Separata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
publicada por Nódulo Materialista • nodulo.org
El Catoblepas • número 5 • julio 2002 • página 6
Se presentan algunos de los debates actuales consecuencia de la imparable pujanza hispana en los Estados Unidos de Norteamérica
Hemos venido planteando en anteriores artículos de El Catoblepas que existe una moda, entre los que definimos como intelectuales serviles, que pretende que hay una identidad cultural que puede enfocarse, dicen ellos, desde el multiculturalismo, el pluralismo o incluso cierta analogía, de cuño tomista, que superaría estas posiciones.
En este artículo queremos mostrar, por contraste, el referente materialista que encontramos, desde la perspectiva que desarrolla Gustavo Bueno, en escritos como Etnología y utopía, Nosotros y ellos y El mito de la cultura. El contraste nos permite destacar cómo entendemos las cuestiones culturales desde un criterio gnoseológico que implica dos propuestas fundamentales, a saber: la Idea de espacio antropológico y las metodologías alfa y beta operatorias{1}.
I
Los acontecimientos nos muestran que en los Estados Unidos existe una relación impregnada de componentes racistas. Del número del semanal norteamericano The Nation del 10 de junio de 2002, comentemos brevemente el artículo de Jonathan Kozol «Malign Neglect», que lleva el subtítulo «Children in New York City´s public schools are being shortchanged-again» (los niños de las escuelas públicas de Nueva York están de nuevo siendo engañados en el cambio al pagar en la tienda). Mencionemos una frase que define el sentido de este artículo: In the racial segregation of black and Latino children in its public schools, New York ranks first within the nation (en la segregación racial de niños negros y latinos de sus escuelas públicas, Nueva York ocupa el primer lugar en la nación).
Los salarios de los profesores de escuelas en barrios pobres de la ciudad, como en el distrito 7 de Mott Haven, son la mitad de los que cobran profesores de barrios ricos como Great Neck Manhasset del Long Island. La diferencia va desde los 42.000 dólares a los 82.000 dólares anuales. La diferencia entre lo que recibe una escuela de latinos y negros varía hasta en 200.000 dólares a favor de las escuelas «ricas», donde van los hijos de blancos.
Hay toda una tradición en México que parece seguir presente en muchos aspectos de la vida social y política. El premio Nobel mexicano Octavio Paz la expresa muy claramente en su célebre ensayo El laberinto de la soledad. Los mexicanos son una especie de mezcla nefasta de españoles y de indios que no ha podido producir otra cosa que la impureza que supone el color ni blanco ni negro, un color definido en inglés como brown, marrón.
Hay un escritor mexicano-americano (mexican-american) Richard Rodríguez, que insiste en que él no es chicano. ¿Por qué no es chicano, sino mexicano-americano? Los latinos pueden ser cubanos, puertorriqueños, salvadoreños, mexicanos, nicaragüenses, dominicanos, &c.
Según Richard Rodríguez esto puede expresarse mediante una metáfora: un archipiélago. Las diversas subculturas de estos inmigrantes dentro de la sociedad norteamericana son autosuficientes. ¿De qué modo podemos pensar que la conexión entre un brasileño en Tallahassee o un mexicano en Portland son «almas gemelas»?
Lo que se cuestiona este autor, que podría ser un heredero de Paz, es la posibilidad de unir lo latino a través de un denominador común, que sería el browning, que remite a la propuesta de Vasconcelos de una «raza cósmica», la raza de bronce, que algún día dominará el continente americano, y acaso el mundo.
El crítico Ilan Stavans, quien ofrece una excelente reseña en The Nation del 17 de junio del 2002, hace un comentario a las tesis de Rodríguez que merece la pena apuntar. Si lo brown es impureza, y además impureza es belleza, como puede serlo la negritud o la blanquitud, en el sentido de la raza, en los latinos no se incluyen los cubanos de Miami, por ejemplo, aunque desde luego sí se incluyen los mexicanos de Los Angeles este. La cuestión importante aquí es la implicación política de lo brown.
El ensayista Rodríguez, seguidor de Octavio Paz, al igual que él hiciera, desprecia aquellos que hablan el spanglish. Paz despreciaba en El laberinto de la soledad a los «pachuchos» que imitaban a Elvis Presley en Los Angeles de los años 40 y veía en sus manifestaciones la degeneración de la psicología mexicana. Para Paz el modelo era Europa; una Europa de elites culturales. Recordemos por cierto el libro de Víctor Farías Los nazis en Chile, donde se explica detalladamente cómo los nazis mimaban al pianista Claudio Arrau porque seguía sus ideales de cultura de manera ejemplar.
Si el spanglish era una aberración en la perspectiva anti chicana de Paz, lo sigue siendo desde esta perspectiva de Rodríguez. Él se expresa en un inglés impecable. Pensamos que esta irrupción de la cultura llamada chicana es una fuerza política y social que empieza a preocupar muy seriamente en las esferas del poder copado por la mayoría blanca anglosajona del Imperio, y eso quizá explique la aplicación de restricciones económicas en los sistemas escolares públicos, por ejemplo.
Si las culturas son asimétricas, pero se puede establecer entre ellas la transitividad, la fuerza del idioma, aunque sea transformado en el spanglish, es un fenómeno a tener muy en cuenta en el seno de la sociedad política norteamericana.
El hecho es que los estudiantes hispanos quieren tener también, al igual que los afro-americanos, sus horas de clase dedicadas al estudio de la Historia y los estudios hispanos.
II
La revista NACLA, Report on the Americas, ha dedicado tres números al tema de política racial e identidades raciales, bajo el título genérico Racial Politics, Racial Identities.{2}
Los afro-latinos y los pueblos indígenas, se afirma en el editorial de mayo-junio de 2002, se han movilizado políticamente para responder a la opresión y exclusión con movimientos de auto afirmación de sus formas de expresión.
Hay una distinción importante: se trata de diferenciar los movimientos indígenas que reivindican territorios y los movimientos que tratan de unificar las estrategias políticas en los Estados Unidos de los afroamericanos y su identidad negra con las de los latinos.
No podemos señalar aquí todos los detalles de este asunto, que es tan diverso como lo son los estados implicados, desde Brasil, Colombia, Cuba o Guatemala, por lo cual vamos a hacer referencia, tal como lo indica el título de este artículo, al problema de la discriminación racial en los Estados Unidos.
Existe un libro muy poco citado en estudios sobre esta temática, pero que consideramos imprescindible si se quiere conocer la realidad de los chicanos, latinos, negros, &c. en la América del Norte. Y al leerlo pensamos que incluso la revista NACLA peca de inocente, porque a pesar de sus brillantes analistas profesores universitarios con renombre internacional no toca el lado más relevante de estas cuestiones raciales. Se trata de un libro que tiene el honor de haber agotado su primera edición en un plis plas, gracias a la compra que de ella realizara la célebre Agencia Central de Inteligencia norteamericana, la CIA. El autor es Gregorio Selser y lleva este título: La violación de los derechos humanos en los Estados Unidos. La edición que tenemos a la mano es de la Universidad Autónoma de Sinaloa, México, del año 1993. Allí puede leerse:
«En 1977, en plena vigencia de la política 'a favor de los derechos humanos' declarada por el presidente James Carter, un documento de los indios de South Dakota establecía en este mismo sentido: el FBI, la CIA, el BIA y la policía estatal y local asesinan a más gente que cualquier organización de delincuentes. En el último decenio no pasa día sin que atormenten, maltraten y amenacen a los indios. Los agentes del FBI ofrecen dinero y automóviles nuevos a cambio de falsos testimonios en los tribunales, en los juicios contra otros indios. Contratan a matones para que ametrallen las casas de los partidarios del MIA y maten a sus militantes. Luego, defienden a esos criminales cuando los partidarios del Movimiento apelan a los tribunales. Utilizan falsos testimonios y recurren a jueces racistas, que aceptan todas esas patrañas. También disponen de jurados racistas integrados exclusivamente por blancos. La aplicación de este sistema jurídico constituye una injusticia para con el pueblo indio y es un escarnio para la 'política de derechos humanos'.»
III
Los análisis de NACLA van más hacia el enfoque folklórico, en el sentido de que se muestran actitudes musicales, por ejemplo, como el citado caso de la Colombia del ballenato o en Cuba el hip-hop, como si a través de estos movimientos se lograra una identidad cultural que fuera motor de algún cambio político. En este sentido quiero recordar un estudio sociológico sobre la música reggae de Jamaica en el contexto de los negros inmigrantes de los barrios de Londres, donde aquel movimiento jamaicano se convertía, fuera de su contexto, en una música ultra y agresiva sin sentido político concreto.
Desde el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, la persecución contra profesores de origen árabe en universidades norteamericanas ha tomado aires a tal nivel de paranoia que han expulsado a Sami Al-Arian por las presiones recibidas desde emisoras de radio que azuzaron literalmente los ánimos contra este profesor de la Universidad de Florida Sur, por haber tenido contactos académicos con personas ligadas a la Jihad Islámica en 1995. La cuestión es que fue expulsado de dicha universidad.
El catedrático Bruce Novoa, de la Universidad de California en Irvine, fue entrevistado por el diario mexicano La Jornada acerca de la situación de los chicano-latinos en los EEUU. Para este investigador lo que preocupa a los mexicanos en los EEUU es cómo tener un trabajo para sobrevivir. Los padres de ellos quizá se ocupen más de mantener su idioma, pero saben que el inglés es imprescindible para vivir en EEUU. Por lo cual cree que el asunto del idioma no es tan esencial en estos momentos. Reconoce sin embargo la importancia de este aspecto, aunque quizá nos quede mucho más claro este asunto cuando tomamos en cuenta que hay dos cuestiones fundamentales:
1. Se está intentado recortar fondos para los estudios chicanos-latinos en las universidades norteamericanas. Se argumenta que los departamentos existentes de estudios chicanos son conflictivos, divisionistas, intolerantes, antiacadémicos, racistas, seudomasoquistas y hasta de padecer un cierto delirio de persecución.
2. Por otra parte, un chicano afirmaba en entrevista a la revista Revolutionary Workers Online, rwor.org, que él pensaba, igual que muchos otros hijos de mexicanos emigrados en los EEUU, que sólo podían estudiar oficios como carpinteros, fontaneros, &c., porque al verse obligado a estudiar en inglés, aunque él ya sabía sumar, multiplicar y demás, no podía contestar a algo que no comprendía (por decirle en inglés los profesores que explicara algo que él sabía hacer pero no era capaz de explicarlo en otra lengua que no conocía). La cuestión es que él se empeñó en continuar hasta llegar a la Universidad. Allí tuvo ocasión de trabajar en el conocimiento de la Historia de México, de su literatura, de sus universidades. Cuando visitó la UNAM se maravillaba al ver cómo estudiantes mexicanos iban a clases de Física, Ingeniería, &c. Lo que en los EEUU se habían empeñado en mostrarle como algo que era imposible para los chicanos, como el acceder a la Universidad, comprobaba que incluso la UNAM se había fundado cien años antes que las universidades norteamericanas más antiguas.
No se trata de discutir cuestiones de racismo desde la perspectiva «científica», se trata de cuestiones que enfrentan unas culturas a otras, y la cultura de los hispanos es tan capaz de alcanzar cotas de fertilidad social y política tan importantes como las alcanzadas por la cultura luterano anglosajona.
Cuando los intelectuales serviles dejen de discutir sobre identidades como si fuesen sustancias metafísicas, y comiencen a debatir sobre realidades fenoménicas muy concretas como las señaladas. Y cuando la filosofía de la cultura deje de trabajar a partir de mitos que ahora se están imponiendo en los círculos académicos, por mero interés de los anglosajones por debilitar los movimientos de millones de hispanos que con su bagaje científico, literario, musical, social y político y, desde luego, demográfico, están preocupando a los amos del dinero en los mismos centros del Poder imperial. Ya no es la presencia chicana en el Este de Los Angeles, ya es en Nueva York, en Boston o Chicago. Y los racistas de Texas seguirán cazando inmigrantes mexicanos ante la mirada indiferente de los blancos. No parece que sin una apuesta fuerte por la educación bilingüe se logre detener ese racismo. El aplicar la enmienda 227, que elimina el factor educativo bilingüe, es una apuesta por continuar menospreciando la capacidad de los chicanos y latinos. Ellos seguirán su lucha, pero es preciso apoyarla.
No es casual o mera coincidencia que la letra ñ sea el símbolo de las luchas académicas en los EEUU por los estudios de la Historia latina o hispana en las Universidades norteamericanas. La ñ es el símbolo del Instituto Cervantes y es la ñ el símbolo del Proyecto Filosofía en español. La apuesta del libro España frente a Europa de Gustavo Bueno, a mi juicio, incide en esta idea de rescatar la tradición política, social, filosófica y científica de la cual somos herederos los países de habla española.
No se trata de una supuesta identidad cultural de cuño psicológico o metafísico sustancialista, se trata de una tradición donde se han expresado materialmente actividades científicas, artísticas, idiomáticas, sociales y hasta religiosas que permiten intentar generar alternativas al predominio anglosajón que se pretende consolidar tanto en Europa como en América.
Hay mucho trabajo por hacer, pero se está trabajando sobre cimientos muy sólidos, como constataba nuestro referido amigo chicano al visitar la sede de la Ciudad Universitaria de México DF, donde la UNAM ha producido frutos muy importantes en todas las áreas académicas, desde mucho antes que Harvard o Stanford. Pero los años de crisis económica han supuesto sin duda un deterioro que hay que superar. Los intentos de llevar a buen término relaciones interuniversitarias entre España y México están siendo pasos importantes, pero hay que evitar caer en las prisas o en querer tener frutos antes de su tiempo de maduración. No son convenientes esos doctorados al vapor, que se están haciendo por situaciones de competencia entre universidades españolas y mexicanas, por ejemplo, por lograr obtener más fondos y ayudas financieras. La investigación es algo diferente a lo que estoy comprobando en muchos casos.
Notas
{1} Ya hemos mencionado en los anteriores artículos de El Catoblepas que para estos términos existe una fuente de información imprescindible, el Diccionario filosófico de Pelayo García: http://www.filosofia.org/filomat
{2} Manejaremos en concreto el nº 6, mayo-junio 2002, del vol. XXXV.