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el correo imperial

Los despachos diplomáticos de Kissinger

Negociaciones España-Marruecos sobre el Sáhara: conversación con Solís

Madrid, 25 de octubre de 1975, sábado, 9:56

Telegrama secreto firmado por el embajador Stabler

Identificación: 1975MADRID07471_b
Clasificación original: Secreto
Desclasificado: 6 julio 2006
Wikileaks: http://wlstorage.net/oc/2476/184064.pdf
Traducido para nódulo por Lino Camprubí

Resumen: el Ministro del Movimiento Nacional Solís explicó el contexto de su misión a Rabat y las razones imperativas por las que España había buscado negociaciones bilaterales con Marruecos sobre el Sáhara. También explicó por qué España necesita ahora separar el acuerdo bilateral España-Marruecos de la actitud de Argelia hacia Marruecos. Solís habló de su preferencia por una solución autonomista del Sáhara bajo Marruecos. También habló de la conclusión del gobierno español de que, en caso de conflicto entre Marruecos y España, los Estados Unidos se pondrían del lado de Marruecos. Se le dijo que EEUU era estrictamente neutral entre los dos países. Fin del resumen.

1. Como resultado de una expresión mutua de interés en reunirnos, el ministro del Movimiento Nacional Solís me invitó a verle ayer por la tarde. En el curso de nuestra reunión, de una hora de duración, ofreció lo siguiente respecto al Sáhara.

2. Solís dijo que había sido designado por el gobierno para reunirse con el ministro de exteriores Laraki en el aeropuerto ayer mismo por la mañana y que cenaría con él por la noche junto con Arias y Cortina, con quien Laraki tenía reuniones por la tarde. (Es bastante significativo que Cortina no fuera al aeropuerto a recibir a Laraki.) Solís recordó que la visita de Laraki a Madrid era resultado directo de la visita de Solís a Rabat a principios de semana.

3. Solís me dijo que en su respuesta a la carta de Franco de aproximadamente el 8 de octubre, Hassan había sugerido que le enviase un emisario y, de hecho, había sugerido al propio Solís. Solís recordó que Franco le había encargado negociar con Marruecos en tres ocasiones diferentes en los últimos años. Tiene formada una amistad con Hassan mantenida a lo largo de los años. Cuando Hassan anunció la «Marcha Verde» el gobierno español percibió rápidamente la situación extremadamente peligrosa que significaba. Una marcha de este tipo, que no podía ser cancelada ni controlada y que incluiría elementos provocadores (incluidos argelinos figurando como miembros del F. Polisario y probablemente varios elementos terroristas) sólo podía desembocar en un episodio desastroso de confrontación entre españoles (que tendrían que defender su territorio) y marroquíes, de muerte de mucha gente y un ciclo espiral de violencia. Mientras que se puede parar a un ejército, no podría pararse a una horda de muchos cientos de miles una vez puesta en marcha. Los españoles recurrieron al Consejo de Seguridad, pero pronto se dieron cuenta de que poca o ninguna ayuda vendría de allí y de que la invitación del Consejo a negociar no bastaba por sí misma para reducir los insuperables peligros de la Marcha.

4. Solís dijo que la diplomacia española (y aunque no fue crítico con Cortina directamente, no había duda de que lo incluía en sus comentarios) había seguido las líneas tradicionales de la ONU intentando una conferencia a cuatro partes, &c., pero que también había conseguido parar cualquier contacto bilateral significativo entre España y Marruecos. En el Consejo de Ministros celebrado en Madrid el pasado lunes, el gobierno revisó completamente la situación y Solís urgió a considerar que, ante los peligros de la Marcha y la total inacción por parte del Consejo de Seguridad, el interés de España requería negociar directamente con Marruecos. Había habido una discusión larga y finalmente se decidió que el mismo Arias fuera a Rabat. Esta decisión fue apoyada por todos los ministros, incluyendo los militares, los gobernadores de Ceuta y Melilla, y los coroneles al mando de las tropas españolas en el área. A las 5:00 A.M. del 21 de octubre, Solís recibió una llamada de Arias, quien le informó de que Franco había sufrido más ataques al corazón y pidió a Solís que se encargase él de la misión a Rabat. Solís salió unas pocas horas después.

5. Solís dijo que su conversación con el Rey Hassan había sido realista, positiva, dura, y productiva. Solís insistió al Rey que era inconcebible que España y Marruecos fueran a ir a la guerra. España deseaba que la amistad con Marruecos continuara y un próspero reinado para Hassan. España también deseaba salir del Sáhara. El Rey indicó que él no podía parar la Marcha, pues si lo hiciera sería el fin de su reinado. Sin embargo, podía posponerla quince días para dar tiempo a negociaciones. Solís indicó que el gobierno español en Madrid para posteriores conversaciones.

6. Durante esta reunión con Hassan se trató la cuestión de Ceuta y Melilla. Hassan dijo que si se llegaba a un acuerdo sobre el Sáhara Marruecos sólo insistiría en el futuro de Ceuta y Melilla cuando España y Gran Bretaña resolvieran lo de Gibraltar. El Rey hizo esta apreciación de forma jocosa, indicando que este problema era para un futuro distante.

7. Solís continuó diciendo que España era totalmente consciente de la actitud de Argelia y de los peligros que significaba. Por otro lado, el problema era realmente entre España y Marruecos y, muy secundariamente, con Mauritania. España necesita encontrar una solución al problema directamente con Marruecos si se quiere evitar una confrontación trágica. El problema de Argelia era totalmente distinto, pues Argelia no tiene reclamaciones territoriales sobre el Sáhara. Solís confiaba que las Naciones Unidas serían capaces de algún modo de rebajar la actitud argelina, que desde luego es extremadamente hostil a Marruecos y a cualquier noción de acuerdo España-Marruecos. Pero, dijo Solís, era esencial que los dos asuntos se separasen. Por un lado estaba el problema urgente de la negociación España-Marruecos sobre el Sáhara. El otro problema era la actitud argelina de hostilidad hacia Marruecos. Aunque obviamente sería útil que todas las partes llegaran a un acuerdo, los peligros de la Marcha no permitían retrasar los esfuerzos para encontrar una solución.

8. Solís dijo que él personalmente prefería alguna solución por la cual el Sáhara se convirtiera en una provincia autónoma de Marruecos y la gente de la zona tuviera algún tipo de autogobierno. Esta es la posición hacia la que estaba presionando y sobre la que Arias parece estar de acuerdo. Francamente no sabía qué saldría de las negociaciones, pero era importante que el mundo viera que España estaba haciendo lo posible para evitar la confrontación. Sería una tragedia para España si su ejército en el Sáhara se viera implicado en una guerra abierta. Su salida en esas condiciones sería imposible y luchar en el Sáhara tendría serias consecuencias en España misma. No habría problemas con el ejército si pudiera dejar el Sáhara pacífica y honorablemente.

9. Solís indicó finalmente que le había dicho a Hassan que el ejército español dejaría el Sáhara y que el Rey respondió que lo necesitaba allí y que estaba dispuesto a proporcionar bases. Solís indicó que los españoles no sentían ningún entusiasmo por esa idea.

10. Durante la conversación Solís dijo que el gobierno español había concluido que en el caso de guerra entre Marruecos y España los Estados Unidos se decantarían por Marruecos. Le dije a Solís que la posición de los Estados Unidos era de la más estricta neutralidad entre las dos partes en lo referido al asunto en cuestión. Él había instado a todas las partes relevantes a no escatimar esfuerzos para encontrar una solución pacífica y negociada al problema y nosotros habíamos dicho eso recientemente tanto en Madrid como en Rabat. Le dije que nosotros, como España, creíamos que los intereses occidentales estaban más seguros apoyando al régimen moderado de Hassan en Marruecos. Para ello habíamos iniciado un programa de venta de armas a Marruecos, pero habíamos mantenido a España informada de esto en todo momento. España y Marruecos son dos buenos amigos de los Estados Unidos y deseamos que encuentren un arreglo negociado al problema y eviten la confrontación. Insistí en que las conclusiones del gobierno español eran erróneas y que somos tan neutrales como en el asunto del Sáhara.

11. Solís me dijo que me haría saber el resultado de las conversaciones con Laraki.

Stabler



 

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