Separata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
publicada por Nódulo Materialista • nodulo.org
El Catoblepas • número 5 • julio 2002 • página 8
Contra cualquier dialéctica, cualquier esperanza o cualquier teoría del «derrumbe», en este artículo se demuestra que el régimen de producción capitalista es perfectamente consistente y, por tanto, potencialmente eterno.
El fin del capitalismo sólo puede pasar por una revolución
Consideraciones previas
No son muchos los textos que, a propósito del capital, de la acumulación, de la «tendencia al descenso de la tasa de ganancia», se han preocupado de emplear conceptos y demostraciones. Lo más frecuente es asistir a la sucesión inacabable e inane de frases que contienen palabras procedentes de los conceptos de Marx, acompañadas a menudo de cláusulas que impiden juzgar su verdad o su falsedad.
«Desde un punto de vista marxista, resulta una tautología decir que un marcado ascenso a largo plazo de la tasa media de crecimiento de la producción industrial sólo puede ser expresión de subidas marcadas en la tasa de acumulación del capital y de la tasa media de ganancia»{1} [Las cursivas son mías].
«una [...] sustitución radical de los hombres por máquinas [...] implicaría inevitablemente una reducción masiva del total del empleo productivo.{2} [...] Estudios japoneses estiman que el robotismo podría eliminar una tercera parte de los actuales puestos de trabajo en un plazo de diez años [...] Una reducción tan drástica del trabajo productivo implicaría con toda probabilidad una fuerte caída de la masa de plusvalor»{3} [Las cursivas son mías].
No son muchos, por tanto, los textos científicos sobre el capital. Porque la diferencia no es de método ni de pericia. Los textos científicos y los textos a secas tienen, simplemente, efectos, objetos y procedencias diferentes. Otras. No se trata de textos que, ocupándose del mismo objeto (la Economía, la Sociedad), proporcionen conclusiones diferentes. No se encuentran en un mismo «terreno» ya dado. Algunos de ellos proceden de prácticas sociales que, filosóficamente, podríamos calificar de idealistas y de las que, por tanto, políticamente, podríamos decir que funcionan, que funcionan en un mundo como este y que sólo funcionan en mundos tan siniestros como este (no necesariamente capitalistas). Con una procedencia tal, sólo pueden funcionar en orden a la producción y reproducción de las mismas prácticas sociales que los engendraron (y que fueron engendradas por ellos) o de otras respecto de las cuales se pueda predicar lo mismo que de aquellas. Los textos científicos (en la medida en que lo sean), en cambio, proceden de otro lugar y, socialmente (es decir, en sociedades como las que acabamos de mencionar), no funcionan en absoluto. Su objeto es distinto: un objeto que no puede encontrarse más allá de sus conceptos, que no es sino esos conceptos. Por esta razón y en tanto que conceptos, no pueden ser juzgados por «la prueba de la práctica» ni son susceptibles de verificación empírica. Spinoza, en el escolio de la proposición XLIII de la parte II de la Ética, lo ha expresado de la manera más elegante, más pura: «lo verdadero se indica a sí mismo y a lo falso». Su verdad o su falsedad responden a criterios internos a la propia «teoría»: su consistencia, su compatibilidad... Al crearse el objeto científico «capital» nada se dice acerca de la existencia o inexistencia «real», «social» de una producción capitalista. «Socialmente», podría existir de forma predominante una producción comunista o feudal. Del mismo modo, la elaboración de una geometría euclídea es independiente de si la geometría del Universo se corresponde con ella, con la de Riemann o con la de Lobachevsky, e independiente de si se dispone de una regla lo bastante perfecta como para trazar dos rectas paralelas. De afirmaciones como las de Mandel que hemos recogido aquí es imposible determinar su verdad o falsedad, y eso, siendo su pretensión «decir», resultar «significativas», permite situarlas «en otra parte».
Bauer frente a Luxemburgo
No fue la primera en emplear expresiones contenidas en El capital para producir algo que «sonaba a Marx» y que se ponía al servicio de sus posiciones progresistas, teleológicas o hegelianas. La acumulación del capital y la posterior Anticrítica, de Rosa Luxemburgo, son textos tan poco interesantes y tan escasamente rigurosos que no merecerían ser mencionados ni siquiera en un estudio del hegeliano-marxismo. Ateniéndonos a su tesis principal, en una sociedad que sólo constara de obreros y capitalistas, la reproducción ampliada del capital sería imposible como consecuencia de la falta de un mercado que permitiese «realizar» el plusvalor. En efecto, en
«una porción de mercancías [...] reside [...] la razón de ser vital del capitalismo: la ganancia destinada a la capitalización, a la acumulación. ¿Qué clase de mercancías son estas y quién ofrece demanda para ellas en la sociedad [...]? [...] ¿De dónde, pues, pueden salir los compradores, los consumidores para esa porción social de mercancías sin cuya venta no sería posible la acumulación? [...] ¿Acaso no serán también los capitalistas los consumidores recíprocos de este resto de mercancías [...]? [...] pero el caso es que semejante solución no haría más que aplazar la dificultad por unos momentos [...] no sería más que un tiovivo{4} que giraría en el vacío sin cesar. [...] Para que pueda haber acumulación, necesariamente tienen que existir clientes distintos para la porción de mercancías que contienen la ganancia destinada a la acumulación, clientes que tengan de fuente propia sus medios adquisitivos»{5}.
El capitalismo sólo podrá sostenerse, por tanto, con la condición de encontrar «un círculo de adquirentes que estén fuera de la sociedad capitalista». Pero como en virtud de
«este intercambio con sociedades y países no capitalistas, el capitalismo va extendiéndose más y más, acumulando capitales a costa suya, al mismo tiempo [...] los corroe y los desplaza para suplantarlos. [...] De este modo, el capital va preparando su bancarrota por dos caminos. De una parte, porque, al expandirse a costa de todas las formas no capitalistas de producción, camina hacia el momento en que toda la humanidad se compondrá exclusivamente de capitalistas y proletarios asalariados, haciendo imposible, por tanto, toda nueva expansión y, como consecuencia de ello, toda acumulación. De otra parte, en la medida en que esta tendencia se impone, el capitalismo va agudizando los antagonismos clase y la anarquía política y económica internacional en términos tales [...] que sobrevendrá la rebelión del proletariado internacional, que acabara necesariamente con el régimen capitalista».{6}
Es claro que Luxemburgo no ha entendido los conceptos de valor y plusvalor{7}, aunque lo peor es que tampoco ha entendido qué pueda ser un concepto. Lo primero no le resulta preciso (e incluso podría resultar inconveniente), pues el objetivo que persigue («demostrar» la inconsistencia del capitalismo o, por decirlo con la expresión de Luxemburgo, quitar de los «pies del socialismo la base de granito de su necesidad histórica») está decidido de antemano. Lo segundo se deduce de este otro fragmento:
«Pero, ¿qué pensar de "marxistas" que [pretenden] que la exactitud de esas leyes está suficientemente probada por los esquemas matemáticos? [...] Los "sabios" me contestan: ¡claro que es posible eso! Que es posible lo prueba claramente "el cuadro IV", [...] es decir, [que] el hecho de que todas las series numéricas imaginarias [cursiva mía] puestas como ejemplo puedan sumarse y restarse limpiamente sobre el papel demuestra lo que se trataba de demostrar»{8},
que es seguido por algunas consideraciones acerca de la contabilidad de la empresa, que identifica con el «mundo real».
Pero no mencionamos aquí los textos de Luxemburgo por su contenido, sino por sus efectos. La reacción frente a ellos fue inmediata y diversa, y en algún caso reviste un interés especial. La acumulación del capital, que recogía las posiciones de Luxemburgo, había aparecido en 1913. Ese mismo año, Otto Bauer publica, en Die Akkumulation des Kapitals,{9} un esquema de reproducción ampliada del capital que pretende demostrar la consistencia interna del capitalismo y la posibilidad de su funcionamiento estable y proporcional. Sus condiciones de partida son: 1] una acumulación de capital constante{10} (c) incrementada en un 10% con respecto al valor de c del ciclo acumulativo anterior, y una acumulación de capital variable (v) incrementada en un 5% con respecto al valor de v del ciclo acumulativo anterior (los valores de c y v en el ciclo inicial son arbitrarios). Esto significa que la composición orgánica del capital{11} crece constantemente (comparando cada ciclo con el posterior); 2] una tasa de plusvalor{12} constante e igual al 100%; 3] aparentemente, en un mismo ciclo, la proporción del plusvalor destinada a la acumulación respecto del plusvalor total de cada rama de la producción{13} es idéntica en ambas, y; 4] una producción proporcional, es decir, que cumple la condición de equilibrio en virtud de la cual el producto de ambas ramas encuentra su demanda.{14}
Teniendo en cuenta sus presupuestos y sus datos iniciales, el esquema de Bauer queda como sigue:
Cuadro I
El esquema de reproducción de Bauer
c | v | k | ac | av | Valor total del producto | K (en % del plus-valor) | ac+av (en % del plus-valor) | Tasa de ganan-cia | |||||||
1er año | I | 120.000 | + | 50.000 | + | 37.500 | + | 10.000 | + | 2.500 | = | 220.000 | 75% | 25% | |
II | 80.000 | + | 50.000 | + | 37.500 | + | 10.000 | + | 2.500 | = | 180.000 | 75% | 25% | ||
200.000 | + | 100.000 | + | 75.000 | + | 20.000 | + | 5.000 | = | 400.000 | 75% | 25% | 33,33% | ||
2º año | I | 134.666 | + | 53.667 | + | 39.740 | + | 11.244 | + | 2.683 | = | 242.000 | 74,05% | 25,95% | |
II | 85.334 | + | 51.333 | + | 38.010 | + | 10.756 | + | 2.567 | = | 188.000 | 74,05% | 25,95% | ||
220.000 | + | 105.000 | + | 77.750 | + | 22.000 | + | 5.250 | = | 430.000 | 74,05% | 25,95% | 32,6% | ||
3er año | I | 151.048 | + | 57.576 | + | 42.070 | + | 12.638 | + | 2.868 | = | 266.200 | 73,04% | 26,96% | |
II | 90.952 | + | 52.674 | + | 38.469 | + | 11.562 | + | 2.643 | = | 196.300 | 73,04% | 26,96% | ||
+ | + | + | + | = | 73,04% | 26,96% | 31,3% | ||||||||
4º año | I | 169.124 | + | 61.738 | + | 44.465 | + | 14.186 | + | 3.087 | = | 292.600 | 72,02% | 27,98% | |
II | 96.876 | + | 54.024 | + | 38.909 | + | 12.414 | + | 2.701 | = | 204.924 | 72,02% | 27,98% | ||
+ | + | + | + | = | 72,02% | 27,98% | 30,3% |
Un examen superficial del esquema podría conducir a pensar que Bauer ha logrado su objetivo. En primer lugar, a pesar de que se registra un descenso de la tasa de beneficio, los capitalistas pueden quedar satisfechos al ver crecer en términos absolutos la cantidad del plusvalor destinada a su consumo individual o no productivo (k). En segundo lugar, se muestra la falsedad de las posiciones de Luxemburgo (posiciones que, como ya se ha explicado, son algo más que falsas): no hay dificultades de «realización» ni es preciso recurrir a ningún exterior a la relación.
A pesar de todo, el esquema no está exento de problemas. El menor de todos ellos no afecta a las conclusiones, pero produce muy mala impresión descubrir que Bauer pretende engañarnos disimuladamente. La condición del esquema que mencionábamos en tercer lugar parece cumplirse si nos atenemos a las cantidades que aparecen en el cuadro. Así, en el segundo ciclo (que Bauer identifica con el año, aunque esto importa poco) el porcentaje del plusvalor que se destina a la acumulación asciende al 25,95% en ambas ramas. Pero si se realizan los cálculos con más exactitud, se comprueba que, con los datos suministrados por Bauer, en la rama I asciende realmente al 25,95077%, mientras que en la rama II asciende al 25,95406. Ciertamente, la diferencia es pequeña, pero recurriendo a demostraciones que no recogeremos aquí se observa que la igualdad de estos porcentajes no es independiente de la proporción en que se incrementan c y v y, por tanto, que es incompatible con el objetivo de Bauer de incrementos predeterminados y fijos. Así pues, Bauer, en relación con los datos de las dos ramas de la producción, cuadra sus cuentas «a ojo». La condición 3] no se cumple, pero el cumplimiento o incumplimiento de la condición 3] carece de importancia. Por otra parte, basta con saber que existen datos que satisfacen la condición de equilibrio para que la investigación no precise ocuparse de cada rama de la producción por separado. Será suficiente, en adelante, con exponer los datos de la producción en su conjunto.
Un problema mayor afecta al incremento de la masa de k que mencionábamos más arriba. El esquema de Bauer abarcaba sólo cuatro ciclos, pero Henryk Grossmann{15}, advirtiendo que el incremento de k se produce en una cuantía progresivamente decreciente, lo continúa hasta el ciclo trigésimo sexto. En el cuadro II hemos reconstruido su esquema, que ofrecemos completo y con más precisión que el original.
Cuadro II
El esquema de reproducción de Bauer-Grossmann
c | v | k | ac | av | Valor total del producto | K (en % del plus-valor) | ac+av (en % del plus-valor) | Tasa de ganancia | |||||||
1er año | I | 120.000 | + | 50.000 | + | 37.500 | + | 10.000 | + | 2.500 | = | 220.000 | 75% | 25% | |
II | 80.000 | + | 50.000 | + | 37.500 | + | 10.000 | + | 2.500 | = | 180.000 | 75% | 25% | ||
200.000 | + | 100.000 | + | 75.000 | + | 20.000 | + | 5.000 | = | 400.000 | 75% | 25% | 33,33% | ||
2º año | 220.000 | + | 105.000 | + | 77.750 | + | 22.000 | + | 5.250 | = | 430.000 | 74,05% | 25,95% | 32,31% | |
3º año | 242.000 | + | 110.250 | + | 80.538 | + | 24.200 | + | 5.513 | = | 462.500 | 73,05% | 26,95% | 31,30% | |
4º año | 266.200 | + | 115.763 | + | 83.354 | + | 26.620 | + | 5.788 | = | 497.725 | 72,00% | 28,00% | 30,31% | |
5º año | 292.820 | + | 121.551 | + | 86.191 | + | 29.282 | + | 6.078 | = | 535.921 | 70,91% | 29,09% | 29,33% | |
6º año | 322.102 | + | 127.628 | + | 89.037 | + | 32.210 | + | 6.381 | = | 577.358 | 69,76% | 30,24% | 28,38% | |
7º año | 354.312 | + | 134.010 | + | 91.878 | + | 35.431 | + | 6.700 | = | 622.331 | 68,56% | 31,44% | 27,44% | |
8º año | 389.743 | + | 140.710 | + | 94.700 | + | 38.974 | + | 7.036 | = | 671.164 | 67,30% | 32,70% | 26,53% | |
9º año | 428.718 | + | 147.746 | + | 97.486 | + | 42.872 | + | 7.387 | = | 724.209 | 65,98% | 34,02% | 25,63% | |
10º año | 471.590 | + | 155.133 | + | 100.217 | + | 47.159 | + | 7.757 | = | 781.855 | 64,60% | 35,40% | 24,75% | |
11º año | 518.748 | + | 162.889 | + | 102.870 | + | 51.875 | + | 8.144 | = | 844.527 | 63,15% | 36,85% | 23,90% | |
12º año | 570.623 | + | 171.034 | + | 105.420 | + | 57.062 | + | 8.552 | = | 912.691 | 61,64% | 38,36% | 23,06% | |
13º año | 627.686 | + | 179.586 | + | 107.838 | + | 62.769 | + | 8.979 | = | 986.857 | 60,05% | 39,95% | 22,25% | |
14º año | 690.454 | + | 188.565 | + | 110.091 | + | 69.045 | + | 9.428 | = | 1.067.584 | 58,38% | 41,62% | 21,45% | |
15º año | 759.500 | + | 197.993 | + | 112.144 | + | 75.950 | + | 9.900 | = | 1.155.486 | 56,64% | 43,36% | 20,68% | |
16º año | 835.450 | + | 207.893 | + | 113.953 | + | 83.545 | + | 10.395 | = | 1.251.235 | 54,81% | 45,19% | 19,93% | |
17º año | 918.995 | + | 218.287 | + | 115.474 | + | 91.899 | + | 10.914 | = | 1.355.570 | 52,90% | 47,10% | 19,19% | |
18º año | 1.010.894 | + | 229.202 | + | 116.652 | + | 101.089 | + | 11.460 | = | 1.469.298 | 50,90% | 49,10% | 18,48% | |
19º año | 1.111.983 | + | 240.662 | + | 117.430 | + | 111.198 | + | 12.033 | = | 1.593.307 | 48,79% | 51,21% | 17,79% | |
20º año | 1.223.182 | + | 252.695 | + | 117.742 | + | 122.318 | + | 12.635 | = | 1.728.572 | 46,59% | 53,41% | 17,12% | |
21º año | 1.345.500 | + | 265.330 | + | 117.513 | + | 134.550 | + | 13.266 | = | 1.876.160 | 44,29% | 55,71% | 16,47% | |
22º año | 1.480.050 | + | 278.596 | + | 116.661 | + | 148.005 | + | 13.930 | = | 2.037.243 | 41,87% | 58,13% | 15,84% | |
23º año | 1.628.055 | + | 292.526 | + | 115.094 | + | 162.805 | + | 14.626 | = | 2.213.107 | 39,34% | 60,66% | 15,23% | |
24º año | 1.790.860 | + | 307.152 | + | 112.709 | + | 179.086 | + | 15.358 | = | 2.405.165 | 36,69% | 63,31% | 14,64% | |
25º año | 1.969.947 | + | 322.510 | + | 109.390 | + | 196.995 | + | 16.125 | = | 2.614.967 | 33,92% | 66,08% | 14,07% | |
26º año | 2.166.941 | + | 338.635 | + | 105.010 | + | 216.694 | + | 16.932 | = | 2.844.212 | 31,01% | 68,99% | 13,52% | |
27º año | 2.383.635 | + | 355.567 | + | 99.425 | + | 238.364 | + | 17.778 | = | 3.094.770 | 27,96% | 72,04% | 12,98% | |
28º año | 2.621.999 | + | 373.346 | + | 92.478 | + | 262.200 | + | 18.667 | = | 3.368.690 | 24,77% | 75,23% | 12,46% | |
29º año | 2.884.199 | + | 392.013 | + | 83.992 | + | 288.420 | + | 19.601 | = | 3.668.225 | 21,43% | 78,57% | 11,97% | |
30º año | 3.172.619 | + | 411.614 | + | 73.771 | + | 317.262 | + | 20.581 | = | 3.995.846 | 17,92% | 82,08% | 11,48% | |
31º año | 3.489.880 | + | 432.194 | + | 61.596 | + | 348.988 | + | 21.610 | = | 4.354.269 | 14,25% | 85,75% | 11,02% | |
32º año | 3.838.868 | + | 453.804 | + | 47.227 | + | 383.887 | + | 22.690 | = | 4.746.476 | 10,41% | 89,59% | 10,57% | |
33º año | 4.222.755 | + | 476.494 | + | 30.394 | + | 422.276 | + | 23.825 | = | 5.175.744 | 6,38% | 93,62% | 10,14% | |
34º año | 4.645.031 | + | 500.319 | + | 10.800 | + | 464.503 | + | 25.016 | = | 5.645.669 | 2,16% | 97,84% | 9,72% | |
35º año | 5.109.534 | + | 525.335 | + | -11.885 | + | 510.953 | + | 26.267 | = | 6.160.204 | -2,26% | 102,26% | 9,32% | |
36º año | 5.620.487 | + | 551.602 | + | -38.027 | + | 562.049 | + | 27.580 | = | 6.723.690 | -6,89% | 106,89% | 8,94% |
k crece en términos absolutos, pero sólo hasta el vigésimo ciclo. A partir de ahí disminuye hasta desaparecer en el trigésimo quinto ciclo. La evolución de k puede verse con más claridad en el gráfico I.
Gráfico I
Evolución de k en el esquema de Bauer-Grossmann
De este modo, el esquema de Bauer parece demostrar que más allá de un cierto límite el proceso de acumulación no puede continuar. Carecería ya de sentido en el ciclo trigésimo quinto, al quedarse los capitalistas sin medios de vida, pero en el trigésimo sexto{16} ciclo resulta objetivamente imposible al no poderse cumplir ni siquiera las previsiones de incremento del capital. La masa de plusvalor no es suficiente para proseguir el proceso de reproducción ampliada en los términos establecidos previamente en el esquema. Por otra parte, la tasa de ganancia ha descendido de manera permanente desde el principio del proceso. Grossmann cree ver en todo ello la confirmación de la ley de la tendencia descendente de la tasa de ganancia enunciada por Marx en el libro III de El capital y el triunfo definitivo frente a armonicistas y subconsumistas.
Balance del esquema de Bauer-Grossmann
1. Las conclusiones que se obtienen del esquema de Bauer-Grossmann no tienen nada de sorprendente. Si se impone un resultado desde el comienzo en forma de condiciones, no es extraño encontrarse con él al final. En realidad, el razonamiento muy simple que vamos a exponer hace innecesario manejar y calcular enormes series numéricas. Si, partiendo de una creciente composición orgánica del capital (muy razonable si se desea investigar la consistencia de la relación capital) se supone constante la tasa de plusvalor, la masa de plusvalor será, a partir de un cierto momento y necesariamente, insuficiente para continuar el proceso de acumulación{17}. Lo que no se comprende es por qué habría de permanecer invariable la tasa de plusvalor. Es más: salvo que se produjeran incrementos salariales en una cuantía que anulase exactamente el incremento de dicha tasa, una suposición como esa es incompatible con un crecimiento constante de la composición orgánica del capital que incrementase la productividad del trabajo. Y empleamos una fórmula condicional para no descartar situaciones concretas en las que los incrementos de la composición orgánica no produjeran ese efecto. Pero el fin de la investigación no es descubrir qué efectos catastróficos resultarían de circunstancias catastróficas. No es, al menos, el fin perseguido por Marx ni por Bauer ni por Luxemburgo ni por cualquiera de los teóricos del derrumbe. Por otra parte, los incrementos constantes del salario y su desviación con respecto a su valor son, por supuesto, circunstancialmente posibles, pero externos a la relación. No obstante, el capital posee medios muy eficaces para evitar esa contingencia, que desembocarían en un aumento de la masa de trabajadores desempleados o, dicho en palabras de Marx, del «ejercito de reserva industrial», cuya presión sobre el mercado de trabajadores estableciera el salario dentro de sus límites «normales»{18}. Finalmente, el hecho de que en el capitalismo el incremento de la composición orgánica del capital persiga precisamente el incremento de la productividad, invalida la suposición de una tasa de plusvalor constante para determinar las condiciones y las tendencias generales de la acumulación.
2. En el esquema, las tasas de ganancia son diferentes en ambas ramas sin que se perciba ninguna tendencia a la igualación. Una vez más, admitimos que estas diferencias son posibles, pero ajenas a la relación. Queda sin explicar por qué los capitalistas de una de las ramas se resignan a soportar tasas de beneficio menores y renuncian a acumular en la rama más rentable. Sea como fuere, la igualdad de las tasas de ganancia no es imprescindible en un esquema elaborado para estudiar la viabilidad de la acumulación del capital.
3. La población, los salarios o ambas cosas crecen en el esquema con un efecto combinado de un 5% adicional en cada ciclo. Esta condición es también externa y sobre ella cabe decir lo que ya hemos indicado en el apartado anterior.
El esquema de Bauer-Grossmann, al introducir condiciones externas e irrelevantes, analiza sólo un caso particular, genera confusión y no demuestra lo que sus autores pretenden. Porque, efectivamente, demostrar que la reproducción ampliada es inviable bajo ciertas circunstancias no demuestra su inviabilidad. En cambio, para demostrar su viabilidad será suficiente con demostrar que lo es en un solo caso. Si las condiciones de ese supuesto no son especialmente inverosímiles ni externas al resultado que pudiera esperarse de la acción de los mecanismos propios del capital se demostraría, además, su estabilidad y su fortaleza. Es lo que intentaremos más adelante. Pero antes, convendrá dirigirse a las fuentes y enunciar con precisión la célebre «ley de la tendencia al descenso de la tasa de ganancia» en su versión original.
La ley enunciada por Marx
El punto de partida de Marx es un incremento de la composición orgánica del capital que expresa la tendencia real de la producción capitalista.
«es una ley de la producción capitalista el que, conforme va desarrollándose, decrezca en términos relativos el capital variable con respecto al constante y, por consiguiente, en proporción a todo el capital puesto en movimiento»{19}.
De una composición orgánica creciente se siguen dos efectos. En primer lugar, un aumento de la productividad del trabajo:
«el descenso relativo del capital variable y el relativo aumento del capital constante [...] sólo es [...] una manera distinta de designar la mayor productividad del trabajo»{20}.
Y en segundo lugar, una reducción de la tasa de ganancia:
«Como la masa de trabajo vivo empleada disminuye constantemente en proporción a la masa del trabajo materializado, de medios de producción consumidos productivamente que pone en movimiento, es lógico que la parte de este trabajo vivo que no se retribuye y se materializa en la plusvalía guarde una proporción constantemente decreciente con el volumen de valor del capital total invertido»{21}.
Y ello incluso si la tasa de plusvalor se eleva.
«la consecuencia directa de esto es [...] una cuota general de ganancia decreciente, aunque permanezca invariable e incluso aumente el grado de explotación del trabajo»{22}.
Resulta sorprendente que unas simples afirmaciones dejen a Marx satisfecho y convencido de haber empleado demostraciones. A lo largo de todo el capítulo XIII aparecen algunos simulacros de prueba o de ilustración de la ley, pero curiosamente presuponen una tasa de plusvalor invariable. A Marx le basta con escribir{23}
I. 4c + 2ν + 2p
II. 15c + 3v + 3p
y con calcular las tasas de ganancia de ambas ramas para inferir que «no sólo puede ocurrir esto [el descenso de la tasa de ganancia], sino que, [...] además, tiene necesariamente que ocurrir donde quiera que impere la producción capitalista»{24}. Pero conviene recordar que la exposición de los datos de un caso particular es impotente para demostrar la imposibilidad de un caso particular diferente.
El análisis de los efectos que una tasa de plusvalor creciente tendría sobre la tasa de ganancia queda olvidado en el capítulo donde se expone «la ley como tal», pero reaparece en el capítulo siguiente en forma de «causas que contrarrestan la ley».
«Este factor no anula la ley general. Pero sí hace que esta ley actúe más bien como tendencia, es decir, como una ley cuya vigencia absoluta se verá contenida, entorpecida y atenuada por causas que la contrarrestan»{25}.
La ley no queda anulada. La razón, tal y como Marx la expone, resulta un poco oscura:
«como las mismas causas que elevan la cuota de plusvalía [...] tienden a reducir la fuerza de trabajo empleada por un determinado capital, tenemos que las mismas causas contribuyen a disminuir la cuota de ganancia y a amortiguar el ritmo de esta disminución. Si a un obrero se le obliga a realizar el trabajo que racionalmente sólo pueden ejecutar dos obreros y esto se hace en condiciones en que este obrero puede sustituir a tres, el obrero en cuestión suministrará la misma cantidad de trabajo sobrante que antes suministraban dos, y en este sentido habrá aumentado la cuota de plusvalía. Pero no suministrará la misma cantidad de trabajo sobrante que antes suministraban tres, lo cual quiere decir que la cuota de plusvalía, desde este punto de vista, habrá disminuido»{26}.
Pero se aclara enseguida cuando más adelante leemos que
«dos obreros trabajando doce horas diarias no pueden suministrar la misma masa de plusvalía que 24 que trabajen dos horas diarias cada uno solamente, aun cuando pudiesen vivir del aire y no tuviesen, por tanto, que trabajar un solo minuto para ellos. Por consiguiente, en este respecto la compensación del menor número de obreros por el aumento del grado de explotación del trabajo tropieza con ciertos límites insuperables; puede, por tanto, entorpecer la baja de la cuota de ganancia, pero no anularla»{27}.
Marx confunde gravemente las cosas y olvida los conceptos que él mismo ha expuesto. Naturalmente que existe un momento en que 2 obreros no pueden trabajar para el capitalista más horas que 24 obreros, pero eso no quiere decir que no puedan suministrar la misma masa de plusvalor. La afirmación de Marx es falsa porque la masa de plusvalor se mide, por definición, en términos de valor y éste no equivale al tiempo de trabajo empleado, sino al tiempo de trabajo socialmente necesario. Si, como consecuencia del incremento de la composición orgánica del capital, aumentase la tasa de plusvalor en un grado suficiente, un solo obrero podría suministrar más valor excedente, es decir, más plusvalor, que un millón de obreros con una composición orgánica del capital y una productividad menores. Y el aumento de la tasa de plusvalor es un efecto del desarrollo de «la fuerza social productiva del trabajo», que es, a su vez, y a causa del incremento de la composición orgánica del capital, un producto general del régimen de producción capitalista. De si es posible y consistente un incremento de la tasa de plusvalor que impida el descenso de la tasa de ganancia es algo de lo que nos ocuparemos a continuación.
Otro esquema de acumulación
A. Nuestro esquema partirá de las siguientes condiciones:
1] una tasa de ganancia constante, lo que demostraría que su descenso no es un resultado inevitable del proceso de acumulación a escala ampliada;
2] una composición orgánica del capital creciente;
3] una igualdad de las tasas de beneficio de las dos ramas de la producción y una producción proporcional (es decir, que cumple la condición de equilibrio), aunque para evitar un exceso de datos, los resultados desglosados por ramas sólo se incluirán en el primer ciclo acumulativo, y;
4] una cantidad constante de capital variable. El incremento del capital variable dificulta los cálculos y no añade nada ni perjudica los fines de la investigación con tal de que la composición orgánica del capital crezca, y esto es posible tanto si el capital constante crece en una proporción mayor que un capital variable también creciente, como si el primero crece y el segundo no varía.
Partiendo de una tasa de crecimiento de c del 3% y de una tasa de ganancia del 100%, el resultado sería el recogido en el cuadro IV{28}.
Cuadro IV
c | v | k | ac | av | Valor total del producto | K (en % del plus-valor) | ac+av (en % del plus-valor) | Tasa de ganancia | |||||||
1er ciclo | I | 9.975 | + | 5.475 | + | 15.175 | + | 275 | + | 0 | = | 30.900 | 98,22% | 1,78% | 100,00% |
II | 20.025 | + | 13.525 | + | 32.925 | + | 625 | + | 0 | = | 67.100 | 98,14% | 1,86% | 100,00% | |
30.000 | + | 19.000 | + | 48.100 | + | 900 | + | 0 | = | 98.000 | 98,16% | 1,84% | 100,00% | ||
2º ciclo | 30.900 | + | 19.000 | + | 48.973 | + | 927 | + | 0 | = | 99.800 | 98,14% | 1,86% | 100,00% | |
3er ciclo | 31.827 | + | 19.000 | + | 49.872 | + | 955 | + | 0 | = | 101.654 | 98,12% | 1,88% | 100,00% | |
4º ciclo | 32.782 | + | 19.000 | + | 50.798 | + | 983 | + | 0 | = | 103.564 | 98,10% | 1,90% | 100,00% | |
5º ciclo | 33.765 | + | 19.000 | + | 51.752 | + | 1.013 | + | 0 | = | 105.531 | 98,08% | 1,92% | 100,00% | |
6º ciclo | 34.778 | + | 19.000 | + | 52.735 | + | 1.043 | + | 0 | = | 107.556 | 98,06% | 1,94% | 100,00% | |
7º ciclo | 35.822 | + | 19.000 | + | 53.747 | + | 1.075 | + | 0 | = | 109.643 | 98,04% | 1,96% | 100,00% | |
8º ciclo | 36.896 | + | 19.000 | + | 54.789 | + | 1.107 | + | 0 | = | 111.792 | 98,02% | 1,98% | 100,00% | |
9º ciclo | 38.003 | + | 19.000 | + | 55.863 | + | 1.140 | + | 0 | = | 114.006 | 98,00% | 2,00% | 100,00% | |
10º ciclo | 39.143 | + | 19.000 | + | 56.969 | + | 1.174 | + | 0 | = | 116.286 | 97,98% | 2,02% | 100,00% | |
31º ciclo | 72.818 | + | 19.000 | + | 89.633 | + | 2.185 | + | 0 | = | 183.636 | 97,62% | 2,38% | 100,00% | |
32º ciclo | 75.002 | + | 19.000 | + | 91.752 | + | 2.250 | + | 0 | = | 188.005 | 97,61% | 2,39% | 100,00% | |
33º ciclo | 77.252 | + | 19.000 | + | 93.935 | + | 2.318 | + | 0 | = | 192.505 | 97,59% | 2,41% | 100,00% | |
34º ciclo | 79.570 | + | 19.000 | + | 96.183 | + | 2.387 | + | 0 | = | 197.140 | 97,58% | 2,42% | 100,00% | |
35º ciclo | 81.957 | + | 19.000 | + | 98.498 | + | 2.459 | + | 0 | = | 201.914 | 97,56% | 2,44% | 100,00% | |
81º ciclo | 319.227 | + | 19.000 | + | 328.650 | + | 9.577 | + | 0 | = | 676.453 | 97,17% | 2,83% | 100,00% | |
82º ciclo | 328.804 | + | 19.000 | + | 337.939 | + | 9.864 | + | 0 | = | 695.607 | 97,16% | 2,84% | 100,00% | |
83º ciclo | 338.668 | + | 19.000 | + | 347.508 | + | 10.160 | + | 0 | = | 715.335 | 97,16% | 2,84% | 100,00% | |
84º ciclo | 348.828 | + | 19.000 | + | 357.363 | + | 10.465 | + | 0 | = | 735.655 | 97,15% | 2,85% | 100,00% | |
85º ciclo | 359.292 | + | 19.000 | + | 367.514 | + | 10.779 | + | 0 | = | 756.585 | 97,15% | 2,85% | 100,00% | |
161º ciclo | 3.396.857 | + | 19.000 | + | 3.313.951 | + | 101.906 | + | 0 | = | 6.831.713 | 97,02% | 2,98% | 100,00% | |
162º ciclo | 3.498.762 | + | 19.000 | + | 3.412.799 | + | 104.963 | + | 0 | = | 7.035.525 | 97,02% | 2,98% | 100,00% | |
163º ciclo | 3.603.725 | + | 19.000 | + | 3.514.613 | + | 108.112 | + | 0 | = | 7.245.450 | 97,02% | 2,98% | 100,00% | |
164º ciclo | 3.711.837 | + | 19.000 | + | 3.619.482 | + | 111.355 | + | 0 | = | 7.461.674 | 97,02% | 2,98% | 100,00% | |
165º ciclo | 3.823.192 | + | 19.000 | + | 3.727.496 | + | 114.696 | + | 0 | = | 7.684.384 | 97,01% | 2,99% | 100,00% | |
211º ciclo | 14.891.500 | + | 19.000 | + | 14.463.755 | + | 446.745 | + | 0 | = | 29.821.000 | 97,00% | 3,00% | 100,00% | |
212º ciclo | 15.338.245 | + | 19.000 | + | 14.897.098 | + | 460.147 | + | 0 | = | 30.714.490 | 97,00% | 3,00% | 100,00% | |
213º ciclo | 15.798.392 | + | 19.000 | + | 15.343.440 | + | 473.952 | + | 0 | = | 31.634.784 | 97,00% | 3,00% | 100,00% |
Los gráficos que se ofrecen a continuación permitirán apreciar mejor las tendencias.
Gráfico II
Evolución de la tasa de plusvalor
Para obtener el resultado de una tasa de ganancia constante, la tasa de plusvalor aumenta de forma creciente. La parte del plusvalor destinada al consumo de los capitalistas (k) crece del mismo modo y el capital constante se expande con el ritmo previsto. Además, como puede comprobarse, las tasas de ganancia son iguales en las dos ramas y se cumple la condición de equilibrio.
Gráfico III
k en porcentaje de plusvalor
El gráfico III revela que k, expresada en porcentaje del plusvalor, encuentra como límite inferior el 97% sin llegar nunca a alcanzarlo. Es fácil determinar una fórmula general que permita hallar en cualquier supuesto el límite inferior de esta magnitud. Conocidos la proporción de incremento del capital y la tasa de ganancia constantes, que denotamos con TΔc y con g respectivamente, resulta que k (en proporción del plusvalor) = 1 – TΔc/g, que multiplicaremos por cien si deseamos obtener el resultado en forma porcentual.
Puede pensarse que nos encontramos ante un caso muy particular escogido de entre muchos otros en los que la reproducción ampliada resulta imposible. Es fácil demostrar que esas sospechas son infundadas. Pero, aunque sea ocioso, podríamos detenernos en otros dos ejemplos, más que como demostración{29}, como un modo sencillo de apreciar la evolución de los factores que intervienen en el concepto de capital. Recurriremos a dos casos extremos. El cuadro V y los gráficos IV y V recogen un supuesto en el que c se incrementa en un 3% y la tasa de ganancia asciende al 1000%.
Cuadro V
c | v | v | ac | av | Valor total del producto | K (en % del plus-valor) | ac+av (en % del plus-valor) | Tasa de ganancia | |||||||||
1er ciclo | 30.000 | + | 19.000 | + | 489.100 | + | 900 | + | 0 | = | 539.000 | 99,82% | 0,18% | 1000% | |||
2º ciclo | 30.900 | + | 19.000 | + | 498.073 | + | 927 | + | 0 | = | 548.900 | 99,81% | 0,19% | 1000% | |||
3er ciclo | 31.827 | + | 19.000 | + | 507.315 | + | 955 | + | 0 | = | 559.097 | 99,81% | 0,19% | 1000% | |||
4º ciclo | 32.782 | + | 19.000 | + | 516.835 | + | 983 | + | 0 | = | 569.600 | 99,81% | 0,19% | 1000% | |||
5º ciclo | 33.765 | + | 19.000 | + | 526.640 | + | 1.013 | + | 0 | = | 580.418 | 99,81% | 0,19% | 1000% | |||
35º ciclo | 81.957 | + | 19.000 | + | 1.007.113 | + | 2.459 | + | 0 | = | 1.110.529 | 99,76% | 0,24% | 1000% | |||
36º ciclo | 84.416 | + | 19.000 | + | 1.031.626 | + | 2.532 | + | 0 | = | 1.137.575 | 99,76% | 0,24% | 1000% | |||
37º ciclo | 86.948 | + | 19.000 | + | 1.056.875 | + | 2.608 | + | 0 | = | 1.165.432 | 99,75% | 0,25% | 1000% |
Gráfico IV
Evolución de la tasa de plusvalor
Gráfico V
k en porcentaje de plusvalor
El cuadro VI y los gráficos VI y VII recogen un supuesto en el que c se incrementa en un 30% y la tasa de ganancia asciende al 100%.
Cuadro VI
c | v | v | ac | av | Valor total del producto | K (en % del plus-valor) | ac+av (en % del plus-valor) | Tasa de ganancia | |||||||
1º | 30.000 | + | 19.000 | + | 40.000 | + | 9.000 | + | 0 | = | 98.000 | 81,63% | 18,37% | 100% | |
2º | 39.000 | + | 19.000 | + | 46.300 | + | 11.700 | + | 0 | = | 116.000 | 79,83% | 20,17% | 100% | |
3º | 50.700 | + | 19.000 | + | 54.490 | + | 15.210 | + | 0 | = | 139.400 | 78,18% | 21,82% | 100% | |
4º | 65.910 | + | 19.000 | + | 65.137 | + | 19.773 | + | 0 | = | 169.820 | 76,71% | 23,29% | 100% | |
5º | 85.683 | + | 19.000 | + | 78.978 | + | 25.705 | + | 0 | = | 209.366 | 75,45% | 24,55% | 100% | |
33º | 132.833.779 | + | 19.000 | + | 93.002.645 | + | 39.850.134 | + | 0 | = | 265.705.558 | 70,00% | 30,00% | 100% | |
34º | 172.683.913 | + | 19.000 | + | 120.897.739 | + | 51.805.174 | + | 0 | = | 345.405.826 | 70,00% | 30,00% | 100% | |
35º | 224.489.087 | + | 19.000 | + | 157.161.361 | + | 67.346.726 | + | 0 | = | 449.016.173 | 70,00% | 30,00% | 100% |
Gráfico VI
Evolución de la tasa de plusvalor
Gráfico VII
k en porcentaje del plusvalor
Los supuestos anteriores presuponían que el capital variable no experimentaba cambios. Pero habría que introducir una corrección. Si la productividad del trabajo aumenta y v no varía, o bien los salarios han crecido o bien el capital constante se acompaña de un número mayor de trabajadores. Pero como no deseamos tomar en consideración factores externos al proceso, como el incremento de la población o como un salario desviado respecto de su valor (que aunque no impida el proceso de valorización, produciría una tasa de ganancia inferior a la que se hubiese obtenido con unos salarios equivalentes al valor de la fuerza de trabajo. Sobre los recursos que se encuentran a disposición del capital para evitar estas desviaciones, ya hemos hablado en otro lugar y no es preciso detenerse en ello nuevamente), el esquema deberá recoger valores de v decrecientes{30}. Con las modificaciones indicadas, el esquema quedaría como se muestra a continuación (TΔc = 3%).
Cuadro VI
Esquema modificado (con desvalorización de v)
c | v | k | ac | av | Valor total del producto | K (en % del plus-valor) | ac+av (en % del plus-valor) | Tasa de ganancia | incremento de la productividad | ||||||
1er | 30.000 | + | 19.000 | + | 48.100 | + | 900 | + | 0 | = | 98.000 | 98,16% | 1,84% | 100,00% | |
2º | 30.900 | + | 18.840 | + | 48.813 | + | 927 | + | 0 | = | 99.479 | 98,14% | 1,86% | 100,00% | 0,85163471% |
3er | 31.827 | + | 18.676 | + | 49.548 | + | 955 | + | 0 | = | 101.006 | 98,11% | 1,89% | 100,00% | 0,87509500% |
4º | 32.782 | + | 18.510 | + | 50.308 | + | 983 | + | 0 | = | 102.583 | 98,08% | 1,92% | 100,00% | 0,89907919% |
5º | 33.765 | + | 18.340 | + | 51.093 | + | 1.013 | + | 0 | = | 104.211 | 98,06% | 1,94% | 100,00% | 0,92358865% |
6º | 34.778 | + | 18.168 | + | 51.903 | + | 1.043 | + | 0 | = | 105.892 | 98,03% | 1,97% | 100,00% | 0,94862381% |
7º | 35.822 | + | 17.993 | + | 52.740 | + | 1.075 | + | 0 | = | 107.629 | 98,00% | 2,00% | 100,00% | 0,97418408% |
8º | 36.896 | + | 17.814 | + | 53.604 | + | 1.107 | + | 0 | = | 109.421 | 97,98% | 2,02% | 100,00% | 1,00026778% |
9º | 38.003 | + | 17.633 | + | 54.496 | + | 1.140 | + | 0 | = | 111.273 | 97,95% | 2,05% | 100,00% | 1,02687206% |
10º | 39.143 | + | 17.450 | + | 55.418 | + | 1.174 | + | 0 | = | 113.185 | 97,93% | 2,07% | 100,00% | 1,05399281% |
31º | 72.818 | + | 13.059 | + | 83.692 | + | 2.185 | + | 0 | = | 171.754 | 97,46% | 2,54% | 100,00% | 1,71898022% |
32º | 75.002 | + | 12.834 | + | 85.586 | + | 2.250 | + | 0 | = | 175.673 | 97,44% | 2,56% | 100,00% | 1,75318654% |
33º | 77.252 | + | 12.609 | + | 87.544 | + | 2.318 | + | 0 | = | 179.722 | 97,42% | 2,58% | 100,00% | 1,78736671% |
34º | 79.570 | + | 12.383 | + | 89.566 | + | 2.387 | + | 0 | = | 183.906 | 97,40% | 2,60% | 100,00% | 1,82147991% |
35º | 81.957 | + | 12.157 | + | 91.656 | + | 2.459 | + | 0 | = | 188.229 | 97,39% | 2,61% | 100,00% | 1,85548486% |
81º | 319.227 | + | 3.950 | + | 313.599 | + | 9.577 | + | 0 | = | 646.353 | 97,04% | 2,96% | 100,00% | 2,85252269% |
82º | 328.804 | + | 3.840 | + | 322.779 | + | 9.864 | + | 0 | = | 665.286 | 97,03% | 2,97% | 100,00% | 2,86040954% |
83º | 338.668 | + | 3.733 | + | 332.240 | + | 10.160 | + | 0 | = | 684.801 | 97,03% | 2,97% | 100,00% | 2,86790360% |
84º | 348.828 | + | 3.628 | + | 341.991 | + | 10.465 | + | 0 | = | 704.912 | 97,03% | 2,97% | 100,00% | 2,87502142% |
85º | 359.292 | + | 3.527 | + | 352.040 | + | 10.779 | + | 0 | = | 725.638 | 97,03% | 2,97% | 100,00% | 2,88177918% |
113º | 822.035 | + | 1.566 | + | 798.940 | + | 24.661 | + | 0 | = | 1.647.202 | 97,01% | 2,99% | 100,00% | 2,97629614% |
114º | 846.696 | + | 1.520 | + | 822.816 | + | 25.401 | + | 0 | = | 1.696.433 | 97,01% | 2,99% | 100,00% | 2,97764174% |
115º | 872.097 | + | 1.476 | + | 847.411 | + | 26.163 | + | 0 | = | 1.747.147 | 97,01% | 2,99% | 100,00% | 2,97891175% |
116º | 898.260 | + | 1.434 | + | 872.746 | + | 26.948 | + | 0 | = | 1.799.388 | 97,00% | 3,00% | 100,00% | 2,98011035% |
Gráfico VIII
Esquema modificado. Incremento de la productividad
Gráfico IX
Esquema modificado. Evolución de la tasa de plusvalor
El gráfico VIII permite obtener una conclusión muy importante. Habíamos demostrado que existen incrementos de productividad capaces de sostener la acumulación cuando la composición orgánica del capital experimenta un ascenso continuado, pero ignorábamos su cuantía y su comportamiento. El gráfico indica que, para que la tasa de ganancia no se reduzca, cuando el capital constante crece un 3% en cada ciclo, I tiende al 3% sin alcanzarlo nunca. La descripción del comportamiento de un incremento de productividad que impida la disminución de g se obtiene a partir de la definición de ésta. Como g = p / c + ν, y en nuestro esquema g = k + ac / c + ν, y como v se desvaloriza y tiende a 0 sin llegar a alcanzar este valor (aunque el resultado sería el mismo si creciese, con tal de que Ω se incrementara), el denominador de la fracción tenderá a crecer con una tasa igual a TΔc sin alcanzarla. Para que g no decrezca, el numerador tenderá a aumentar como el denominador. Teniendo en cuenta la definición de I que hemos indicado más arriba y la desvalorización de v, dicho aumento tiende a un valor equivalente al incremento de la productividad. Por lo tanto, una acumulación sostenible del capital exige, si se suponen constantes la masa de trabajadores y la duración de la jornada laboral, que I tienda a TΔc, tanto más rápidamente cuanto mayor sea la composición orgánica del capital y más rápido su incremento.
La investigación podría continuar por otros caminos. Hasta aquí hemos supuesto tasas fijas y constantes de ganancia, pero no sería inútil estudiar el proceso siguiendo el orden cronológico de las acciones desplegadas por la función capitalista. En primer lugar, se realiza la acumulación de capital de modo que se incremente su composición orgánica, buscándose con ello una productividad acrecentada. La cuantía exacta de este incremento se conoce después de la inversión y una vez que la producción se realiza en las nuevas condiciones. Podríamos, por tanto, intentar deducir la tasa de ganancia a partir del incremento alcanzado por la productividad. Supongamos que la elevación de la productividad que resulta del crecimiento de la composición orgánica del capital es igual a la proporción con que c se expande. Por otra parte, como los valores iniciales pueden escogerse de manera arbitraria, haremos coincidir en el primer ciclo, por puro capricho, la tasa de incremento del capital constante con g. A continuación ofrecemos los datos de dos variantes de este supuesto. La primera experimenta incrementos de c y de I del 3%; la segunda, del 20%.{31}
Cuadro VIII
Esquema con desvalorización y con g variable (I = 3%)
c | v | k | ac | av | Valor total del producto | K (en % del plus-valor) | ac+av (% del plus-valor) | Tasa de ganancia | Tasa de plusvalor | ||||||
1er | 30.000 | + | 19.000 | + | 570 | + | 900 | + | 0 | = | 50.470 | 38,78% | 61,22% | 3,00% | 7,74% |
2º | 30.900 | + | 18.447 | + | 1.710 | + | 927 | + | 0 | = | 51.984 | 64,85% | 35,15% | 5,34% | 14,30% |
3er | 31.827 | + | 17.909 | + | 2.852 | + | 955 | + | 0 | = | 53.544 | 74,92% | 25,08% | 7,65% | 21,26% |
4º | 32.782 | + | 17.388 | + | 3.997 | + | 983 | + | 0 | = | 55.150 | 80,25% | 19,75% | 9,93% | 28,64% |
5º | 33.765 | + | 16.881 | + | 5.145 | + | 1.013 | + | 0 | = | 56.804 | 83,55% | 16,45% | 12,16% | 36,48% |
6º | 34.778 | + | 16.390 | + | 6.297 | + | 1.043 | + | 0 | = | 58.509 | 85,79% | 14,21% | 14,35% | 44,79% |
7º | 35.822 | + | 15.912 | + | 7.455 | + | 1.075 | + | 0 | = | 60.264 | 87,40% | 12,60% | 16,49% | 53,61% |
8º | 36.896 | + | 15.449 | + | 8.620 | + | 1.107 | + | 0 | = | 62.072 | 88,62% | 11,38% | 18,58% | 62,96% |
9º | 38.003 | + | 14.999 | + | 9.792 | + | 1.140 | + | 0 | = | 63.934 | 89,57% | 10,43% | 20,63% | 72,89% |
10º | 39.143 | + | 14.562 | + | 10.972 | + | 1.174 | + | 0 | = | 65.852 | 90,33% | 9,67% | 22,62% | 83,41% |
31º | 72.818 | + | 7.828 | + | 39.674 | + | 2.185 | + | 0 | = | 122.504 | 94,78% | 5,22% | 51,90% | 534,74% |
32º | 75.002 | + | 7.600 | + | 41.327 | + | 2.250 | + | 0 | = | 126.179 | 94,84% | 5,16% | 52,76% | 573,40% |
33º | 77.252 | + | 7.378 | + | 43.016 | + | 2.318 | + | 0 | = | 129.964 | 94,89% | 5,11% | 53,57% | 614,41% |
34º | 79.570 | + | 7.163 | + | 44.743 | + | 2.387 | + | 0 | = | 133.863 | 94,94% | 5,06% | 54,34% | 657,92% |
35º | 81.957 | + | 6.955 | + | 46.509 | + | 2.459 | + | 0 | = | 137.879 | 94,98% | 5,02% | 55,07% | 704,07% |
81º | 319.227 | + | 1.786 | + | 206.457 | + | 9.577 | + | 0 | = | 537.046 | 95,57% | 4,43% | 67,30% | 12098,89% |
82º | 328.804 | + | 1.734 | + | 212.756 | + | 9.864 | + | 0 | = | 553.157 | 95,57% | 4,43% | 67,35% | 12841,80% |
83º | 338.668 | + | 1.683 | + | 219.241 | + | 10.160 | + | 0 | = | 569.752 | 95,57% | 4,43% | 67,40% | 13629,95% |
84º | 348.828 | + | 1.634 | + | 225.918 | + | 10.465 | + | 0 | = | 586.844 | 95,57% | 4,43% | 67,45% | 14466,11% |
85º | 359.292 | + | 1.586 | + | 232.792 | + | 10.779 | + | 0 | = | 604.450 | 95,57% | 4,43% | 67,49% | 15353,18% |
108º | 709.095 | + | 804 | + | 461.762 | + | 21.273 | + | 0 | = | 1.192.934 | 95,60% | 4,40% | 68,04% | 60090,83% |
109º | 730.368 | + | 780 | + | 475.663 | + | 21.911 | + | 0 | = | 1.228.722 | 95,60% | 4,40% | 68,05% | 63756,45% |
110º | 752.279 | + | 758 | + | 489.979 | + | 22.568 | + | 0 | = | 1.265.583 | 95,60% | 4,40% | 68,06% | 67645,31% |
111º | 774.847 | + | 736 | + | 504.723 | + | 23.245 | + | 0 | = | 1.303.551 | 95,60% | 4,40% | 68,07% | 71771,00% |
112º | 798.092 | + | 714 | + | 519.908 | + | 23.943 | + | 0 | = | 1.342.658 | 95,60% | 4,40% | 68,08% | 76147,94% |
113º | 822.035 | + | 693 | + | 535.548 | + | 24.661 | + | 0 | = | 1.382.937 | 95,60% | 4,40% | 68,09% | 80791,44% |
114º | 846.696 | + | 673 | + | 551.655 | + | 25.401 | + | 0 | = | 1.424.425 | 95,60% | 4,40% | 68,10% | 85717,73% |
Gráfico X
Esquema con desvalorización y con g variable.
Evolución de g. (I =3%)
Cuadro IX
Esquema con desvalorización y con g variable (I = 20%)
c | v | k | ac | av | Valor total del producto | K (en % del plus-valor) | ac+av (en % del plus-valor) | Tasa de ganancia | Tasa de plusvalor | ||||||
1er | 30.000 | + | 19.000 | + | 3.800 | + | 6.000 | + | 0 | = | 58.800 | 38,78% | 61,22% | 20,00% | 51,6% |
2º | 36.000 | + | 15.833 | + | 11.527 | + | 7.200 | + | 0 | = | 70.560 | 61,55% | 38,45% | 36,13% | 118,3% |
3er | 43.200 | + | 13.194 | + | 19.638 | + | 8.640 | + | 0 | = | 84.672 | 69,45% | 30,55% | 50,14% | 214,3% |
4º | 51.840 | + | 10.995 | + | 28.403 | + | 10.368 | + | 0 | = | 101.606 | 73,26% | 26,74% | 61,70% | 352,6% |
5º | 62.208 | + | 9.163 | + | 38.115 | + | 12.442 | + | 0 | = | 121.928 | 75,39% | 24,61% | 70,84% | 551,8% |
6º | 74.650 | + | 7.636 | + | 49.098 | + | 14.930 | + | 0 | = | 146.313 | 76,68% | 23,32% | 77,81% | 838,5% |
7º | 89.580 | + | 6.363 | + | 61.717 | + | 17.916 | + | 0 | = | 175.576 | 77,50% | 22,50% | 83,00% | 1251,5% |
8º | 107.495 | + | 5.303 | + | 76.394 | + | 21.499 | + | 0 | = | 210.691 | 78,04% | 21,96% | 86,79% | 1846,2% |
9º | 128.995 | + | 4.419 | + | 93.617 | + | 25.799 | + | 0 | = | 252.829 | 78,40% | 21,60% | 89,51% | 2702,5% |
10º | 154.793 | + | 3.682 | + | 113.961 | + | 30.959 | + | 0 | = | 303.395 | 78,64% | 21,36% | 91,45% | 3935,5% |
11º | 185.752 | + | 3.069 | + | 138.103 | + | 37.150 | + | 0 | = | 364.074 | 78,80% | 21,20% | 92,81% | 5711,2% |
12º | 222.903 | + | 2.557 | + | 166.849 | + | 44.581 | + | 0 | = | 436.889 | 78,91% | 21,09% | 93,78% | 8268,1% |
13º | 267.483 | + | 2.131 | + | 201.156 | + | 53.497 | + | 0 | = | 524.267 | 78,99% | 21,01% | 94,45% | 11950,0% |
14º | 320.980 | + | 1.776 | + | 242.169 | + | 64.196 | + | 0 | = | 629.120 | 79,05% | 20,95% | 94,92% | 17252,1% |
15º | 385.176 | + | 1.480 | + | 291.254 | + | 77.035 | + | 0 | = | 754.944 | 79,08% | 20,92% | 95,25% | 24887,0% |
16º | 462.211 | + | 1.233 | + | 350.047 | + | 92.442 | + | 0 | = | 905.933 | 79,11% | 20,89% | 95,48% | 35881,3% |
17º | 554.653 | + | 1.028 | + | 420.508 | + | 110.931 | + | 0 | = | 1.087.119 | 79,13% | 20,87% | 95,64% | 51713,0% |
18º | 665.583 | + | 856 | + | 504.987 | + | 133.117 | + | 0 | = | 1.304.543 | 79,14% | 20,86% | 95,75% | 74510,7% |
19º | 798.700 | + | 714 | + | 606.298 | + | 159.740 | + | 0 | = | 1.565.452 | 79,15% | 20,85% | 95,83% | 107339,4% |
20º | 958.440 | + | 595 | + | 727.820 | + | 191.688 | + | 0 | = | 1.878.542 | 79,15% | 20,85% | 95,88% | 154612,8% |
21º | 1.150.128 | + | 496 | + | 873.602 | + | 230.026 | + | 0 | = | 2.254.251 | 79,16% | 20,84% | 95,92% | 222686,4% |
22º | 1.380.154 | + | 413 | + | 1.048.504 | + | 276.031 | + | 0 | = | 2.705.101 | 79,16% | 20,84% | 95,94% | 320712,5% |
23º | 1.656.184 | + | 344 | + | 1.258.356 | + | 331.237 | + | 0 | = | 3.246.121 | 79,16% | 20,84% | 95,96% | 461869,9% |
24º | 1.987.421 | + | 287 | + | 1.510.153 | + | 397.484 | + | 0 | = | 3.895.346 | 79,16% | 20,84% | 95,97% | 665136,7% |
25º | 2.384.905 | + | 239 | + | 1.812.289 | + | 476.981 | + | 0 | = | 4.674.415 | 79,16% | 20,84% | 95,98% | 957840,9% |
26º | 2.861.886 | + | 199 | + | 2.174.835 | + | 572.377 | + | 0 | = | 5.609.298 | 79,17% | 20,83% | 95,99% | 1379334% |
27º | 3.434.264 | + | 166 | + | 2.609.875 | + | 686.853 | + | 0 | = | 6.731.157 | 79,17% | 20,83% | 95,99% | 1986286% |
28º | 4.121.117 | + | 138 | + | 3.131.910 | + | 824.223 | + | 0 | = | 8.077.388 | 79,17% | 20,83% | 95,99% | 2860296% |
Gráfico XI
Esquema con desvalorización y con g variable.
Evolución de g. (I =20%)
Hasta aquí, la investigación se ha ocupado de estudiar el proceso de acumulación cuando la masa de trabajadores permanece constante. El supuesto de su disminución sólo introduce una modificación en los resultados que ya hemos expuesto. Una reducción de la masa de trabajadores exige, en igualdad de condiciones, incrementos de productividad mayores de los necesarios para sostener la acumulación cuando dicha masa no varía. El cuadro y los gráficos que se muestran a continuación recogen los datos de un proceso acumulativo en el que TΔc = 3%, g = 100%, y en el que la masa de trabajadores requerida en cada ciclo representa el 97% de la requerida en el ciclo anterior{32}.
Cuadro X
Esquema con desvalorización y con T variable (D = 97%)
c | v | k | ac | av | Valor total del producto | K (en % del plus-valor) | ac+av (en % del plus-valor) | Tasa de ganancia | Incremento de la productividad | ||||||
1er | 30.000 | 19.000 | 48.100 | 900 | 0 | 98.000 | 98,16% | 1,84% | 100,00% | ||||||
2º | 30.900 | + | 18.111 | + | 48.084 | + | 927 | + | 0 | = | 98.022 | 98,11% | 1,89% | 100,00% | 1,761564% |
3er | 31.827 | + | 17.247 | + | 48.119 | + | 955 | + | 0 | = | 98.147 | 98,05% | 1,95% | 100,00% | 1,861418% |
4º | 32.782 | + | 16.407 | + | 48.205 | + | 983 | + | 0 | = | 98.377 | 98,00% | 2,00% | 100,00% | 1,965763% |
5º | 33.765 | + | 15.591 | + | 48.343 | + | 1.013 | + | 0 | = | 98.713 | 97,95% | 2,05% | 100,00% | 2,074592% |
6º | 34.778 | + | 14.800 | + | 48.534 | + | 1.043 | + | 0 | = | 99.155 | 97,90% | 2,10% | 100,00% | 2,187863% |
7º | 35.822 | + | 14.032 | + | 48.779 | + | 1.075 | + | 0 | = | 99.707 | 97,84% | 2,16% | 100,00% | 2,305484% |
8º | 36.896 | + | 13.289 | + | 49.078 | + | 1.107 | + | 0 | = | 100.369 | 97,79% | 2,21% | 100,00% | 2,427318% |
9º | 38.003 | + | 12.569 | + | 49.432 | + | 1.140 | + | 0 | = | 101.144 | 97,75% | 2,25% | 100,00% | 2,553167% |
10º | 39.143 | + | 11.873 | + | 49.842 | + | 1.174 | + | 0 | = | 102.033 | 97,70% | 2,30% | 100,00% | 2,682779% |
71º | 237.535 | + | 76 | + | 230.485 | + | 7.126 | + | 0 | = | 475.222 | 97,00% | 3,00% | 100,00% | 6,176864% |
72º | 244.661 | + | 70 | + | 237.391 | + | 7.340 | + | 0 | = | 489.461 | 97,00% | 3,00% | 100,00% | 6,177846% |
73º | 252.001 | + | 64 | + | 244.504 | + | 7.560 | + | 0 | = | 504.129 | 97,00% | 3,00% | 100,00% | 6,178718% |
74º | 259.561 | + | 58 | + | 251.832 | + | 7.787 | + | 0 | = | 519.238 | 97,00% | 3,00% | 100,00% | 6,179492% |
75º | 267.347 | + | 53 | + | 259.380 | + | 8.020 | + | 0 | = | 534.801 | 97,00% | 3,00% | 100,00% | 6,180178% |
179º | 5.782.921 | + | 0,004 | + | 5.609.433 | + | 173.488 | + | 0 | = | 11.565.842 | 97,00% | 3,00% | 100,00% | 6,185567% |
180º | 5.956.409 | + | 0,004 | + | 5.777.716 | + | 178.692 | + | 0 | = | 11.912.817 | 97,00% | 3,00% | 100,00% | 6,185567% |
181º | 6.135.101 | + | 0,004 | + | 5.951.048 | + | 184.053 | + | 0 | = | 12.270.202 | 97,00% | 3,00% | 100,00% | 6,185567% |
182º | 6.319.154 | + | 0,003 | + | 6.129.579 | + | 189.575 | + | 0 | = | 12.638.308 | 97,00% | 3,00% | 100,00% | 6,185567% |
183º | 6.508.728 | + | 0,003 | + | 6.313.467 | + | 195.262 | + | 0 | = | 13.017.457 | 97,00% | 3,00% | 100,00% | 6,185567% |
Gráfico XII
Esquema con desvalorización y con T variable (D = 97%)
Variación de I
Gráfico XIII
Esquema con desvalorización y con T variable (D = 97%)
Tasa de plusvalor
Los gráficos siguientes registran la evolución de I. El primero, en un proceso acumulativo en el que TΔc = 10%, g = 100%, y en el que la masa de trabajadores empleada en cada ciclo representa el 97% de la empleada en el ciclo anterior; el segundo, cuando TΔc = 3%, g = 100% y D = 80%.
Gráfico XIV
Esquema con desvalorización y con T variable
(D = 97%, TΔc = 10%). Variación de I
Gráfico XV
Esquema con desvalorización y con T variable
(D = 80%, TΔc = 3%). Variación de I
A pesar de que pueda pensarse lo contrario, los esquemas que hemos expuesto no presuponen la inexistencia de un ejército de reserva industrial. En v, como ya hemos indicado, debe verse el coste de reproducción de la fuerza de trabajo requerida y no sólo de la empleada. El capital encuentra en los aparatos de Estado familiares (y de ahí su enorme éxito y el amparo y las bendiciones con que son recompensados) el instrumento perfecto para la producción y la reproducción barata y estable de un excedente relativo de trabajadores, y para la producción de subjetividades casi siempre adaptadas y en ningún caso (porque es la mera existencia de la familia, el mero despliegue de su ser, y no su buen o mal uso -y en esto en nada se diferencia de cualquier otro aparato de Estado-, lo que produce este efecto) contrarias al proceso de la reproducción ampliada y a las técnicas del mando.
Conclusiones
1. El régimen de producción capitalista es consistente y puede existir eternamente. Si lo identificamos con una fuerza, habremos de decir que, naturalmente, podría dejar de existir, pero como consecuencia de la intervención de una fuerza mayor y de sentido contrario, es decir, de un otro, de un exterior al propio capital. Como se ha demostrado, el proceso de valorización carece de «contradicciones internas» y puede perpetuarse con la condición de que el incremento de la composición orgánica del capital genere un incremento suficiente de la productividad del trabajo. No «tiende» a nada que no sea él mismo. Nada impide, sin embargo, que en una situación concreta dicho incremento no se produzca o que su reducida cuantía provoque una disminución de la tasa de beneficio, ni que factores circunstanciales puedan desencadenar crisis circunstanciales. La investigación de un caso concreto debe ocuparse de las circunstancias del caso concreto. Una investigación de esa clase, que cae fuera del objeto de este estudio, encuentra, no obstante, los conceptos que precisa en la teoría del capital.
2. La continuidad de la reproducción ampliada no depende del mantenimiento ni de la ampliación de la cantidad de trabajadores empleados ni tiene por qué reducir esta cifra en términos absolutos, y ello a pesar de cualesquiera estudios japoneses que demuestren lo contrario. Cuando nuestros esquemas han supuesto una cantidad fija de trabajadores, han demostrado la viabilidad de la reproducción ampliada.
3. Una acumulación sostenible del capital, permaneciendo constantes la masa de trabajadores y la duración de la jornada laboral, exige que, al menos, I tienda a TΔc, tanto más rápidamente cuanto mayor sea la composición orgánica del capital y más rápido su incremento. El crecimiento de la productividad habrá de ser superior a lo indicado y deberá superar en algún momento TΔc si, en las mismas condiciones, la masa de trabajadores disminuyera progresivamente; y tanto mayores serán dicho crecimiento y la diferencia entre TΔc y el límite superior mínimo de I necesario para evitar el descenso de la tasa de beneficio, cuanto más rápida sea la reducción del número de trabajadores.
4. El régimen de producción capitalista no puede ser estudiado desde la demanda, porque la propiedad del valor excedente se adquiere en el momento de la producción. Además, los «suplementos salariales», lejos de resultarle indispensables o beneficiosos, arrojan una tasa de ganancia menor de la que se obtendría con salarios en su valor.
5. El incremento de la productividad del trabajo no tiene otro sentido ni otro efecto que el de la valorización, de donde se deduce que la duración de la jornada de trabajo obedece a exigencias meramente reproductivas de una población trabajadora suficiente y eficaz. Una productividad mayor, por lo tanto, ni invita a la reducción de la jornada de trabajo ni la provoca ni es una buena excusa para la actividad de propagandistas «humanos». El efecto de un acortamiento de la jornada de trabajo que no viniera impuesto por necesidades reproductivas sería el mismo que el del aumento del salario.
6. Los trabajadores son simples portadores de supervivencia y la producción capitalista no es sino producción de una diferencia llamada plusvalor.
7. Es posible un capitalismo sin capitalistas. El concepto de capital exige la existencia de dos posiciones estructurales: la posición propietaria (y directora) de los medios de producción y la no propietaria; pero en ningún caso la personificación de la primera. La función capitalista puede ser desempeñada por asalariados que interpreten las exigencias de la reproducción. La relación no sufre viendo como k desaparece. El proceso de producción seguiría existiendo como proceso de producción de plusvalor, del mismo modo que el trabajador como mero superviviente a las puertas de cada necesidad del capital. Esto permite situar la defensa del «socialismo» en el ámbito de la propaganda en favor de la variante autista del capitalismo. Sólo en otro modo de producción, que calificaremos como comunista, el incremento de la productividad podría tener como efectos consistentes con su propia continuación el acortamiento progresivo de la jornada de trabajo, la ampliación de la capacidad de consumo individual, el incremento de la fracción del tiempo global de trabajo destinado a la producción de medios de producción (es decir, que podría producirse una cantidad adicional de medios de producción) o las tres cosas al mismo tiempo. No obstante, teniendo en cuenta que en un modo de producción tal el primer efecto se halla en relación inversa con los otros dos, y que la existencia de una fracción fija de la jornada global de trabajo cristalizado en medios de producción no es incompatible con ulteriores incrementos de la productividad, podría pensarse que, finalmente, la fracción de la jornada destinada a la producción de medios de producción adicionales desaparecería. Una vez alcanzada una capacidad de consumo individual satisfactoria, el incremento de la productividad del trabajo sólo tendría como efecto la reducción de la duración de la jornada de trabajo. En un modo de producción como el descrito, las dos últimas serían las únicas tendencias apreciables y permanentes. Pero este es asunto para otro estudio.
Notas
{1} Ernest Mandel, The long waves of capitalist development. The marxist interpretation, Cambridge University Press, Cambridge, 1980 (Las ondas largas del desarrollo capitalista. La interpretación marxista, Siglo XXI de España, 1986, p. 8). Pasando por alto, para no complicar más las cosas, lo del punto de vista marxista, ¿cuán marcadas han de ser las subidas para ser subidas marcadas, y cuán largos los plazos para ser plazos largos?
{2} Ibid., p. 94. ¿Acaso se refiere a una sustitución tan radical como la que conduciría a una reducción masiva?
{3} Ibid., p. 94. ¿Estudios japoneses? ¿Añade algo la nacionalidad al contenido de los estudios? ¿Diríamos, para referirnos a la geometría euclídea: «estudios griegos estiman que...»? Por otra parte, ¿qué estudios son esos estudios? No es una cuestión poco importante: los estudios japoneses constituyen, según Mandel, la prueba de su argumentación (o de lo que sea eso). Pero no conocemos qué estudios japoneses son esos estudios japoneses y, por supuesto, mucho menos su contenido. Lo que nos dice Mandel podría resumirse del siguiente modo: «una sustitución radical de X produciría una reducción masiva de X (pura tautología, pero de momento expresada de forma condicional). Como unos estudios japoneses estiman que... (y estimar, según el criterio de Mandel significa demostrar), entonces, la drástica reducción o sustitución radical implicaría, con toda probabilidad (¿qué probabilidad?: ¿toda? Pero toda, ¿es toda, es mucha, es muchísima...? Y además, ¿por qué los estudios japoneses necesitan expresar el efecto en términos probabilísticos?: ¿porque lo exigen los conceptos empleados?; ¿por pura ignorancia?) una fuerte caída de Y. Podría pensarse que Mandel desempeña en nuestro texto el papel de muñeco de los golpes para mayor gloria del autor. Éste, en su descargo, tiene que decir que carece de vanidad intelectual, y confiesa la tristeza que le produce saber que casi toda la palabra escrita es producto de la megalomanía, del negocio o de la actividad de ciertos aparatos de Estado. Piensa también, con compasión, en esos entrañables seres que, bajo la amenaza de caer en otras formas menos benignas de procurarse el sustento, son forzados a hablar con cierta frecuencia, no teniendo, casi con la misma frecuencia, gran cosa que decir.
{4} En la edición que manejamos, «tío vivo».
{5} Die Akkumulation des Kapitals oder was die Epigonen aus der Marxschen Theorie gemacht haben (La acumulación del capital o en qué han convertido los epígonos la teoría marxiana. Una anticrítica), en Rosa Luxemburgo y Nicolai Bujarin, El imperialismo y la acumulación del capital, Cuadernos de Pasado y Presente nº 51, Córdoba, (Argentina), 1975, pp. 12-14.
{6} Ibid., p. 17. La cita, de un hegelianismo extático, describe la apoteosis propia de este género literario que nos acompaña desde el siglo pasado.
{7} El problema de la «realización» tal y como lo formula Luxemburgo es completamente ajeno a la estructura conceptual expuesta por Marx. En ella, los capitalistas son «siempre-ya» propietarios del valor excedente, pues éste se adquiere en el momento de la producción, no en el de la circulación. Por esta razón, en el capitalismo, la «solvencia» total es siempre exactamente igual al valor total producido. Podrán existir, no obstante, dificultades para vender las mercancías (sería catastrófico que todo el aparato de producción se emplease en producir palos de golf o que se produjese una cantidad de ruedas de automóvil que no cuadruplicara al menos el número de automóviles producidos), es decir, para transformar las mercancías en capital-dinero susceptible de transformarse nuevamente en capital-mercancías (dificultades relacionadas con la facilidad o con la imposibilidad de encontrar un mercado que desee o que pueda aprovechar dichas mercancías, lo que sitúa el problema en el ámbito de los valores de uso), pero eso no tiene ninguna relación con la falta de «consumo solvente». Sólo en ese sentido son posibles la crisis de sobreproducción o de subconsumo. Pero siempre que se mencionan estas expresiones se está cerca de la posición de Luxemburgo, es decir, se habla en términos de valor (de valor de cambio). De ahí se pasa inmediatamente a afirmar que el capitalismo lleva inscrito en sus entrañas las semillas de la contradicción que habrá de conducir al «socialismo» o, en general, a cualquier otra cosa (versión hegeliana), o a sugerir la conveniencia de un suplemento salarial capaz de sostener la demanda (versión de «izquierdas»).
{8} Rosa Luxemburgo y Nicolai Bujarin, op. cit., p. 25.
{9} La acumulación del capital, en Lucio Colletti et alia, El marxismo y el derrumbe del capitalismo, Siglo XXI, Méjico, 1978.
{10} Conviene recordar, si no se está familiarizado con estos conceptos, que el capital constante representa el valor de los medios de producción, es decir, de la maquinaria, los edificios, los instrumentos de trabajo, las materias primas, etc.; que el capital variable representa el valor de las mercancías necesarias para la producción y la reproducción en número suficiente (y tendremos ocasión más delante de profundizar sobre esto) de unos trabajadores en condiciones de ser usados en el proceso productivo; y que el plusvalor es el valor producido durante el tiempo que se prolonga la jornada laboral después de haberse obtenido el valor de la fuerza de trabajo, es decir, la cantidad de valor que resulta de descontar el capital variable del total del valor nuevo producido. El concepto de plusvalor permite permanecer lejos de todo humanismo y de todo juridicismo. En efecto, mientras que entre los capitalistas, que ocupan la misma posición estructural, sólo puede establecerse, conceptualmente, (en nada estorban los conceptos a los pillos, los estafadores y los ventajistas, pero a cambio, la existencia de éstos deja también indiferente a los conceptos) un intercambio de equivalentes en valor, no ocurre lo mismo en la relación entre capitalistas y trabajadores; y no porque el intercambio entre ambos sea desigual, sino porque hablar de él en estos términos no tiene, científicamente, cabida. Un capitalista se desprende en el mercado de la propiedad de una cantidad de dinero y recibe a cambio una contraprestación bajo la forma de una mercancía de cuya propiedad se desprende otro capitalista que adquiere como contraprestación la propiedad de la que se desprendió el primero. Es el paraíso juridicista que Marx, al final del capítulo IV del libro I del El capital, define como el reino de «la libertad, la igualdad, la propiedad y Bentham». Un trabajador, en cambio, no acude al mercado como propietario de una mercancía (que sería el trabajo), sino como una mercancía sin propietario. Como tal ha de ser producido (y de ahí su coste de reproducción o su valor), pero como tal puede también ser usado. Antes de acceder a las mercancías, el capitalista debe enfrentarse con sus iguales y conformarse con no obtener de ellas más provecho que su uso. Pero hay una excepción. Nada impide, prolongando la jornada de trabajo más allá de cierto límite, usar la mercancía trabajador para producir más valor del necesario para su producción y reproducción en condiciones de ser usada, y nada impide (es más: todo conspira para que ocurra así) al capitalista apropiarse de este valor adicional. No se trata de que el intercambio entre la posición estructural capitalista y la posición estructural trabajador sea o no equivalente ni de que exista o no robo o estafa. Se trata de que este problema es por completo ajeno a la estructura conceptual (que, en adelante, denominaremos teoría del capital, expresión en la que, por lo que llevamos dicho, es fácil deducir que la palabra teoría no se refiere a nada de lo que puedan sugerir palabras como especulación, opinión o ideología) de Marx. El capitalista no paga al trabajador, sino que produce y mantiene una mercancía a cuyo inexistente dueño no tiene que remunerar por su uso, del mismo modo que no paga a sus máquinas (otras mercancías) por usarlas, aunque en este caso sí deba vérselas con sus propietarios. El propio Marx parece ignorar la importancia de su descubrimiento utilizando fórmulas como la empleada al final del capítulo X del libro I de El capital, pero que también pueden encontrarse en muchos lugares de esta y de otras de sus obras.
{11} Que aquí denotaremos con Ω, y que se define como la fracción del capital total que representa el capital constante, es decir, Ω = c / c + ν.
{12} Que denotaremos con p' y que se define como la proporción del plusvalor (que denotaremos con p) con respecto al capital variable, es decir, p' = p / ν.
{13} El esquema de Bauer supone, igual que Marx, una producción dividida en dos ramas. La primera produce medios de producción; la segunda, artículos de consumo individual, tanto para los capitalistas como para los trabajadores.
{14} Esta condición puede demostrarse y expresarse de forma simple. Denotando con c1 y c2 el capital constante, con v1 y v2 el capital variable, con k1 y k2 la porción del plusvalor destinado al consumo individual de los capitalistas, con ac1 y ac2 la parte del plusvalor destinada a la acumulación de capital constante adicional en el siguiente ciclo, y con av1 y av2 la parte del plusvalor destinada a la acumulación de capital variable adicional en el siguiente ciclo, e indicando los subíndices la rama de la producción, si la rama I (productora de medios de producción) ha de encontrar demanda para todo el valor que produce, tenemos que
c1 + c2 + ac1 + ac2 = c1 + v1 + k1 + ac1 + av1
(1) c2 + ac2 = v1 + k1 + av1 (condición de equilibrio)
El resultado es el mismo si se parte de la igualdad entre el valor total producido en la rama II, y el capital variable más el plusvalor de las dos ramas destinado a la acumulación de capital variable adicional.
{15} Véase: Henryk Grossmann, Das akkumulations- und zusammenbruchsgesetz des kapitalistischen systems, 1929. (En español: La ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista. Una teoría de la crisis, Siglo XXI, 1979).
{16} A pesar de que ac y av del año trigésimo quinto sean suficientes para continuar la acumulación con el incremento previsto, no hay que olvidar que k es, en ese mismo año, negativo. Para convertirse en 0, habría que detraer valor de las cantidades destinadas a acrecentar el capital, y estas no resultarían suficientes para cumplir las condiciones de partida.
{17} Si se demanda una demostración más formal, denotando con i el ciclo que consideremos, y como por definición pi = k2 + aci + avi, entonces, el proceso de acumulación es inviable cuando ki = 0 y cuando la suma de aci y avi no basta para continuar acumulando al ritmo establecido. Si denotamos con TΔc y con TΔν las tasas de incremento del capital constante y del capital variable respectivamente (en el esquema de Bauer, 10% y 5%), obtenemos que el proceso es inviable siempre que pi < TΔcCi + TΔvVi; vip'i < TΔcCi + TΔvVi, y, por tanto, cuando (2) p'i < TΔcCi + TΔvVi / vi. Como la composición orgánica del capital es creciente, el resultado de la fracción crece constantemente, y como se ha decretado que p' es constante, sea cual fuere el valor de ésta, llegará un momento en que, indefectiblemente, sobrevendrá el derrumbe. En el cuadro siguiente puede apreciarse lo que decimos. Hemos incluido en la última columna el resultado de la fracción, que a falta de una denominación mejor denominamos índice de derrumbe. Como puede verse, en el ciclo trigésimo quinto es mayor que 1 (recuérdese que la tasa de plusvalor decretada por Bauer es del 100%) y, por tanto, la acumulación resulta inviable en el ciclo siguiente.
Cuadro III
c | v | k | ac | av | Valor anual del producto | Índice de derrumbe | |||||||
1er año | 200.000 | + | 100.000 | + | 75.000 | + | 20.000 | + | 5.000 | = | 400.000 | 0,250 | |
2º año | 220.000 | + | 105.000 | + | 77.750 | + | 22.000 | + | 5.250 | = | 430.000 | 0,260 | |
3º año | 242.000 | + | 110.250 | + | 80.538 | + | 24.200 | + | 5.513 | = | 462.500 | 0,270 | |
4º año | 266.200 | + | 115.763 | + | 83.354 | + | 26.620 | + | 5.788 | = | 497.725 | 0,280 | |
5º año | 292.820 | + | 121.551 | + | 86.191 | + | 29.282 | + | 6.078 | = | 535.921 | 0,291 | |
32º año | 3.838.868 | + | 453.804 | + | 47.227 | + | 383.887 | + | 22.690 | = | 4.746.476 | 0,896 | |
33º año | 4.222.755 | + | 476.494 | + | 30.394 | + | 422.276 | + | 23.825 | = | 5.175.744 | 0,936 | |
34º año | 4.645.031 | + | 500.319 | + | 10.800 | + | 464.503 | + | 25.016 | = | 5.645.669 | 0,978 | |
35º año | 5.109.534 | + | 525.335 | + | 11.885 | + | 510.953 | + | 26.267 | = | 6.160.204 | 1,023 |
{18} Esos mecanismos nada tienen que ver con una teoría de la población. Además, el capitalismo necesita soluciones inmediatas y que se sitúen bajo su control. Y hasta donde sabemos, el proceso reproductivo humano no ha sufrido (para desgracia de hegeliano-marxistas), de momento, una subsunción real en el capital. A través de la introducción de maquinaria, de la destrucción de negocios no rentables y de (aunque esto cae fuera del ámbito de las soluciones internas al capital) la distribución del salario a través de hábiles técnicas de ingeniería social, el capital logra tener en sus manos la oferta y la demanda de la mercancía trabajador. Nada sabe de esto el racismo, que clama contra el extranjero «que nos roba el trabajo». Y nada de esto tiene por qué saber: el racismo, además de ignorante, es, sobre todo y de manera previa, racismo. Nada de esto saben tampoco «las gentes de izquierda» y con «sensibilidad social», que oscilan entre la exigencia del «pleno empleo» y la reclamación de una apertura irrestricta de las fronteras (manteniendo, naturalmente, intacta esa cosa llamada capital cuya existencia desconocen) con el argumento (o lo que sea eso) de que «todos somos humanos» y de que «todos somos iguales». A los ojos de Dios, tal vez. Pero al capital le resulta muy inconveniente la existencia de un ejército de desempleados superior (y, por descontado, también de uno inferior) al necesario para mantener el salario y la disciplina laboral en sus límites normales, y compuesto en una gran parte por absolutos «desarraigados» (es decir, no «insertados» en los aparatos de Estado constituidos y estables y, por tanto, poco «accesibles» para ellos). Aumentaría los costes, dificultaría la seguridad y la previsibilidad, produciría desajustes culturales, amenazaría la «salud»... Y nada de esto, y especialmente nada de la existencia de un modo de producción que es algo distinto de un proceso natural, racional, y por tanto perfectamente mimetizado, inexistente, tiene por qué saber la «izquierda» que, además de ignorante es, sobre todo y de manera previa, «izquierda».
{19} Karl Marx, El capital. Crítica de la economía política, libro III, F.C.E., Méjico, segunda edición, 1959, p. 214.
{20} Karl Marx, El capital, op., cit., libro III, p. 217.
{21} Ibid., libro III, p. 215. Recuérdese que la tasa de ganancia (g) se define como g = p / c+v.
{22} Ibid., libro III, pp. 214-215.
{23} Ibid., libro III, p. 219.
{24} Ibid., libro III, p. 219.
{25} Ibid., libro III, p. 234.
{26} Ibid., libro III, p. 234.
{27} Ibid., libro III, p. 246.
{28} ¡Precisamente el cuadro IV! Rosa Luxemburgo estaría horrorizada.
{29} La demostración se obtiene a partir de la definición de la tasa de ganancia. Como g = p / c+v, si la composición orgánica del capital crece, el denominador de la fracción lo hará también. Para que la tasa de ganancia se mantenga bastará con que p aumente lo suficiente como para satisfacer los términos de la ecuación. Si se quiere relacionar en una expresión g con Ω y con p', partiremos de que p/v χ = p / c+v; x = v / c+v. Luego p' v/c+v = g; (3) p' (1 – Ω) = g. Si Ω es creciente, para que g permanezca constante bastará con que p' aumente de manera que satisfaga los términos de la igualdad.
{30} Para averiguar la desvalorización de v, habremos de tener en cuenta que el valor de este factor se encuentra en una relación inversamente proporcional al incremento de la productividad del trabajo. Así, y por definición, que la productividad se duplique no significa sino que el tiempo de trabajo necesario para producir una determinada mercancía se ha reducido a la mitad. Como la cantidad de trabajadores permanece constante, y denotando con I el incremento de la productividad, con i el ciclo considerado y con (i-1) el ciclo anterior, entonces, (4) vi = v(i-1) / 1 + I. Por otra parte, como el valor nuevo producido en cada ciclo equivale a la suma de p y v (c, que ya existía en el ciclo anterior al que se considere, se limita a transferir su cuantía a las mercancías producidas en el ciclo, y ello se deduce del hecho de que los capitalistas ocupan la misma posición estructural. Y como el capital constante siempre es propiedad de algún capitalista, su tráfico pertenece al ámbito del intercambio de equivalentes. No es posible producir nuevos valores a partir de la estafa o del sobreprecio. Lo que el capitalista ganara a costa de sus iguales como vendedor, lo perdería a favor de sus iguales como comprador), y como en nuestro esquema suponemos constante la duración de la jornada de trabajo (lo que permite imputar todo el crecimiento de valor nuevo al incremento de la productividad), tendremos que (5) I = (k2 + aci + vi) / (k(i-1) + ac (i-1) + v(i-1)) – 1, que multiplicaremos por cien para obtener el resultado en forma porcentual. Como, por definición, g = p / c+v, y p = k + ac + av, y ya que en nuestro esquema av es 0, tenemos que (6) g = (k2 + aci) / (ci + vi). Escribiendo en (6) ki en función de los demás elementos e incluyendo el resultado, por sustitución, en (5), y a su vez este resultado en (4), obtenemos que (7) vi = (–gci + √ (gci)2 + (4g + 4)v(i-1) (k(i-1) + ac (i-1) + v(i-1))) / 2g + 2. Una vez calculado vi y conociéndose la tasa de ganancia, que suponemos constante, es fácil hallar ki sustituyendo en (6).
{31} Para averiguar cada nuevo valor de v bastará con sustituir el valor de I en (4) (ver nota anterior). Una vez calculado vi, ki se obtiene sustituyendo en (5).
{32} Averiguar los valores exige introducir un elemento nuevo en las ecuaciones contenidas en la nota 30. Denotaremos con D la proporción representada por la masa de trabajadores (que denotaremos con Ti) de un ciclo con respecto a la masa de trabajadores del ciclo anterior (que denotaremos con T(i-1)) Si se prefiere, D expresaría la proporción entre la jornada global de trabajo de un ciclo, entendida como la suma de las horas de trabajo realizadas por el conjunto de los trabajadores, y la jornada global del ciclo anterior. Así pues, D = Ti / T(i-1). El incremento de la productividad, expresado por (5), se definiría ahora como (5 bis) I = [(k2 + aci + vi) / (D (k(i-1) + ac (i-1) + v(i-1))] – 1, y el valor de vi, expresado con (4), como (4 bis) vi = D (v(i-1) / 1 + I). Finalmente, (7) se expresaría como (7 bis) vi = (–gci + √ (gci)2 + (4g + 4)D2v(i-1) (k(i-1) + ac (i-1) + v(i-1))) / 2g + 2.