del 19 al 23 de Julio, de las Jornadas que la Universidad de la Rioja preparó en Santo Domingo de la Calzada sobre Globalización, con amplia presencia del materialismo filosófico. Me gustaría que alguno de los asistentes realizara una crónica sobre estas jornadas, a ser posible extensa y no demasiado centrada en los aspectos «externos» de las mismas.

Un cordial saludo, José Manuel Rodríguez Pardo.

De: Felipe Giménez Pérez
Fecha: 24 de Julio de 2004
Asunto: Globalización

Estimados contertulios: Estuve en Santo Domingo de la Calzada y fue algo extraordinariamente positivo el curso. Las lecciones de Gustavo Bueno Martínez, Gustavo Bueno Sánchez y David Alvargonzález estuvieron muy bien, con nota de sobresaliente. Las demás algo peores y las mesas redondas no demasiado bien para mi gusto. El día 22 de julio de 2004, a las 19,30 h. tuvo lugar la mesa redonda sobre Religión y Globalización. Gustavo Bueno arremetió contra uno de los contertulios, llamado J. Aguirre. También D. Joaquín Robles, presente en la mesa, redonda arremetió contra él. Vamos a tener que seguir buscando chivos expiatorios dialécticos con lupa por España y por el extranjero para poder acudir a las mesas redondas con Bueno para poder contender y polemizar contra alguno, porque después ya jamás quieren o querrán regresar a volver a polemizar con Bueno. No hablaré de las sardinas, porque allí no parecen ser muy abundantes. También la intolerancia como dogma materialista filosófico como puso de relieve Bueno en reiterada intervenciones bloquea la posibilidad de comentar desenfadadamente sobre algunas cosas del curso. Añadiré por lo demás que, curiosamente, David Alvargonzález afirmó literalmente que el Estado está más allá del bien y del mal, lo que yo había comentado aquí en el foro hace más de seis meses, lo que por aquel entonces tuvo como consecuncia el que se me denigrara injustamente. No, si al final, lo que yo aquí digo no es ninguna tontería. También el año pasado en Gijón afirmé determinadas cosas sobre la guerra que Bueno luego afirma en su último libro. No afirmo que él me copie, pero me pareció injusto el que se me acusara de hegelianismo, cuando el materialismo filosófico es hegeliano, porque es un realismo político. Además, David Alvargonzález subrayó la necesidad de que se construya una ideología política nacional atea, materialista, republicana, hispánica para el vulgo. Yo también estoy de acuerdo con tal propuesta que me parece sensata de todo punto. En fin, seguiremos luego.

Estimados contertulios: Voy a intentar relatar las nobles doctrinas impartidas durante el curso en Santo Domingo de la Calzada. El día 19 de julio de 2004 se inauguró el curso sobre globalización. Bueno comenzó su intervención a las 9.00 h. a.m. Mundialización y Globalización. Distinguió Bueno muy acertadamente entre el punto de vista emic y el punto de vista etic. Su discurso no se apartó demasiado que digamos de lo que afirmado en su último libro sobre Guerra y Globalización. La llamada globalización oficial y la antiglobalización fueron reexpuestas desde la perspectiva emic. Hace unos años con el posmodernismo se afirmó que había llegado el fin de los grandes relatos y sin embargo hoy eso se puede decir que es falso. La globalización es un gran relato mitológico o ideológico. A comienzos del siglo XXI tenemos el Big Bang en las cosmogonías. La hipótesis Gaia, la Biosfera como unidad de todos los seres vivos de La Tierra. La paz perpetua de Kant como filosofema dominante en Europa Occidental. Distinguió Gustavo Bueno entre mundialización y globalización. El concepto de globalización se comporta como un todo distributivo y el concepto de mundialización de forma atributiva. La globalización es algo tan simple como hacer un globo. Cicerón ya hablaba a este respecto de globus como traducción del griego sphairos, esfera. Esta esfera tiene que tener un radio finito, porque si no no sería nada. Se habló por parte de Spengler de esferas culturales. En España, apareció hace años la cursilería de Juan Goytisolo de las señas de identidad. Concepto falso y engañoso donde los haya. Se afirma que hay que mantener las esferas culturales, la identidad cultural de las esferas. Respecto a la idea de mundo. Hay que decir que sólo hay un mundo. No hay varios mundos. Igualmente, no hay varias civilizaciones. Hay que rechazar el migto de la cultura. No hay culturas entendidas como unidades megaricas. Hay una multiplicidad de rasgos compatibles e incompatibles entre Islam y catolicismo, pongamos por caso. El mundo es la complexión de todas las sustancias. [Nota: La unidad del mundo en el materialismo filosófico se entiende como Mi = {M1,M2,M3} El mundo es ontológicamdente trimembre] No existe por supuesto la comunicación de todo con todo ni el aislamiento radical de todo con respecto a todo [Principio ontológico de symploké] La Tierra es un Globo terráqueo. Esto es la mundialización. El mundo del que hablamos es el mundus adspectabilis. En cambio, el fenómeno de la globalización es algo más complejo. Se trata de analizar el fenómeno de la globalización. El concepto de fenómeno hay que entenderlo a la manera como lo entendían los griegos, a saber, como algo raro, anómalo, nuevo, irregular. Explicar los fenómenos era dar razón de la novedad. Tenemos que reconocer que la palabra globalización tiene unos 15 ó 20 años. Esta palabra contiene muchas ideas de globalización. A la globalización oficial que afirma que vivieremos felices y llegará la paz perpetua, la solidaridad de todo el género humano, &c. se oponen los movimientos antiglobalización . Pero lo que ocurre es que hay globalizaciónes alternativas. Por ejemplo, Juan Zerzán propone regresar a la agricultura para llegr a ser primitivos y puros. Más radical es que Rousseau. Es el retorno a la simplicidad. El fondo de la idea de globalización oficial es la ideología liberal y la economía política. ¿Qué significa esto? No se puede prescindir en modo alguno del Estado. La unidad política es el Estado, no el individuo. Inicialmente los moralistas se ocupaban de la economía. Luego, A. Smith, funda la economía política, porque el Estado tiene un papel muy importante. Le Say afirmó el principio de la equivalencia entre oferta y demanda. Hoy se afirma que la sociedad civil internacional económica puede subsistir por sí misma. Se afirma también que el Estado desaparecerá, pero eso es falso y el Estado no ha desaparecido. El Estado es necesario para el capitalismo. El mercado libre necesita para subsistir del Estado. Si se quiere fundar la globalización como algo meramente económico, tenemos que decir que la economía política queda desbordada por realidades que no son precisamente económicas. La economía política estudia la rotación recurrente del ciclo económico. La globalización oficial afirma que hay armonía capitalista. El mercado libre, el capitalismo traerá la paz perpetua. Tesis esta de Kant. Más aún, la democracia es imprescindible para la globalización. La globalizción es una ideología producida tras la caidad de la uRSS. Esto provocó el avance del capitalismo por el mundo. Hay unas cuantas ideas o representaciones que están íntimamente relacionadas entre sí en nuestro presente, a saber; Género humano, democracia, Estado de Bienestar, Paz perpetua. Atentamente,

De: José Manuel Rodríguez Pardo
Fecha: 24 de Julio de 2004
Asunto: Globalización y posturas enfrentadas

Estimados amigos:

Quisiera señalar, a propósito de la crónica que realiza Felipe Giménez, una serie de aclaraciones sobre el hegelianismo que le hemos imputado en ocasiones. En primer lugar, la comunicación de Felipe Giménez sobre la paz del año anterior no fue sin más asumida por Gustavo Bueno, pues realizó in situ una serie de críticas: así, la guerra no se considera como algo absolutamente necesario, pues puede haber guerras imprudentes que comprometan la estabilidad de un Estado, su eutaxia. Suponer que la guerra siempre es inevitable es recaer en posturas de cuño hegeliano, que suponen la historia perfecta y acabada. De hecho, Bueno el año pasado subrayo la distinción, recalcada en su conferencia final y en su libro La vuelta a la caverna, entre historia infecta, inacabada, la que él defiende, e historia perfecta, acabada. Por lo tanto, la crítica al hegelianismo aparecía implícita, no tanto por el realismo político, que no se discute, sino por la forma de fundamentarse tal realismo.

Respecto a si David Alvargonzález afirmó que el estado está más allá del bien y del mal y que hay que construir una ideología nacional, atea e hispánica, no lo pongo en duda. No tengo intención de dudar de la veracidad de las palabras de Felipe Giménez resumiendo las ideas de Alvargonzález. Ahora bien, lo que sí pongo en duda es que no hubiera críticas a esas dos afirmaciones, ambas muy discutibles. Sobre la primera ya hemos discutido aquí mucho, aunque no estaría de más recordar que gobernar implica tener en cuenta las partes de la sociedad política, es decir, los distintos grupos sociales con sus distintas morales. Y si hay que tener en cuenta a la moral, entonces no sé muy bien dónde queda lo de «más allá del bien y del mal».

Además, la segunda tesis, la de construir una ideología de tal cuño, implica también la crítica a la primera tesis. En primer lugar, porque una ideología no puede equipararse a un sistema filosófico, que bebe de unas fuentes históricas dadas en la tradición de origen helénico. En segundo lugar, porque ideología no es la génesis de los pensamientos individuales o intersubjetivos, como pensaban Destutt de Tracy o Maine de Biran, los ideólogos, sino que son concepciones del mundo ligadas a determinados grupos sociales, quienes se encuentran en conflicto con otros grupos sociales portadores de ideologías distintas.

Para poner un ejemplo, sería perfectamente normal que el PP desde la FAES comenzase a confeccionar una ideología de corte hispánico, sobre todo para que el PSOE y los nacionalistas no le acaben pasando por encima. Pero no hay que olvidar que el PP dispone de un grupo más o menos heterogéneo de diez millones de votantes. Es decir, que representa a un grupo social muy extenso y con capacidad de actuar en la sociedad política a nivel autonómico y también nacional.

Desde este punto de vista, esa ideología hispánica se presentará como enfrentada a las ideologías antihispánicas y europeístas del PSOE y los nacionalistas, aunque el PP deberá tener en cuenta estas contradicciones si vuelve a alcanzar el poder, como ya sabe por experiencia. Pero desde el materialismo filosófico, ¿qué ideología podemos crear? Absolutamente ninguna, pues no disponemos ni de plataforma política partidaria, ni de votos, ni por supuesto de divisiones para lanzarnos a «la conquista del estado». Por lo tanto, me parece sumamente oscuro defender que el estado puede sostenerse más allá del bien y del mal, y que el materialismo filosófico, u otras doctrinas, puedan confeccionar una ideología, si grupos sociales amplios no van a hacerla suya frente a otras ideologías realmente existentes.

Un cordial saludo, José Manuel Rodríguez Pardo.

De: Joaquín Robles López
Fecha: 24 de Julio de 2004
Asunto: Felipe yerra aunque no del todo

Estimado Felipe: si no te hubieras ido a evacuar parte de los cinco o seis litros de agua diarios que trasiegas, podrías haber escuchado las precisiones que David Alvargonzález hizo a sus propuestas tras la atinada intervención de Lino Camprubí. No merece la pena repetir aquí los argumentos de aquella discusión sobre Maquiavelo, pero es claro, que moral y política no tienen por qué ser clases disyuntas –como no tienen por qué sobreponerse, tampoco–. Por otra parte, la idea de Alvargonzález no era la de construir un materialismo para el vulgo, como dices, sino la de construir un sistema doctrinal para la defensa de España que ya no será «filosófico» sino ideológico. A mí me parece que la propuesta de David es mas una declaración de intenciones que otra cosa aunque me parecería muy bien tal sistema. Lo que no veo tan claro es que estas cosas puedan declararse, así sin más, en un congreso. Tampoco, como indicó Bueno, un sistema doctrinal, por el mero hecho de serlo, ha de ser necesariamente falso aunque es claro que no será filosófico al omitir la discusión sobre sus fundamentos. Pero me parece que pedir dicho sistema es como declarar que nos vamos «a la guerra de los treinta años». Este sistema ya existe: véase Libertad Digital, por ejemplo. Allí se cuecen cosas de estas. Que debamos tomar partido por él, no implica que debamos comprometernos en su construcción cual demiurgos ni que esto sea nuestra principal labor filosófica.

Decir, en un último lugar que estas jornadas fueron realmente fructíferas y que las lecciones de Alvargonzález, de Gustavo Bueno Martínez y de Gustavo Bueno Sánchez, fueron, realmente, extraordinarias. En cuanto a la bronca del dia 22 añadir que no fue gratuita dado que el tal Aguirre insultó gravemente (aunque con suavidad en las formas) a Don Gustavo que no pudo contener su justa indignación.

De: Eliseo Rabadán Fernández
Fecha: 25 de Julio de 2004
Asunto: Sobre los insultos

Estimados amigos y foristas:

No pude estar en los cursos de la Universidad de La Rioja que supongo, como comenta Joaquín Robles, deben haber sido de gran interés para los que entendemos la filosofía como un saber de segundo grado acerca del presente(en el sentido de G. Bueno).

Sí quisera comentar acerca de lo que ya parece un hecho que se viene sucediendo últimamente, a saber: el recurso a los insultos, sea del tipo que fueren (sutiles y no tanto) cuando se carece de argumentos.

No conozco qué sucedió, pero esto tiene ya que denunciarse y que se conozca que el sistema del materialismo filosófico está siendo atacado por ciertas personas a las que no se puede tolerar esas maneras irracionales.

Agradecería a Joaquín que si le parece bien, nos aporte alguna información (si lo considera de interés filosófico, digamos) sobre el tal Aguirre. Me parece que si no es un caso aislado, sería importante desenmascarar sus motivos para insultar o agredir, del modo que fuere, a uno de los ponentes de un curso de verano de una universidad mantenida con fondos públicos. Gracias.

De: Eliseo Rabadán Fernández
Fecha: 25 de Julio de 2004
Asunto: Distinciones pertinentes

La cuestión de si el materialismo filosófico es identificable con el hegelianismo, tal como lo considera viable al parecer, Felipe Giménez, ha sido a mi juicio puesta en claro por el mensaje de José Manuel Rodríguez Pardo, lo que se agradece, pues es muy importante ir deslindando y aclarando las cosas en el terreno de las teorías políticas que sostiene el materialismo filosófico.Éste no es equiparable con Hegel, y hay muchos textos que demuestran esta tesis. Otra cosa es que alguien pretenda que el materialismo filosófico sea, de facto, una mera ideología que sirva a intereses determinados en el terreno de la acción política concreta.

Dado que no tuve la ocasión de asistir a los cursos de la Universidad de La Rioja la pasada semana, no tengo datos para entender bien lo que allí se plnateó en una semana muy intensiva de cursos, mesas redondas y conferencias sobre el asunto de la Globalización. Sin embargo, al hilo de otras ocasiones en que tuve la oportunidad de escuchar las tesis de Gustavo Bueno, y la lectura de libros y artículos sobre la cuestión, me parece que lo que comenta Joaquín Robles acerca de la implantación política de las teorías políticas sostenidas por el materialismo filosófico, son acertadas, amén de prudentes.

Un saludo, Eliseo R.

De: Antonio Muñoz Ballesta
Fecha: 25 de Julio de 2004
Asunto:

Estimados foristas,

Las ponencias y comunicaciones han sido sobresalientes. Y si hablamos de la que ofreció David Alvargonzález habrá que decir que si se califica al materialismo filosófico político de G. Bueno como un realismo político, cosa en la que coincido con F. G. y David A., tedremos que tener presente la distinción siguiente:

Por lo tanto, D. A. no puede pretender que el MAt. F. se convierta en una ideología de poder o maquiavelismo.

Saludos cordiales, AMB

De: José María Rodríguez Vega
Fecha: 25 de Julio de 2004
Asunto: Inmoralidad positiva

Desde lejos de esos cursos de la Universidad de la Rioja y desde mis Encuentros conmigo mismo y a solas en Barcino:

Yo creo que cuando el Estado está «mas acá del mal y del bien», el realismo político desaparece, y con él lo maquiaveliano de la política, que puede esta convertirse en una mala política. Lo que ocurre es que el sujeto que detenta la Soberanía es un sujeto con moral capaz de remordimientos. Esta contradicción pertenece a la dialéctica, a la perenne dialéctica entre las esencias freundianas. Y es esta dialéctica la que hace de la historia un proceso inacabable.

El «Antimaquiavelo» de Federico el Grande es una autojustificación fallida y una contradicción subjetiva con la política llevada a cabo por el mismo Federico precisamente por haber tratado de aunar los imperativos morales con las necesidades de la política suya y llevada a cabo por él. El antimaquiavelismo de ZP es un acto maquiavélico consciente o inconscientemente sutil.

El Estado «mas acá del mal y del bien», la eticidad del Estado, es una maniobra maquiavélica del Estado que se encuentra «más allá del mal y del bien»: «las pasiones de los príncipes no tienen otro freno que los límites de su poder» (Meinecke, pág. 309). En este sentido espinosista, el Estado hegeliano, la idea hegeliana del Estado acoge todo esto como una «astucia de la razón»..., y desde esta «astucia» sí que el Materialismo Filosófico pudiera ser muy hegeliano (*1).

Este «espinosismo» es consecuente con el engrandecimiento y el perseverar, con la eutaxia. No hay juez externo a los Estados y la moral siempre es amiga de la victoria:

«Y, después de Bacón, el espíritu inglés, trasfundido por el movimiento religioso del siglo XVII, ha tendido aún más que antes a convertir la espada de la nuda política de poder, que es la que siempre ha esgrimido Inglaterra, en la espada del juez, bien de un juez instituido por Dios, bien de un juez sancionado por el Derecho y la moral. Esto era, en el fondo, como se ha subrayado a menudo el más eficaz maquiavelismo que podía llevar acabo la voluntad de poder de un pueblo, a saber: no tener conciencia de su propio maquiavelismo, considerándose a sí mismo como la encarnación de la religión, de la honradez y de la humanidad» (Meinecke, pág. 406).

Por tanto la moral ha de seberse usar bien, la moral es una herramienta del poder..., pero es una herramienta que se la ha de usar en el fondo y en lo oculto «inmoralmente». El poder no es ni puede ser siempre consecuente con la moral que predica, con la ideología suya de la moral. El uso moral del poder es sólo una mera coincidencia de lo útil con la ideología, pero su valor no puede estar en la coincidencia ni el acento de esta coincidencia puesto en la moral...su valor está en la oportunidad...en la ocasione.

De la moral, de ese estar el Estado dentro de la moral (más acá de bien y del mal), se aprovechan siempre todos aquellos Estados que saben usar esa misma moral para poder cometer así sus actos inmorales: la inmoralidad puede llegar a ser positiva, eutaxica.

Otra cosa es que los actos «inmorales», que la ideología ve como inmorales, no sean ni adecuados ni prudentes, que sean inconvenientes, como he dicho. Pero este es un asunto que atañe a la prudencia y a la conveniencia, no a la moral (piénsese en la guerra de Irak y en las «guerras de prevención», que los ignorantes dicen que las tales guerras no entran en las categorías de la moral y el Derecho).

La cosa estribaría en saber si el Soberano es un sujeto operatorio con moral...Pero el gobernante de turno, siendo sin duda un sujeto operatorio con moral, no es él el Soberano. El Soberano, como el Pueblo, es un sujeto y un concepto jurídico-político, una «instancia pública» (*2) no puede ser juzgado por su propio poder, sino por un poder mayor...pero entonces en ese caso el verdadero Soberano es el que juzga y el que a su vez no puede juzgarse a sí mismo ni por un poder menor: ergo el verdadero Soberano está siempre «más allá del mal y del bien» (*3). Por otra parte, cumplir los requisitos de la moral de todos y por completo dentro del bien y del mal, es estar fuera de la historia, es ser ya el Soberano lleno de endiosamiento de una humanidad acabada, metamérica.

La esencia del maquiavelismo y de toda política maquiaveliana y maquiavélica es poder hablar bien del mal. Cuando eso no ocurre el Estado (y sus gobernantes) es moralista, es decir: mojigato y débil, pusilánime. Esta es muchas veces la enfermedad de la distaxia y por tanto la moral no atañe a la política sino sólo mientras la moral conviene a la política.

– – –

Creo (y digo siempre creo), que los términos o conceptos de «maquiavelismo», «maquiavélico» y «maquiaveliano», no son lo mismo:

Al margen de sus connotaciones a su vez ideológicas, el «maquiavelismo» es efectivamente una ideología (peyorativa, generalmente), y «maquiavélico» y «maquiaveliano» son por el contrario actos, hacen referencia a actos y hechos de facto, materiales. No son conceptos ideológicos. Lo que pertenece al realismo político son estos dos últimos conceptos, no el primero, o que el primero es comprendido desde los otros dos, como un «acto ideológico». Pues el acto maquiavélico de la ideología del maquiavelismo no es una ideología, sino que ese «acto maquiavélico» y «maquiaveliano», es un hecho también como otro cualquiera. Y se me ocurre que lo maquiavélico podría ser un simile de M1, lo maquiaveliano de M2 y el maquiavelismo de M3, hecho, acto, e idea o ideología.

Por último: Si la geometría es «amoral», no veo por qué, por decirlo así, habría de estar el Materialismo Filosófico moralizando o siendo un algo moral. El Materialismo Filosófico no puede convertirse en una ideología de poder -como dice Ballesta-, pero sí que puede ser maquiavélico y «maquiaveliano», esto es: amoral. No así los materialistas, claro, de parecida manera a como la geometría es amoral pero no lo es Euclides. El Materialismo Filosófico, como toda buena filosofía, puede construir una moral...pero la construcción de una moral puede ser un acto plenamente amoral (¿es acaso M i un asunto «moral», infecto?). Lo que habría de dilucidarse aquí es si la finalidad de la creación de una moral y la moral esa misma es salvar a los hombres o dominarlos; si la perspectiva emic de un Moisés/San Pablo o un Rómulo/Numa Pompilio o un Solón, coincide o no con la perspectiva etic. Pudiera ser que salvar y dominar sean facetas de una misma moneda, que el dominio o el gobierno de los unos y los más por los otros y pocos sea la única manera posible de ser salvados...de ser salvados aquí y sólo aquí. Pero saber eso sólo puede ser un saber de los «materialistas filosóficos» no del todo des-infectados, pero no puede ser un saber de todos..., y como sin embargo la ideología sí nos infecta y de todos y para todos, no puede ser creada ni por el Materialismo Filosófico ni por ninguna otra concepción del mundo. En realidad los personajes creadores de morales son personajes mítico-simbólicos. Creo. Adiós.

– – –

(*1) «Todo, absolutamente todo, servía así a la autorrealización progresiva de la razón divina, cuya astucia consiste en hacer trabajar para sí también a lo elemental, e incluso al mal». Meinecke. Pág. 357. Lo maquiavélico en Hegel, al margen de su idealismo absoluto, le hace ser un realista político; y esta característica maquiaveliana, ya dicha por Meinecke (págs. 359 y 360), no le aleja en este sentido del Materialismo Filosófico: «Lo real es racional» sólo significa aquí que la virtú naturalista de los antiguos ha de ser de nuevo reconocida por la razón aunque sea puesta a través del lenguaje hegeliano: «La eticidad es ahora: a) En tanto que eticidad absoluta: no el modelo (Inbergriff), sino la indiferencia de todas las virtudes. No aparece como amor a la patria, al pueblo, y a las leyes, sino como la vida absoluta en la patria y para el pueblo. La eticidad absoluta es la absoluta verdad...&c. (G.W. F. Hegel. El sistema de la Eticidad [1802] Editora Nacional. Madrid 1983. Pág. 160.) La cosa daría para mucho, pero yo no me voy ahora a meter en tales honduras. Sin embargo, el Materialismo Filosófico no está por el devenir de la Idea al no ser finalístico y sólo comprender la teleología en los únicos niveles del sujeto operatorio, a la vez que comprende a los Estados, no hacia la idea metamérica del Gobierno Mundial, hegeliano y kantiano, sino sólo a la idea de su propia y particular duración y eutaxia, de su conveniencia. En este sentido, creo, el MF no sería hegeliano...por estar aún Hegel en la «falsedad» de su propia y metafísica idea.
(*2) Maquiavelo. El Arte de la Guerra. Ed. Losada, Buenos Aires 1999. Pág. 21.
(*3) Ver a G. Bueno. La Vuelta a la Caverna. Pág. 132.

De: José Manuel Rodríguez Pardo
Fecha: 25 de Julio de 2004
Asunto: Un apunte

Estimados amigos:

Solamente un apunte respecto al tema del amoralismo del estado. Aquí no se defiende que el estado, lo político, deba subordinarse a la moral, al estilo de la filosofía escolástica. Pero tampoco se sugiere que el buen gobierno depende del arbitrio único del príncipe. Lo que se señala es la necesidad de tener en cuenta la propia sociedad política y sus contradicciones, pues la ciudadanía es siempre un conglomerado de grupos con distintos intereses e ideologías. Para gobernar hay que contar con todos y, como suele decirse muchas veces, es necesario gobernar para todos. Por eso mismo, me parece que preocuparse de si la política ha de ser moral o amoral es irrelevante: la política ha de tener en cuenta lo que señalen las distintas morales, sabiendo controlarlas, pero sin dejarse subordinar a ellas. Por eso no me gusta la confusa expresión «más allá del bien y del mal» y no acabo de comprender las esencias de la famosa tabla de Freund, a mi juicio excesivamente genéricas, aunque eso requeriría el tratamiento de otro correo.

Un cordial saludo, José Manuel Rodríguez Pardo.

De: Antonio Muñoz Ballesta
Fecha: 25 de Julio
Asunto:

Estimados foristas,

Podemos resumir la polémica que suscitó la ponencia de David A. en la elección por la Filosofía entre dos opciones clásicas: 1. La razón de la Fuerza, 2. La Fuerza de la Razón. Es decir, Trasímaco o Sócrates.

Habrá, pues, y ello tenía que haber explicitado David A., qué entendemos –desde el Mat. Filosófico– por 1. «Razón» en la sociedad política, 2. «Fuerza» en la sociedad polítca y su función en la ideología...

Quedó, pues, todo muy «abstracto». Así, parece ser que D.A. afirmó que «el individuo no existe», y posteriormente rectificó. Saludos cordiales, AMB.

De: Rufino Salguero Rodríguez
Fecha: 25 de Julio de 2004
Asunto:

Estimados foristas:

He estado presente en todas las conferencias y mesas redondas del curso. Considero conveniente que los participantes en este foro expliciten su presencia o no en las mismas, evitando lo que Muñoz Ballesta hace al decir que «parece ser que David A. » dijo esto o lo otro, hablando sólo de oídas. De lo contrario lo único que se genera en aquellos que no estuvieron es confusión.

Sobre el tema de Alvargonzález: Creo que su pretensión sí era, como dice Felipe, la de crear una idelogía materialista y nacionalista para el vulgo. Yo mismo le hice la crítica, o eso pretendí, al preguntarle qué papel jugamos entonces los profesores de filosofía en secundaría. ¿Crear ideologías para el alumno indocto? ¿No habíamos quedado en que todos somos filósofos? ¿Cómo justificar la necesidad de esa ideología? ¿No es lo que hacen los «profesores de ética» a los que David ninguneó al comienzo de sus lecciones? ¿No entra esto en contradicción con ese «ninguneo»?;es más, estos profesores de ética, a los que se critica desde el materialismo filosófico por considerar que su definición «convencional» de ética lleva a una postura «elitista», pues sólo el profesor podría hablar de ética, afirman, aunque ad hoc, que su definición es la que permite defender que todos tenemos «moral» y que por ello a todos compete hablar sobre ella. ¿Vamos a ser los materialistas los que vamos a defender ahora que estamos en el «secreto» de la verdad arcana y que, para convencer a los «brutos» hay que «ideologizarla»? ¿La seguridad en esas verdades no proviene del sistema filosófico en el que David se apoya? ¿Cómo renunciar a él?

Puedo asegurar que David sí se refería a la necesidad de la ideología para el vulgo debido, sobre todo, a su insistencia en que su exposición de la filosofía materialista le iba a obligar a decir cosas «antipáticas». Lo que habría que hacer, entonces, es construir una ideología que hiciera «simpático» al «vulgo» al materialismo filosófico. (Aunque esto no lo explicitara).

¿Qué contestó a mis comentarios? Creo que no fue a la esencia del asunto, pero vino a decir los siguiente: Lo de que «todos somos filósofos» no es más que una posibilidad, que todos podríamos serlo. Pero esto es imposible, pues un Estado no podría soportarlo en el caso de que esto no fuera utópico (Creo que David comete el craso error de confundir «profesor de filosofía» con «filosófo», pues, efectivamente, es imposible la existencia de una sociedad política donde todo el mundo fuera profesor y, además, de filosofía. Además, ¡qué horror! Pero, muy al contrario de lo que dice David, lo que es imposble también es la existencia de una sociedad política donde un considerable número de ciudadanos no sea filósofo). También, al contestar David qué es lo que debe hacer un profesor de filosofía, afirmóa que, de hecho, lo que hace es muchas veces ideología (lo que ya sé) y, algunas veces, también filosofía. (Pero a mí me parece un desprecio al alumno el mantener que nuestra intención debe ser enseñarle ideologóa, renuciando a la posibilidad de que sea un «buen filósofo», dejándolo en la igorancia o, como mínimo, convenciéndole de una serie de ¿verdades? a través de una doctrina ideológica)

Gustavo Bueno contestó también a las cuestiones anteriores al afirmar que la pretensión del materialismo ha sido, desde sus comienzos, la de la symploké platónica, donde es necesario fundamentar las Ideas más allá de las ideologías, pues debe recoger su crítica. Suscribo sus palabras y las endurezco en lo que, creo, contienen implítico: que lo que David defendía era lo contrario de lo que defendía Platón, es decir, el sofismo.

Bueno, al criticar a Aguirre (del que hablaré en otra intervención) afirmó también que ninguno se podía considerar a sí mismo como filófofo, en el sentido de considerar que parte de una dimensión superior al resto, pues lo que se discute en filosofía cualquiera tiene la posibilidad de rebatirlo, de lo contrario, la persona que diga que «todo el mundo es filósofo» lo dirá tan sólo de boquilla. ¿Estaría pensando Bueno en la intervención de David Alvargonzález? En todo caso yo sí. Un saludo.

De: Joaquín Robles López
Fecha: 26 de Julio de 2004
Asunto: Para Eliseo

La bronca con el tal Aguirre, profesor de filosofía en la univ. de la Rioja se produjo cuando éste menospreció a Bueno al llamarle «rígido» y al mantenerse en el terreno de las insinuaciones hirientes: «yo no salgo en TV. para vender libros, dijo». Este individuo defendió las tesis de Miret Magdalena y de Tamayo. Estos teólogos progres defienden, con Aguirre, una «crítica liberadora» [sic] frente al fundamentalismo (de Bush, dijo) y frente al adecuacionismo pragmático de Novak a quien yo califiqué de teólogo. Aguirre me reprendió diciendo que Novak no es teólogo sino filósofo, a pesar de que el texto que leí era un texto teológico. Entonces insistí con lo de teólogo y le indiqué que eso de filósofo se lo parecería a él pero no a mí. Aguirre sostuvo una postura gremialista según la cual es filósofo el que se dedica a dar clases de filosofía y me dijo: «Tú eres filósofo». Yo respondí que no, que yo soy profesor de filosofía y que él me parecía antes un ideólogo que otra cosa. Bueno dijo que tampoco él era filósofo (Pedro Insúa dijo: y yo soy el moderador) y, entonces, Aguirre, dijo que discutir sobre esto era una tontería a lo que Bueno replicó que de tontería nada, que aquí estaba buena parte de las claves de la discusión. Aguirre hablaba de cuestiones de ideología política sin fundamentar nada y sin importarle lo que se le dijera al respecto. Cuando yo le pregunté qué tenía que ver esto de la liberación con la religión ni siquiera se dignó a contestar. La bronca subió de tono cuando D. Gustavo exigió que retirara sus insultos o se marchaba. Aguirre los retiró pero, a mi juicio, la cosa ya no tenía arreglo. Estos tipos no definen nada y les da lo mismo ocho que ochenta: todo lo reducen a decir lo buenos que son y su buena voluntad y, por consiguiente, lo malvados que son todos los demás.

Por otro lado, creo que Rufino estuvo muy fino en su crítica a David Alvargonzález pero no tengo del todo claro que David quisiera vulgarizar nada ni que declarara abiertamente que los profesores de secundaria tengamos que hacer ideología. Fue mucho mas vago e impreciso con su apelación a un sistema doctrinal. En cualquier caso, Rufino lo vio de esa manera porque podía verse así e hizo muy bien en contestar de la manera en que lo hizo. Estuvo fantástico. Lástima que a esas alturas Felipe estuviera en el excusado.

De: Eliseo Rabadán Fernández.
Fecha: 26 de Julio de 2004
Asunto: De momento: agradecer el esfuerzo

De momento, ya que me voy a dormir, quiero agradecer el esfuerzo por ayudarnos a entender un poco loque se debatió y planteó en La Rioja.Mi agradecimiento, pues, tanto a Joaquín como a Rufino, pues ahora creo yo, vamos teniendo un poco más de información sobre lo que fueron las actividades del curso de verano allí en Santo Domingo de la Calzada.

Ojalá podamos tener más aportaciones de ambos y de otros, sin embargo, esperemos que podamos leer las ponencias, cursos, &c. El asunto de Aguirre, ya imagino por lo que dice Joaquín, por donde iban los tiros. Les fastidia mucho que se los desenmascare como meros propagadores de ideologías pseudofilosóficas, cuando sonmeros teólogos disfrazados de sociólogos o de «filósofos»... Enhorabuena por esos esfuerzos contra la impostura, pues seguramente a más de uno en el «alumnado» asistente a los cursos, le habrá venido muy bien, de otra manera, esta gente se lleva el gato al agua a veces demasiado fácilmente, pues a mi juicio, hay mucha ingenuidad o «buena fe», y cualquier profesor de facultades que se pone en una mesa, ya se siente como un auténtico «guía» de rebaño, vamos, como auténticos párrocos, aunque sin sotana. Supongo por esto, que la intervención de Joaquín sobre el tal Novak le sacó a Aguirre literalmente de quicio, pues se quedó ante los asistentes sin palabras y de allí a tratar de decir que la cosa era irrelevante, cuando desde luego es fundamental... porque efectivamente Novak es un teólogo laico, de la tan cacareada y metafísica, pero ideológicamente útil para algunos, «liberación» por la religión y la moral, al modo de lo que en Sevilla plantearon el endiosado Marina y el confeso jesuita sin sotana Fraijo...por eso, el «lío» lo buscan, pero siempre tratando de ponerse como «los buenos» ellos ante el público. No quieren ni oír hablar de materialismo filosófico y ahora nada menos que la Universidad de La Rioja dando un curso de una semana intensivo les debe haber puesto a rabiar... pues con una semana, les echa abajo toda la labor de indoctrinamiento cuasi catequista que dan en la facultad de humanidades de esa universidad y otras instancias similares de la Universidad de La Rioja en todo el curso académico anual.

En lo que a mí respecta, quiero dar pues la enhorabuena a todos los que consideramos que el materialismo filosófico es una apuesta que merece la pena, frente a tanta impostura y ¿por qué no decirlo? tanta mediocridad intelectual como al parecer muestra gente como Aguirre. ¿Por qué no dar la razón a Joaquín sobre a afirmación del «Novak teólogo»? Porque tendría Aguirre que acabar reconociendo que si es serio, acaso debiera abandonar la liberación de cuño teológico-dogmática por el estudio sistemático materialista de los hechos respecto de los que habría que liberar a ¿quién? Suponemos que Aguirre, como tantos colegas suyos universitarios, a «los bienaventurados» que ellos salvarán... con su teología filosófico dogmática.

Un saludo, Eliseo R.

De: Antonio Romero Ysern
Fecha: 27 de Octubre de 2004
Asunto: Mesas redondas e ideología españolista

Estimados amigos:

Para contribuir a trazar el cuadro de este curso de verano, quisiera añadir algunos aspectos del mismo que no han sido destacados y. por otra parte, contribuir a la discusión sobre otros que sí han sido ya tratados.

En primer lugar, creo que es necesario reconocer el meritorio papel que algunos participantes en estos foros tuvieron en el curso. Concretamente, en las mesas redondas celebradas por la tarde, creo que los que las hicieron interesantes fueron Atilana Guerrero («Política y Globalización»), Antonio Sánchez («Ciencia y globalización») y Joaquín Robles («Religión y Globalización»). Aparte, claro está, de las participación de Gustavo Bueno Martínez en esta última. Tanto Atilana como Antonio, en sus intervenciones iniciales, contribuyeron a trazar el sentido de esas conjunciones, para acotar esas Ideas con rigor. En el caso de Atilana, la extensión de su exposición, basada en La vuelta a la caverna, quizás merezca que ésta se convierta en un artículo para poder ser leído por todos. En el caso de Antonio, el contraste entre su exposición y la vacuidad de los otros participantes fue muy llamativa, pero prácticamente paralizó el debate: El matemático Luis Español se batió en retirada dialéctica, reconociendo que no sabía muy bien de qué estaba hablando. Y el periodista Luis Alfonso Gámez, por su parte, hizo gala de la continuidad entre algunos aspectos de su oficio y la oquedad de la oratoria sagrada. En la última mesa redonda, Joaquín Robles hizo una interesante recopilación de materiales procedentes de Internet sobre las ideologías existentes acerca de la conjunción entre religión y globalización. Y esto además con una gran soltura dialéctica en la que fue la mesa redonda más animada.

Una de las ideas que más controversia despertó en este curso ha salido ya aquí a relucir: David Alvargonzález en su lección sobre «Ciencias naturales, ciencias humanas, filosofía e ideología», al tratar de este último concepto desde la idea de nematología, termino defendiendo la necesidad de una ideología al servicio de la eutaxia de España, una ideología españolista. La conveniencia de esa ideología es innegable. Algún episodio en el transcurso de este curso confirma esa necesidad. El problema es que Alvargonzález defendió la necesidad de esta ideología en contraposición a la inoperancia en ese sentido de España contra Europa. Con lo cual, podría entenderse que esa es una tarea a realizar desde la filosofía, incluso desde el materialismo filosófico.

Insistimos en que no se niega la conveniencia de una ideología así. Antes de eso incluso, creo que es muy importante la revalorización de la importancia que para cualquier institución tiene su correspondiente nematología: Alvargonzález reiteró varias veces en su lección que no podemos considerar a las nematologías como meras superestructuras. En ese mismo sentido, las lecciones de Bueno Sánchez fueron una muestra de la relevancia del estudio de las ideologías en general, pero concretadas de las ideologías del españolismo. Precisamente, otro amigo de estos foros, Pedro Insua, hizo una interesante observación en este sentido al terminar la exposición de Bueno Sánchez: si desde el materialismo histórico se despreció el estudio de las ideologías como mera superestructura, está claro que el materialismo filosófico ha superado ese error.

Ahora bien, una cosa es mostrar la importancia de las ideologías en general (y no como mera superestructura), y al servicio de España en particular, y otra es pensar que España puede sobrevivir sólo por una buena ideología y pensar que esa ideología puede fraguarse desde la filosofía. Dicho de forma más rotunda: Alvargonzález creo que coqueteaba con tesis claramente idealistas: España se va al garete, pero ahora llegan unos filósofos, se inventan un cuento que ilusiona a todos los españolitos, y problema solucionado.

Repito que percibo esa tentación idealista: primero en una sobrevalorización del papel de las ideologías. Una cosa es que las ideologías no sean mera superestructura, y otra que sean las que sostengan ellas solitas la institución que las generan. Y segundo, en pensar que desde la filosofía pueda elaborarse de forma premeditada, consciente y eficaz esa ideología. Quizás resulte ilustrativo que el proyecto de una nueva mitología al servicio de la nación alemana fue un tema tópico en el romanticismo y el idealismo alemán (así, por ejemplo, en la Iduna de Herder o en los fragmentos hegelianos de Berna sobre La positividad de la religión cristiana), dentro del conjunto de ideas propia de estas corrientes. Ideas, por cierto, que mantienen su continuidad hasta Nietzsche y Heidegger. Me pregunto si esto, unido al maquiavelismo del que Alvargonzález hizo gala en otro momento, no nos va trazando el panorama de un irracionalismo con amplia tradición filosófica pero en las antípodas del materialismo filosófico. Un saludo.

De: Felipe Giménez Pérez
Fecha: 27 de Julio de 2004
Asunto: Ideologia y Terrorismo

Estimados contertulios: Si la guerra forma parte de la naturaleza de lo político, del Estado, entonces la guerra es inevitable. Esto es hegelianismo y es buenismo. No seamos tan dogmáticos que queremos separar a Bueno de toda una tradición realista política. ¿Esto es infecto o perfecto? Lo de que el Estado está más allá del bien y del mal significa que se hará lo que se tenga que hacer mal que les pese a muchos ya sea a uno u otro grupo social o a una moral u otra. Respecto a la ideología, creo que David Alvargonzález no yerra en lo que dice. La ideología es necesaria para el vulgo y para trazar planes políticos. Los profesores de ética o de filosofía tratan de la filosofía, pero también crean ideología y eso no es nada malo. Lo que ocurre es que hay ideologías verdaderas y falsas. Respecto a la lucha ideológica hay que reafirmar el partidismo político de la filosofía que es como bien dijo ya Althusser, la lucha de clases en la teoría. Me parece muy bien eso del sistema doctrinal para el vulgo. La filosofía inmersa, difusa puede llegar a ser necesaria para influir en el mundo.

Bueno prosiguió a las 11,30h. con el tema «Terrorismo, globalización y el problema de la IV Guerra Mundial». La humanidad es una idea aureolar, al igual que la idea de globalización. Hay que distinguir esto de la utopía. La utopía es un concepto político irrealizable, imposible. No es siquiera, mejor dicho, un concepto político. El pensamiento utópico no es político. Constituye una indecencia política hablar de utopías. En cambio, la idea aureolar no es utópica. La referencia está ya dada. Es una idea en ciernes, que no está definida totalmente. La globalización está en marcha. No está cumplida. La guerra no tiene que existir en una sociedad globalizada se nos viene a decir por parte de los ideólogos. Las guerras actuales no serían según esto, guerras, sino otra cosa, porque por definición, la guerra queda excluida del escenario del siglo XXI. Se recurre para argumentar sobre esto a explicaciones teológicas, como cuando se habla del eje del mal. Ahí tenemos la «Carta de América». Es como cuando se habla del mal radical de la naturaleza humana tal y como lo definía Kant, pero mucho antes que él San Agustín lo enunció. La ciudad de Dios se distingue de la ciudad terrena. Sólo en la Ciudad de Dios no hay guerra. La guerra es una consecuencia de la existencia del pecado, al igual que el Estado. El Islam afirma que la guerra santa no cesará hasta que todos los hombres que pueblan la tierra seamos musulmanes. Heidegger afirmó que sólo un Dios podía salvarnos. Esto se advierte en el reduccionismo etológico. La guerra vendría de la animalidad del hombre. La guerra sería un problema psicológico. La posición de Bueno coincide enteramente con la de los clásicos del realismo político tales como Hegel o Carl von Clausewitz en su libro De la guerra. La guerra es un asunto político. La guerra es de origen político. Nace de la misma naturaleza del Estado, de la civilización. Entre los animales hay agresión, mas no guerra. La política tiene como núcleo la eutaxia política. La estabilidad política, eso es la eutaxia. La guerra es una consecuencia de la política eutáxica. Las guerras no son ni justas ni injustas. Sólo se ganan o se pierden. La justicia es el derecho positivo realmente existente. Todo Estado es Estado de derecho. Sólo hay juticia si hay derecho estatal. Todo derecho es público. La justicia internacional es imposible. Tiene que ver la justicia con la justicia positiva. Las guerras pueden ser prudentes o imprudentes a la luz de los resultados. La paz expresa la voluntad de los vencedores. La paz es la pausa entre dos guerras. Hay conflicto entre proyectos políticos incompatibles. Los ideólogos de la paz perpetua niegan la existencia de las guerras y hablan de terrorismo, la nueva guerra mundial. Es la guerra de cuarta generación como dice Al Qaida. Se nos viene a decir que todos los terrorismos son iguales. Se afirma que el terrorismo va contra los derechos humanos, contra la ética, que son normas de preservación del cuerpo humano. La guerra va contra la ética. Eso es lo que dicen los progresistas y pacifistas de toda laya. Hegel hablaría a este respecto de la ternura común por las cosas para definir este odio hacia las contradicciones reales. La ética está en conflicto con la moral y con la política. El terrorismo siempre tiene contenidos políticos. Hay que utilizar la perspectiva antropológica para definir el terrorismo como ocurre en las ceremonias. La parte activa impone su voluntad a la parte pasiva mediante determinados procedimientos

Atentamente,

De: Pedro Insua Rodríguez
Fecha: 28 de Julio de 2004
Asunto: ¿Turbulencias?

Estimados foristas:

De acuerdo con el prudente requerimiento de Rufino

Cita: Considero conveniente que los participantes en este foro expliciten su presencia o no en las mismas, evitando lo que Muñoz Ballesta hace al decir que «parece ser que David A.» dijo esto o lo otro, hablando sólo de oídas. De lo contrario lo único que se genera en aquellos que no estuvieron es confusión

Decir que yo asistí a todas las lecciones y, en efecto, con las intervenciones en el foro de Rufino, Joaquín y Antonio Romero ya se puede uno hacer idea de lo que fue aquello. Respecto a las notas tomadas por Felipe, yo diría que, con ese estilo anglosajón de escribir (todo lleno de puntos y aparte), convierte la exposición filosófico-dialéctica de Bueno en una exposición ideológica-sapiencial en la que, yo por lo menos, no reconozco ahí lo dicho por Bueno.

Pues bien, siguiendo en la línea de lo expuesto por Rufino, Joaquín y Antonio, subrayaría, destacaría entre las lecciones del curso, por su novedad en el contexto del sistema del Materialismo Filosófico, las impartidas por Gustavo Bueno Sánchez: me parecieron -y no sólo a mi, sino a muchos de los participantes del curso, según tuvimos ocasión de comentar posteriormente-, un ejercicio de rigor filosófico extraordinario, desarrollado según un despliegue que podríamos calificar de «dialéctico» en el sentido estricto, platónico, de la palabra. Gustavo Bueno Sánchez ha reconstruido, en tres lecciones, la idea de Hispanidad, así con todas las letras, como proyecto de globalización «realmente existente»: a muchos, desde luego, nos ha sacado (hablo por mi) de la caverna en la que estábamos en relación a tal idea, y nos sacó al componer todo un tejido de relaciones entre determinadas instituciones, instituciones que soportan (ideológicamente) la idea de Hispanidad frente a otros proyectos de Globalización (soportados a su vez institucionalmente), arrojando luz sobre una serie de fenómenos que tienen que ver con la Hispanidad (la última lección de Bueno Sánchez estuvo dedicada a las grandes Vírgenes hispanas y toda la carga ideológica que sus figuras representan). Nos sacó pues de la Caverna para volver sobre ella y observar tales fenómenos ya de otro modo.

A muchos nos pareció que las lecciones de Bueno Sánchez guardaban continuidad con la cuestión que planteó David Alvargonzález, justo en la lección suya anterior a la primera de Bueno Sánchez, y de la que se está en estos foros debatiendo. Precisamente Bueno Sánchez puso sobre el tapete con sus lecciones los límites y posibilidades de la idea de Hispanidad, una idea que, sobre todo, tiene como fuente de alimentación más poderosa, en tanto proyecto efectivo de globalización, a la lengua española. Es decir, la idea de Hispanidad como proyecto de Globalización está actuando, está en marcha, como una idea relativamente reciente, y está actuando enfrentada a otras ideas, incompatibles en algunos casos, relativamente coordinables en otros, en tanto que proyectos de globalización (como era en su día el de Raza Aria, o como era el de la universalidad del Proletariado, o como pueda ser la «Democracia» de la american way of life hoy día). Me parece necesaria la publicación de lo expuesto por Bueno Sánchez.

Sería en cierto modo idealista («ideología alemana»), como apunta Antonio Romero, el exigir a un sistema filosófico que produzca mitos para envolver ideológicamente a los ciudadanos en favor de la eutaxia de un Estado. Lo que Bueno Sánchez ha puesto de manifiesto (frente a la exigencia de Alvargonzález) es que tal ideología, en relación a España, ya está en marcha, y es que son los propios estados, o comunidad de Estados, y no los sistemas filosóficos, la fuente de un sistema doctrinal que los justifica. El sistema filosófico lo que puede hacer, y así lo ha hecho Bueno Sánchez, es analizar tal sistema doctrinal. En este sentido, uno de los diagnósticos en el balance de Bueno Sánchez acerca de la idea de Hispanidad es que tal idea tiene un soporte objetivo muy potente, la lengua española, lengua internacional que, incluso, aunque se desplome una de las naciones a la que esa lengua es común, como pueda ser España, no se menoscaba la potencia de tal idea como proyecto de globalización.

En fin, yo diría que hubo turbulencias (turbulencias entre componentes de la segunda oleada) al confrontar la exposición de Bueno Sánchez con la exigencia con la que terminó Alvargonzález su intervención anterior -la exigencia de que el Materialismo filosófico generara mentiras políticas en favor de España-; una intervención por lo demás, la de Alvargonzález, de una claridad lógica exquisita, a la que, por otra parte, y hay que decirlo, nos tiene acostumbrados.

No sé qué pensarán los foristas: tampoco quiero yo inventarme turbulencias en donde no las hay...

Saludos, Pedro Insua

De: Eliseo Rabadán Fernández
Fecha: 28 de Julio de 2004
Asunto: Ideología para la «materialización» política de la Hispanidad

Como ya he dicho, o estuve en los cursos de La Rioja. Sin embargo, es muy claro que estos cursos han significado un importante papel en el presente del materialismo filosófico.

Agradezco todas las aportaciones de quienes sí participaron en los cursos, sea como ponentes, sea como participantes de parte del público, &c.

La aportación que nos envió Pedro Insua resulta muy interesante, pues a mi juicio, en su mensaje tenemos algunos nuevos datos para este tema que son de gran importancia.

Cito un texto del mensaje de Pedro Insua, que puede ser fundamental y sería muy interesante, me parece, el aporte de algunas ampliaciones sobre el mismo.

Cita: El sistema filosófico lo que puede hacer, y así lo ha hecho Bueno Sánchez, es analizar tal sistema doctrinal. En este sentido, uno de los diagnósticos en el balance de Bueno Sánchez acerca de la idea de Hispanidad es que tal idea tiene un soporte objetivo muy potente, la lengua española [subrayado de Eliseo R.], lengua internacional que, incluso, aunque se desplome una de las naciones a la que esa lengua es común, como pueda ser España, no se menoscaba la potencia de tal idea como proyecto de globalización.

Por lo que entiendo, la propuesta de Gustavo Bueno Sánchez supone que la puesta en marcha, la materialización o puesta en práctica de la Idea de Hispanidad (la cual supongo que está explicitada en el libro de Gustavo Bueno Martínez España frente a Europa, por ejemplo ) no se fundamenta en una especie de ideología más o menos de caracter utópico ni mítico, ni menos como mera «ideología para el vulgo» como se planteba, al parecer(pues no tengo suficiente información) en las propuestas de David Alvargonzález, sino en la existencia de una lengua común a la Hispanidad en tanto que un conjunto de Estados o «cuerpos políticos» a los que sirve de lazo potenciador para un común proyecto en el actual proceso de globalización . Lo que habría que plantear, acaso, es cómo se despliega esa lengua española común a los que formamos parte de esa Hispanidad en el presente, es decir, cómo «opera» esa lengua común en los campos antropológicos, políticos, científicos y políticos, y cómo opera, precisamente,frente a otras lenguas como la inglesa, alemana, francesa, en el contexto de una política de estrategias y alianzas y proyectos en la biocenosis inmersa en la globalización en curso.

Gracias, y perdón si me he podido desviar de lo fundamental. Saludos, Eliseo.

De: Joaquín Robles López
Fecha: 29 de Julio de 2004
Asunto: Publícalo, Gustavo

Me sumo a la propuesta de Pedro Insúa. Las lecciones de Gustavo Bueno Sánchez fueron extraordinarias, de lo más destacable del curso de Santo Domingo. Gustavo compuso un ejercicio de filosofía sistemática mostrando la concatenación de los sillares sobre los que se asienta la idea de Hispanidad, sin necesidad de recurrir a la explicación de coordenadas o fundamentos de manera disociada de los materiales mismos. La dificultad y la grandeza de su exposición radican en esto; en haber sabido construir de modo tan sutil a la vez que ejercitaba el método de análisis del materialismo filosófico. Creo que muchos quedamos impresionados por el despliegue de G.B.S: seis horas que se quedaron cortas (podría haber estado 20 y nadie se hubiera levantado de sus asientos -salvo Felipe, para mear, seguramente-. Quienes no pudieron ir a este curso no merecen perderse esta soberana lección de Gustavo: ¡publícalo, ya tardas!.

Respecto a Alvargonzález y las turbulencias que insinúa Pedro debo decir que todavía hay una turbulencia pendiente con lo del asuntillo de los teriántropos y deberíamos dilucidarla antes de pasar a esta. No veo yo muy claro que David quisiera vulgarizar el materialismo filosófico como dijo Felipe pero no entiendo qué quiso decir con eso de construir sistemas doctrinales ad hoc. Antonio Romero lo ha expresado muy bien y también Rufino lo ha visto claro: me mantengo pues en la incógnita de Pedro Insúa.

De: Eliseo Rabadán Fernández
Fecha: 29 de Julio de 2004
Asunto: Idea de Hispanidad en marcha

Sin duda este párrafo del mensaje de Pedro Insua sobre lo planteado en una de las tres lecciones impartidas por Bueno Sánchez en La Universidad de La Rioja aporta el dato de la relevancia de tener muy en cuenta lo que se señala: los límites y las posibilidades de ese «poderoso alimento» para que la Idea de Hispanidad realmente sea un potencial de acciones sociales, políticas, económicas, &c. en la lucha por hacernos de un lugar en esta biocenosis que cambia sin darnos tiempo para perderlo en desviaciones del proyecto esencial que es la propia eutaxia de cada una de las sociedades de habla hispana que existen en el «globo».

Cita: Bueno Sánchez puso sobre el tapete con sus lecciones los límites y posibilidades de la idea de Hispanidad, una idea que, sobre todo, tiene como fuente de alimentación más poderosa, en tanto proyecto efectivo de globalización, a la lengua española

Otro texto que sugiero comentar con detalle, (y dejo un poco a un lado -ojo, no he dicho de lado- otros temas del mensaje de Pedro muy importantes también, pero es mejor ir viendo primero uno a uno) es el siguiente:

Cita: Sería en cierto modo idealista («ideología alemana»), como apunta Antonio Romero, el exigir a un sistema filosófico que produzca mitos para envolver ideológicamente a los ciudadanos en favor de la eutaxia de un Estado. Lo que Bueno Sánchez ha puesto de manifiesto (frente a la exigencia de Alvargonzález) es que tal ideología, en relación a España, ya está en marcha, y es que son los propios estados, o comunidad de Estados, y no los sistemas filosóficos, la fuente de un sistema doctrinal que los justifica. El sistema filosófico lo que puede hacer, y así lo ha hecho Bueno Sánchez, es analizar tal sistema doctrinal.

La ideología, si entiendo bien, desde la tesis expuesta por Bueno Sánchez, está ya en marcha (en cuanto a España corresponde,se dice, lo que no he llegado a entender bien en el mensaje de Pedro, por cierto). ¿Cómo está en marcha? Es decir, ¿cómo se manifiesta fenoménicamente esa ideología en marcha, «en relación a España»? Sería interesante que se tratara de aportar más información sobre este párrafo en concreto.

Si los Estados son la fuente de un sistema doctrinal que los justifica, y si la labor del sistema filosófico es analizar tal doctrina política surgida del Estado. Mi pregunta sería, en esta cuestión, la siguiente: ¿no se ha de incidir en la fuente del sistema doctrinal [supongo que ésta es,por ejemplo, la redacción y aprobación de Constituciones,Leyes, y desde luego su aplicación efectiva] «desde los sistemas filosóficos» que además, por supuesto, analizan los fundamentos «doctrinales» o «legales», jurídicos, políticos, en suma, de los Estados? Quiero decir, para terminar, que a mi juicio, la ideología es necesaria en todo Estado, pero no basta con la ideología para que haya eutaxia.Y también quisiera añadir un ultimo comentario: me parece que el concepto de «vulgo» resulta digamos, excesivamente impreciso en el ámbito del contexto en que estamos operando en tanto «sujetos gnoseológicos». No todo los miembros de una sociedad política pueden considerarse como «vulgares» en el sentido de ignorantes o algo similar.Aunque sí estoy de acuerdo en la relevancia para muchos miembros de la sociedad política, de las vírgenes, por ejemplo, como un material antropologico muy a tomar en cuenta desde la política.

Por cierto, no parece que haya por lo que dicen los que estuvieron en Santo Domingo de la Calzada,turbulencias importantes, pero además es sano que haya «turbulencias» al menos de vez en cuando, si no las hubiera, un sitema permanecería en un estado de equlibrio que podría resultar entrópico en exceso para el buen funcionamiento del sistema mismo.

Un saludo, Eliseo R.

De: Eliseo Rabadán Fernández
Fecha: 29 de Julio de 2004
Asunto: ¿Turbulencia o diferencia más radical?

Leyendo el mensaje de parece realmente que sí hubo algo más que una mera turbulencia de poca importanca entre las tesis de Alvargonzález y lo que Bueno Sánchez proponía en sus lecciones.

Si se añaden los comentarios de Joaquín en su último mensaje, ya puede parecer que más que una turbulencia se dio en efecto una más radical confrontación, pero a falta de la lectura de textos de Alvargonzález y Bueno Sánhez no puedo, ni resulta prudente, sacar conclusiones. Quiero decir, lo que me interesa es ir conociendo lo mejor posible lo que se planteó en La Rioja o dicho de otro modo, tratar de ir acopiando información en la medida de lo posible en un foro.

Cito del mensaje de Antonio Romero:

Cita: David Alvargonzález en su lección sobre «Ciencias naturales, ciencias humanas, filosofía e ideología», al tratar de este último concepto desde la idea de nematología, termino defendiendo la necesidad de una ideología al servicio de la eutaxia de España, una ideología españolista. La conveniencia de esa ideología es innegable. Algún episodio en el transcurso de este curso confirma esa necesidad. El problema es que Alvargonzález defendió la necesidad de esta ideología en contraposición a la inoperancia en ese sentido de España contra Europa. Con lo cual, podría entenderse que esa es una tarea a realizar desde la filosofía, incluso desde el materialismo filosófico.

Cita: Alvargonzález creo que coqueteaba con tesis claramente idealistas: España se va al garete, pero ahora llegan unos filósofos, se inventan un cuento que ilusiona a todos los españolitos, y problema solucionado.

Repito que percibo esa tentación idealista: primero en una sobrevalorización del papel de las ideologías. Una cosa es que las ideologías no sean mera superestructura, y otra que sean las que sostengan ellas solitas la institución que las generan. Y segundo, en pensar que desde la filosofía pueda elaborarse de forma premeditada, consciente y eficaz esa ideología. Quizás resulte ilustrativo que el proyecto de una nueva mitología al servicio de la nación alemana fue un tema tópico en el romanticismo y el idealismo alemán (así, por ejemplo, en la Iduna de Herder o en los fragmentos hegelianos de Berna sobre La positividad de la religión cristiana), dentro del conjunto de ideas propia de estas corrientes. Ideas, por cierto, que mantienen su continuidad hasta Nietzsche y Heidegger. [subrayado por Eliseo R.] Me pregunto si esto, unido al maquiavelismo del que Alvargonzález hizo gala en otro momento, no nos va trazando el panorama de un irracionalismo con amplia tradición filosófica pero en las antípodas del materialismo filosófico.

De estos dos textos se saca una posible idea de lo que pudo ser la tesis que Alvargonzález defendía, y que por cierto, podría ser tan «idealista» y «hegeliana» como lo pueden ser las tesis de algunos participantes, por cierto, bastante activos de estos foros. Y desde luego, si se confrontan con las tesis que parece haber defendido Bueno Sánchez, hay una diferencia bastante importante.

A mí me parece que sin embargo, el sistema filosófico conocido como materialismo filosófico, puede dar lugar a que algunas personas pretendan utilizarlo a modo de «herramienta» o «plataforma política», y acaso al hacerlo, se viera desvirtuado al pretenderlo poner al servicio de ideologías políticas ad hoc, como dice Romero. Y también pudiera ser, a mi juicio, que el sistema del materialismo filosófico jugara un papel relevante en el terreno de la política «activa» en tanto que está inmerso en el presente político. De ser así, muy difícilmente se podría mantener al margen de las ideologías y de la retórica consustanciales a la actividad de los componentes de la capa conjuntiva (lo que se suele llamar «clase política», sindicalismo en cuanto a su papel político «conjuntivo», no el basal exclusivamente) del cuerpo político. Un saludo.

De: Antonio Romero Ysern
Fecha: 29 de Julio de 2004
Asunto: La Idea de Hispanidad

Estimados amigos:

Supongo que se puede dar por sentado que los contenidos de las lecciones de Bueno Sánchez sobre La Idea de Hispanidad como proyecto de globalización serán publicadas. Lo contrario sería un crimen de lesa filosofía. Estas lecciones fueron, sin duda, la aportación filosófica más relevante de estos cursos, si tenemos en cuenta que las intervenciones de Bueno Martínez estaban en lo fundamental ya contenidas en La vuelta a la caverna y, en lo que toca a la conferencia del Viernes tarde, en el Proyecto para una trituración de la idea general de Solidaridad.

Por otro lado, creo que estos comentarios sobre el curso en La Rioja están siendo útiles ya que, por ejemplo, las últimas intervenciones de Eliseo Rabadán, dan muestra clarísima de haber comprendido que se coció en Santo Domingo sin haber estado allí. Por ejemplo, cuando capta lúcidamente las semejanzas entre el tono de algunas tesis de Alvargonzález y «las tesis de algunos participantes, por cierto, bastante activos de estos foros».

Siguiendo con la intervenciones de Eliseo, creo que él ha conseguido decir de forma más clara, lo que intentaba yo expresar respecto al posible idealismo de Alvargonzález:

Eliseo Rabadán escribió: Quiero decir, para terminar, que a mi juicio, la ideología es necesaria en todo Estado, pero no basta con la ideología para que haya eutaxia

Pero donde creo finalmente que Eliseo atina del todo es cuando termina diciendo

Eliseo Rabadán escribió: Y también pudiera ser, a mi juicio, que el sistema del materialismo filosófico jugara un papel relevante en el terreno de la política «activa» en tanto que está inmerso en el presente político.De ser así, muy difícilmente se podría mantener al margen de las ideologías y de la retórica consustanciales a la actividad de los componentes de la capa conjuntiva (lo que se suele llamar «clase política», sindicalismo en cuanto a su papel político «conjuntivo», no el basal exclusivamente) del cuerpo político

Esto es muy importante, porque denunciar el idealismo de convertir España contra Europa en ideología, no quita para reconocer la incidencia política del libro de Bueno y, por tanto, su virtual utilización ideológica. Es decir, tan idealista es pensar que España contra Europa puede ser explicado a las masas en forma de mito, como pensar que el texto no pueda tener una incidencia en la España del siglo XXI, con una voluntad de permanecer al margen del trasiego del mundo: la situación de España no puede ser vista desde una filosofía materialista como el naufragio desde la orilla de los versos de Lucrecio.

Finalmente, y pare terminar, ya que a raíz de las turbulencias calcetences han salido a relucir las murcianas, aprovecho para preguntar si alguien tiene noticia de la publicación de las actas del Congreso de Murcia y/o el artículo de Alvargonzález ha sido ya publicado en El Basilisco. Un saludo.

De: Gema Fernández del Río
Fecha: 1 de Agosto de 2004
Asunto:

Contesto a Rufino Salguero Rodríguez:

En primer lugar, y en virtud de su petición, explicito que no he asistido al curso, pero a la vez hago hincapié en que sobre lo que voy a hablar es sobre su mensaje y no sobre lo que se dijo o no se dijo, cuestión que en este mensaje no es pertinente.

«Todos somos filósofos»... me gustaría recordarles que «no todo el monte es orégano», es decir, que no toda la filosofía es filosofía académica. En El sentido de la vida G. Bueno escribe: «Todo hombre que no sea débil mental hace constantemente juicios éticos o morales». Toda persona filosofa, mejor o peor, y me atrevo a afirmar que todos emitirán un juicio filosófico sobre España, por ejemplo, a lo largo de su vida... Incluso antes de recibir clases de filosofía en un instituto los jóvenes tendrán unos conocimientos mundanos (mayores o menores, pero conocimientos) sobre lo que es el nacionalismo, y según ellos tomarán una postura.

Coincido con D. Alvargonzález en que es necesaria la ideología para el vulgo, porque aunque el materialismo filosófico no la proporcionase, seguiría presente el abanico de opciones restantes, que a mi ver son,por supuesto, más perjudiciales.

También en El sentido de la vida, creo que en el prólogo, distingue Bueno entre dos formas distintas de filosofía administrada, la ensimismada y la abierta, y una manifestación de la segunda es la filosofía que se enseña en los institutos.En fin, los alumnos de instituto no son especialistas en filosofía, pero sí manejan opiniones filosóficas; resulta que, necesariamente, no todos serán profesores de filosofía y muchos de ellos no se interesarán nunca por la filosofía en sentido estricto, y precisamente por eso es evidente la necesidad de esa ideología de la que hablamos.

Por lo demás, que un profesor de ética no hable de filosofía política en clase tampoco es muy de extrañar, y qué quieren que les diga, me resulta tan increíble que D. Alvargonzález confundiese profesor de filosofía/filósofo o ningunease a los profesores de instituto (sic) como que ahora me dijesen que el propio G. Bueno fuese el autor de tales afirmaciones.

De: Felipe Giménez Pérez
Fecha: 4 de Agosto de 2004
Asunto: David Alvargonzález

Estimados contertulios:

Me limité a tomar notas y seleccionar lo que más me llamaba la atención de las intervenciones de Bueno. Si no les gusta, pues mira qué bien. Eso sí hay que menoscabar la importancia de lo afirmado por D. Alvargonzález. No me gusta ir de individuo que quiere quedar bien con todo el mundo. Voy a decirlo así de claro. Alvargonzález planteó algunos problemas o turbulencias que Bueno no supo responder de forma adecuada: 1. La necesidad de la ideología españolista al servicio de la Unidad de España y por lo tanto, de la hispanidad ¿De qué nos sirve hablar de hispanidad si España desaparece? 2. El problema de las culturas y de sus elementos que perviven a través de los siglos inmutables. David Alvargonzález planteó lo siguiente: En Cuba, país donde no hay racismo, resulta que el 95% de los matrimonios son de blancos con blancos y de negros con negros. ¿Qué explicación hay que dar de eso? Respuesta de Bueno: explicación sociológica. Problema de Alvargonzález, entonces el materialismo filosófico ahí falla. Ahora pueden seguir elogiándose unos a otros.

Sigo relatando la crónica del curso calceatense de filosofía materialista. Tarea ardua donde las haya. Día 20 de julio de 2004. Comenzó David Alvargonzález en plan pedagógico popular planteando el tema de las definiciones nominales, base y fundamento del que hay que partir a la hora de filosofar. La definición lingüística que nos da el diccionario puede servir en principio. Sin embargo, la definición filosófica es una definición real. Se refiere a cosas reales, a referentes fisicalistas. Aquí hace su aparición el análisis ontológico. Definir es construir una realidad con partes. Ahora bien, una totalidad puede ser distributiva o atributiva. Simplificando podemos distinguir entre la contigüidad de las partes heterogéneas, que constituyen las totalidades atributivas y la homogeneidad de las partes que constituyen las totalidades distributivas. Habría según esto un uso lógico atributivo y un uso lógico distributivo a la hora de analizar las normas humanas. Hoy predomina ampliamente el modo de pensamiento distributivo, el predominio de la perspectiva individualista liberal porque se considera que el individuo es el mejor juez de sus propios intereses. El individuo queda considerado en la sociedad capitalista de mercado pletórico de bienes como un consumidor satisfecho, preferidor racional que optimiza sus decisiones. Es la perspectiva que constituye la democracia burguesa. En la filosofía clásica existe la doctrina del nominalismo que sostenía que no existían más que individuos. La perspectiva atributiva sobre el individuo se opone a la perspectiva distributiva sobre el individuo. Diremos que la perspectiva distributiva es abstracta y formal. Sobre todo esto se edifica la distinción entre ética y moral. En España desde hace algunos decenios se considera a la moral como conjunto de normas y usos y costumbres de primer grado como un lenguaje y la étia es considerada como metalenguaje, como un lenguaje de segundo grado que analiza la moral. Esta distinción va pareja a la distinción tradicional entre laboratores y oratores. El vulgo necesitaría así de orientación que sería proporcionada por el gremio de profesores de ética. Esta corriente ideológica tiene su mayor valedor en Aranguren. Sin embargo, frente a esto el materialismo filosófico plantea que todo el mundo sabe muchas cosas de moral y de ética y de política también. Gramsci decía que todo hombre es filósofo. No hay tal comunidad de profesores de ética. La moral, la ética y la polític a son materias de dominio público. La ética utiliza la perspectiva distributiva. Se trata de los derechos humanos, de la persona. La moral emplea una lógica o perspectiva atributiva. Se trata de los derechos políticos, del ciudadano. Son las normas sociales y de grupo. Desde una perspctiva atributiva, desde el Estado, el individuo es una abstracción. No somos más que el resultado de nuestras determinaciones, de nuestras relaciones sociales. El Estado, como dijo Aristóteles, precede al individuo. Aquí aparecen los conflictos entre ética y moral. Hay que dejar claro que si no hay EStado, no hay ni ética ni moral. El Estado es igual al derecho. Caben tres alaternativas. 1. La moral y la política quedan subordinadas a la ética. 2. La ética y la polítca quedan subordinadas a la moral y 3. La ética y la moral quedan subordinadas a la política, que es la perspectiva del realismo político y por lo tanto del materialismo filosófico, porque el Estado tiene que estar más allá del bien y del mal. Viva Maquiavelo. Atentamente,

De: José Manuel Rodríguez Pardo
Fecha: 4 de Agosto de 2004
Asunto: Rasgos culturales e Hispanidad

Estimados amigos:

No creo que señalar la escasa prolijidad de las notas de Felipe Giménez sea motivo de enfado. En cuanto a lo afirmado por David Alvargonzález, no creo que se pueda refutar por medio de fenómenos empíricos una perspectiva abstracta, filosófica. Plantear la desaparición de España será un desastre para nosotros, pero la Hispanidad no por ello va a desaparecer. Habrá Hispanidad como estructura, pero sin su génesis, España. Sobre la ideología españolista ya se ha hablado bastante. ¿Puede el materialismo filosófico inventarse de la nada una ideología españolista que no sea la que existe hoy día en diversos ámbitos? Esas cuestiones competen a otras instancias.

Respecto a Cuba, la existencia de rasgos culturales animistas en las comunidades negras no convierte a los negros en una cultura aparte. Por lo demás, las relaciones sexuales matrimoniales no son las únicas que existen en la isla, ni por supuesto en el resto del mundo. El concubinato es una práctica histórica en la América hispana.

Un cordial saludo, José Manuel Rodríguez Pardo.

De: Felipe Giménez Pérez
Fecha: 4 de Agosto de 2004
Asunto: Tientos

Estimados contertulios: A mí me parece que intento exponer el contenido de las lecciones al público de estos foros de nódulo materialista con la mayor corrección posible. Respecto a Alvargonzález, lo que afirma es de la mayor importancia. Me parece que en España el materialismo filosófico, desaparecida la URSS, sólo puede pensar en España y en la Hispanidad y su contenido ideológico político sólo puede ser liberal-conservador o republicano, jacobino o fascista, siempre que se entienda por fascismo la exaltación de la nación española al modo de Ramiro Ledesma Ramos. Cuando yo he afirmado que el materialismo filosófico en otra oleada será fascista, lo digo porque desde luego no será comunista ni progre y tenderá a pensar en la Nación Española y en la Hispanidad como en los proyectos políticos necesarios para los ciudadanos hispanohablantes y desde luego en ningún caso se orientará por los desvariados derroteros del MFLA de D. Antonio Muñoz Ballesta, sencillamente porque el materialismo filosófico es pro-Estado y pro-Imperio y no a favor del anarquismo capitalista. Atentamente,

De: Pedro Insua Rodríguez
Fecha: 7 de Agosto de 2004
Asunto:

Estimados foristas:

Yo no sé de dónde saca Felipe tal «ciencia de visión» como para hacer semejantes pronósticos (también afirmaba Felipe, antes del 14M, que iba a ganar el PP las elecciones, y ya ves....), pero el caso es que, me parece, que confunde sus deseos con la realidad: que desees que la próxima oleada del M.F. sea fascista (o jonsista: y por cierto, Felipe, aclárate:¿fascista o jonsista?) no quiere decir que lo vaya a ser (tener que decir esto me recuerda a Barrio Sésamo) y, además, yo diría, que si lo fuera, lo sería a costa de dejar de ser materialista (el espiritualismo de Ledesma Ramos, posiblemente adquirido a través de Ortega, no es moco de pavo).

Nadie, por otra parte, ha menospreciado lo que ha dicho Alvargonzález como para que tengas que subrayar que es muy importante.

Vamos a ver... y empecemos desde el principio...

Cuando Platón, sin ir más lejos, defiende, en La República, la necesidad de la mentira política, lo hace en dos contextos. Uno relativo al origen de la ciudad; otro relativo, y que ahora no nos interesa, a la distribución de las parejas entre los guardianes, destinadas a la reproducción. Precisamente la mentira política relativa al origen de la ciudad tiene la función de encubrir tal origen, es decir, encubrir la fundación de la ciudad, para simular que la ciudad es «eterna» (o por lo menos que ha surgido en el territorio sin depender de otro estado, no teniendo tal territorio ningún otro «dueño»-soberano- anterior): es el célebre mito platónico de los terrígenos, o de los metales (ciudadanos de bronce, de plata y de oro): los «fundadores» de la ciudad saben que la ciudad tuvo un comienzo y, como todo lo que comienza acaba, es necesario encubrir el comienzo de la ciudad con un mito que suponga a la ciudad como eterna o, por lo menos, como surgida in illo tempore. Naturalmente hay que ser fundador o gobernante (al que se le revela el secreto) de ciudades para saber que el contenido del mito es mentira.

Pues bien, en este sentido prácticamente todo Estado ha elaborado y sigue elaborando mitemas, doctrinas mitemáticas, a través de «cronistas» (sean de profesión filósofos, teólogos, abogados, médicos, reyes, poetas...) que justifican, o tratan de justificar, la eutaxia del Estado en cuestión, situando su fundación, sino in illo tempore, sí por lo menos en un tiempo en el que, más atrás, nada había políticamente hablando.

España, por supuesto, ha tenido y tiene los suyos, sus mitos fundacionales, más o menos ideológicos, puestos en funcionamiento por distintos autores, desde San Isidoro (aunque la «España» que trataba de justificar, alabar, no fuera propiamente España), pasando por Jiménez de Rada, Alfonso X... –que hacen a los «españoles» descendientes y herederos de determinadas figuras míticas (bíblicas o no bíblicas: Tubal, Hércules, algún hijo de Noé...) situadas in illo tempore– hasta Unamuno, con su «civilización y alma ibérica», Giménez Caballero, que habla del «Genio» de España enfrentado a otros «genios», o Domínguez Ortiz, que habla de «tres milenios» de historia para España.... Yo ahora mismo estoy estudiando, y perdón por el ego, las Crónicas de Ocampo y de Ambrosio de Morales, elaboradas durante el reinado de Felipe II cuando Roma (los Estados Pontificios), prácticamente, era una provincia española. En ellas se habla, por ejemplo, de los «numantinos» como de españoles –lo que resulta del todo inconsistente porque, como decía el otro, ¿cómo van a descender los españoles de los numantinos, si no quedó ni uno?– Lo interesante al caso de estas crónicas, y es a lo que voy, es que en ellas se «pone a funcionar» a los españoles como sujeto político ab urbe condita, sin cuya actividad prácticamente no se explicaría el triunfo del Imperio romano, ni siquiera la fundación de la propia Ciudad: es decir, entre otras cosas, Roma conquista Hispania gracias... ¡a los españoles!

En fin, lo que quiero decir es que saberes doctrinales (no siempre coordinables entre sí en todo caso), dirigidos al envolvimiento de la ciudadanía del estado con objeto de neutralizar sus divergencias internas, llevan, referidos a España, muchos siglos funcionando, y además, en el caso de España o, mejor dicho, de la Hispanidad, se trata de una idea «aureolada», que pide consumar lo que ya está «en marcha», y que tiene en sus 400 millones de hablantes un gran apoyo objetivo: «Dios habla en español», «Dios mío, ¿qué es España?», son lemas, cuestiones que están ligados a doctrinas que, con todo lo ideológicas que se quiera, están en marcha, no hace falta inventarlas: no existe un vacío, creo yo, que sea necesario llenar (y menos desde el Materialismo Filosófico). Otra cosa es que, en España, se impongan frente a otras ideologías que promueven la divergencia; y el que se impongan o no, no depende, o mejor, no sólo depende, como dicen Eliseo y Antonio, de la «ideología españolista».

A donde voy a parar es que la filosofía, y menos aún, insisto, el filomat como sistema filosófico, no creo que pueda soportar, sostener, como parte estructural suya, este tipo de ideología mitopoyética. Lo que creo puede hacer es, más bien, analizarlos hasta donde se pueda y el que pueda. A muchos, parecidos a aquellos arbitristas del s. XVII que ridiculiza Quevedo con razón (y con esto estoy aludiendo a Felipe nuevamente, «así de claro»), esto les parecerá poco, a mi ya me parece mucho; por lo menos suficiente como para combatir ideologías que ahora mismo se dirigen contra España, y es que el espesor, el volumen ideológico de tales doctrinas está «mucho más lleno de basura ideológica que aquella que pretenden barrer» (me estoy refiriendo al Mito de la Europa sublime, al Mito de al-Andalus y, naturalmente, al Mito de «Euskal Herria», «Galiza», «Paises Catalanes»...

En fin, que con desmontar, si podemos, la Leyenda Negra ya tenemos bastante...

Concluyo, si a mi alguien me dice que soy «españolista», yo le diría: pues tú un «hideputa»... Español sí, a mucha honra, pero nada de «españolista».

Saludos, Pedro Insua

De: Felipe Giménez Pérez
Fecha: 7 de Agosto de 2004
Asunto: Ideologías

Estimados contertulios: Si no se es comunista, si se es españolista, perdón por el adjetivo o sustantivo, si se es republicano, laico, partidario del capitalismo, sin creerse demasiado eso de la democracia, conservador o liberal, eso es muy parecido al fascismo. Este fascismo puede ser un neofascismo. La exaltación de la nación canónica no es malo, lo malo es negarlo y negarse a reconocer que se está ya desde hace algún tiempo navegando por esas coordanadas ideológicas. Esto no es descalificar a nadie. A mí me preocupa más la verdad que la amistad o simpatía. No es ciencia de simple visión: Es el presente que prefigura un futuro muy próximo. Toda nación o Imperio necesita un mito o unos mitos o una ideología como cemento que une los ladrillos del edificio y que constituye un factor nada desdeñable para garantizar la eutaxia política del Estado. Platón no sólo hizo filosofía, también hizo ideología y muchas veces entusiasma más su ideología que su filosofía. ¿Acaso no hay que contar a los alumnos los mitos platónicos y los detalles de la organización política por él diseñada? Que del materialismo filosófico surja un sistema doctrinal no es nada anómalo. De la Escolástica surgió una teología dogmática y una moral católica, una doctrina social de la Iglesia. ¿Y qué? ¿Por qué del materialismo filosófico no puede surgir una ideología política? Mäs bien, alguna de las ideologías políticas ya existentes puede recibir una sólidad fundamentación desde el materialismo filosófico. Además, una vez que Gustavo Bueno ha cruzado el rubicón del compromiso político filosófico en los últimos años, ya no puede volverse atrás. Tampoco los que creemos que el materialismo filosófico es una filosofía potente y verdadera. Pero es que además, veamos: El materialismo filosófico 1. Es republicano, 2 Es nacionalista español, porque está en contra radicalmente del separatismo. 3. No cree en la ideología democrática, lo que le importa es la eutaxia. 4. Es capitalista, 5. Es pro-EE.UU y pro-Israel. 6. Es pro-Imperio, pro hispanidad. Que cada cual saque sus conclusiones con ayuda del entendimiento.

Pero voy a ir más allá. Si somos honestos, nos atreveremos a sacar conclusiones de determinados hechos. En estos foros de nódulo, personas de cuya valía intelectual y de cuya honradez ética y moral no cabe dudar han puesto de relieve la verdad de las afirmaciones históricas de Pío Moa, Burnet Bolloten, Stanley Payne, Ricardo de la Cierva y otros. Si eso es verdad, ¿Qué posición política se deriva de tales asertos? Se le puede llamar fascismo, jacobinismo, conservadurismo, liberalismo, términos en última instancia muy cercanos entre sí a la altura del 2004 si se quieren redefinir sus coordenadas. Hoy fascismo tiene unos matices peyorativos totalmente injustos. ¿Cómo llamar al que defiende a ultranza a la nación española hoy? ¿Cómo llamar al que ni cree en la democracia ni en el progresismo ni en la dictadura, sino en la eutaxia? ¿Cómo llamar al que desdeña el comunismo y es partidario del libre mercado y del capitalismo? Dije que la próxima oleada será fascista, porque por ahí van los tiros ya hoy. Pero fascismo no significaría necesariamente repetir lo de los años 30 del siglo XX. Lo podemos llamar neorrepublicanismo jacobino, que queda más elegante o comunitarismo o espanolismo y a mucha honra. Arriba España y sin complejos.

Y entonces habló David Alvargónzález, 11,30h. Se trataba de abordar el relativismo, el multiculturalismo y el choque de civilizaciones de Samuel P. Huntington. Marvin Harris define el etnocentrismo como la creencia en que nuestra civilización es la buena y las otras son bárbaras y salvajes. Entonces, según esto, la virtud radicaría en el relativismo cultural. Todas las culturas son iguales, valen lo mismo, dicen los relativistas culturales. Deben pues explicarse desde sí mismas, emic, desde sus propias coordenadas segregadas por ellas mismas. Aquí está operando la lógica distributiva. Se llega así a la conclusión de que toda cultura debe existir por el hecho de existir. Esto se coordina con la ideología democrática, que es la ideología del presente. La clitorictomía se justificaría desde el relativismo como algo lícito y permisible. Formaría parte de la identidad cultural de determinados pueblos. Las mujeres progresistas son contradictorias al defender los valores ilustrados en Occidente y el relativismo cultural a la vez. Los derechos que ellas defienden desaparecen al traspasarse las fronteras de los países en los que ellas viven. Además, el realismo político por razones prudenciales nos impide acabar con la barbarie. Hay que decir que hay valores superiores a otros y hay culturas superiores a otras. Hay que ser intolerantes frente a prácticas aberrantes. El relativista no se cree realmente lo que dice. Nadie se lo cree. La política tiene la prioridad sobre la ética y el diálogo. Américo Castro no tenía ni idea de Historia de España, mientras que Sánchez Albornoz por lo menos era historiador. Los diálogos ecuménicos de religiones no son más que congresos en los que se reparten el mundo. Las culturas y religiones pueden convivir durante largo tiempo sin juntarse. Pueden pervivir sin mezcla ni contaminación. Un ejemplo. En Cuba, donde no hay racismo, las pautas de cruzamientos son de blancos con blancas y de negros con negras. Un 5% de blancos con negras y mucho menos de blancas con negros. Hay que explicar esto desde el materialismo filosófico. El megarismo cultural es falso. Las culturas no son esferas culturales cerradas e incomunicadas. No son independientes unas de otras ni están separadas. El relativismo diría que para enteneder una cultura hay que adentrarse en ella. Sin embargo, más bien hay que pensar que los rasgos culturales se difunden, circulan, hay contactos. El aislamiento megárico no existe. Es inevitable el contacto. Sin embargo, las culturas tienen rasgos incompatibles entre sí. La convivencia de las culturas es ideológica. Las culturas ni son mónadas ni están cerradas ni son sustancias. Las pautas culturales no son anteriores a las propias culturas. Esto lo afirmó Frobenius con su concepto del paideuma. REspcto a Huntington, su doctrina es un caos completo. Hay pautas reproductivas fijas de cada cultura. Huntington habla del choque de civilizaciones. Distingue nueve civilizaciones. Su error es la sustantivizacioón del concepto de civilización. Problema final planteado por Alvargonzález: Puesto que como se ha mostrado ya, las culturas no son esencias megáricas, pero tampoco son masas amorfas de rasgos culturales, sino que, asombrosamente conservan cierto número de rasgos culturales siempre y durante milenios, hay que explicar la pervivencia y persistencia de tales conjuntos de rasgos culturales.

Atentamente,

De: José Manuel Rodríguez Pardo
Fecha: 7 de Agosto de 2004
Asunto: ¿Fascismo?

Estimados amigos:

Aprecio desorientación en Felipe Giménez y una contradicción en la que cae inconscientemente. Dice que en la actualidad, el materialismo filosófico (y él también, por supuesto) ya no es «comunista» (de oleadas y generaciones ya se habló en su día en los foros, pero parece que todo nos resbala y seguimos diciendo lo mismo, pero en fin), y acto seguido señala que ser liberal, conservador y de orden, sin ser demasiado amigo de la democracia (posición atribuida al materialismo filosófico), es derivar al fascismo.

Pero esta es la versión que los comunistas dieron del fascismo: una estratagema del capitalismo para superar sus crisis y entorpecer la marcha triunfal de las masas hacia el comunismo final. Entonces, hay algunas personas que dejan de ser comunistas, pero mantienen los tics e ideologuemas falsos principales, aunque sean vistos ahora de forma positiva. Además, que el liberalismo defienda la dictadura eventual no lo convierte en fascismo. ¿Eran fascistas los romanos cuando utilizaban de la dictadura comisarial para solventar situaciones de crisis? Decir que Pinochet era fascista es mucho decir, y no olvidemos que hoy día los liberales justifican su régimen diciendo que eliminó el comunismo en Chile y dio paso a una transición pacífica y al país más estable de su zona. Es decir, que yo no veo que el silogismo de Felipe Giménez esté bien formado; es un argumento mal formado, que tiene un nombre concreto, y que los estudiosos en filosofía sabrán ponerle el más adecuado.

Respecto a David Alvargonzález, ya señalé algunas cosas de lo citado por Felipe Giménez, pero ahora que expone su intervención completa, creo poder extenderme más sobre el tema de los rasgos culturales. La pregunta de Alvargonzález sobre la pervivencia de determinados rasgos, que no culturas, la considero retórica, pues él mismo en sus artículos, y quiero suponer que en su intervención, ya ha dado la respuesta: en otras culturas que son superiores y engullen a las que van dominando, con determinados rasgos. Así, el catolicismo en Cuba está impregnado de santería, como en toda América. Hace dos años en Gijón, un mejicano nos dijo que los ritos de los mexicas sobre los muertos habían quedado subsumidos en el Día de los Difuntos del catolicismo, y que últimamente se festejaban en el Día de Halloween, dada la influencia que los anglosajones de EEUU iban tomando en determinados ambientes de la sociedad mejicana.

Sin embargo, nadie diría que los mejicanos son aztecas, o que los negros cubanos son de una tribu animista. Los rasgos culturales de esos respectivos territorios han sobrevivido porque han sido incorporados a una cultura más potente que les ha otorgado otro significado etic, esencial, aunque desde un punto de vista emic, fenoménico, los negros o los mejicanos lo vean como un culto animista. También en España a las vírgenes se las llama «guapas» y eso no convierte al catolicismo en paganismo.

Además, no olvidemos que la existencia de un rasgo cultural no hace una cultura. De lo contrario, habría que dar por buena la tesis que defienden aquellos que ven en el Hombre de Atapuerca al primer europeo [sic] (o al primer españolista, según los casos; aunque más bien habría que decir que fue el primer eusquérico, pues ya se sabe que buena parte de los vascos provienen de Burgos). Todo esto suponiendo la globalización y la ampliación de determinadas esferas culturales sobre el resto, claro está. Si suponemos el aislamiento cultural, en una situación similar a la que podía haber en el Neolítico, entonces la pervivencia de los rasgos culturales se explicará sin problemas desde la posición relativista cultural. Que cada cual escoja la que le parezca mejor.

Un cordial saludo, José Manuel Rodríguez Pardo.

De: Felipe Giménez Pérez
Fecha: 7 de Agosto de 2004
Asunto: ¿Quaestio nominis?

Estimados contertulios: Entonces ¿Qué es el fascismo? Un nombre sin referentes fisicalistas. Es problemático, por supuesto agrupar bajo el rótulo de fascismo todos los fenómenos autoritarios en la Europa de los años treinta del siglo XX. Entonces me pregunto si fascismo sólo es el fenómeno italiano de Mussolini y el nuevo conservadurismo del siglo XXI o el nuevo liberalismo del siglo XXI debería llamarse de otra manera. Podríamos llamarlo neorrepublicanismo he propuesto tanbién. Me da igual, podemos decir que es pensamiento políticamente incorrecto. Sin embargo, también podríamos decir que es fascismo, porque el fascismo del siglo XXI no tiene porqué repetir lo del fascismo del siglo XX y puede ser compatible con las democracias capitalistas del Estado del bienestar. Tomarse en serio el problema del poder, de la autoridad, del orden, de la eutaxia, del imperio, de la Nación. Tampoco creo que el fascismo estuviera muy lejos de esto, dejando aparte la retórica y los gestos políticos. Atentamente,

De: Rufino Salguero Rodríguez
Fecha: 8 de Agosto de 2004
Asunto:

Perdonad si rompo el ritmo de la discusión, pero con este mensaje quiero contestar al de Gema Fernández del Río, a la que pido también disculpas por no haberle contestado antes; no he podido re-engancharme a los foros hasta ahora:

–No me extraña que te parezca increíble el que David Alvargonzález «ningunease» a los profesores de instituto, puesto que no hizo de ningún modo tal cosa. El que tú hayas conclucido esto se debe o a una ambigüedad de mi mensaje, que ya queda corregido, o a una cuestión que está en el mismo centro del debate y que paso a intentar aclarar.

Mi contestación a David estaba basada en argumentos ad hominem, que recogían lo que él había ido diciendo a lo largo de sus «lecciones». David había criticado negativamente no a los profesores de instituto sino (y aquí, Gema, puede estar la confusión)a los autoproclamados «especialistas de ética». Es un tópico del materialismo filosófico el oponer la propia definición de ética a la llamada «definición convencional», que recogió Arangúren y, a partir de su «magisterio», tantos «especialistas» y «profesores de ética». David no quiso dar nombres, yo sí: la más «insigne» representante de este «club» es Adela Cortina. Basta echarle un vistazo a sus libros de texto para saber de «qué pie cojea».

Pero lo que percibí en David, y así intenté mostrárselo, fue una contradicción entre su «representación» de estos profesores, y su petición, al final de sus lecciones, de construir una ideología política en la defensa de España desde las coordenadas del materialsmo filosófico. Pues, ¿no habría que admirar a estos «especialistas» por ser, no ya los creadores, pero sí los canalizadores, de la ideología triunfante actual democrático-capitalista, por la que sus libros de texto se convierten en «éxitos de ventas» y cobran subvenciones por parte del Estado?

Me dirás que su ideología es exitosa, pero dañina. Pero a esto te contesto en otro mensaje, pues este es el segundo que escribo; el anterior se me ha quedado «colgado» por enrollarme.

Un saludo

De: Rufino Salguero Rodríguez
Fecha: 9 de Agosto de 2004
Asunto:

Sigo contestando a Gema:

El «meollo» de la cuestión que ella planteaba, en la contestación a mi mensaje alrederor de la intervención de David Alvargonzález en La Rioja, es la «necesidad» de ideologías de los alumnos de institutos. Recuerdo que mi crítica a David estaba hecha en función de lo que él había ido desarrollando en sus intervenciones. Es en este contexto donde yo subrayé que «todos somo filósofos». Ahora bien, como tú, Gema, bien dices, «no todo el monte es orégano»; pero este dicho popular tan sólo puede querer decir algo dependiendo de cómo se interprete y en qué contexto. David, por su parte, me contestó diciendo que eso de que todo el mundo sea filósofo hay que entenderlo como que «todo el mundo podría serlo» pero que, de hecho, es imposible (y el Estado no podría soportarlo) que esto ocurra.

Es aquí donde creo que David confundía el ser profesor y el ser filósofo. Y no en el plano de la representación (que es, pienso, lo que le extraña a Gema), sino en el plano del ejercicio de su discurso. Pues lo que no soportaría un Estado es que todos sus ciudadanos fueran profesores, pero ¿por qué no podría soportar el que todos fueran filósofos, si al margen de la filosofía desempeñaran otras tareas? Sobre todo, teniendo en cuenta que sus filosofías no serían homogéneas.

Sin embargo, creo que el asunto principal que trata Gema es el del papel que el profesor de filosofía debe tener ante sus alumnos, y el «elitismo» idealista que, pienso, hay detrás de sus pretensiones y las de David.

Pero de esto ya hablaré. Ya se ha ido otro mensaje al confín de la galaxia virtual. ¡Qué hartura!, Un saludo

De: Eliseo Rabadán Fernández
Fecha: 9 de Agosto de 2004
Asunto: Sugerencia a Rufino Salguero

Rufino, por lo que parece, al escribir algunos mensajes se te borra al enviarlo. Eso me ha sucedido a mí varias veces, especialmente cuando escribes mensajes largos. La mejor solución es escribir el mensaje en un texto aparte y luego copiar pegar en el cuerpo del mensaje a enviar al foro.

Un saludo, Eliseo R.

De: Rufino Salguero Rodríguez
Fecha: 10 de Agosto de 2004
Asunto:

Gracias por la sugerencia, Eliseo, tomo nota.

Termino de contestar a las cuestiones planteadas por Gema.

Concluía en mi mensaje anterior que el principal problema planteado por Gema era el del papel de los profesores de filosofía en la secundaria y con la apreciación de que, tras sus propuestas y las de David, encuentro lo que me atrevo a llamar un cierto «elitismo idealista».

Precisamente el referirme a los «especialistas» de ética venía a cuento, no sólo para mostrar la incoherencia de David al criticarlos y luego proponer construir ideologías, sino porque la máxima crítca que se hace desde el materialismo filosófico a la definición de ética de estos autoproclamados «especialistas» es que lleva a concluir que sólo los profesores de filosofía podrían hablar con propiedad de la ética. Sin embargo, en sus libros de texto intentan dar, algunos, una justificación ad hoc para evitar este «elitismo»: después de dar su definición de que la ética es «la reflexión teórica acerca de la moral» añaden que, como todos tenemos moral, todos tenemos la necesidad de hablar y argumentar sobre ética. Justificación, como digo, ad hoc, que no casa bien con su definición, la cual presupone lo contrario: que el alumno hasta ahora tenía moral, pero que gracias al profesor va a aprender a justificarla.

Pues bien, la propuesta de David (y la tuya Gema), cae en ese «elitismo» al presuponer que cualquier justificación por parte del alumnado (¿vulgo?), es ideológica, y la necesidad de «salvar» a estos alumnos desde ciertas ideologías ¿más verdaderas?, ¿menos perjudiciales? Acertaba de pleno Antonio Romero al comparar esta actitud con la del joven Hegel en Berna, cuando sus pretensiones eran las de convertirse en un «filósofo popular» cuya misión sería la de rescatar al pueblo a través de la Bildung. (Por cierto,una «novia» suya católica del «pueblo» llano al que pretendía salvar Hegel se burlaba de estas pretensiones llamándolo, con ironía maliciosa pero afectiva, magister). Un saludo.

De: Felipe Giménez Pérez
Fecha: 10 de Agosto de 2004
Asunto: Filosofía popular

Estimados contertulios: Quisiera decir que hoy por hoy los profesores de filosofía de instituto hacemos filosofía popular nos guste o nos disguste. Transmitimos un discurso fundado en el temario oficial. Puede ser más idealista o más materialista o más filológico. Creo que eso de las élites es inevitable ante la existencia de la plebe frumentaria. Todo hombre es filósofo, pero unos saben más que otros. Platón, el fundador de la filosofía era elitista cuando decía que la multitud no es en modo alguno filósofa y sin embargo hace en un diálogo que un esclavo resuelva un teorema geométrico. Lo que está claro es que las ideas filosóficas no son inocentes políticamente. El filósofo está inserto en el mundo de los intereses e ideologías. Mucho más está inserto en ese mundo el profesor de filosofía de instituto, que tiene que pensar en algo tan grosero como poner notas y realizar programaciones y poner orden en su clase. Construir una ideología política españolista popular, simple mediante un ensayo al estilo de Ganivet, Costa, Unamuno o Maeztu no lo veo negativo en modo alguno. De hecho, Gustavo Bueno, hace años que practica y ejercita la filosofía popular y consigue vender así más ejemplares. Atentamente,

De: José Manuel Rodríguez Pardo
Fecha: 10 de Agosto de 2004
Asunto: ¿Filosofía popular?

Estimados amigos:

Dejando al margen la posibilidad de una ideología españolista ensayada por Alvargonzález, me llama la atención que Felipe Giménez diga que en los últimos años Gustavo Bueno haya avanzado por los derroteros de la «filosofía popular». Esa tesis se acerca a la que mantuvo Alberto Hidalgo sobre la «deriva mundana» de la filosofía de Gustavo Bueno; tesis sostenida a fuer de manipular las fechas de publicación de determinados libros. Así, se supone que los libros ¿Qué es la filosofía? y ¿Qué es la ciencia? son de esa «etapa mundana», pero tales libros fueron publicados en 1995, e Hidalgo supone que tal etapa mundanizada comienza en 1998, a raíz de la expulsión de la Universidad.

Sin embargo, no creo que quepa hablar de una filosofía más popular en las últimas obras de Gustavo Bueno. El mismo método se viene ejerciendo desde 1968 (1970 en la edición) en El papel de la filosofía en el conjunto del saber hasta la actualidad. Así, libros como El mito de la izquierda dependen directamente de la Teoría del Cierre Categorial, por lo que la filosofía popular habría que cifrarla ya en el comienzo del despliegue del materialismo filosófico, en 1968 (1970).

Un cordial saludo, José Manuel Rodríguez Pardo.

De: Felipe Giménez Pérez
Fecha: 10 de Agosto de 2004
Asunto: Volksphilosophie

Estimados contertulios: Sencillamente, los últimos libros de Gustavo Bueno son más sencillos para el pueblo y por eso el pueblo los compra más. Eso es la filosofía popular. Se simplifican algunos aspectos y se venden más. Eso es cierto. Los Ensayos Materialistas no son un libro de filosofía popular. El mito de la izquierda es un libro de filosofía popular, no digamos Telebasura y democracia. Atentamente,

parte 1y parte 2

 

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