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El Catoblepas, número 104, octubre 2010
  El Catoblepasnúmero 104 • octubre 2010 • página 15
Ante la República Popular China

Ideólogos capitalistas noruegos
jalean a un criminal chino

Conceden premio a un activista condenado
por intentar corromper la eutaxia china

Pacíficos amigos del criminal chino Liu Xiaobo

Los ideólogos capitalistas noruegos que el pasado año concedieron el Premio Nobel de la Paz a Barack Hussein Obama II, presidente de los Estados Unidos del Norte de América, «por sus esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos», decidieron este año atacar a la República Popular China concediendo ese premio a un activista criminal condenado por intentar corromper la eutaxia del Pueblo. Las autoridades políticas de otros Estados europeos se han apresurado a solicitar la puesta en libertad del enemigo del Pueblo que esta cumpliendo su condena, sin duda para facilitar que pueda seguir intentando corromper la estabilidad de la República Popular China. Como era de esperar, los Estados amigos del Pueblo han condenado esta vergonzosa intromisión capitalista, que ha servido para activar otra campaña mediática contra China. La República Popular China no olvida, y el heroico Ejército de Liberación Popular sabrá reconocer y responder, llegado el momento, estas agresiones burguesas del enemigo.

8 de octubre de 2010

Respuesta del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Ma Zhaoxu, a preguntas de periodistas

Pregunta: El 8 de octubre, el Comité del Nobel otorgó el Premio Nobel de la Paz de este año al «disidente» chino Liu Xiaobo. ¿Qué comentario tiene Ud. al respecto?

Respuesta: Conforme a la voluntad de Nobel, el Premio Nobel de la Paz debería otorgar al que «ha hecho el mayor o mejor trabajo por promover la fraternidad entre las naciones, la amistad entre los países, la abolición o reducción de ejércitos permanentes y la convocación y divulgación de congresos de la paz». Liu Xiaobo es un criminal que ha infringido las leyes de China y fue condenado por las autoridades judiciales chinas. Lo que él hizo está diametralmente en contra de los propósitos del Premio Nobel de la Paz. El otorgamiento del Premio de Paz por el Comité del Nobel a tal individuo viola totalmente a los propósitos del Premio y desacredita también al mismo Premio de la Paz.

Pregunta: Perjudicará a las relaciones entre China y Noruega el otorgamiento del Premio a Liu Xiaobo ?

Respuesta: En los últimos años, las relaciones entre China y Noruega han venido desarrollándose bien en beneficio de los intereses fundamentales de los dos países y de sus pueblos. El otorgamiento del Premio a Liu Xiaobo por el Comité del Nobel no sólo contraviene a los propósitos del Premio de la Paz, sino también daña a las relaciones entre China y Noruega.

8 de octubre de 2010

Concesión del Nobel de la Paz a Liu Xiaobo podría perjudicar lazos sino-noruegos, advierte cancillería china

Pequín, 8 oct (Xinhua) – La concesión del Premio Nobel de la Paz al ciudadano chino Liu Xiaobo profana el galardón y podría perjudicar las relaciones sino-noruegas, afirmó hoy viernes el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Ma Zhaoxu.

Ma hizo estas declaraciones a través de un comunicado publicado poco después de que se anunciara el premio en la capital noruega de Oslo.

Un tribunal de Pequín condenó a Liu a 11 años de prisión el 25 de diciembre de 2009 por haber llevado a cabo actos de agitación dirigidos a subvertir el gobierno.

Alfred Nobel creó el Premio Nobel de la Paz para reconocer la labor de las personas que contribuyeran a la armonía nacional, la amistad entre países, el impulso del desarme y la celebración y promoción de conferencias de paz, recordó el portavoz.

Ma subrayó que Liu es un criminal condenado por infringir las leyes chinas. «Lo que hizo va en contra de los principios del Premio Nobel de la Paz», insistió.

La decisión del comité del Nobel de conceder el galardón a alguien como Liu «va en contra del premio y lo profana», destacó el portavoz.

En los últimos años, las relaciones entre China y Noruega se han desarrollado de una manera sana, propiciando la salvaguarda de los intereses fundamentales de las dos naciones y sus pueblos, recordó Ma, quien advirtió que la decisión de conceder el premio a Liu podría dañar estos lazos.

9 de octubre de 2010

Otro año decepcionante para China en el premio Nobel

Los premios Nobel se concedieron esta semana. Seis científicos de EEUU, Reino Unido y Japón compartieron los lauros en medicina, física y química, los máximos honores en el área de investigación científica.

Algo interesante es que cuando preguntaron a Andre Geim, el nuevo Nobel de física, qué haría al día siguiente de su designación, contestó: «Iré al trabajo.» Su estudiante Konstantin Novoselov, co-receptor del premio, incluso rechazó detener su labor para atender una llamada telefónica de un periodista impaciente, que preguntaba por la concesión del premio.

La dedicación de ambos hombres a su trabajo, no a su fama, pudiera parecer increíble a algunos chinos. La obtención de uno los más admirados galardones internacionales implica avances para la carrera de los beneficiarios, recompensas adicionales del gobierno y de las empresas, y fama y reconocimiento dignos de una estrella de Rock.

Durante años, los medios informativos domésticos han embromado al público chino diciendo que éste padece de un complejo de premio Nobel. El país desea desesperadamente alcanzar el reconocimiento internacional, para probar su capacidad en la creación y la innovación, pero parece que siempre será inútil.

Se invita a muchos laureados Nobel a China para que den conferencias, asistan a foros y asesoren sobre políticas públicas, en un esfuerzo por cerrar la brecha intelectual.

Pero persiste la verdad incontestable de que no ha mejorado el ambiente general para la investigación científica en China, y que en todo caso se deteriora. La burocracia, el plagio y la adoración intensa por la fama y la fortuna han devenido obstáculos infranqueables para el desarrollo científico.

El ansia del público por conseguir un premio Nobel es comprensible. Pero para la investigación científica genuina, que se caracteriza por consumir mucho tiempo y ser tediosa, las metas de conseguir riquezas y fama no sólo son incorrectas sino además lesivas.

Muestra de ello fue el ataque físico organizado en agosto por un profesor de Wuhan contra el escritor Fang Shimin (también conocido por su seudónimo literario de Fang Zhouzi). Una investigación preliminar arrojó que Xiao Chuanguo, profesor de la escuela de Medicina de la Universidad Ciencia y Tecnología de Huazhong, pagó a varios delincuentes para que atacaran a Fang, luego de que éste revelara el engaño que encerraba la investigación de Xiao, situación que bloqueó su acceso a la Academia de Ciencias de China.

En este contexto es preciso preguntar: ¿Realmente necesitamos de un premio Nobel para probar nuestra capacidad en la ciencia y la innovación? Yuan Longping, conocido como el «padre del arroz híbrido,» nunca ha ganado un premio Nobel, sin embargo su invención alimenta a millones de personas.

Este año, el exitoso lanzamiento del segundo satélite de investigaciones lunares de China, el Chang'e-2, compensó a los ciudadanos chinos por su decepción de no ganar un premio Nobel.

Los científicos en el centro de lanzamiento de satélites de Xichang, que han pasado sus vidas diseñando satélites y cohetes, no ganaron un premio Nobel tampoco. Pero estos científicos están impulsando el programa espacial de China.

La meta suprema de la investigación científica, en este sentido, no descansa en un premio, sino en cómo ha beneficiado al pueblo al que sirve. (Pueblo en Línea)

12 de octubre de 2010

Ridículo Premio Nobel de la Paz

La concesión de este Premio a Liu Xiaobo cuando él está aún en prisión no sólo es un estímulo para él, es, más aún, un desprecio y desafío al sistema jurisdiccional de China. Todos los chinos pueden percibir la verdadera esencia del otorgamiento de este premio y muchas personas de bien en occidente también pueden descubrir a primera vista que esto se ha hecho intencionadamente contra China.

El jurado del Premio Nobel otorgó el día 8 de octubre el llamativo Premio Nobel de Paz de este año a Liu Xiaobo, un reo encarcelado por China, con lo que se pone otra vez en una posición en contra del pueblo chino y la causa de reforma y apertura al exterior del gigante asiático.

Se dice en sentido general que el Premio Nobel es prestigioso. Sin embargo, el Premio Nobel de la Paz ya es una excepción infundada con la que se impone al mundo la ideología occidental. En el siglo pasado, este Premio se otorgó en varias ocasiones a personas opositoras a la ex- Unión Soviética, incluido Mikhail S Gorbachev, quien desintegró directamente la Unión Soviética. Y esta preferencia no concluye con el término de la guerra fría.

Negar la China contemporánea por medio de la concesión de este premio es ya una persecución frenética de algunas personas. Hasta la fecha, dos chinos han obtenido este premio, uno es Dalai Lama, y el otro, Liu Xiaobo. El primero, un personaje representativo del separatismo étnico de China, y el último, un pregonero que incita a la copia sin distinción del sistema político occidental en China y una persona que ofrece resistencia a las leyes vigentes en este país. Desde diversos puntos de vista se puede decir que, sin duda, ellos no son de ninguna manera la fuerza constructiva de la paz y desarrollo contemporáneo de China. Lo que ellos han hecho no es nada más que una oposición ejemplar al Estado. La concesión del premio denominado «Nobel de la Paz» a estas dos personas constituye un irrespeto a la mayoría de los chinos, y también una demostración de arrogancia ideológica ante los chinos.

Como Rebiya, Hu Jia, Wei Jingsheng y otros llamados disidentes eran candidatos al Premio Nobel de la Paz, el pueblo chino siente mayor repugnancia aún hacia este premio. Los chinos tienen muchas razones para sospechar que el Premio Nobel de la Paz es un instrumento político que sirve a los intereses occidentales. Y quienes juzgan y manipulan este Premio no quieren ver una China unida en paz, sino una China sumergida en interminables disputas por motivo de divergencias políticas, incluso una China separada al estilo soviético. Lo que pueden hacer ellos es abrir una grieta a la sociedad china por medio de este Premio de la Paz.

Liu Xiaobo fue condenado el año pasado a 11 años de prisión por las autoridades jurídicas de China. Gobiernos de varios países occidentales han intervenido en este asunto, y la acción del jurado del Premio Nobel es una continuación de esta intervención. Quienes actúan de tal manera tienen la esperanza de imponer una multipolarización política en China y desarrollar en ella la occidentalización.

La concesión de este Premio a Liu Xiaobo cuando él está aún en prisión no sólo es un estímulo para él, es, más aún, un desprecio y desafío al sistema jurisdiccional de China. Todos los chinos pueden percibir la verdadera esencia del otorgamiento de este premio y muchas personas de bien en occidente también pueden descubrir a primera vista que esto se ha hecho intencionadamente contra China.

Conforme al legado de Alfred Nobel, el Premio de la Paz se debe otorgar a «personas que han hecho sus mayores esfuerzos o contribuciones para promover la unidad y amistad nacionales, la anulación o reducción de fuerzas armadas convencionales, así como la organización y propaganda de conferencias de paz». Pero el jurado del Premio Nobel ha hecho al contrario.

Las repetidas censuras del Premio Nobel de la Paz advierten otra vez a China para conocer la situación en que se encuentra. Es imposible que el desarrollo de China gane el aplauso de Occidente. Cuando elije su camino de desarrollo, China tiene que ser suficientemente firme, pues los métodos con que Occidente interfiere en su juicio a veces son más inesperados de lo que cualquiera pudiera imaginar.

A pesar de esto, hay que señalar que el jurado del Premio Nobel de la Paz y las personas que este jurado representa no pueden contener la tendencia de desarrollo de China. Han ofendido otra vez a la nación asiática, pero a la vez, como dice una frase china, han levantado la piedra para dejarla caer sobre sus propios pies.

El mundo no es juzgado sólo por esas pocas personas, y la arrogancia de Occidente les hace equivocarse una y otra vez a la hora de conocer la voluntad del pueblo chino. La práctica es la única norma para examinar la verdad, y el Premio Nobel no puede ser más importante que esta razón.

13 de octubre de 2010

China cuestiona intención
de concesión del Nobel de la Paz a Liu Xiaobo

Pequín, 12 oct (Xinhua) – China puso en duda hoy martes la «verdadera intención» del jurado que ha decidido otorgar el Premio Nobel de la Paz 2010 a Liu Xiaobo y les acusó de faltar respeto al sistema judicial de China.

«El comité noruego de los Premios Nobel, que ha concedido el Premio de la Paz a una persona encarcelada en China, muestra una falta de respeto al sistema judicial del país asiático», respondió el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Ma Zhaoxu, a una pregunta al respecto planteada en una rueda de prensa regular en Pequín.

La decisión fue anunciada el pasado viernes en Oslo, capital de Noruega.

Ma advirtió de que los políticos de algunos países están usando el premio para atacar a China.

«Además de no respetar el sistema judicial de China, la concesión del premio pone en cuestión la verdadera intención del jurado», manifestó Ma.

Liu fue condenado a 11 años de cárcel el 25 de diciembre de 2009 por un tribunal de Pequín, por causar agitación con el objetivo de subvertir el gobierno.

China ha logrado considerables éxitos en su desarrollo desde el comienzo del proceso de reforma y apertura, incluyendo continuos progresos en los derechos humanos, lo cual es «ampliamente reconocido por la comunidad internacional», sostuvo el portavoz.

«Si alguien intenta cambiar el sistema político de China de esta manera y trata de obstaculizar el progreso del pueblo chino, comete un claro error», declaró Ma.

13 de octubre de 2010

Fue un gran error otorgar Premio Nobel de la Paz a alguien que no contribuye a la paz, según profesor noruego

Oslo, 13 oct (Xinhua) – Es una gran equivocación otorgar el Premio Nobel de la Paz de este año a Liu Xiaobo, ya que el chino no ha realizado contribuciones a la paz ni a la disminución de un conflicto, indicó el martes Arnulf Kolstad, profesor en la Universidad noruega de Ciencia y Tecnología.

«Hasta donde tengo conocimiento, Liu Xiaobo jamás ha contribuido en ninguna actividad vinculada con la disminución de un conflicto, ni ha sido parte de actividades relacionadas con la paz», dijo Kolstad a Xinhua.

«Por lo tanto, no puedo ver que el ganador del Premio de la Paz cumpla con el criterio más importante en el testamento de Nobel. En consecuencia, es una equivocación», agregó el profesor de psicología y experto en temas de China.

Su idea reflejó la crítica respecto a la decisión del Comité del Premio Nobel, ya que Liu es un criminal convicto por una agitación que tenía como fin subvertir el gobierno, por lo que fue sentenciado a 11 años de prisión a finales de 2009.

El Ministerio chino del Exterior mostró su inconformidad con el Premio, ya que «no muestra respeto por el sistema judicial de China», así como que Pequín cuestiona «la verdadera intención» tras la selección.

El Comité del Nobel «busca promover los valores occidentales alrededor del mundo, aun y cuando la manera en la que se hace no sea muy relevante, e incluso contradictoria con el objetivo», indicó Kolstad.

El profesor rechazó explícitamente el argumento por parte del órgano noruego, respecto a que la lucha de Liu por los derechos humanos, particularmente la libertad de expresión y un sistema democrático parlamentario estilo occidental en China, son un requisito para la paz mundial.

Muchos países que han seguido por largo tiempo el sistema político occidental, como Estados Unidos y Gran Bretaña, han sido entre las potencias militares más agresivas en los últimos 50 años, ocupando e iniciando guerras en otros países como Irak y Afganistán, señaló el profesor.

De igual manera, dijo que, irónicamente, muchas personas en Occidente aún consideran que su sistema es el mejor en el mundo, y que debe ser exportado a otros países, «en algunas naciones por la fuerza y con guerras, y en otros, a través de dar apoyo a quienes se considere que representan estos valores e ideas».

«Se trata de una equivocación señalar que la democracia parlamentaria y la libertad de expresión son una garantía para la paz y el fin de la agresión armada», manifestó Kolstad.

Al hacer referencia a la declaración del Comité del Nobel de que es independiente de influencia política, el profesor dijo que «definitivamente hay una relación con el sistema político oficial en Noruega», y señaló que el líder del Comité también es el ex primer ministro y ex presidente del Parlamento.

China ha logrado un extraordinario progreso en derechos humanos, como la eliminación de la hambruna, la reducción de delitos, así como el fomento de la seguridad alimenticia, los cuales son «importantes, no sólo para un país en desarrollo, y aún pobre, como China, sino para las naciones desarrolladas también», dijo Kolstad.

Asimismo, apuntó que «de esta manera, el mundo occidental puede aprender de China sobre derechos humanos».

Mientras tanto, China cuenta con una cultura «relacional», en donde el pueblo busca las relaciones y la armonía, además de estar menos inclinado a permanecer como humanos independientes y autónomos que en las sociedades occidentales, dijo Kolstad.

El profesor hizo hincapié en que es simplemente injusto clasificar a China como un país no democrático, explicando que China adopta «otro tipo de relación entre los que están en el poder y el pueblo».

«El sistema parlamentario con más partidos no es la única manera de dar influencia al pueblo en las decisiones políticas y el futuro de su país. Debemos aceptar que otros países eligen otras soluciones políticas y democráticas, con base en su cultura y nivel de desarrollo», anotó.

De igual manera, señaló que «no sé si sea más democrático tener un sistema en donde los candidatos presidenciales deben ser extremadamente ricos para competir por la presidencia».

Kolstad examinó la inquietud occidental y la manía de criticar a China, y concluyó que muchos en Occidente no quieren ver un país grande y que ha logrado muchos éxitos como China tiene otro sistema político, basado en los valores culturales diferentes a los que son aceptados en Occidente.

«Veo a China como un país pacífico y no agresivo en comparación con la mayoría de los países desarrollados en el mundo. China no forma parte en guerras y procura resolver los problemas internacionales a través del diálogo», anotó.

Asimismo, indicó que «por lo tanto, considero injusto dar el Premio de la Paz a la oposición y a disidentes en China, en vez de dárselo al presidente, como en Estados Unidos».

15 de octubre de 2010

China rechaza intromisión
de gobiernos occidentales en sus asuntos

Pequín, 14 oct (Xinhua) – China cuestionó hoy las intenciones de los gobiernos occidentales que apoyaron el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz 2010 a Liu Xiaobo, y dijo que esos gobiernos no tienen ningún derecho a entrometerse en los asuntos internos de China.

«¿Cuál es la verdadera intención de esas figuras políticas y gobiernos extranjeros que apoyan el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz al señor Liu Xiaobo? ¿Es porque les molesta la vía de desarrollo de China y odian el sistema político de China?», preguntó el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Ma Zhaoxu.

Ma dijo en una conferencia de prensa habitual que si China había elegido o no el mejor camino para avanzar, tanto política como socialmente, puede ser juzgado mejor por la realidad de desarrollo en China y que los 1.300 millones de chinos son los más autorizados para decirlo.

«Los asuntos de China deben ser dejados a los chinos mismos», afirmó Ma, quien agregó que los pocos individuos parciales del Comité Nobel noruego no tienen ningún derecho a juzgar a China y que los gobiernos occidentales no tienen ningún derecho a entrometerse en los asuntos internos de China.

«Nosotros nunca nos entrometemos en los asuntos internos de otro, y no permitiremos que otros se entrometan en los nuestros», dijo Ma.

El Comité Nobel noruego otorgó el Premio Nobel de la Paz 2010 a Liu Xiaobo el 8 de octubre en Oslo, Noruega. Liu fue sentenciado a 11 años de prisión el 25 de diciembre de 2009 luego de que un tribunal local de Pequín lo encontrara culpable de agitación destinada a subvertir al gobierno.

15 de octubre de 2010

Publica Agencia Xinhua que Premio Nobel de la Paz a Liu Xiaobo es una «recompensa política» de Occidente

La Agencia oficial de noticias de China Xinhua, publicó este viernes un editorial donde reconoce que el otorgamiento del Premio Noble de la Paz 2010 a Liu Xiaobo profana la legalidad, se opone a la intención original de la fundación de ese galardón internacional, y en particular oculta las pretensiones políticas y complots ideológicos occidentales.

El artículo señala que en los últimos años Liu Xiaobo publicó una serie de comentarios que difaman y niegan el sistema político democrático y socialista de China,y organizó la recolección de firmas con el objetivo de derrocar el régimen actual de gobierno.

Liu Xiaobo fue sentenciado a 11 años de prisión en diciembre de 2009, luego que un tribunal local de Pequín lo declarara culpable de agitación para perturbar al gobierno nacional. El 8 de octubre el Comité que concede el premio Nobel en Noruega le otorgó el Premio Nobel de la Paz 2010.

15 de octubre de 2010

Premios Nobel de la Paz ya no respetan
la voluntad de Alfred Nobel: abogado noruego

Oslo, 15 oct (Xinhua) – Nueve de los últimos 10 premios Nobel de la Paz fueron «ilegales» ya que el otorgamiento se ha apartado completamente de las últimas palabras de su fundador, afirmó un abogado y activista de la paz noruego.

«Mi evaluación legal de la voluntad de (Alfred) Nobel muestra que hoy el premio es Nobel sólo por el nombre. En realidad, es el premio del parlamento noruego», dijo Fredrik Heffermehl en una entrevista concedida a Xinhua esta semana.

Heffermehl llegó a esta conclusión después de realizar un cuidadoso estudio del testamento del químico sueco y a través de una evaluación legal de los Premios Nobel de la Paz otorgados en los últimos 109 años.

«Los premios otorgados ya no respetan a Nobel, quien quería respaldar el desarme mundial», dijo Heffermehl, quien expuso su investigación en un libro titulado «El premio Nobel de la Paz: Lo que Nobel quería realmente.»

En palabras de Nobel, sus activos debían ser utilizados para reconocer a los «campeones de la paz», un término que según Heffermehl se refiere a activistas de la paz que trabajen para crear un mundo desmilitarizado.

«Al contrario, los premios (ahora) reflejan las actitudes de políticos noruegos que creen en la fortaleza militar, la lealtad a la OTAN y la sumisión a Estados Unidos», dijo.

De los últimos 10 Premios Nobel de la Paz, todos menos uno eran ilegales, concluye Heffermehl en su ensayo de 238 páginas publicado el pasado agosto, en los que analiza la cada vez mayor divergencia de las selecciones del Comité Noruego del Nobel con respecto a la voluntad de Alfred Nobel.

«Hace mucho tiempo, el comité se olvidó de que Nobel tomó una elección fundamental para acercarse a la paz, entre dos ideas de seguridad opuestas. En lugar de depender en la fuerza y las amenazas, Nobel deseaba que los países desarrollasen una profunda confianza mutua y abolieran sus fuerzas militares y sus industrias armamentísticas», explicó Heffermehl.

Si el Comité del Nobel se hubiera dedicado al objetivo de Nobel de desarme total y general, habría ayudado a promover la «comunicación abierta» entre países y la «libertad de reunirse y debatir», agregó.

Pero aún así los miembros del comité, muchos de ellos abogados jubilados, han ignorado la indiscutible evidencia de la verdadera intención de Nobel, y han actuado «como si estuvieran por encima de la ley», señaló Heffermehl.

Por otra parte, añadió que aunque el Comité del Nobel es libre para decidir y es independiente de presiones políticas, esto no significa que sea inmune a inclinaciones políticas.

«Por desgracia, sin embargo, la mayoría de los miembros del comité... tienen una idea formada por la situación de confrontación de la Guerra Fría, y no entienden la idea alternativa para la paz que Nobel quería promover», aseguró Heffermehl, quien publicó anteriormente otro libro titulado «La paz es posible».

«Este año otra vez, incluso habiéndoseles recordado sus obligaciones legales, el Comité del Nobel no se atrevió a confrontar la fuerza más poderosa en los asuntos mundiales: el gigante militar-industrial», agregó.

Heffermehl admitió que su último libro, que supone un «estudio crítico de los políticos noruegos y del Comité del Nobel y su actitud con respecto a los ideales democráticos y el estado de derecho», y que contiene información que el comité guarda como secreta, ha irritado a las autoridades noruegas.

«Estoy seguro de que mis críticas son útiles para Noruega, para el mundo, y que mi protesta debe conducir a un Premio Nobel mucho más útil e importante», dijo a Xinhua.

La tarea del Comité del Nobel, insistió, es «ayudar a lograr un nuevo nivel de civilización y de estado de derecho a nivel internacional, y liberar la humanidad de la mortal opresión del militarismo.»

«Estoy seguro de que los legisladores noruegos se darán cuenta pronto de que es una obligación legal nombrar un comité formado por miembros dedicados a las ideas de Nobel. Su intención era construir puentes, respeto, cooperación y entendimiento entre los países», agregó Heffermehl.

«El premio de 2010 también fracasa en ese aspecto», afirmó. El premio de este año fue otorgado a Liu Xiaobo, quien fue sentenciado en diciembre de 2009 a 11 años de cárcel por acusaciones de fomentar actividades de agitación con el objetivo de subvertir el gobierno chino.

15 de octubre de 2010

Comentario: Un premio contra las ideas de Nobel

Pequín, 14 oct (Xinhua) – La decisión del Comité del Nobel de Noruega de otorgar el Premio Nobel de la Paz de este año a Liu Xiaobo, un criminal chino convicto, va en contra de los principios del premio y las ideas de su fundador.

El otorgamiento demuestra que el alguna vez prestigioso premio ha degenerado en un instrumento político de algunas potencias de Occidente.

La decisión va en contra del testamento de Alfred Nobel, fundador del Premio Nobel de la Paz.

De acuerdo con los deseos de Nobel, el Premio de la Paz se debe otorgar a la(s) persona(s) que «hayan demostrado hacer la mayor o la mejor labor por la fraternidad entre las naciones, por la abolición o reducción de los ejércitos permanentes y por sostener y promover los congresos de la paz».

No obstante, Liu ha sido encarcelado por agitación destinada a subvertir al gobierno chino. Lo que ha hecho va en contra del deseo de paz de Alfred Nobel.

Tal como lo expresó el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Ma Zhaoxu, la decisión del Comité del Nobel fue una «blasfemia» y una «violación a los principios del Premio de la Paz».

La decisión de honrar a Liu constituye una burla para el Premio Nobel de la Paz de un siglo de existencia pues se convierte en un insulto a sus muchos notables galardonados.

En sus casi 110 años de historia, varios héroes y figuras nobles como Martin Luther King, la Madre Teresa y Nelson Mandela han sido premiados. ¿No es irónico poner a Liu en la misma liga que esas enormes figuras?

La selección de los galardonados con el Premio Nobel de la Paz debe ser algo serio. Desafortunadamente, el Comité del Nobel no pudo resistir la tentación de usar el premio como un instrumento político.

Como su nombre lo indica, el Premio Nobel de la Paz es concedido a quienes promueven la paz. Sin embargo, el comité lo otorgó en 1989 al Dalai Lama, alguien que lucha por separar a China y por alterar la armonía étnica. Este año, el comité honró a una persona que ha violado la ley china.

Los infractores de la ley son sancionados en todas las sociedades civilizadas. ¿Por qué el Comité del Nobel ignora este principio básico cuando se refiere a China?

El público en general en China se pregunta por qué el Comité del Nobel adopta dobles estándares al tratar con China. Al otorgar un prestigiado premio de la paz a Liu, el Comité se ha deshonrado a sí mismo.

La decisión también muestra que unos cuantos occidentales son incapaces de comprender el crecimiento de China y, por lo tanto, tratan de dañar la imagen de China a través de todos los medios.

Luego del anuncio del premio de este año, algunas fuerzas en Occidente empezaron a atacar a China de nuevo. La situación es contraria a los deseos de Alfred Nobel en favor de la «fraternidad entre las naciones».

Con la prosperidad de su economía, China ha hecho cada vez más contribuciones para impulsar la prosperidad y el crecimiento económico de todo el mundo. Sin embargo, unas cuantas personas en el Occidente intencionalmente ignoran las contribuciones de China. Quieren ver a China a través de lentes de colores y tratan de politizar muchos asuntos relacionados con China.

Es una lástima que el Premio Nobel de la Paz de este año haya degenerado en un instrumento político de Occidente. También es una pena que el pueblo chino, que en general ha respetado los premios Nobel, haya quedado decepcionado por el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz de este año.

15 de octubre de 2010

OCS expresa su oposición a
«politización» de Premio Nobel de la Paz

Pequín, 15 oct (Xinhua) – Muratbek Sansyzbayevich Imanaliev, secretario general de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), expresó hoy viernes su oposición a la politización del Premio Nobel de la Paz, diciendo que el premio no debe ser utilizado como una herramienta para interferir en los asuntos internos de otros países.

Imanaliev dijo que el premio debe concederse de acuerdo con el testamento de Alfred Nobel.

El testamento dice que el galardón debe ser atribuido a aquella persona o personas que «hayan hecho la mayor o mejor obra por la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos permanentes y para la celebración y promoción de congresos por la paz».

«Es muy lamentable que el premio haya sido otorgado a un criminal que está ahora en prisión», dijo Imanaliev en una entrevista con Xinhua.

Imanaliev también expresó su esperanza de que las «partes interesadas» se adhieran fielmente a la voluntad de Nobel y eviten que ese premio sea politizado.

El Comité del Nobel de Noruega otorgó el Premio Nobel de la Paz 2010 a Liu Xiaobo el 8 de octubre en la capital, Oslo.

Liu fue condenado a 11 años de cárcel el 25 de diciembre de 2009 después de que un tribunal local en Pequín lo declarara culpable de agitación dirigida a subvertir el gobierno.

El martes, el ministerio chino de Relaciones Exteriores criticó duramente, y lo calificó como una «falta de respeto con el sistema judicial de China», y además puso en duda las «verdaderas intenciones» detrás de la decisión.

Imanaliev, originario de Kirguizistán, destacó los notables éxitos que China ha logrado en términos de desarrollo político, económico y social.

Los hechos prueban la corrección de la trayectoria de desarrollo de China desde la adopción de las políticas de apertura y reforma, aseveró.

El responsable sostuvo además que China es un miembro importante de la OCS, que ha contribuido significativamente al desarrollo de la organización.

Asimismo, dijo que la OCS respeta el derecho soberano de cada país a elegir su propia vía de desarrollo, y añadió que él cree que China hará más contribuciones a la estabilidad y prosperidad regionales.

20 de octubre de 2010

Premio Nobel de la Paz en el camino político equivocado

Hace algunos días, el Comité Nobel noruego decidió otorgar el Premio Nobel de la Paz 2010 a Liu Xiaobo, un profesor chino condenado a once años de cárcel por violar las leyes de su país. Este acto, que ignora la legislación vigente del país asiático e interfiere en sus asuntos internos, provocó inmediatamente las dudas de algunos expertos occidentales sobre el carácter racional, fiel e independiente del Comité Nobel, así como de su funcionamiento. Por otra parte, permitió a los chinos saber que el Premio Nobel de la Paz había entrado en un camino político equivocado.

Unos 100 años atrás, Alfred Nobel dejó escrito en su testamento que el Premio de la Paz debía reconocer a personas que contribuyeran a fomentar la amistad entre las naciones y la armonía entre las etnias, a la reducción del armamento y la promoción de la paz. Estos tres requisitos constituyen un todo que refleja el deseo del señor Nobel respecto a la paz. La medalla que acredita tal reconocimiento tiene tallada la frase «Para la paz y la amistad de la humanidad».

En el pasado siglo, sobre todo en las últimas décadas, el Premio Nobel de la Paz ha provocado varias disputas y críticas, debido a que el Comité Nobel incluyó sus propias opiniones políticas en los estándares a tener en cuenta para la concesión de la distinción, ignorando lo que está escrito en el testamento de Nobel.

Tras un cuidadoso estudio de la declaración de última voluntad de Alfred Nobel y una evaluación legal de los Premios Nobel de la Paz otorgados en los pasados 100 años, Fredrik Heffermehl, abogado noruego, considera que el Comité Nobel actual establece los requisitos para su entrega conforme a sus propias necesidades políticas, yendo en contra del deseo de Alfred Nobel sobre la reducción o eliminación del armamento.

En los 21 años recientes, el Comité Nobel otorgó el Premio de la Paz los chinos Dalai Lama y Liu Xiaobo. El primero es un separatista que intenta deteriorar la unión de la nación y fragmentar a China, mientras el segundo es un criminal detenido por llamar a subvertir el poder de la patria, actos que en ambos casos van totalmente en contra de lo escrito en el testamento de Alfred Nobel. Tal como expresó Heffermehl en una entrevista, otorgar el Premio de la Paz a Liu Xiaobo es una decisión errónea. Liu propuso que «China debe seguir siendo colonia por otros 300 años» y que «China se debe dividir en 18 países», por lo que radicalmente no es un «guerrero de la paz», según el testamento de Alfred Nobel, sino un criminal que durante largo tiempo se ha dedicado a la destrucción del Poder Estatal.

En su testamento, Alfred Nobel exigió que el Parlamento noruego eligiera a cinco ciudadanos como miembros del Comité Nobel, a cuyo cargo estaría la elección y otorgamiento del Premio de la Paz. Sin embargo, lo que le importa al órgano legislativo noruego es la reputación del Premio Nobel, de ahí que otorgase las cinco plazas a las cinco principales fuerzas políticas parlamentarias. Este comportamiento, en realidad, ha convertido al galardón en un premio propio del Parlamento noruego.

Obviamente, el Comité Nobel tiene una característica, y es que la mayoría de sus miembros son políticos de viejo cuño, cuyo pensamiento y concepto del valor se formaron en la Guerra Fría, por lo que están acostumbrados a mirar el mundo a través de anteojos de color. Ellos han violado el deseo de Alfred Nobel de promover la paz mundial mediante el reconocimiento y tienen prejuicios sobre el cambio de la estructura mundial actual, sobre todo en relación con el rápido desarrollo de países emergentes como China. Ello explica que el Premio Nobel de la Paz tenga un subido color político.

Hace 21 años, cuando el Comité Nobel noruego otorgó la máxima distinción de la paz al Dalai Lama, su presidente expresó abiertamente que quiso aprovecharlo para ejercer influencia sobre China; historia que se repite al concedérselo a Liu Xiaobo. Durante los últimos dos años, algunos políticos, expertos y organizaciones no gubernamentales de Occidente contrarios a China han puesto mucha energía en lograr influenciar al Comité Nobel, mientras algunos miembros del Comité tienen muy claras sus propias «responsabilidades». Al hablar del Premio Nobel de la Paz 2010, un observador político de una agencia de noticias de Rusia expresó directamente que la distinción ha sido totalmente politizada y que su elección se debe a la actitud de algunos países occidentales. Después de ver los actos de importantes políticos tras conocerse el ganador del Nobel de la Paz del presente año, se puede observar su alto consenso en el tema de «ejercer influencia sobre China».

Debido a la dependencia de la operación del Premio Nobel, el Premio de la Paz se convirtió otra vez en una herramienta de algunos políticos occidentales y fue más allá en un camino político equivocado.

25 de octubre de 2010

¿Por qué Occidente se fascina con la guerra ideológica?

Por Li Hongmei

Para Occidente, dedicar un millón 400 mil dólares a inyectar un nuevo ímpetu a su guerra ideológica contra China puede parecer una inversión lucrativa.

De lo dicho da fe el entusiasmo con que algunos occidentales se apresuraron a otorgar dicha cifra, como acompañamiento pecuniario al Premio Nobel de la Paz de este año, que recayó en manos del chino Liu Xiaobo, un ciudadano del que se conoce poco, pero que para ellos puede devenir símbolo de la corriente opuesta al estatus imperante en China.

Puede que ésta sea la manera occidental de cimentar esperanzas en socavar el acenso chino, presionando al país para que haga concesiones, e incluso procurando que China un día sucumba por completo ante la arrolladora andanada ideológica de Occidente.

Puede que también éste sea un arreglo de ganancia total para aquellos que procuran el reconocimiento occidental, al colocar en la palestra pública posiciones que de lo contrario fenecerían en el más oscuro rincón. Con sus «cruzadas» para exponer las «partes blandas» de China, estos personajes se congracian con Occidente, que hoy vive de una aprensión colectiva en otra, ante el crecimiento continuado de China. Tal parece que la gente de la estirpe de Liu Xiaobo finalmente han encontrado su atajo hacia la fama y la fortuna y, aún más importante, hacia su sueño de toda una vida de ver sus nombres inscriptos en el candelero universal.

Para conseguir tales honores no es necesario trabajar con denuedo, o elaborar complicadas fórmulas científicas, o pasar meses de dura labor en un laboratorio, porque para muchos que se esfuerzan así el Premio Nobel sigue siendo como una nube que pasa de largo sin que se le pueda tocar. Pero basta asestar una puñalada artera a la tierra que lo vio nacer para que le concedan el honor supremo y ser catapultado al «estrellato internacional» de la noche a la mañana. Muchas personas con un alto grado de conciencia desdeñarían la idea, pero Liu Xiaobo y sus similares aprovechan la ocasión para ganar el éxito rápido.

Por su parte, Occidente está impaciente por vender el concepto de que si existe algún proceder globalmente aceptable, ése debe ser el occidental, y de que el mundo en pleno debe plegarse a las leyes establecidas por Occidente. Por lo tanto, China seguirá siendo blanco de su guerra ideológica. «En las mentes de algunos occidentales, aunque China crezca y se desarrolle a un nivel avanzado, aún deberá rendirse a la lógica de la ideología occidental,» según reza en un editorial periodístico.

Según dicho análisis, Occidente está lanzando una cruzada espiritual contra el «paganismo», etiqueta con la cual Occidente suele referirse a quienes rechazan acatar los valores y sistema ideológico occidentales.

Es irónico y difícil de asimilar que, mientras por un lado pregona la democracia y la libertad, Occidente sea incapaz de tolerar la existencia del pluralismo político y de la diversidad de valores sociales

De hecho, la reforma de China toma algunas referencias occidentales, al desechar la rígida y asfixiante economía centralizada, a favor de un futuro más próspero. Gracias a las tres décadas de reforma y apertura, hoy el país es la segunda mayor economía del mundo, en el cual procura encontrar puntos comunes con su porción desarrollada, en particular con EEUU.

Pero tal parece que en el marco de la mentalidad enclaustrada en la Guerra Fría, sólo derrotando a China en el terreno ideológico e, incluso, desmantelando sus bases ideológicas, podrán los alabarderos de Occidente sentir satisfacción. (Pueblo en línea)

¡Viva el Partido Comunista de China! ¡Viva la República Popular China! ¡Viva la sexta generación de la Izquierda!

El Catoblepas
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