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El Catoblepas, número 23, enero 2004
  El Catoblepasnúmero 23 • enero 2004 • página 25
Ante la República Popular China

Política exterior china: EE.UU., Irak e Irán

«EE.UU. en camisa de once varas», «La nueva hoja de ruta diplomática de China», «Para Irán, las concesiones producen beneficios»

Reproducimos tres artículos recientes publicados en español por Pequín informa (cuando en España había «prochinos» se llamaba Pekin informa, entonces legendaria fuente para seguir la ortodoxia revolucionaria maoísta). Dos son editoriales sin firma («EE.UU. en camisa de once varas» y «La nueva hoja de ruta diplomática de China»), del tercero es autor Hua Liming, ex embajador en Irán. Tienen interés tanto como muestra significativa de la propaganda ideológica (o advertencias) que el imperio chino difunde urbi et orbi en lenguas internacionales para que se enteren los otros imperios y estados, como para intentar atisbar en los análisis estratégicos acordes a la política exterior china real del presente.

29 de diciembre de 2003

EE.UU. en camisa de once varas

Se convertirá Irak en un atolladero militar del Medio Oriente para EE.UU., al estilo de Viet Nam? EE.UU. ha pisado un panal de avispas y ahora deberá luchar contra los aguijones. Las tropas extranjeras asentadas en Irak han encarado la paradoja de vivir un verdadero infierno en medio del santo mes musulmán del Ramadán. Las fuerzas de la resistencia iraquí y los extremistas musulmanes han transformado el sagrado festivo de este año en un baño de sangre, terror y odio. La paz nocturna del 23 de noviembre se quebró, ahuyentada por el fuego graneado que supuso el final del mes de ayuno de la secta Suní en Bagdad, la capital del país.

Los efectivos foráneos han sufrido los ataques más feroces desde que se declararon finalizadas las hostilidades. En apenas 30 días, EE.UU. ha perdido a 80 solados en ataques de la resistencia, como recordatorio de que la lucha en Irak no ha concluido, aunque la guerra está oficialmente terminada.

Durante el Ramadán, las explosiones terroristas trascendieron las fronteras iraquíes para alcanzar asimismo a sus vecinos. Tres explosiones estremecieron a Riad, capital de Arabia Saudita, el 8 de noviembre, con el saldo de al menos 18 muertos y 400 lesionados. El 15 de noviembre, sendas explosiones cerca de dos sinagogas en Estambul, capital de Turquía, se cobraron 25 vidas y dejaron más de 300 heridos. Otras dos explosiones dañaron la sede del banco HSBC y el consulado británico en Estambul, el 20 de noviembre, matando a 27 personas, incluyendo el cónsul general británico Roger Short. La opinión pública mundial tiene razón para preocuparse de que el avispero desatado por EE.UU. comience a picar a diestra y siniestra en todo el Medio Oriente.

No resulta aventurado comparar la actual situación de Irak con la de Viet Nam en pleno conflicto con EE.UU. en los años 60 y 70. Ante todo, ambas conflagraciones armadas tuvieron lugar en momentos en que la Oficina Oval está ocupada por presidentes «vaqueros» de Tejas –Lyndon B. Johnson y George W. Bush–. Por otra parte, ambos mandatarios han contado con Secretarios de Defensa de línea dura –Robert McNamara y Donald Rumsfeld–. El primer dúo abandonó el poder debido al atolladero que constituyó para el país la intervención en Viet Nam. El futuro político de Bush depende claramente del desenlace de la campaña en Irak.

En segundo lugar, las tropas de EE.UU. han enfrentado estrategias guerrilleras en ambos campos de batalla. En Viet Nam, los soldados de EE.UU. apenas lograban distinguir quién era y de dónde provenía el enemigo; Rumsfeld ha advertido a sus soldados en Irak que los ataques pueden ocurrir en cualquier lugar, de cualquier manera y en cualquier momento.

Según el Pentágono, desde el principio de la guerra de Irak, el 19 de marzo, y hasta finales de octubre, las bajas militares de EE.UU. superaban las 9.200, entre ellas, 422 muertes. Desde el final de la guerra han perecido 283 personas, una cifra superior a las 139 ocurridas en los combates. Los medios occidentales han enfatizado que el número de soldados estadounidenses muertos en Irak en los primeros seis meses es igual al ocurrido en los primeros tres años de la guerra de Viet Nam. Expertos han comparado los ataques lanzados por las fuerzas de la resistencia iraquí durante el Ramadán con la ofensiva del Tet lanzada por las guerrillas vietnamitas en enero de 1968.

Los ataques de la resistencia iraquí contra las fuerzas de EE.UU. han cambiado substancialmente en frecuencia y escala, así como en grado y efecto. Este verano, las tropas de EE.UU. fueron atacadas como promedio 15 veces al día; esa cifra se elevó más adelante hasta 25. Al llegar el Ramadán, los ataques aumentaron a 33 veces por día, para llegar a un pico de 46. Por otra parte, los iraquíes están cada vez más organizados y equipados, con misiles y morteros que usan contra blancos de EE.UU. Ya no se trata de ataques esporádicos, sino de acciones bien planeadas y dirigidas.

Los recientes ataques contra blancos estadounidenses también tienen objetivos definidos y de evidente cariz político. Los atentados contra la jefatura de la alianza de EE.UU.-Gran Bretaña y el hotel donde se alojó el subsecretario de Defensa de EE.UU. Paul Wolfowitz, durante su visita a Bagdad en octubre, tuvieron poca significación militar, pero constituyeron una eficaz demostración política. Las fuerzas de la resistencia también difundieron supuestas grabaciones de Sadam Husein, asesinaron a miembros del Consejo de gobierno de Irak y atacaron aviones comerciales extranjeros y las oficinas del Comité Internacional de la Cruz Roja en Irak.

El objetivo es diseminar el miedo por todas partes, impedir el trabajo de reconstrucción y aislar a EE.UU. de la comunidad internacional. Las informaciones y fotos de los muertos estadounidenses en Irak hacen que se incremente la presión doméstica en EE.UU. para que la administración de Bush retire las tropas de Irak. Debido a la situación de inseguridad, muchas organizaciones internacionales se han retirado del país, al cual no ingresan las fuerzas de la coalición como se había planeado.

Tercero, los motivos de EE.UU. detrás de ambas guerras son similares. La guerra en Viet Nam respondió al impulso ideológico de detener el avance comunista en Asia sudoriental. Ahora, enarbolando una ideología similar, EE.UU. afirma que para suprimir las raíces del terrorismo, deben imponerse la libertad y la democracia occidentales en Irak y el Medio Oriente. En su discurso del 6 de noviembre ante la Fundación Nacional para la Democracia, el presidente Bush dijo: «Mientras la libertad no prospere en el Medio Oriente, éste seguirá siendo un lugar donde el estancamiento, el resentimiento y la violencia estarán para la exportación.» Para contrarrestar esta situación, EE.UU. ha resuelto exportar a la fuerza su democracia a Irak y después reconstruir el patrón político de la región.

Finalmente, el presidente Bush encara una presión política en el país similar a la que experimentó el presidente Johnson durante la guerra en Viet Nam. En medio de la campaña para las elecciones presidenciales de 2004, los expertos predicen que la reelección de Bush dependerá de la situación en Irak, de la economía de EE.UU. y de la estrategia de los candidatos demócratas.

Estos tres factores se entrelazan. Según aumentan las muertes de EE.UU. en Irak, así disminuye el grado de aprobación a la gestión de Bush, de un previo 80 a 90 por ciento hasta 48 por ciento, dando lugar a una reducción en la brecha que le separa de sus rivales. La guerra de Irak ha consumido 79.000 millones de dólares en sus primeros seis meses, y ahora engulle un promedio de 5.000 millones al mes. Aunque el congreso ha aprobado otros 87.000 millones para la reconstrucción en Irak, nadie sabe por cuánto tiempo deberán permanecer allí las tropas de EE.UU. y hasta dónde ascenderá la factura por la reconstrucción.

Además, el déficit fiscal de EE.UU. suma ya 480.000 millones, de los cuales una cuarta parte son gastos militares. Es posible que en Washington calcule que Irak podría convertirse en otro Viet Nam. El presidente Bush, tratando de emular el ejemplo de la política de «vietnamizacion» de Nixon, hace 30 años, procura «iraquizar» la guerra. EE.UU. ha decidido traspasar el mando a un gobierno transitorio que debe ser elegido en junio de 2004, con lo cual colocará en hombros de los nacionales la responsabilidad de mantener la seguridad pública, controlar la situación política e incluso librar las batallas adicionales que pueden ocurrir en el país. Las tropas de EE.UU. se han ido retirando gradualmente del frente de batalla y han intentado cambiar su papel de tropas de ocupación al de tropas extranjeras de defensa invitadas por la dirección de Irak.

EE.UU. y Gran Bretaña se habían opuesto enérgicamente a suscribir el capítulo relativo al traspaso de soberanía a los iraquíes en la resolución 1511 de la ONU, pero pasado un mes, Washington cambió de idea. Resulta inevitable asociar esta decisión con las intenciones de EE.UU. de salir de Viet Nam en 1973, retirar sus tropas del Líbano en 1983 y salir precipitadamente de Somalia en 1993. Se retirará EE.UU. de otro campo de batalla, dejando que los nacionales reorganicen el desaguisado que Washington ha causado.

EE.UU. debe preocuparse más de retirar sus efectivos de Irak, que de entregar el mando a los iraquíes. Es obvio que la administración de Bush no renunciará a controlar Irak totalmente, puesto que el país es la base para su estrategia de controlar el Medio Oriente. Pero mientras las tropas estadounidenses permanezcan en Irak, no se detendrá la «Guerra Santa» que libran las fuerzas anti-estadounidenses y los extremistas árabes.

Es poco probable que la política de «iraquización» traiga seguridad y estabilidad al país. Si se traspasa el mando a los iraquíes, existen muchas posibilidades de que vuelvan a la superficie las contradicciones religiosas y nacionales. Los chiíes, que son la mayoría de la población de Irak, pueden dominar el recién electo parlamento iraquí, dando lugar a nuevos choques religiosos con los suníes por el control político. En cuanto a los kurdos, que son militarmente fuertes, difícilmente acepten un gobierno de suníes o chiíes.

Y no hay que descontar la peligrosa posibilidad de que retornen las fuerzas de Sadam. Incluso si Sadam no restablece su poder, las contradicciones entre chiíes, suníes y kurdos pueden conducir a una guerra civil, o a la división del país. Es resumen, EE. UU. se ha metido en camisa de once varas y ahora no sabe como sacársela.

26 de diciembre de 2003

La nueva hoja de ruta diplomática de China

La situación internacional experimentó cambios profundos y complicados este año, con la guerra contra Irak y la atención que el mundo dedicó a la crisis nuclear en la península coreana. La nueva dirección de China tomó posesión en medio de esta coyuntura, por lo cual concentró sus esfuerzos diplomáticos en promover la paz.

Una misión diplomática multilateral

China se ha pronunciado a favor de priorizar la diplomacia multilateral, con el fin de promover la cooperación entre varios países de Asia y el mundo en general.

A principios de junio, el Presidente Hu Jintao, designado para su puesto actual en marzo pasado, fue invitado a asistir a la reunión informal de diálogo entre líderes del Norte y el Sur, celebrada en Evian, Francia, ocasión que marcó la primera vez en que un líder chino participa en las actividades del G-8. Durante la reunión, Hu propuso promover el desarrollo económico global, mantener la diversidad global, establecer un orden económico mundial justo y consolidar la cooperación entre Sur y Norte. El debut internacional de Hu como nuevo jefe de Estado de China resultó significativo, porque le permitió el contacto directo con líderes de muchos países. Hu consiguió construir un consenso con naciones industrializadas y profundizar la cooperación con los países en desarrollo.

Desde 2002, la crisis nuclear en la península coreana ha sido un tema espinoso. Dicha crisis escaló a principios de este año, amenazando la paz y estabilidad en la península y el área circundante. No fue sorpresa que el Gobierno chino se empeñara a fondo en promover las negociaciones pacíficas sobre el diferendo. Los diplomáticos de Pequín viajaron repetidamente a Washington DC, Pyongyang, Seúl, Tokio y Moscú, estrategia diplomática desconocida para China hasta poco tiempo atrás. El resultado fueron las negociaciones tripartitas entre la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Estados Unidos y China sostenidas en marzo, y las negociaciones que en agosto reunieron a seis partes, a saber, la RPDC, Estados Unidos, China, Rusia, la República de Corea y Japón.

Otra decisión de corte diplomático multilateral condujo al Presidente Hu Jintao a la tercera cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) en Moscú, a finales de mayo. Allí, Hu alcanzó consenso con los líderes de otros países miembros con respecto al desarrollo de la organización, prueba de lo cual se puede encontrar en la Declaración de Moscú, firmada y ratificada en la reunión. China acogió la segunda reunión de primeros ministros de la OCS en Pequín este septiembre. La secretaría de la OCS comenzó a trabajar en Pequín el 1 de noviembre. Fuerzas armadas de los cinco miembros de la OCS, China, Rusia, Kazajstán, Kirguizistán y Tayikistán unieron sus fuerzas armadas para maniobras conjuntas contra el terrorismo en territorio chino y kazajo, en agosto pasado, con el fin de consolidar las capacidades de respuesta rápida de estos países en tiempos en que abundan los ataques terroristas. Los líderes de la OSC abogaron por nuevos conceptos de seguridad vinculados a las relaciones internacionales. Enfatizaron la seguridad y la cooperación económica, prometiendo no formar alianzas que apunten a otros países y organizaciones en la OCS.

Este diciembre, China publicó su «Libro Blanco sobre Políticas y Medidas de No Proliferación». China no sólo ha firmado todos los tratados internacionales referentes a la no proliferación, sino que también se ha sumado a la mayoría de las organizaciones internacionales pertinentes. Enfrentada a una creciente amenaza terrorista, China ha adoptado medidas eficaces para evitar que los grupos terroristas adquieran armas de destrucción masiva. Al mismo tiempo, China se opone a cualquier acción unilateral y al uso de la fuerza a voluntad en los asuntos internacionales, acciones que pudieran provocar una escalada en la proliferación de armas de destrucción masiva. Ningún país debe basar su seguridad en la inseguridad de otros países. China también cree que mejorando las relaciones internacionales se puede detener con eficacia la proliferación.

Actividades diplomáticas regionales activas

China está rodeada de unos 30 países, entre los cuales se incluyen Rusia, Japón, la India y los países asiáticos sudorientales. Para lograr el desarrollo económico, China necesita mantener la estabilidad y la paz en las regiones próximas. Durante la primera cumbre empresarial e inversionista sostenida en octubre en Bali, Indonesia, una más en una serie de reuniones de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSEA), el Primer Ministro chino Wen Jiabao expuso las bases que rigen las relaciones diplomáticas de su país con sus vecinos, diciendo que China intenta ser un buen vecino y un buen socio, consolidar lazos amistosos, intensificar la cooperación regional e impulsar los intercambios y la cooperación con sus vecinos. Estas expresiones encarnan el espíritu de las actuales relaciones diplomáticas de China con sus vecinos. En años recientes, los lazos de China con la ANSEA han progresado notablemente, al punto que hoy maduran los planes para establecer un área de libre comercio entre las diversas partes en 2010.

Este año, China se sumó al Tratado de Amistad y Cooperación en Asia Sudoriental, en calidad de primer miembro no perteneciente a la ANSEA. A la par, la ANSEA se convirtió en el primer grupo regional que estableció una sociedad con China. De tal suerte han quedado establecidas las bases legales para una mayor confianza mutua y el fortalecimiento de las relaciones bilaterales.

En la séptima cumbre China-ANSEA (10+1) celebrada este octubre, el Primer Ministro Wen sugirió que las partes intensifiquen el diálogo político, profundicen las relaciones comerciales y económicas, consoliden la cooperación en la seguridad y desarrollen intercambios científicos y tecnológicos. Según los documentos sobre cooperación bilateral firmados en la reunión, China alcanzará su meta de dedicar 100.000 millones de dólares al comercio con la ANSEA antes de 2005. China también aumentará su participación en el proyecto de desarrollo de la región del bajo Mekong, comenzará la construcción de la sección de Laos de la carretera de Kunming a Bangkok y ofrecerá ayuda financiera para un estudio de factibilidad sobre la construcción de la sección de Camboya del ferrocarril panasiático.

En la cumbre entre la ANSEA, China, Japón y la República de Corea (10+3), algunos líderes sugirieron que China acogiera la primera Cumbre de Asia Oriental, como prueba adicional de que China ha logrado una nueva imagen en calidad de promotora de la cooperación regional.

Durante las reuniones de la ANSEA, el Primer Ministro chino Wen Jiabao, su contraparte nipona, Junichiro Koizumi, y el Presidente surcoreano, Roh Moo Jun, firmaron una declaración conjunta que estipula la promoción de la cooperación entre los tres países. Este es el primer documento sobre cooperación publicado por los líderes de los tres países, en el cual se define el marco fundamental y la dirección del desarrollo de la cooperación tripartita. Se espera que el mismo imprima un decisivo impulso a la cooperación y los vínculos regionales. La declaración también enfatiza que la cooperación entre China, Japón y la RC es una piedra angular importante en la cooperación de Asia Oriental.

La diplomacia bilateral continúa mejorando

Este año, la diplomacia bilateral de China también se anotó logros estimulantes. La primera acción diplomática del Presidente Hu Jintao al llegar al poder fue visitar Rusia. No pasa inadvertida la especial importancia que la nueva dirección china otorga a Rusia en el diseño de su agenda diplomática. Hu se reunió con el Presidente ruso, Vladimir Putin, y durante la visita ambos lados expresaron deseos de desarrollar aún más la asociación de cooperación estratégica chino-rusa.

A finales de este año, el Primer Ministro Wen Jiabao asistió a la segunda reunión ministerial del Foro de Cooperación China-áfrica, en Adis Abeba, Etiopía. Durante el foro, los líderes chino y africanos consultaron cómo consolidar las relaciones chino-africanas y salvaguardar los intereses y derechos de los países en vías de desarrollo. Pusieron especial énfasis en las prioridades relativas a la cooperación económica bilateral.

Pero fueron la consolidación y la mejora de las relaciones chino-indias las que se robaron el centro de atención en 2003, en términos de diplomacia bilateral de China. China y la India son grandes países asiáticos, y tienen las dos mayores poblaciones del mundo. Una mejor comprensión y cooperación entre ellas es de gran significación para la estabilidad y la paz regionales.

El Primer Ministro indio, Shri Atal Bihari Vajpayee, visitó China este junio. Durante su viaje a Pequín, ambos países firmaron la Declaración de Principios para las Relaciones y la Cooperación Integral, afirmando que los intereses comunes de ambos países son mayores que sus diferencias. El documento también patentizó que ambos países no deben amenazarse ni utilizar la amenaza de la fuerza entre ellos.

En la sexta Cumbre entre China y la Unión Europea (UE) de este año, que tuvo lugar a finales de octubre, ambas partes convinieron en que la asociación chino-europea ha alcanzado un nivel superior y ahora tiene una trascendencia más estratégica. Este año, China publicó su primer Libro Blanco sobre Políticas hacia la UE, en respuesta a los cinco Libros Blancos sobre Políticas de la UE, en su estrategia hacia China. El documento destacó que las relaciones chino-europeas atraviesan por su mejor período, al tener más terreno común que desacuerdos. También precisó que ambos lados abogan por la democracia en las relaciones internacionales y un mayor papel para la ONU. Al repasar la última década desde el fin de la Guerra Fría, China y la UE destacan que han alcanzado un creciente consenso, al apoyar ambos un mundo multipolar y oponerse al unilateralismo.

Y, por último, el mundo ha prestado siempre gran atención a las relaciones entre China y Estados Unidos. Los dos países mantuvieron estrechos contactos de alto nivel este año. En abril, el Presidente chino Hu Jintao se reunió con su contraparte estadounidense, George W. Bush, durante la reunión informal del diálogo de los líderes del Norte y Sur en Evian. Los dos presidentes volvieron a verse en la reunión de líderes económicos de la Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (CEAP), en octubre, en Bangkok, Tailandia.

A principios de diciembre, el Primer Ministro chino Wen Jiabao realizó una visita oficial a Estados Unidos, donde sostuvo amplias negociaciones con el Presidente Bush sobre la situación internacional actual, las relaciones bilaterales y el tema de Taiwán. Ambos líderes reiteraron que los intereses comunes superan las diferencias entre sus países e hicieron votos porque las divergencias no obstaculicen la cooperación bilateral.

En el discurso pronunciado en un almuerzo que le ofreció la Asociación de Banqueros Estadounidenses en Nueva York, el 8 de diciembre, Wen señaló que China y Estados Unidos precisan crear y regirse por una visión estratégica y utilizar la previsión para enfocar los problemas que se presentan en las relaciones bilaterales. En este sentido, citó un viejo adagio chino que expresa cómo se sienten los escaladores que suben al alto Monte Tai. «Debo llegar a la cumbre de la montaña», dijo el Primer Ministro chino, «desde allá arriba todos los demás picos parecen diminutos montículos».

4 de diciembre de 2003

Para Irán, las concesiones producen beneficios

por Hua Liming (el autor fue embajador chino en Irán)

La suspensión del programa de enriquecimiento de uranio de Irán supone una pausa en el sueño nuclear de la república islámica, pero la difícil decisión también trae aparejada sus recompensas.

Justo cuando se avizoraba una nueva crisis, el mundo pudo al cabo respirar aliviado. El 8 de noviembre, Mark Gwozdecky, portavoz de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), dijo a la prensa que ese día Irán se había comprometido oficialmente y por escrito a suspender su programa de enriquecimiento de uranio, y a aceptar una inspección más estricta. Previamente, el 21 de octubre, la parte iraní había prometido en Teherán a la troica europea, integrada por los ministros de Asuntos Exteriores británico, francés y alemán, que detendría el enriquecimiento de uranio y firmaría temporalmente el protocolo adicional del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

Para Teherán se trató de una decisión dura. La suspensión del programa de enriquecimiento de uranio pospondrá de modo inevitable la tan acariciada búsqueda del país de tecnologías nucleares, en especial las tecnologías de base. Por otra parte, el acceso al protocolo adicional del TNP permitirá que la AIEA realice inspecciones en su territorio en cualquier momento y lugar en el futuro, algo que muchos iraníes consideran una humillación a su país. El gobierno del presidente Mohamad Jatamí, hasta cierto punto, ha asumido un gran riesgo político doméstico al tomar la decisión.

Irán, un integrante del «eje del mal», de acuerdo con la clasificación publicada por el presidente estadounidense George W. Bush a principios de 2001, es un viejo enemigo de EE.UU. e Israel, que se muestran decididos a evitar que la república islámica traspase el umbral nuclear. La comunidad internacional en su totalidad también se preocupa de la posible posesión de armas nucleares en Irán.

Sueño nuclear

Sin embargo, Irán, un país con 5.000 años de extraordinaria civilización, que ha sufrido las tácticas y humillaciones de las potencias occidentales en la edad moderna, ha deseado por largo tiempo contar con capacidad nuclear, con vistas a acrecentar su estatus en la arena política internacional. ésta ha sido política de Estado de Irán desde los años 50, cuando las armas nucleares y los misiles balísticos se convirtieron en dos símbolos importantes de las grandes potencias mundiales. La mayoría de los iraníes, sin importar su credo político, comparten este sueño.

Aunque accedió al TNP en los años 70 y declaró en varias ocasiones que no investigaría ni poseería armas nucleares, Irán nunca ha renunciado a su derecho a desarrollar tecnologías nucleares. Un punto de vista popular entre los iraníes es lo razonable de conseguir estas tecnologías en momentos en que algunos de sus vecinos, incluyendo a Rusia, la India, Paquistán e Israel, están armados con este tipo de dispositivos, abierta o secretamente. Algunos grupos políticos en Irán han llegado a exhortar al gobierno a retirarse del TNP.

Por consiguiente, el programa nuclear es no solamente parte de la política de Estado en Irán, sino también una preocupación principal de las masas iraníes. Es asimismo, y por igual, tema diplomático e interno para los líderes iraníes, que pueden verse atrapados por cualquier decisión incorrecta sobre el tema. Los analistas afirman que la oposición doméstica ha sido la causa detrás de los ambiguos pronunciamientos de Teherán sobre el asunto en los últimos meses.

De hecho, el acuerdo alcanzado entre el gobierno de Jatamí y Gran Bretaña, Francia y Alemania, es la mejor solución para Teherán bajo las actuales circunstancias. Primero, evitó que el asunto llegara a la ONU y se produjera la imposición de sanciones subsecuentes. En segundo lugar, al establecer la cooperación con Europa y la AIEA, Irán alivió con éxito las presiones unilaterales de EE.UU. al respecto. Después de lo pactado, los analistas estiman que ni siquiera Gran Bretaña se mostrará proclive a sumarse a EE.UU. para ejercer mayor presión sobre Teherán. Tercero, según los términos del acuerdo, Irán ganó el apoyo de los tres países europeos respecto a su derecho a la explotación de la energía nuclear con propósitos pacíficos y el compromiso europeo a proveer tecnologías y combustibles nucleares, con lo cual se da luz verde a la cooperación extranjera con Irán en los campos relacionados.

Más importante aún, el viaje sin precedentes a Teherán de los «Tres Grandes Ministros de Asuntos Exteriores de Europa» ha representado una mejora notable para el ambiente diplomático de Irán, lo cual puede interpretarse como recompensa a sus concesiones.

La sabia decisión de Teherán

A todas luces se trata de una decisión sabia. Pero cómo pueden los tres países europeos impulsar una solución diplomática de tamaña trascendencia.

En agosto, durante el diferendo entre Teherán y la AIEA por el programa nuclear de Irán, los ministros de Asuntos Exteriores británico, francés y alemán enviaron una carta conjunta a su contraparte iraní, a la cual exhortaron a suspender el enriquecimiento de uranio y a firmar el protocolo adicional del TNP. No está claro si la implicación de los tres países europeos fue motivada por EE.UU. o no, pero el acuerdo definitivo alcanzado entre las partes simbolizó de modo predominante la creciente predisposición de Europa a distanciarse de las imposiciones políticas de EE.UU. después de las operaciones militares unilaterales de la única superpotencia contra Irak. Europa mantiene intereses económicos tradicionales en Irán. Los países del Golfo Pérsico suministran en la actualidad 60 por ciento de las necesidades energéticas de Europa, entre los cuales Irán representa una parte considerable. Mientras tanto, las petroleras europeas, incluyendo a la británica BP y la francesa Total, han hecho inversiones masivas en los campos petrolíferos de Irán, que es también un mercado importante para los productos europeos en el Medio Oriente. Hasta los años 90, Alemania seguía siendo el mayor socio comercial de Irán.

Aunque EE.UU. y Europa comparten la oposición hacia la posesión por parte de Irán de armas de destrucción masiva, y al fundamentalismo islámico en Irán, cada cual adopta una táctica distinta al respecto. Después de la revolución islámica de Irán en 1979, Washington rompió lazos diplomáticos con Teherán, pero la mayoría de los países europeos no le siguieron el juego. EE.UU. se pronuncia por forzar un «cambio de régimen» en Irán mediante presión, e incluso medios militares, pero Europa prefiere propugnar un cambio en la actual política de Irán por medios pacíficos. Comparada con los actuales tropiezos de los EE.UU. en la reconstrucción de posguerra en Irak, el exitoso acuerdo entre Europa e Irán demuestra el fracaso del unilateralismo. En cuanto a Irán, éste hizo buen uso de las diferencias entre EE.UU. y Europa para granjearse el favor de la última y solucionar el atasco en las conversaciones con la AIEA.

La suspicacia de EE.UU.

EE.UU. desconfía de las perspectivas del acuerdo entre Irán y los tres países europeos. Después de expresar apoyo al acuerdo con algunas reservas, un funcionario del Departamento de Estado de EE.UU. expresó sin ambages sus dudas sobre si el acuerdo podría ponerse en práctica, lo que también dejó en claro el descontento de Washington, que ha visto florecer la cooperación sobre el tema nuclear iraní entre su aliado británico y los países europeos que se opusieron a la guerra contra Irak.

Un editorial del New York Times del 21 de octubre dijo que resulta un imperativo abordar el tema nuclear iraní, porque los científicos locales han alcanzado las tecnologías para producir bombas nucleares. El texto enfatizó que la única manera en que Teherán convence a la comunidad internacional es desmontando todas sus instalaciones de enriquecimiento de uranio y comprometiéndose a no reconstruirlas. El editorial también sugirió que no se permita el funcionamiento de la central nuclear construida con ayuda de Rusia en la ciudad portuaria meridional iraní de Bushehr, a menos que el Irán convenga en encargar el procesamiento de todos los combustibles necesarios para la planta a fábricas fuera de su territorio, que las mismas queden sometidas a regulaciones internacionales, y que los desperdicios de la planta se transporten a ultramar.

Todo apunta a que Washington podría desentenderse del acuerdo entre Irán y los tres países europeos y continuar intensificando esfuerzos para evitar que Irán traspase el umbral nuclear.

El tema nuclear iraní es de hecho una competencia entre Teherán y Washington. Los acontecimientos posteriores dependerán principalmente de la actitud de EE.UU. En tanto Washington mantenga su actual actitud, existirá la posibilidad de nuevos conflictos.

¡Viva el Partido Comunista de China! ¡Viva la República Popular China! ¡Viva la sexta generación de la Izquierda!

 

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