Separata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
publicada por Nódulo Materialista • nodulo.org
El Catoblepas • número 43 • septiembre 2005 • página 12
Se glosa la importancia de internet y de la televisión en la divulgación de la figura y la obra de Gustavo Bueno y se ofrece una lista de omisiones en la Bibliografía Cronológica de Bueno que se ofrece en el sitio de internet de la Fundación
Internet ha modificado los procedimientos de acceso a la información en poco tiempo, de tal forma que ya se puede hablar de un antes y un después. Estas líneas están escritas desde una posición mundana (el sujeto operatorio que esto escribe no ha pasado por la Universidad, es un simple aficionado), por oposición al grueso de colaboradores de esta revista, la mayoría con formación académica, y por eso, aunque pueda imaginarme los procedimientos académicos de adquisición de información antes de Internet (imagino buenas bibliotecas y buenos compañeros dispuestos a prestar libros e información) voy a hablar un poco de lo que conozco sin imaginar, de mi propia experiencia.
Mi primer contacto con Gustavo Bueno fue a principios de 1990 en el que participó en un programa de televisión de La Clave sobre las profecías de Fátima. Su intervención me impresiono tanto que decidí comprarme algún libro suyo; conseguí Etnología y utopía y fue el inicio de una relación intelectual que dura hasta ahora.
Después de las primeras lecturas empecé a confeccionarme un primer esbozo de Bibliografía de Bueno, antes de conocer la que la Fundación que lleva su nombre tiene en Internet (por entonces aun no existía), con el objeto de que cuando buceaba (que también es anterior al navegar de ahora en Internet) por las librerías de viejo o en las ferias de libros antiguos o de ocasión, o en los mercados que semanalmente se forman en algunos sitios con libros entre su oferta, usaba ese esbozo de Bibliografía para orientarme en la maraña de publicaciones que habían albergado artículos de Bueno (y también de otros autores como Mario Bunge, del que inicié idéntico procedimiento) para poder localizarlos y así adquirirlos, en un goteo a veces insignificante y desesperante.
Antes de Internet los libros que no estaban agotados se podían conseguir pidiéndolos en librerías, los demás era cuestión de suerte. Libros más recientes se agotaban y otros anteriores se podían encontrar todavía (el caso de Ensayos materialistas, que siendo una edición de 1972 se podía encontrar). Si el libro era reeditado se facilitaba la tarea de encontrarlo, como Etnología y Utopía, El animal divino (uno de los libros mas buscados de Bueno después de agotarse) o Symploké, un libro de texto para 3º de BUP que en su primera edición levanto una divertida polémica sobre si se debía usar o no, y que hay que recordar que no era el primer manual que escribía, anteriormente lo había hecho en 1954, 1955, 1958 y 1962.
Aun así quedaba un buen número de títulos imprescindibles fuera del alcance de aquellos que no nos movíamos en ambientes académicos y que no teníamos las herramientas que después nos dio Internet para localizarlos. Así El papel de la filosofía en el conjunto del saber (1970), Ensayo sobre las categorías de la economía política (1972), La metafísica presocrática (1974), y los ya mencionados antes de reeditar. De ellos como no podíamos acceder directamente a los originales había que acudir a sucedáneos (el acceso a la obra de Bueno, una vez iniciado en ella, viene condicionado por la symploké de sus escritos, dado que al formar un sistema, están relacionados entre sí, unos conducen a otros, y unos aportan luz sobre lo leído en otros, cuantos artículos o libros sobre la obra de Bueno o del propio Bueno no están plagados de notas que hacen referencia a otros libros o artículos del mismo autor), es decir otras fuentes donde se citaban esos textos o se comentaban, como en forma general se hacia en la revista El Basilisco (que antes de Internet era la única fuente de información buenista periódica, que llegaba cuando llegaba), o en libros como Primer ensayo sobre las categorías de las 'ciencias políticas' de 1991, que contenía unos apéndices con textos anteriores. O como en Cuestiones cuodlibetales sobre Dios y la religión, que contenía un capítulo dedicado a El animal divino. De El papel de la filosofía en el conjunto del saber (escrito como resultado de una conocida polémica en su época con Manuel Sacristán), se podían leer reseñas en libros como Los hegelianos en España, de Manuel Pizán (1973), La cultura en España, de J. L. Abellán (1971) o Panorama de la filosofía española actual, también de Abellán (1978). ¡Cómo no desear leer un libro del que comentaba Abellán!:
«En el libro de Gustavo Bueno se expone una idea de la filosofía con la que se contesta contundentemente a las argumentaciones de Sacristán, y es de una riqueza de planteamientos y una sugerencia de puntos de vista que hacen el libro altamente interesante y valioso. Es cierto, por otro lado, que el libro resulta con frecuencia farragoso, confuso, innecesariamente oscuro y complicado en su exposición, pero, librado de estos defectos, sigue manteniendo una considerable dosis de interés.»
De Symploké pude leer un extracto en el número 11 de La Alternativa Racional (interesantísima publicación, con la que tuve el honor de colaborar, primero con un artículo y después ayudando a verter a Internet todos sus números, con el tiempo se metamorfoseo en El Escéptico).
Con la aparición de Internet la cosa cambió sustancialmente. Ahora alguien que vea a Bueno por la tele, lo escuche por la radio o lea una entrevista suya en un periódico, y quiera saber algo mas de esa personalidad arrolladora muy probablemente acudirá a un buscador de Internet (porque si acudiera, por ejemplo, a La Enciclopedia de El País se encontraría con que Bueno no existe), que le mostrara cientos de páginas donde aparece su nombre, seguramente en primera instancia le llevara a la página de la Fundación donde podrá disponer de un buen número de textos donde testar a Bueno; cuando agote este primer caudal de información se encontrará con que la Bibliografía Cronológica es una guía para descubrir la potencia cuantitativa (primero y cualitativa después) de su obra y pasar ya a comprar alguno de sus libros, desde la página de la Fundación se pueden conocer las novedades antes de que aparezcan y comprar algunos libros, también en las múltiples librerías de Internet o sitios especializados como Iberlibro, y en última instancia se puede recurrir a la Biblioteca Nacional, donde también a través de Internet se puede solicitar fotocopias a partir de microfilm de libros enteros siempre y cuando a ellos no les conste que están a la venta, o fotocopias directas si son partes de libros u otros documentos no completos.
Por aquella época de 1999 en la lista de libros de Bueno de la Biblioteca Nacional aparecían tres libros de su padre adjudicados a él, y así se lo hice saber por carta, y en un principio no corrigieron el error. Recientemente he vuelto a visitar esa información y compruebo que lo que han hecho es quitar el segundo apellido de algunas referencias (Martínez), mantienen alguna referencia de su hijo (Sánchez) pero no aparece el de su padre (Arnedillo), con lo que la información se sigue prestando a confusión.
El asunto ha llegado a un punto que puede decirse que conseguir los libros de Bueno es una cuestión monetaria (que tampoco es un tema menor).
Con los años Bueno ha aparecido muchas veces en televisión (Tribunal Popular, Un paseo por el tiempo, Gran Hermano, La máquina de la verdad, Negro sobre blanco, &c.), pero aquella primera vez era un recuerdo muy especial que había mitificado. Recientemente gracias a dos buenos amigos conseguí (vía Internet precisamente y gracias al E-mule) una grabación de aquel programa y he vuelto a disfrutar viéndolo. Sería interesante saber cuantos de los lectores de Bueno lo son a causa de sus apariciones en Televisión. En cualquier caso puede decirse que si Bueno tenía alguna deuda con este medio, la saldó cuando escribió sus dos libros sobre el tema.
Aunque imagino que las apariciones en televisión de aquellos años también tendrían sus reacciones adversas y sus rechazos frontales, la verdad es que para algunos significó un anzuelo para quedar atrapados por su obra, estimulando el interés por profundizar en el conocimiento de la misma, sorprendidos agradablemente por un personaje de corte racionalista, materialista y ateo. En la actualidad he detectado que cuando Bueno aparece en televisión o hace declaraciones controvertidas sobre temas políticos, en muchas personas produce un rechazo visceral, y para ello baste ver los numerosos foros en Internet que sobre su figura aparecen esporádicamente. Para muchos neófitos de Bueno éste pasa por ser un mal educado, radical, cuando no lo tratan directamente de fascista, impresentable o viejo cascarrabias. Y siempre aparece alguien en el foro en su defensa que termina diciendo: «hay que leer sus libros.» Porque el formato televisivo siempre es perjudicial para que tras una declaración polémica se de con un mínimo de extensión su justificación argumental.
Recientemente han aparecido unos libros que podrían denominarse a medio camino entre las obras originales de Bueno y los sucedáneos mencionados. Se trata de trabajos explícitos de divulgación de la obra de Bueno, como son La ontología materialista de Gustavo Bueno, Pentalfa 1994 de Felipe Giménez Pérez, el Diccionario filosófico de Pelayo García Sierra, Pentalfa 2000 y El materialismo filosófico de Gustavo Bueno, Pentalfa 2004 de Felipe Giménez Pérez. Estas obras son unas estupendas herramientas tanto para iniciarse como para ampliar conocimientos de la filosofía de Bueno, sobre todo el Diccionario filosófico por la posibilidad de consultarse por Internet y por su temática que intenta abarcar todo el sistema de Bueno. La única pega que se podría poner al último de Felipe es que un libro que pretende ser de divulgación de la obra de Bueno, y que además se edita en la colección Biblioteca Filosofía en español, contenga un número considerable de citas en varios idiomas sin traducir (hay que pensar un poco más en los seguidores mundanos de Bueno que no sabemos idiomas), ya que podría pasar aquello que comentaba Stephen Hawking en Historia del tiempo: «Alguien me dijo que cada ecuación que incluyera en el libro reduciría las ventas a la mitad», pues quien ojee el libro antes de comprarlo (sobre todo en sus primeras cien páginas) puede verse desanimado ante tal proliferación de citas sin traducir.
Con todo lo dicho debería haber quedado clara ya la importancia de la Bibliografía cronológica oficial que se encuentra en Internet, y aunque es evidente que contiene el grueso de su obra, la parte mas importante de ella, no se puede decir que contenga toda su obra (aunque quizás la absoluta totalidad de su obra sea imposible de rastrear íntegramente). Lo primero que habría que preguntarse es por los criterios a la hora de confeccionar la Bibliografía, y mucho me temo que no han sido todo lo claros, rigurosos y sobre todo coherentes que la importancia del asunto requería. Por que si por ejemplo imaginásemos que el criterio de inclusión en la Bibliografía es la obra publicada de Bueno, ya sea en papel o en Internet, incluyendo libros, artículos, entrevistas, conferencias, pregones, &c., baste mirar la lista adjunta al final para ver que faltan algunas cosas.
Pero es que además se incluyen entradas de obra no publicada, como su tesis doctoral de 1948, un discurso de 1950, o su obra de 1976, Estatuto gnoseológico de las ciencias humanas; y claro, entonces uno se pregunta, si se reseña un discurso inédito por qué no reseñar todos (en mi Bibliografía particular tengo reseñados 177 discursos o conferencias, pero tienen que ser muchos más), si se incluye un libro inédito por qué no incluir todos. Alguna vez se ha hablado de que tiene terminados libros como El mito de la naturaleza, La idea de progreso, Sobre la pena de muerte, &c.
Todo esto es limitándonos al papel impreso o a su edición en Internet, pero es que la sabiduría de Bueno ha utilizado otros canales, desde el magisterio en la universidad, las intervenciones radiofónicas o televisivas (tengo reseñadas mas de 40), las numerosas conferencias que ha dado, todo esto puede terminar formando parte de su Bibliografía por que todos estos formatos (grabación de audio o vídeo), si alguien se ha molestado en conservar pueden volcarse a papel o Internet, como es el caso de la conferencia ¿Para que la educación?, dada el 3 de febrero del 2000 y que se encuentra en Internet en letras, otras conferencias o debates se han publicado en El Catoblepas.
Luego existe también un formato intermedio entre el artículo y la entrevista, y es la reseña de un libro o de una conferencia de Bueno (en un periódico o revista normalmente), donde se resume y a veces se citan palabras textuales suyas, y que es una forma indirecta de conocer su pensamiento en casos de difícil acceso como son las conferencias que siempre tendrán un público reducido. Tengo reseñadas más de 200 en las que se citan palabras textuales de Bueno.
Aunque mi deseo sería que las propuestas que aquí incluyo en la lista del final se recogieran en la Bibliografía oficial, no quiero dejar pasar la ocasión para solicitar aportaciones para seguir mejorando esa Bibliografía, tanto correcciones a posibles errores, como aclaraciones de quien sepa si alguna de las citas dudosas se publicaron o no, o quien conozca referencias aquí no incluidas, pueden enviármelas a nartub@mixmail.com
Una cosa que no viene reflejada en la Bibliografía oficial es que Bueno uso el pseudónimo de Pedro Belarmino para escribir tres artículos en El Basilisco, concretamente «La objeción de conciencia», en el nº 2 de la segunda época, «Los derechos humanos» en el nº 3 de la segunda época y «La eutanasia», en el nº 7 de la segunda época. Indagando por Internet encontré también 6 intervenciones con este nombre en una lista de discusión de filosofía.org sobre Antropología y 20 intervenciones en un foro de the-geek.org. Como quiera que ya en 1957 usara también un pseudónimo para firmar un artículo (Moisés Toledo), si se trata de Bueno debería también entrar en su Bibliografía todo este material.
Sería aconsejable que la Bibliografía oficial tuviera un anexo donde se incluyeran los libros de iniciación a Bueno o de homenaje.
Como se puede observar por lo expuesto el uso de Internet nos pone en la pista de mucha información importante con respecto a Gustavo Bueno y otras veces de curiosidades como que existe un actor sudamericano con su nombre o que hay un sistema de trading que también lleva su nombre (Wilder-Bueno).
La mejora de la Bibliografía tiene una vital importancia tanto para los que empiezan a conocer su obra como para los que intentan profundizar en ella, este vasto edificio que une a las estancias principales un sinnúmero de habitaciones, trasteros, altillos, armarios, garajes, cajas fuertes y también ventanas.
Como la lista pretende complementar la oficial, me he ceñido a sus criterios y por eso incluye solo lo publicado (o supuestamente publicado en papel o Internet), libros, artículos y entrevistas. Lo que está marcado al final de la entrada con «Internet» hace referencia a que se puede encontrar en la red, bien en periódicos digitales, páginas web, o si no, usando el Google.
El número que aparece al final de cada entrada hace referencia a lo siguiente:
[1] Dudoso, no poseo ejemplar o texto citado.
[2] Aparece en anteriores Bibliografías oficiales, pero no en la que he usado para la comparación, que es del 23 de julio del 2005.
[3] Está en la Bibliografía oficial pero no pone que se puede encontrar en Internet.
[4] Poseo ejemplar o texto