Manifiesto a la Nación de la
Liga Nacional de Lucha
contra el Fanatismo Religioso
México, 10 de noviembre de 1934
Ante el momento histórico que vivimos, en relación con el recrudecimiento de la lucha en contra de los eternos conculcadores del pueblo, un grupo de maestros revolucionarios a quienes siempre se les ha encontrado en las filas del trabajador organizado, resolvimos formar de una vez por todas una institución que denominamos: Liga Nacional de Lucha contra el Fanatismo Religioso.
Dicha agrupación quedó solemnemente integrada el día 19 de octubre pasado, y dada su denominación creemos que sale sobrando cualquier explicación sobre los fines que se propone realizar.
Al colocarnos en esta situación desconocemos cuales han de ser nuestros enemigos pues conocemos bastante bien a los corifeos de la reacción y a los mediocres acomodaticios que encastillados en su posición de sabihondos pretenden detener nuestros entusiasmos con sofismas estultos.
Sepan pues, unos y otros, que no descansaremos hasta aniquilar a los primeros y arrancar la máscara a los segundos, sacándoles las medallas y los escapularios que esconden entre las ropas con que pretenden aparecer como neorrevolucionarios.
Queremos colocarlos en un terreno de lucha franco y definido, pues ya lo decía el Ing. Luis León: «Resulta muy fácil a muchos malabaristas y logreros llamarse agraristas y obreristas, pero le ha resultado difícil declararse anticlericales porque detrás de ellos está la esposa que se molesta si el marido ataca sus creencias.»
La Liga Nacional de Lucha contra el Fanatismo Religioso reconoce que la burguesía y políticos profesionales tienen postergado al pueblo y siempre han negado al obrero y al campesino el derecho que le asiste para liberarse moral, cultural y económicamente.
Pero nadie podrá negar que el mejor aliado de esos dos factores es el clero de todas las religiones, ya que mientras unos explotan y tiranizan al pueblo, los curas imbuyen en el alma de las multitudes su estupidizante y soporífero gas religioso que sirve para embrutecer al hombre apartándolo de la realidad de la vida.
Nosotros queremos empezar por lo primero, es decir desbaratando el poder de todas las religiones y para ello iremos a la prensa, a la cátedra, a la tribuna y en último caso tomaremos el puesto que nuestro Gobierno nos señale, con tal de que el movimiento social sea un hecho y que entienda la reacción visible y emboscada, que el nervio productor de México, los verdaderos revolucionarios de cepa bien definida, sabemos responder con dignidad, con honor y con vergüenza al llamado de nuestros hermanos y al imperativo del momento histórico que nos grita que es necesario renovarse o morir.
Por lo anteriormente expuesto y como principio de acción de nuestra Liga Nacional de Lucha contra el Fanatismo Religioso, el Comité Central que suscribe hace un llamado a todos los maestros y obreros de esta ciudad, y de la República entera para que como siempre se pongan de parte de las causas nobles y justas y pasen desde luego a inscribirse o envíen su adhesión a la Calle de Iturbide, nș 28 de México, D. F., donde el Prof. Pedro Magdaleno encargado de este asunto lo atenderá debidamente.
Igualmente invitamos a todos los jóvenes estudiantes que aún no se han pervertido con las prédicas demagógicas de los reaccionarios a que con ese valor que distingue a la juventud se coloquen de una vez por todas en el campo de acción que les corresponde y vengan a luchar con nosotros por la formación de una humanidad nueva y generosa.
Declaramos que nuestra principal acción será en el campo, pues nuestro deseo es respaldar a los maestros rurales y a los comités agraristas, esos dos focos de cultura y ejemplos de abnegación que la revolución sostiene como sus abanderados en todos los pueblos.
Que sepan las gentes del campo que aquí hay una Liga Nacional de Lucha contra el Fanatismo Religioso que es una verdadera fraternidad que siente los problemas y el dolor de los humildes y que está resuelta a hacerse oír del mundo entero y adquirir personalidad ante el Gobierno para destruir la hidra de siete cabezas que es el cura. Caído él, caerán también los caciques, acaparadores y tinterillos, verdaderas calamidades de las pequeñas comunidades campesinas.
Esta Liga se regirá por un Comité Central que forman los que suscriben, pero tendrá sus Comités de Estado en cada uno de ellos los que formarán a su vez los Sub-Comités Municipales en cada pueblo donde exista una escuela rural.
Camaradas:
Que sepa el mundo entero que la Liga Nacional de Lucha contra el Fanatismo Religioso no descansará hasta ver unidos en un solo frente a todos los revolucionarios de verdad, sean estudiantes, obreros, campesinos o maestros. Que no permitiremos hipocresías de canallas y que pugnaremos por arrojar del País a los curas y por desenmascarar a los nefandos Caballeros de Colón que hoy dicen estar convencidos de la bondad de nuestra causa.
México, D. F., a 10 de noviembre de 1934.
Liga Nacional de Lucha contra el Fanatismo Religioso.
El Comité Central: Prof. Luis F. Rodríguez Lomelí. Prof. Samuel Hernández. Prof. Felipe Jiménez de la Rosa. Prof. José Terán Tovar. Ing. Mario Bandala. Manuel Mercadillo Lamicq. Jesús Yáñez Díaz. Pedro Magdaleno.
Documentario • Nódulo • Biblioteca • El Catoblepas |
© 2005 nodulo.org