Separata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
publicada por Nódulo Materialista • nodulo.org
El Catoblepas • número 33 • noviembre 2004 • página 4
Notas acerca de la coloración «animalista» presente
en algunos movimientos anarquistas de nuestros días
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Según el análisis llevado a cabo por Gustavo Bueno en su libro El Mito de la Izquierda (Ediciones B, Barcelona 2003), tras el proceso de holización racionalizadora que la izquierda definida habría cumplimentado en sus dos primeras generaciones (izquierda prístina e izquierda liberal) respecto a las sociedades reguladas por el Antiguo Régimen, en el sentido de la transformación revolucionaria –fase analítica de la holización– de sus partes «anatómicas» (los famosos «tres estamentos») que habrían de resolverse en «átomos racionales», en individuos; el ortograma holizador, desembocará por su fase sintética, en la reconstrucción misma de la totalidad atomizada según los propios límites del «todo» de partida (dialelo político), dando lugar de esta manera, a la constitución de la Nación Política a partir de la previa destrucción revolucionaria del Reino Absoluto (el «trono» y el «altar», la derecha absoluta por así decir). De este modo puede decirse que la misma Nación, la nación política representa, como tal categoría de la historia política, la creación más señalada de la primera generación de la izquierda definida, de la izquierda revolucionaria de 1789.
Ahora bien, sólo muy oscuramente puede pretenderse que los resultados arrojados por esta transformación, sin perjuicio de su importancia, agotan por sí mismos las exigencias racionalizadoras del ortograma holizador, dado que precisamente a la luz de la cristalización de las naciones políticas formadas por «átomos racionales libres e iguales» comienzan a destacarse los despliegues de la dialéctica de clases y de la dialéctica de estados. En estas condiciones, la cuarta, quinta y sexta generación de la izquierda definida (la izquierda socialdemócrata, la izquierda bolchevique y la izquierda asiática), representarán la reanudación misma –en el progressus– del curso político emprendido por los dos primeros géneros de izquierda, haciendo pie justamente en la plataforma a la que este mismo progressus había arribado: el estado nación.
Por su parte, sin embargo, la tercera generación de izquierda definida (la izquierda anarquista) ensayará una vía distinta a las restantes generaciones en la medida en que le sea dado bloquear el progressus revolucionario iniciado por la izquierda prístina, al través del establecimiento de un regressus sui generis sobre los principios de la Gran Revolución; este regressus cobrará significado político en su calidad de proyecto de anulación de la misma plataforma estatal que había figurado como terminus ad quem de la fase sintética de la holización racionalizadora de las primeras generaciones de la izquierda. Sin embargo, es precisamente la negación del propio estado (incluyendo desde luego –y acaso prima facie– el estado nacional, la nación política y no ya sólo el estado que era propio de las monarquías absolutas del Antiguo Régimen) lo que nos permite tabular al anarquismo como una de las modulaciones posibles de la izquierda definida en la medida en que la tercera generación no deja de definirse respecto al parámetro de referencia (el parámetro estatal) aunque sea negativamente, i. e., por mediación del proyecto de la destrucción del propio parámetro (contraria sunt circa eadem). En esta misma dirección, como añade Gustavo Bueno, es de reseñar que la izquierda libertaria representa la contrafigura de las restantes generaciones de izquierda definida y ello, ante todo, por su programa destructor de las diferentes plataformas estatales que caracterizarían a cada uno de los géneros (el estado socialdemócrata, el estado comunista, el estado asiático, &c), esta circunstancia lleva a Gustavo Bueno a concluir que el anarquismo se define justamente –desde la perspectiva etic– por la negación de las restantes generaciones de la izquierda (con lo que, dicho sea de paso, el «mito de la unidad de la izquierda» queda puesto enteramente en ridículo por Bueno).
Ahora bien, conviene hacer notar que si semejante regressus negativo se prolonga indefinidamente (bajo la forma de un regressus in infinitum), la modulación resultante de izquierda libertaria aparecerá como muy próxima, en su inspiración nihilista, a la indefinición política. Esta indefinición –en la que el anarquismo corre el riesgo de recaer permanentemente– sólo podrá corregirse precisamente desbloqueando los fermentos destructores de la negación regresiva al través de su detención a la altura del «individuo humano» en cuanto indivisible («átomo») con lo que la trituración, la negación que es característica de la izquierda libertaria no podrá ser consignada ya tanto como una mera negación nihilista (abstracta) cuanto como una negación determinada (una negación por ejemplo del estado, pero también de la propiedad, de la familia, de las cárceles, de la policía, de los manicomios, &c.) y justamente por mediación de estas determinaciones podrá el anarquismo recobrar el significado propiamente político –no ya ético, poético, &c.– que habría quedado comprometido a resultas de la continuación indefinida del mismo regressus negador.
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Lo que en este punto resulta bien curioso es que precisamente en el seno del anarquismo prendiera desde el principio, y entre otras muchas causas más o menos «extravagantes»{1}, la defensa ética de los «derechos de los animales» en la que ya se habían podido destacar algunos de los más insignes adalides –ante todo británicos– del socialismo utópico (en la estela de aquellos armonistas reformadores sociales la Fabian Society, de Jorge Bernardo Shaw o de Enrique Esteban Salt, &c.). En esta circunstancia, por cierto, pudieron en su momento reparar Carlos Marx y Federico Engels, en particular en su obra El Manifiesto del Partido Comunista:
«Una parte de la burguesía desea mitigar las injusticias sociales, para de este modo garantizar la perduración de la sociedad burguesa. Cuéntanse en este bando los economistas, los filántropos, los humanitarios, los que aspiran a mejorar la situación de las clases obreras, los organizadores de actos de beneficencia, las sociedades protectoras de animales, los promotores de campañas contra el alcoholismo, los predicadores y reformadores sociales de toda laya. Pero además, de este socialismo burgués han salido verdaderos sistemas doctrinales. Sirva de ejemplo la Filosofía de la Miseria de Proudhon.»
Y de esta derivación «animalista» de la izquierda de tercera generación nos ofrece buen testimonio, por aportar tan solo un botón de muestra, el hecho de que el segundo vertido al español de la obra La Vida Psíquica de las Bestias del materialista alemán Luis Büchner{2} (1824-1899) fuera publicado en la editorial valenciana Sempere y Compañía –casa editora, dicho sea de paso, nada ajena a los avatares del anarquismo hispano de principios del siglo XX– en traducción a cargo de José Prat, precisamente una de las más célebres figuras de la «izquierda libertaria» española. En esta obra, claro exponente por lo demás de los argumentos característicos del «animalismo» postdarwiniano del XIX, en cuyo seno como es obvio el etologismo comenzaba hacer furor, podía el autor de Fuerza y Materia declarar cosas como estas:
«Que se nos permita tan solo, antes de volver a nuestro asunto, señalar brevemente la importancia que presenta el estudio del alma animal para las sociedades protectoras de animales, afortunadamente tan numerosas en nuestros tiempos. Estas sociedades constituyen, sin contradicción, una de las más loables manifestaciones del sentimiento de humanidad, tan poderoso en nuestra época. Con todo, triste es pensar que semejantes asociaciones sean todavía necesarias en nuestros días, cuando seiscientos años antes del cristianismo la profunda religión de Budha había ya proclamado ya los mismo principios, y predicado la bondad, la compasión, en igual grado para el animal y el hombre. El budhismo llegó hasta establecer asilos para los animales enfermos, hermanos menores del hombre, al mismo tiempo que abría hospitales para este último. De un punto completamente opuesto partieron el cristianismo y la filosofía cristiana al proclamar la separación rigurosa, el divorcio del alma y del cuerpo, del hombre y de la bestia; el resultado inevitable de estos principios fue favorecer la dureza y la crueldad para con los animales. Mejor ilustrada ahora, la conciencia humana se subleva contra esta distinción, y nada lo prueba mejor que la misma existencia de las sociedades de protección. Demuestran estas en efecto, claramente, que lejos de ver, en el animal, una simple máquina sin alma, sin vida, guiada únicamente por móviles instintivos, reconocemos en él a un ser que es pariente nuestro; en una palabra, la existencia de estas sociedades demuestra que el hombre actual vale más que su religión.» (Luis Büchner, La vida psíquica de las bestias, Imprenta de F. Sempere y Compañía, Valencia 1907, pág. 29, subrayados del autor.)
Con todo, será a la altura del último cuarto del siglo XX cuando la izquierda anarquista ponga en marcha una de las modulaciones más contundentes del «animalismo» contemporáneo. En 1976, un año después de que saliera a la luz en Gran Bretaña el libro de Pedro Singer, Liberación Animal, en el mismo contexto británico se funda el Frente de Liberación Animal, constituido a partir de la fusión de varios grupos activistas dedicados al sabotaje de la caza (las denominadas Bandas de la Compasión) que decidieron abrazar la «acción directa» logrando sacar adelante sus reivindicaciones emancipadoras de los brutos, a través de la «propaganda del hecho». El FLA y otros grupos afines (pongo por caso: el Frente de Liberación de la Tierra, &c.) han venido desplegando desde finales de la década de 1970 una intensa labor en muchas naciones desarrolladas –EUA, Alemania, Francia, Italia, España, Rusia, &c.– llevando a efecto las doctrinas de Singer, Tomás Regan y otros paladines de la ética animal, mediante la utilización de prácticas tan cercanas al «terrorismo procedimental» (en el sentido de Gustavo Bueno en su libro la Vuelta a la Caverna, Ediciones B, Barcelona 2004) como puedan serlo el sabotaje a granjas, circos o centros de experimentación biomédica, la extorsión, la «guerrilla urbana», &c. Y sin duda, lo que nadie puede pretender ignorar, es el carácter marcadamente anarquista de las líneas ideológicas de fondo que sostienen el activismo de tales grupos «animalistas».
Parecería en este sentido que, en uno de sus posibles desarrollos, el regressus sobre los principios de la revolución holizadora que emprende la tercera generación de la izquierda definida, empuja a extender la misma holización allende los propios límites del «género humano» acaso con el fin de homologar «atómicamente» a los «individuos humanos» con los «individuos animales» que, todavía en nuestros días, se mantendrían sojuzgados por el despotismo especieísta de las antropocéntricas sociedades industriales (que efectivamente parecen necesitar acémilas, cobayas, perros policías, &c.). Un tal proyecto –realmente muy próximo al defendido por los representantes del Proyecto Gran Simio cuando pretenden expandir la «igualdad» más allá de la «humanidad»– se nos aparece sin duda como confuso y aun contradictorio, y ello en la medida, al menos, en que el resultado de semejante «transposición» de la idea de «igualdad» fuera de los límites de las relaciones establecidas entre las «personas» (no ya los «individuos») humanas, equivaldría, según nuestras premisas, a disolver irremediablemente la propia fisonomía trascendental de esta decisiva idea filosófica y ello por no aludir tampoco a las consecuencias (políticas, económicas, sociales, &c.) que semejantes principios podrían acarrear en el caso de que fueran llevados a efecto hasta el final, ocasionando, por ejemplo, la paralización de la investigación biomédica, pero también el derrumbamiento de la industria farmacéutica, de la ganadería, &c. (en este sentido, cabría atribuir a unas tales campañas un carácter claro de «locura objetual» para decirlo haciendo uso de la terminología de Gustavo Bueno). Con ello además, y como resulta bien evidente por sí mismo, el anarquismo parece recaer, en el regressus, en el hondón de la indefinición política más radical en la que, en todo caso, la izquierda de tercer género siempre se mantiene en peligro de anegarse.
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A título de documentación de lo que decimos, vamos a referirnos a continuación a una página web que puede encontrarse en nuestros días navegando por los procelosos océanos de Internet y que, bajo el poco «pacifista» título «Palabras de Guerra», aparece encabezada por un eslogan que realmente resulta de lo más esclarecedor; a saber: «Para la destrucción de lo que nos convierte en esclavos.»
El lector que curiosee por «Palabras de Guerra», tendrá ocasión de encontrarse con toda una galería –de lectura, por lo demás, divertidísima– de textos, documentos, noticias y declaraciones a cuyos fenomenales contenidos nos es imposible hacer justicia en estas notas: desde diatribas ácratas contra la «ideología del anti-placer» o la «alimentación capitalista» hasta sesudos análisis que presentan al SIDA como un «puro producto de la ciencia» o al antifascismo como «forma de adhesión al sistema», pasando, por supuesto, por manifiestos «estudiantiles»{3} de orientación libertaria o por las últimas noticias relativas a los activistas de tercera generación de izquierda definida encarcelados en prisiones de Europa y los Estados Unidos de Norteamérica (incluyendo aquí curiosas promociones de discos de «Hip Hop anticarcelario», &c.).
Ahora bien, lo verdaderamente significativo de esta página lo representa el hecho de que junto con este tipo de contenidos, «Palabras de Guerra» ofrezca a sus lectores –y sin la más mínima solución de continuidad– referencias a las variadas acciones que en nuestros días se llevan a cabo en promoción de los fines emancipadores de los animales no humanos por parte del Frente de Liberación Animal y de otros colectivos afines a la cruzada «manumisora» de las bestias, emperrados –y nunca mejor dicho– en la remoción destructiva de «lo que nos convierte en esclavos» a humanos y animales. De esta guisa, la página da cuenta por ejemplo de la liberación (desde otras perspectivas se hablará sin duda de robo de bienes semovientes ajenos, &c.) de una perra beagle en León, o de las últimas campañas del Frente de Liberación Animal Ruso contra los laboratorios del Centro de Fisiología Animal de la Universidad de Moscú, pero también oferta acomodo electrónico a diversos comunicados de los distintos grupos activistas, informa de las andanzas de los «manumisores» por las cárceles de todo el mundo o relata las acciones realizadas contra investigadores y criadores ganaderos o los sabotajes a las granjas, los locales de comida rápida, las carnicerías o las tiendas de mascotas, exponentes todos ellos, de la odiosa esclavitud a la que permanecen sometidos nuestros hermanos animales.
«Liberación de una perra beagle en León. La noche del sábado 11 al domingo 12 de septiembre de 2004 llevamos a cabo una liberación. Una perra fue rescatada tras pasar unos seis años en la jaula de un laboratorio de la facultad veterinaria de León. Tuvimos que dejar atrás otros quince perrxs enjauladxs en la misma habitación. Allí pasarán el resto de sus vidas, esperando ser usados en el próximo experimento y deseando no haber nacido. Nunca podrán ver el sol, correr sobre el césped o jugar con otro perrx bajo la lluvia. Por ellxs no pudimos hacer nada. Quizás tú si puedas. La perra rescatada se va adaptando poco a poco a una vida mucho más cálida, a la vida que tenía derecho a vivir desde el principio. Poco a poco va dándose cuenta de que no todxs los humanos somos iguales. Mientras tanto lxs vivisectores solo veían en ella un instrumento para el progreso, nosotrxs la vemos como una encantadora perra cuyo pasado no le ha conseguido quitar las ganas de vivir. Es una perra a la que todo lo que ve le resulta nuevo, tiene seis años pero llegó al mundo hace solo seis días. Al llegar al centro de experimentación nos alegró ver que varias de las ventanas habían sido ya apedreadas por una célula del FLA. Sin duda hay más gente que está dispuesta a ayudar a los animales esclavizados por el ser humanos. La vivisección tiene alternativas de sobra. De hecho muchxs científicos lo consideran perjudicial para la humanidad ya que se estrapolan los resultados del experimento de una especie a otra. Es posible, aun así, que en casos muy concretos, la vivisección haya podido conseguir un pequeño avance. Incluso esos casos concretos, si existiesen, no estarían justificados éticamente y nos opondríamos a ellos con las mismas energías. Los animales ni nos pertenecen, ni nos deben nada a los humanos y menos su vida. ¿Quien se cree que es un/a vivisector/a para decidir sobre la vida de un animal? Es hora ya de que nos demos cuenta de que ni las otras especies, ni la tierra están para resolver nuestros problemas. Hay muchos animales esperando la muerte en laboratorios, granjas, circos, mataderos... Adelántate a ella y... ¡¡Actúa!! FLA.»
«Liberación de conejos en Navarra. La noche del lunes 22 de Septiembre de 2003 se liberaron entre 250-300 conejos en una granja de Tulebras (Navarra), destinados a la absurda y cruel industria de la vivisección. En las naves se podían verse en completamente hacinados desde crías hasta conejos de gran envergadura (unos 5kg) y a la hora de su liberación se procuró sacar aquellos que pudieran valerse por si mismos en un espacio natural al que fueron conducidos. El tiempo transcurrido hasta que fueron sacados de sus jaulas fue de 1h y media. Posteriormente se realizaron pintadas (Vivisección: Fraude Científico y moral, F.L.A. more than words, Viviseccion=Tortura). Esta acción va dedicada a DAVE BLENKINSHOP (Preso inglés encerrado por la liberación animal) y a los conejos que permanecen en cautiverio a la espera del bisturí o alguien que los rescate. ¿Porque ha de resultar tan difícil? Animo, nuestra lucha acaba de comenzar. Comando Dave Blenkinshop.
«Liberación de visones en Teruel. Decidimos hacerle una visita a un viejo conocido del F.L.A. en el estado español. Se trata del dueño de una granja de Teruel que fue atacada a principios de Agosto del 2001, liberando 13.000 visones. Quisimos hacerles saber que el F.L.A. no se había olvidado de ell@s. Todo lo contrario, les tenemos muy en cuenta, y deben saber que recibirán más visitas hasta que se decidan por cerrar la granja. Otro motivo que nos hizo dirigirnos a esa granja en concreto es que hace dos años, cuando fue atacada se criticó duramente a l@s liberador@s por los supuestos daños ecológicos que podía ocasionar su acción. Los medios de comunicación burgueses influyeron decisivamente en el público en general y en ciertos ambientes alternativos, les hicieron creer que l@s culpables de ese supuesto daño ecológico eran l@s liberador@s y no quienes habían sacado al visón americano de su hábitat para ser encerrados en jaulas inmundas: l@s granjer@s. Sabemos de sobra que la policía, los peleter@s y los mas media van a criminalizar al F.L.A. siempre que puedan. Ningún miembro del FLA tiene que arrepentirse de salvar ninguna vida o abrir ninguna jaula. L@s ecocidas son l@s granjer@s y la solución cerrar las granjas. Escalamos el muro, rompimos una valla que había por dentro y entramos a las naves donde, encerrados en esas pequeñas jaulas, agonizaban esos simpáticos animales. Protegidos con guantes sacamos cinco visones de las jaulas y los introdujimos en sacos. Todo eso fue a las cuatro de la madrugada del sábado 2 de Agosto de 2003. Pocas horas después los visones estaban nadando en un río. Libres. Si alguien quiere entablar un interesante debate con l@s mercenari@s a l@s que atacamos, les puede llamar al teléfono 978-xxx-xxx, o si lo prefiere puede ir a hacerles una visita. Te están esperando en la carretera Sagunto-Burgos Km xxx. Ah!, y mandarles un besito de nuestra parte. Esta nueva acción del F.L.A. queremos dedicársela a una compañera que, mientras fue 'libre' luchó por conseguir una sociedad más justa. A ti, Amanda, te mostramos todo nuestro apoyo. Sabemos que es duro encontrarse en una situación tan patética como la de es@s pres@s a l@s que tanto defendiste. Queremos animar a tod@s aquell@s que lean este comunicado a que hagan lo posible para que Amanda tenga acceso a una alimentación libre de sufrimiento.»
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En lo que sigue, por el interés que pudiera tener para los lectores de El Catoblepas, procedemos a transcribir una entrevista anónima de ALA (Alternativa para la Liberación Animal) con activistas del FLA (Frente de Liberación Animal) tal y como puede leerse en Internet: http://lanzadera.com/fla (en octubre de 2004):
ENTREVISTA CON EL FLA
La siguiente entrevista la hemos obtenido a través de una dirección anónima de correo electrónico. Hemos tratado de averiguar qué impulsa a determinadas personas a seguir el camino de la acción directa, cuáles son sus motivaciones y su forma de actuación, y cómo se encuadra la misma dentro del movimiento animalista en general. ALA no suscribe ni se identifica necesariamente con las opiniones vertidas, (aunque sí apoyamos moralmente la liberación directa de animales), simplemente las publicamos porque pensamos que pueden ser de gran interés.
¿Cómo hacéis para colocar a los animales rescatados? ¿Disponéis de infraestructura suficiente? ¿Es difícil encontrar ubicación para estos animales?
Primeramente se estudia si es compatible su puesta en libertad para que sobrevivan por su cuenta. Si esta opción es inviable, entonces hay que encontrar a una o varias personas que estén dispuestas a refugiar a todos y cada uno de los animales que vayan a ser liberados. Lamentablemente, en el Estado español no es fácil encontrar refugios seguros para animales rescatados de centros de explotación y muerte (granjas, laboratorios, mataderos, &c.), o gente mínimamente concienciada y favorable a la acción directa. Si partimos de la base que toda acción que implique una liberación de animales es considerada de alta dificultad en comparación con otras de otro tipo, como los sabotajes, en España este grado de dificultad a veces puede llegar a ser muy alto en comparación con otros lugares del continente europeo donde la existencia de refugios de animales es mucho mayor a nivel de voluntariado, sin estar dirigidos por organismos gubernamentales...
¿Qué opináis de las acusaciones de algunos supuestos animalistas-ecologistas quienes arguyen que liberar animales en determinadas zonas puede alterar el ecosistema (como ha ocurrido con los visones americanos en territorios del visón europeo), y que sería «peor el remedio que la enfermedad»?
Para evitar, en la medida de lo posible, tal alteración siempre se ha de estudiar primeramente si existe una posibilidad de supervivencia y adaptación al medio en el que van a ser liberados. El problema es que muchos ecologistas, especialmente a nivel estatal, no han entendido aún lo que significa luchar por la LIBERACION de los animales. Esta lucha revolucionaria implica tomar decisiones que no siempre van a poder ser del agrado de todo el mundo, ya que su meta es la eliminación de todas las industrias que violen la dignidad de los animales.
Los verdaderos culpables de la alteración del ecosistema al que se refieren los ecologistas son quienes han provocado, por motivos puramente económicos, que unos animales, en este caso los visones americanos, sean criados masivamente a miles de kilómetros de su hábitat original.
Nuestro objetivo es provocar el mayor grado de destrucción posible a quienes son responsables de tal situación con el fin de que abandonen la práctica de la cría masiva al dejar de ser un negocio fácil y cómodo.
Los animales sólo son puestos en libertad si existe un mínimo de compatibilidad con el medio en el que van a vivir y si ello representa un mal menor en comparación con el futuro que les esperaba antes de ser liberados: una agonía y muerte seguras.
Cuando se les pone en libertad se busca, por un lado, librarles de una muerte segura y darles una oportunidad para sobrevivir en libertad y, por otro, llamar la atención sobre el problema que representa la explotación animal y arruinar a sus explotadores.
Lo cierto es que sólo un pequeño grupo de los animales puestos en libertad lograrán sobrevivir, pero el objetivo de darles a TODOS una oportunidad para vivir en libertad se consigue en toda liberación, así como el de provocar unas perdidas cuantiosas a sus explotadores y suponer una amenaza para sus intereses. La decisión está en sus manos: o abandonan o seguiremos golpeando.
En definitiva, los argumentos «ecologistas» de este tipo pueden parecer, a primera vista, bienintencionados, pero en demasiadas ocasiones lo que esconden es una postura malintencionada que lo único que pretende en realidad es desprestigiar la acción directa en su totalidad por motivos puramente subjetivos, y esto es intolerable desde un punto de vista revolucionario eficaz.
¿Creéis que la acción directa es la única vía posible para llegar a la liberación animal, o pensáis que los demás tipos de lucha «legales» son también necesarios? ¿cuál creéis que es la mejor o más inteligente forma de lucha para obtener resultados?
No creemos que existan «atajos» para conseguir milagrosamente la meta. Todos los tipos de lucha, legales o no, son necesarios. De hecho, la práctica constante de la acción directa se vería dificultada de no ser por quienes, legalmente, la apoyan y la hacen más practicable.
Para obtener los mejores resultados es fundamental marcar unos objetivos internos por los que trabajar de forma coherente tanto desde la legalidad como desde la ilegalidad. Mientras esta balanza se vea desequilibrada por culpa de las acusaciones que lanzan algunos grupos legalizados sobre quienes practican el sabotaje y la acción directa contra quienes tienen un interés profundo en perpetuar la falta de dignidad que padecen los seres no-humanos, entonces será muy difícil obtener resultados positivos frente a un sistema que utiliza toda su fuerza para reprimir cualquier señal de éxito por parte de quienes creemos en un mundo donde el ideal de justicia también arrope a los seres no-humanos. Por tanto, creemos que es fundamental que quienes trabajan en la legalidad dediquen muchos más esfuerzos a potenciar lo que está en nuestras manos hacer para ser ejemplo de ese ideal de justicia al que nos referíamos antes. Deberían facilitar y potenciar el veganismo y la acción directa dentro de sus campañas, ayudar a quienes sufran la represión gubernamental, encarcelamientos, juicios, prisión, &c. Sólo cuando estos terrenos comiencen a entenderse entonces se empezará a conseguir resultados, ya que un aumento considerable de la acción directa provocará, sin duda alguna, un debate social serio de una magnitud inalcanzable con métodos estrictamente legales o simbólicos. A su vez, este debate haría que mucha gente tomara una determinación transparente hacia a la discriminación contra los no humanos: o muestran una voluntad visible para acabar con la discriminación o siguen obstinados en perpetuarla. El papel legal dentro de este debate social consecuencia de un aumento de la acción directa sería el de suministrar una información veraz sobre la situación de los animales, el cuestionamiento de tal situación arbitraria, y lo qué está en nuestra manos hacer para promover un cambio. Este tipo de información llevaría a la promoción del veganismo y, al mismo tiempo, conduciría a la participación en la acción directa o al menos a su comprensión y apoyo logístico y social. En cuanto la acción directa provoque un debate social sobre la cuestión de los derechos animales entonces ya no serán válidas excusas tan extendidas como la ignorancia sobre el problema. Será entonces cuando empiece una auténtica guerra por la justicia para todos los animales, humanos o no. Antes debemos estar muy preparados, individual y colectivamente, para abordar esa dura batalla que nos espera en este siglo.
¿Al hilo de lo anterior, qué opináis sobre las ONGs o asociaciones que defienden a los animales? ¿creéis que son todas iguales o muy parecidas, o pensáis que hay diferencias?
Si esta clase de grupos trabajaran siguiendo una línea coherente con los terrenos legales e ilegales, podrían tener una gran importancia en el aspecto legal con el fin de que mucha gente tuviese la oportunidad de recibir información adecuada sobre la situación arbitraria de los seres no-humanos. Sin embargo, esto no suele ser así lamentablemente. La mayoría de estos grupos se integran por completo en los marcos de funcionamiento que el sistema les impone; el mismo que permite y promueve todas las injusticias, no sólo contra los humanos, sino también contra los no-humanos (muy especialmente contra estos últimos). Además, debido a esta forma incoherente de trabajar, estos grupos suelen crear muchas confusiones entre la gente que se siente mínimamente preocupada por la injusticia animal, unas confusiones que llevan a pensar a activistas en potencia que la acción directa no es eficaz o simplemente, que es innecesaria porque ya existe la posibilidad de luchar legalmente. Incluso hay muchas ocasiones en las que no defienden un estilo de vida vegano como respuesta básica y radical contra el problema.
Estos grupos, por lo general, suelen tender a una reforma meramente legal, sin cuestionar las actitudes cotidianas de todos y todas en la sociedad. Creemos que esto es un error a nivel práctico pues tales reformas sólo tienen sentido cuando hay una voluntad de cumplirlas. En la actualidad la sociedad no está preparada para acatar las «restricciones y pérdida de privilegios» que implicaría la LIBERACION animal en todos sus terrenos, por lo que resulta ineficaz centrarse casi exclusivamente en pedir cambios a otros cuando nosotros ni siquiera hemos cambiado.
¿Qué es lo que os ha llevado a tomar la decisión de actuar de esta manera?
Como decíamos antes, la información conduce a la acción directa de una u otra manera. Conocíamos la situación actual, no esperábamos ningún paso sincero a favor de los seres no humanos por parte de las administraciones y simplemente viendo que los animales no pueden esperar a que la sociedad llegue a entender que han de ser respetados coherentemente, decidimos emprender todas las acciones que estén en nuestras manos y que sirvan tanto para salvar al máximo número de animales de las fauces del egoísmo humano como para causar los mayores daños y repercusión posible a quien, tras conocer las peticiones a favor del respeto coherente a los no-humanos, sigue por la misma vía del especismo, crueldad y crímenes contra seres completamente indefensos en esta sociedad.
¿Qué imagen creéis que tiene el F.L.A. en la sociedad española?
No creemos que la sociedad española tenga una imagen del F.L.A., simplemente porque buena parte de ella probablemente no haya oído jamás hablar de ello. Por otra parte está otro sector que la única fuente por la que ha podido oír algo del tema ha sido a través de medios de comunicación de masas que tampoco reflejan una imagen objetiva sobre lo que representa el movimiento y las razones que hay detrás. De hecho este sector de privilegiados conocedores del movimiento pueden ser víctimas de la ignorancia o de periodistas que sólo publican en función a sus criterios sensacionalistas y comerciales. Una vez más, insistimos, creemos que es fundamental el terreno legal en este punto, pues quienes publican se verían más reprimidos en caso de que los grupos legales que apoyen la acción directa salieran al paso cada vez que se publican tremendos errores de base cuando se habla sobre el movimiento.
La sociedad española adoptará una imagen del F.L.A. el día en que la acción directa se multiplique siendo optimistas en todas sus comunidades autónomas, o al menos en el mayor número posible de ellas. No nos preocupa fundamentalmente que tal imagen sea positiva o negativa en mayor o menor grado, sino el hecho de que el mayor número de gente conozca que el movimiento está ahí y que las personas que se sientan impotentes cuando ven que la dignidad de una criatura mansa y pacífica está siendo violada en nombre de cualquier «fiesta», Santo o patrón cultural sepan que no están solas frente a tal impotencia y que es posible formar parte del movimiento de acción directa contra los tiranos que ponen su diversión, su gula o sus intereses comerciales por encima de la dignidad de todo ser no-humano. Lograr que esas personas, sean pocas o muchas, colaboren y/o participen en la acción directa sin esperar a que las «autoridades locales» hagan algo al respecto.
¿Creéis que hay gente y energía suficiente para que en el futuro se intensifiquen las acciones directas?
Puede que no haya tanta como nos gustaría, pero sí creemos que hay suficiente gente. Lo que se echa en falta es un posicionamiento revolucionario frente a la tiranía que sufren los seres no-humanos. La mayoría de las personas que hablan de «derechos animales» no se ponen en la piel de cualquier ser no humano. Creen que es una cuestión exclusivamente legal, y ahí está el problema, porque pierden demasiado tiempo, esfuerzo y dinero confiando y funcionando según marcan las Administraciones públicas, y estas tres cosas son fundamentales para la práctica de acciones directas eficaces. De todos depende si queremos que todo siga al ritmo actual o si, por el contrario, deseamos agilizar un letargo que ya dura demasiado tiempo. En el futuro deberíamos ser recordados como luchadores abolicionistas eficaces y no como meros espectadores legales y tolerantes con la lista interminable de aberraciones cometidas contra los seres no-humanos. Para que se intensifique la acción directa nuestro movimiento necesita ofrecer una imagen más liberadora de los animales en lugar de amante de los animales. Los animales necesitan más Libertadores y menos amantes.»
Notas
{1} Causas como puedan serlo inter alia las de la eugenesia –es el caso por ejemplo de Eugenio Relgis (1895-1987)– o el neomathusianismo –al estilo de Henri Gauche (1870-1926), Pablo Robin (1837-1912) o Luis Bulffi (1867-¿?)–, pero también el vegetarianismo, el esperantismo, el nudismo, &c.
{2} Más datos sobre este interesante personaje y la significativa historia de las sucesivas ediciones españolas de sus obras, en la entrada correspondiente del «Averiguador» del Proyecto Filosofía en Español: Luis Büchner.
{3} Utilizamos así las comillas dado ante todo, que en uno de tales manifiestos, estos «estudiantes» prefieren ser considerados como «maleantes»; insertamos a continuación algunas partes escogidas del panfleto anónimo al que nos referimos puesto que su lectura resulta verdaderamente insustituible:
«No tenemos posesiones, nada es nuestro. No tenemos casa propia, ni coche, ni familia, ni hijos a nuestro cargo, por lo que no se nos puede engañar con eso de que somos de clase acomodada, pues no tenemos nada que conservar. Nos falta todo todavía por tener. Lo tenemos todo por delante. Es el primer punto del que hay que tomar conciencia: no tenemos nada que perder. Si hacemos una huelga, no nos van a echar del trabajo, ni vamos a dejar de cobrar un sueldo, ni tan siquiera tenemos que perder unas estúpidas 'conquistas sociales' con las que lograron engañar a nuestros padres. Si hacemos huelga, no sólo no vamos a perder nada, sino que vamos a ganar muchas cosas, vamos a recuperar un día de aburrimiento para nuestro beneficio, y lo vamos a convertir en un día de vida real, vida intensa en la que vamos a hacer en cada momento lo que nos plazca y no lo que nos corresponda en nuestro papel de estudiante. Disfrutando del placer del momento subversivo.»
«Pero somos conscientes de que queremos dejar de serlo. No queremos acostumbrarnos a unos horarios y espacios, no queremos tragar mierda, no queremos aprender su ideología, ni ninguna ideología. No más intelectuales, no más cultura, no más arte. Nosotros también queremos dejar de ser estudiantes. Pero no queremos dejar de ser estudiantes para ser Trabajadores u otra cosa. No queremos desprendernos de un papel para coger otro. No queremos tener ningún papel, no queremos ser nada, queremos ser lo que nos dé la gana en cada momento.»
«Abogamos por crear la revolución que nunca triunfe. No queremos triunfar. No queremos perder el sueño y la utopía. No nos interesan las cosas que tienen un fin, ni las cosas cuyo destino anticipado es morir. No queremos tener futuro, ya iremos fabricando nuestra vida. No queremos definirnos ahora, ya nos irán definiendo nuestros actos. No queremos tener todas las cosas claras, ya nos iremos aclarando con la practica.»
Y más adelante, el furor nihilista de tales «maleantes» llega verdaderamente al límite:
«Todo está en el punto de mira. Nada de este mundo es salvable. Los estudiantes nos cagamos en todo. Hemos empezado a desengañarnos de las credulidades de la vida moderna, no creemos en la seguridad del hogar lleno de sentimientos electrodomésticos, ni en las máquinas que dan una felicidad patética, como la sonrisa del burro al morir. Los coches no son más que el modelo del ideal burgués de felicidad. Quemémoslos, rompamos los escaparates de la alienación y de la falsa vida.
Quemar coches, romper escaparates. No es una consigna lo que os mandamos. Quemar, romper, son nuestros sentimientos lo que os lanzamos. Os lanzamos nuestra rabia, nuestra ira. Nuestros deseos y nuestros sueños. Es lo que pensamos. Nosotros somos eso.»