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← Quito 1985 · capítulo 8 · páginas 377-383 →

David Stoll · ¿Pescadores de hombres o fundadores de Imperio? El Instituto Lingüístico de Verano en América Latina

Finanzas de la fe

El dinero es un tema delicado para el Instituto Lingüístico, propenso a la paranoia y al encubrimiento. En el campo, donde la mayor parte de la población tiene poco, el ILV obviamente tiene mucho. En la tierra natal, la mayor parte del dinero es recaudado según el delicado eufemismo del ritual de fe –presentar la carga evangélica, solicitar oración, dar una bendición, &c. Creyendo que su dinero ha sido utilizado con fines impíos, ocasionalmente los sostenedores han interrumpido el suministro “¡Fondos, fondos, fondos, eso es todo lo que oigo!” declaró un exasperado confidente. “Siempre me están contando cosas y luego diciéndome que no debo contarle a nadie”.

Las fuentes de los Estados Unidos aparentemente suministraron 31,9 millones del ingreso de Wycliffe de 44,6 millones de dólares en 1982{85}. De dónde viene todo eso es algo que siempre ha sido disimulado, desde que Guillermo Townsend dijo a los mexicanos que eran individuos quienes sostenían su obra. Ahora el que pregunta se entera de que el dinero viene de parientes, iglesias y amigos que deben permanecer anónimos. No obstante toda la sospecha, es cierto que la iglesia evangélica pro-misión de clase media es el principal respaldo. El dinero está ahí para ser solicitado, y no toma mucho esfuerzo encontrar una iglesia que lo esté entregando. En 1975 los mil cien miembros de la Iglesia del Calvario de Santa Ana, California planeaban dar 230.000 dólares a sesenta y cinco misioneros, la mitad de ellos con Wycliffe{87}. Aunque Calvario es obviamente una super-iglesia, apenas cincuentaiocho de tales presupuestos misionales podrían haber proporcionado el ingreso estadounidense de Wycliffe de 13,3 millones de dólares de ese año, del mismo modo que lo podrían hacer 63.000 fieles que donaran un promedio de 210 dólares{88}. Un año antes Wycliffe reclamó [378] tener 66.000 donantes, aparentemente sólo en Estados Unidos, y varios años más tarde su boletín mensual afirmaba tener una circulación de 60.000{89}.

La base de apoyo financiero de Wycliffe no debe ser confundida con el evangélico medio, quien es ligeramente más pobre que otros norteamericanos, más probablemente demócrata que republicano, y suele vivir en la ciudad pueblerina y el centro tugurizado de la gran ciudad antes que en los más prósperos suburbios{90}{91}. Geográficamente, la base de apoyo financiero sí parece estar distribuida como la iglesia del “cinturón bíblico”, que de hecho se encuentra a todo lo largo del país, pero es más fuerte en el sur y más débil en el noreste. Con todo, Wycliffe es claramente californiano del sur en su origen –tres de los cuatro co-fundadores del ILV/TWB en 1942 eran de ahí, y un sondeo de 1951 mostraba un fuerte peso de miembros de la “Costa Oeste” y el sur de California es un lugar especial{92}.

La ubicación de los centros estadounidenses en el Condado de Orange y dos áreas más de fuerte apoyo –Dallas y las inmediaciones de Charlotte, Carolina del Norte, donde nació Billy Graham– inclinan el terreno social de Wycliffe hacia las metrópolis en boom del próspero 'cinturón del sol' y el republicanismo arribista. Gente con los valores pueblerinos se han mudado a los suburbios que los amenazan. Financiado por las ganancias de campos petroleros y contratos del Pentágono, florece el chauvinismo de derecha. También lo hace la religión evangélica, transformada en salvación para una época de oro{93}.

En la tierra natal de la religión evangélica blanca –la ciudad pueblerina y ahora los suburbios del sur del país– la ortodoxia de clase media y sus ingresos proporcionan un gran público para las solicitudes misionales. Las misiones hacen comprensibles las alarmantes noticias de alrededor del mundo en los términos que uno escucha en el culto cada domingo. Ofrecen hacer el mundo menos amenazante, al hacerlo más parecido a los Estados [379] Unidos. Y apelan a la discrepancia entre una ideología de sacrificio y vidas dominadas por el consumismo. “El nivel de vida norteamericana simplemente no va con mucho del mundo”, medita una granjera de Minesota. “Vivimos algo como una vida de apariencias. Incluso espiritualmente, lo tenemos todo. ¿Y qué del resto del mundo?” Después del terremoto de 1976 en Guatemala, ella y su esposo van allá por varios meses para ayudar a Wycliffe en tareas de reconstrucción. Descubren que “las familias [allá] son mucho más unidas de lo que son aquí arriba” y que “la vida y la muerte son reales allá, no son embalados en un cuarto esterilizado”{94}.

Una de las razones del éxito de Wycliffe es que ha promovido un producto claramente definido, un fetiche que ha de ser llevado a lugares exóticos, traducido y hacer milagros. Hay menos simpatía por el misionero a quien el Señor ha llamado al ministerio de maquinaria de oficina en un suburbio de Los Ángeles, es decir, por financiar los costos administrativos de la mayor burocracia de misión de fe externa del mundo. Dado que la consigna 'el campo primero' ha confinado a Wycliffe a una recaudación administrativa de un diez por ciento de donaciones a miembros, debe buscar en otra parte para cubrir el costo de 17,9% de administración y publicidad reflejado en la memoria financiera de 1979){95}. El dinero para infraestructura es también difícil de recaudar: no puede esperarse que las congregaciones comprometidas a subvencionar la carrera y progenie de las parejas misioneras financie otro centro más para la salvación del mundo.

El empresario cristiano puede. Los financiadores principales siempre han jugado un rol seminal en Wycliffe, al financiar la base para reclutar miembros, quienes luego hacen un llamado más amplio a sus propias redes sociales. Durante la Depresión, la suma crítica podría ser sólo unos cuantos cientos de dólares, para financiar el siguiente paso del fundador; luego, cantidades más grandes después de la Segunda Guerra Mundial, para adquirir aeroplanos y construir bases; y ahora para financiar el archipiélago de Wycliffe a lo largo del sur de Estados Unidos. Parte de estos fondos vienen de fundaciones evangélicas como la Asociación Evangelista Billy Graham; la Asociación Evangelista Fuller; y el Trust Henry P. y Susan C. Crowell, que en 1974 dio a SSAR 42.500 dólares{96}. [380]

Otro signo de que las demandas financieras de Wycliffe han dejado atrás la etiqueta de fe en la recaudación de fondos (“la información acerca de necesidades puede ser dada a conocer” pero “no se solicitarán fondos”) es Wycliffe Asociados (WA){97}. Originalmente fue descrita como una organización de empresarios cristianos. Pero aunque WA incluye a hombres como el donante del terreno para el centro en Huntington Beach, la reciente presentación como la división laica de apoyo a Wycliffe está más cerca de la verdad. Los negocios de la mayor parte de los doce mil asociados están al nivel del contador, sub-contratista de construcción, granjero y ama de casa. La mayoría parece estar cerca de la jubilación, libres al fin de los gastos de criar niños pero aún cerca del pico de su curva de ingresos. Están dispuestos a aceptar a Wycliffe como un dependiente sustituto, dejar de lado los eufemismos de la recaudación de fondos de fe, y responder a pedidos directos, particularmente para necesidades del Tercer Mundo que un comité de iglesia descuidaría para financiar a otro ganador de almas norteamericano. Recientemente, tales partidas han incluido la camioneta exigida por la Universidad de Ougadougou, casas para los trabajadores Dani que sufren de malaria, y gastos de viaje para el Dr. Suharno para asistir a una conferencia en Montreal. WA también ha cargado con altos costos de publicidad. Durante los primeros cuatro años (1967-71), gastó 223.000 dólares para transferir otros 551.000 a Wycliffe (en 1981 WA transfirió 1,7 millones de dólares incluyendo servicios){98}. Los traductores pueden vivir en una casa y trabajar en una oficina construida por artesanos WA, quienes pasan sus vacaciones en el campo a su propio costo; confiar hijos en edad universitaria a “tías y tíos” de WA en Estados Unidos; y en sus propias licencias en la tierra natal, dar vueltas en un carro prestado por un miembro WA y pasar la noche en hogares WA{99}.

A pesar del aire amable de Wycliffe Asociados, no han faltado motivos para sospechar conflictos de interés en otras partes. La mayor empresa de Wycliffe hasta la fecha, el Centro Internacional de Lingüística, ilustra los temores de que el grupo pudiera servir como una fachada para intereses comerciales o extremistas políticos. De manera más importante, sugiere los límites de decoro que Wycliffe no se atreve a transgredir por temor a poner en peligro su apoyo. En 1978, después de más de una década de testimoniar en la capital bancaria y religiosa de Texas, el patronato del CIL incluía [381] a cinco presidentes de compañías y cinco presidentes de directorio, de dos bancos de Dallas, dos corporaciones industriales de Dallas, dos compañías de seguros de Dallas, cinco sociedades de bienes raíces e inversiones, y cuatro empresas de petróleo y gas natural. Los miembros del patronato habían donado la mitad de los 1,5 millones de dólares invertidos en la construcción del CIL, aunque uno había prometido otros 1,5 millones para aportar al plan de recaudar 8 millones{100}. Cinco de ellos pertenecían a los directorios de dos de los más grandes consorcios de bancos en Tejas, First International Bancshares and Republic of Texas, donde se codeaban con directores de Texas Instruments and Halliburton, cuyas subsidiarias (Geophysical Service y Brown & Root, respectivamente) han buscado petróleo y construido carreteras en la Amazonía ecuatoriana y peruana{101}.

El miembro del patronato del CIL más cautivador es sin duda Nelson Bunker Hunt, hijo del petrolero independiente y rezagado del Señor H. L. Hunt. La generosidad familiar hacia Wycliffe podría datar de la época de la primera esposa del patriarca, Lyda, una prominente presbiteriana de Dallas desde 1938 hasta 1955; o de Ruth, la tercera esposa, quien en 1960 lo metió a la Primera Iglesia Bautista del Reverendo W.A. Criswell, que pronto se convertiría en un auspiciador de Wycliffe; o tal vez simplemente su hijo Bunker. En cualquier caso, Bunker no es la clase de persona que yo quisiera tener en mí directorio. No es conocido por sus escrúpulos, y es dueño de concesiones de gas y petróleo en todo el mundo. En 1975, por ejemplo, Bunker y su esposa Carolina estaban yendo a Nueva Guinea donde él se ocuparía de sus negocios petroleros mientras ella esperaba estudiar una tribu de cazadores de cabezas{102}. Bunker es también miembro del directorio e importante financista de aquel cazador de cabezas derechista, la Sociedad John Birch (bautizada con el nombre de un misionero fundamentalista, que se hizo oficial de inteligencia en China durante la Segunda Guerra Mundial y fue muerto por los comunistas){103}. Últimamente, el dinero de Bunker ha estado tronando contra la amenaza Roja de Nicaragua, donde muchos evangélicos han encontrado comprensivos a los Sandinistas, y urgiendo apoyo norteamericano para el mismo régimen [382] guatemalteco cuyas atrocidades a veces se filtran en las cartas de oración de Wycliffe.

El CIL es modesto, incluso humilde comparado con otra caridad de Bunker, la Cruzada Estudiantil para Cristo del patrocinador de Wycliffe Bill Bright. Para 1982, Hunt y Bright planeaban recaudar mil millones de dólares para el evangelismo mundial{104}. Los colombianos se enteraron del esquema cuando un “movimiento Alpha y Omega”, dirigido por un tal “Guillermo Briceño”, inundó los medios de comunicación con la misma campaña de ¡YA LA ENCONTRÉ! que la Cruzada Estudiantil ha perpetrado en otros países{105}. Uno de los tres encargados de planificar la Universidad Cristiana Post-Grado de Bright en el sur de California, Charles LeMaistre, es el rector de la Universidad de Tejas que respaldó la afiliación del ILV a ese sistema{106}.

En un mundo tan pequeño, no es una sorpresa encontrar a Guillermo Townsend registrado como uno entre varias docenas de líderes cristianos de la Mesa Redonda Religiosa, un vehículo de la Nueva Derecha “para luchar en la arena política por causas pro-Dios, pro-familia y pro-americano”{107}. La Mesa Redonda fue organizada en 1979 por un ex-miembro del directorio de Wycliffe Asociados, E.E. McAteer, quien acababa de presentar a un empresario de bandera y Biblia llamado Jerry Falsvell a sus amigos en Washington, ayudando así a lanzar la notoria Mayoría Moral. Al año siguiente, ambas organizaciones ayudaron a elegir a Ronald Reagan y a vencer a seis senadores liberales que se oponían a la intervención militar en lugares como Centroamérica{108}.

Los miembros de Wycliffe no han sido los últimos en reconocer que pagan un alto costo por el imperialismo estadounidense. “Lo que Estados Unidos hace a América Latina”, observó Rachel Saint, “los [383] latinoamericanos nos lo hacen a nosotros”{109}. Si se usara la fuerza militar contra el Ecuador en una disputa sobre la pesca de atún, como sugirió Ronald Reagan en 1975, ¿cuáles serían las consecuencias para la traducción Bíblica? Pero si de todos modos Wycliffe está siendo obligado a dejar países y los miembros culpan a los comunistas, podrían sentir que tienen poco que perder. Según extremistas fundamentalistas, Estados Unidos ha hecho más por evangelizar el mundo que ninguna otra nación; debe quedar 'libre' para terminar la tarea; y para hacerlo, debe defender la 'libertad' en sitios como El Salvador.

Desde los chicos hasta los grandes, los sostenedores de Wycliffe creen que su inversión espiritual (“los dividendos son eternos”, afirman los directores del CIL) hará también su mundo más estable{110}. La estabilidad depende del punto de vista de quien la mira: si los sostenedores se enteraran de que el macartismo se ha convertido en una justificación para monopolizar el tráfico de cocaína, para no hablar de una excusa para asesinar a los conversos de sus misioneros, podrían ser menos susceptibles a la propaganda derechista. Pero sus propios misioneros, en quienes confían tanto, nunca les cuentan cosas así. Wycliffe tiene miedo de perder su apoyo. Por décadas ya, ese temor ha sido invocado para impedir cambios. Si los sostenedores supieran, podrían dejar de enviarnos dinero: por lo tanto, no les podemos informar; y como los sostenedores podrían no entender no podemos hacer cambios. Wycliffe continúa censurando información que pudiera alarmar a sus sostenedores y avanza hacia los brazos de la Nueva Derecha.

Notas

{85} En otros tiempos, los miembros de fuera de Estados Unidos aparentemente han sido subvencionados por fuentes estadounidenses. En 1968, cuando el 76% de los miembros de Wycliffe era de Estados Unidos, el 87% de su ingreso venía de allí. En términos relativos a su número de misioneros Wycliffe los sostenedores no-estadounidenses estaban contribuyendo sólo con un 54% de los aportes de los sostenedores norteamericanos{86}.

{86} p. 1 In Other Words verano 1983 y p. 16 Summer Institute of Linguistics Annual Report octubre 1981 a septiembre 1982. Nota: calculada de SIL/WBT 1971: 19, Translation setiembre/octubre 1967, p. 20 y verano 1969 p. 15.

{87} pp. 1-3 In Other Words septiembre 1975.

{88} p. 6 Ibid setiembre 1976.

{89} p. 9 Translation mayo/junio 1974 y p. 5 In Other Words marzo 1979.

{90} Resultados de una encuesta Gallup, presentados en pp. 17-19 Christianity Today 21 de diciembre 1979.

{91} Los evangélicos de la ciudad tugurizada tienden a ser negros, pobres y mostrar poco interés en el pensamiento pre-milenarista o en las misiones externas.

{92} p. 6 Translation marzo 1951.

{93} Miles 1980: 261-6, 280.

{94} p. 5 Wycliffe Associates Newsletter, mayo 1978.

{95} p. 6 In Other Words octubre 1980.

{96} Billy Graham Evangelistic Association: p. 8 Sojourners septiembre 1977. Fuller Evangelistic Association: Huntington y Kaplan 1981: II. Crowell Trust: Foundation Center 1976: 145.

{97} SIL/WBT 1963: II

{98} SIL/WBT 1971 : 101 y p. 2 Annual Report 1981, Wycliffe Associates (Orange, California).

{99} Para una descripción de los Wycliffe Asociados, ver Hefley 1978.

{100} International Linguistic Center 1977.

{101} “The ties that bind”, en Oppenheimer y Porterfield 1976. p. 77. Texas Monthly (Austin) abril 1976.

{102} p. 48 New York Times 29 de febrero 1976.

{103} p. 185 Texas Monthly abril 1978 y p. 57 Newsweek (New York) 7 de abril 1980.

{104} p. 2. Texas Observer (Austin) 20 de junio 1980.

{105} pp. 12-13 Alternativa (Bogotá) 29 de enero 1979.

{106} Quebedeaux 1979: 174-5 y International Linguistic Center 1977.

{107} pp. 12-13 Conservative Digest (Falls Church, Virginia) 12 de noviembre 1979.

{108} Para un análisis de la Religious Roundtable, ver Huntington y Kaplan 1981. Respecto a la Moral Majority, ver Fitzgerald 1981 y pp. 22-31 Christianity Today 4 de setiembre 1981.

{109} Entrevista del autor. Dallas, 20 de marzo 1980.

{110} International Linguistic Center 1977.

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