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El Catoblepas, número 44, octubre 2005
  El Catoblepasnúmero 44 • octubre 2005 • página 14
Artículos
cine

Dos versiones de «Raza»

Raúl Angulo Díaz

En este artículo se señalan y se interpretan las diferencias existentes entre «Raza» de 1941 y «Espíritu de una raza» de 1950, dos versiones de la película basada en el guión escrito por el mismísimo Francisco Franco

§. 1
Historia de Raza

Raza / Espíritu de una razaEntre el invierno de 1940 y comienzos de 1941, Francisco Franco Bahamonde, «Caudillo por la gracia de Dios», escribió, bajo el pseudónimo de Jaime de Andrade, una novela que tituló Raza. No era su primera aventura literaria. En 1922 la Editorial Pueyo publicó, esta vez sin pseudónimos, su Marruecos, diario de una bandera, libro de memorias castrenses, reeditado en 1939. Raza era, sin embargo, una novela de ficción, cercana al género «Episodio nacional», inaugurado por Galdós, estructurada en diálogos. Aunque siempre fue un secreto a voces que Jaime de Andrade era el mismísimo Franco, la duda quedó despejada completamente cuando en 1964 el Generalísimo solicitó su ingreso en la Sociedad General de Autores por ella.

Posiblemente su redacción obedeció a la intención de llevarla al cine: de ahí su estructura dialogada. La producción de la película se encomendó al Consejo de la Hispanidad, fundado el 2 de noviembre de 1940. Y se eligió a José Luis Sáenz de Heredia como el autor del guión técnico (en colaboración con Antonio Román) y director. Es interesante lo que cuenta el propio José Luis Sáenz de Heredia sobre el proceso de elección de director:

«Se hizo una especie de examen. Se nos dio a varios realizadores el libro y nos mandaron escribir los primeros cien planos. Yo todavía no sabía que Jaime de Andrade era Franco. Cuando Ballesteros me lo dijo, yo no quería hacerlo, y así se lo dije, que no estaba suficientemente experimentado, y que renunciaba. Pero me dijeron que no se podía renunciar, y que el que saliera elegido lo tenía que hacer. Raza / Espíritu de una razaA Franco no le vi, pero me entendía con Jesús Fontán, marino y ayudante de la Casa Militar. Añadí cosas y quité otras, y presenté mi ejercicio. Yo estaba a la espera y volvió Fontán, y me dijo que había caído muy bien, pero que Franco quería saber por qué había suprimido lo del arzobispo Gelmírez. Yo le respondí que, sin que sonara a petulancia, me parecía que no se podía gastar un metro de celuloide en decir algo que viniera en el Espasa. Al marcharme me arrepentí de haberlo dicho, y estuve inquieto hasta que volví a ver a Fontán, que me contó lo ocurrido. Durante la cena, Franco le preguntó si había hablado conmigo y Fontán le transmitió mi respuesta. Al escucharla, Franco se quedó pensativo durante un cierto tiempo y luego dijo: ‘Ya no tenemos que seguir haciendo pruebas. Que se lo den a Sáenz de Heredia'. Y así fue como hice yo la película. Yo terminé el guión e hice la película sin ningún tipo de intervención de Franco.»{1}

Además de la curiosa anécdota del arzobispo Gelmírez, sin duda otras razones decidieron la elección de Sáenz de Heredia como realizador de una película tan ambiciosa para la época como Raza. A pesar de lo que él mismo dice, tenía ya cierta experiencia en el cine como guionista y realizador. Antes de la guerra había rodado, en colaboración con Buñuel, La Hija de Juan Simón y ¿Quién me quiere a mí? Y en 1941 había terminado de dirigir, ya en solitario, A mí no me mire usted. Había sido también el realizador de cortos como Cuento de Navidad y Via Crucis del Señor por tierras de España (este último «recuerda la andadura de la sublevación y, sobre todo, de las barbaridades que hicieron aquí los comunistas, como la quema de iglesias y todo eso»{2}). Además de su experiencia como guionista y director, se tenía certeza de su compromiso hacia el nuevo régimen franquista: había sido detenido en el bando republicano (su amigo Luis Buñuel fue quien le salvó de una muerte segura) y había participado activamente en la guerra con el grado de alférez. Y, por si fuera poco, era primo hermano de José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia.

El rodaje de Raza se inició el 3 de Agosto de 1941 y finalizó el 22 de Noviembre de ese mismo año. En un mes estuvo ya listo el montaje y la sonorización. El 2 de enero de 1942 se obtuvo la primera copia del film, y el 3 de enero, en la sala de espectáculos del palacio de El Pardo, se dio un pase privado para Franco. El 5 de enero se estrenó al público en el cine «Palacio de la Música» de Madrid, con gran éxito. En Mayo de 1942 Ediciones Numancia publicó la novela de Jaime de Andrade, con el título Raza. Anecdotario para el guión de una película.

El 3 de julio de 1950 se volvió a reponer Raza en el mismo cine «Palacio de la Música», ahora con el título de Espíritu de una raza. Se hicieron algunos cambios en la cinta debidos, según se decía, a una «resincronización técnica de diálogos y efectos». Se dobló la cinta completamente. El doblaje fue realizado por la plantilla de actores que la Metro-Goldwyn-Mayer tenía en Barcelona. Estos mismos actores habían doblado, en 1949, Lo que el viento se llevó, que marcaría el inicio de la apertura del mercado cinematográfico español a la industria norteamericana. El director del doblaje fue el actor José Nieto (que en Raza hacía de Pedro Churruca, hijo). Según cuenta el mismo José Nieto, a él le dijeron que el nuevo doblaje se realizaba porque «el general nunca había estado satisfecho con la versión anterior».

Con la aparición de Espíritu de una raza, se ordenó la destrucción de todas las copias existentes de la versión anterior. La destrucción de las copias anteriores fue tan eficaz que Raza se dio totalmente por perdida. De todas formas, sin poder comparar la segunda versión con la primera, se creyó que la única diferencia entre Raza y Espíritu de una raza consistía en el doblaje. De ahí que todas las interpretaciones que se han realizado de Raza hasta fecha muy reciente hayan sido más bien de Espíritu de una raza. En 1993 Filmoteca Española localizó un ejemplar de Raza, perteneciente a un proyeccionista ambulante. La copia estaba muy deteriorada y, además, no era completa. Fue suficiente, sin embargo, para comprobar que los cambios en Espíritu de una raza iban más allá de una simple resincronización. En 1995 apareció en la Cinemateca de Berlín (procedente de los archivos de la UFA tras la caída del muro de Berlín) una copia íntegra y en buen estado. Desde entonces es posible detallar las diferencias entre ambas versiones e interpretar los cambios introducidos. En 2002, bajo la colección «Selección Filmoteca Española», Divisa Ediciones publicó en DVD tanto Raza como Espíritu de una raza.

Los cambios, superficialmente, no son muchos. A pesar de que algunos afirmen que se trata de dos películas distintas «por su diferente intención», fundamentalmente son idénticas. Lo que más destaca, por supuesto, es el doblaje profesional de la versión de 1950. Además del doblaje, se eliminaron algunas escenas y planos, siendo unos seis minutos más corta Espíritu de una raza, y se añadieron dos Voz en Off y un rótulo explicativo introducía la película.

§. 2
Resumen de la película

A fin de situar adecuadamente las diferencias entre Raza y Espíritu de una raza, creo conveniente ofrecer un resumen general de la película para aquellos que no la hayan visto, destacando los puntos que me parecen cruciales.

Raza / Espíritu de una razaLa acción comienza en 1897. Isabel de Acuña espera el regreso de su esposo, Pedro Churruca. Sus cuatro hijos también se preparan para recibir al padre. A uno de ellos, Pedro, su madre le regaña por tener preso un pajarillo, por el que había pagado tres perras, ya que «los animales no son indiferentes al dolor y no se les debe hacer sufrir». Además, le exhorta a estudiar y ser obediente. Toda la familia sale al muelle a esperar el desembarco de Pedro Churruca. Tras saludar a los suyos, comunica a un anciano, que esperaba la llegada de su nieto, que éste ha fallecido. «La patria nos pidió al más valiente», consuela Pedro Churruca al lloroso anciano. Y añade: «La faena exigía al mejor y al más bravo, y hubo que darle a Pedro» (al nieto). Ya en casa, Pedro Churruca explica a sus hijos por qué los militares se visten de gala en el momento de dar su vida por la patria. Y, tratando de las hazañas de Roger de Flor, añade: «almogávar será siempre el soldado elegido, el voluntario para las empresas arriesgadas y difíciles, que en España jamás dejará de surgir cuando sea necesario.» También habla a sus hijos de su antepasado, el almirante Cosme Damián Churruca. Su hijo Pedro le pregunta si fue rico. Y el padre le contesta: «Hacienda no le faltaba; pero eso es lo único que a la historia no le interesa.» En ese momento, se produce en la película un flash-back que escenifica la batalla de Trafalgar y la muerte de Churruca tras recibir un cañonazo en la pierna. Pedro, hijo, dice: «No comprendo que morir pueda ser hermoso.» Y su padre le contesta: «Pues lo es, Pedro; el deber es tanto más hermoso cuantos más sacrificios entraña.» Tras esta ejemplificación, llega a la casa un amigo militar y ambos tratan de la grave situación en Filipinas y en Cuba, lamentando el apoyo del gobierno. Churruca recibe la orden de embarcarse hacia Cuba. Estalla la guerra de Cuba contra Estados Unidos. En un plano análogo a la muerte de su glorioso antecesor Cosme Damián Churruca, Pedro es herido de gravedad al mando del «Vizcaya» y muere. Su viuda, vestida de luto, les comenta a sus hijos: «Él era superior a cuanto todo le rodeaba, y no podía subsistir su espíritu en un ambiente de tan escaso valor moral.»

Raza / Espíritu de una razaLa acción salta a 1928, a los finales de la dictadura de Primo de Rivera. La hija Isabel Churruca se casa con el oficial Luis Echevarría, compañero de armas y amigo de José Churruca. En la comida de celebración de la boda tiene lugar el siguiente diálogo, crucial, entre la Isabel de Acuña y el tío de Luis Echevarría:

«TÍO: Sí, sí. La pena es que hoy en día no se puede vivir sólo con ellas (las ilusiones). Es por eso que me decidí asignar a mi sobrino 12.000 pesetas de renta. Con su paga no tendría para pitillos. Y su hija de usted no podría comprarse ni un frasco de colonia.
MADRE: Es cierto que el dinero produce satisfacciones. Pero la felicidad reside en otras cosas. Los militares no suelen disponer de posición, pero tienen otro bienestar íntimo, el que da el cumplimiento del deber y el servicio a la Patria.
TÍO: Ésas son frases bonitas con las que disculpan su holgazanería, señora. Que el que no crea y multiplica, sirve para poco: para acrecentarnos las cargas.
MADRE: Vive usted en otro mundo muy lejos de ellos... de nosotros. Le han tocado tiempos burgueses. Y el caso es que si algún día la Patria peligrase, peligraría todo... lo suyo también. Tal vez entonces no pensase lo mismo.»

Después de las celebraciones de la boda, Pedro pide a su madre la legítima de su padre. Necesita dinero para comprar sus actas de diputado. José contesta, indignado: «cuanto tenemos es de nuestra madre.» La discusión sube de tono. Pedro dice: «buena empresa, la de los militares, que por pintar por ahí la cigüeña os aseguramos la vida todos los ciudadanos.» José le contesta: «dices ese disparate porque te duele que seamos el principal estorbo para vuestros (de los políticos) manejos turbios e indignos.» Tras la discusión, mezclando imágenes de titulares de periódicos y escenas sobre el progreso de los miembros de la familia Churruca, nos encontramos con el estallido de la guerra en 1936.

José, que no ha podido llevar unos documentos a Toledo, se hace pasar por miliciano para así cruzar las líneas enemigas y llevar una carta al general Fanjul. Vestido de miliciano, entra en combate y cae herido. Sus compañeros milicianos le llevan a la enfermería y allí se descubre la carta que llevaba. Tras ser preso, se le somete a juicio. El abogado defensor dice en el juicio: «¿No es verdad que habéis derramado vuestra sangre por nuestra causa?» (la causa republicana, se entiende, al haber sido herido luchando junto a los milicianos). José contesta: «Falso. No tenéis derecho a ofenderme. Mi sangre es de España, no de la camarilla anti-española.» Se le condena a muerte. Marisol, que está enamorada de José, acude al hermano de éste, Pedro Churruca, que ahora es un político republicano importante, para que utilice sus influencias a fin de salvarle. Lo que le consigue a Marisol es un pase para verle en la cárcel, haciéndose pasar por su novia. En la visita, José pide a Marisol sus cruces de militar para morir con ellas. Tras confesarse, José es fusilado al grito de «¡Arriba España!» (en la escena del fusilamiento suena el tema «La patria nos pidió al más valiente», que también sonaba cuando Pedro Churruca, padre, anunciaba al anciano la muerte de su nieto). En la pared que hay detrás se puede leer la inscripción «Viva Rusia», cuyas letras se enfocan cuando José cae por las balas. Marisol consigue llevarse el cuerpo de José y, al arrimar su rostro al suyo, percibe el calor del cuerpo. José está vivo, y consigue reponerse en la clínica de un médico colaboracionista.

Mientras tanto, los milicianos asaltan el convento, que se dedica al cuidado de niños desvalidos, en que se halla como fraile Jaime Churruca. Antes de ser detenido, Jaime consigue telefonear a su hermano Pedro pidiéndole que al menos proteja a los niños. Pedro le aconseja que se identifique como su hermano para así salvarse. Jaime se niega a emplear tal privilegio y, al final, todos los frailes mueren ametrallados en la playa.

José, recuperado de sus heridas, pasa al frente franquista ayudado por un dentista que así purga su pasado izquierdista. José se incorpora al frente del norte, donde se halla su cuñado Luis Echevarría. Luis no confía en la victoria de los nacionales; no soporta la separación de su esposa y de sus hijos, que están en Bilbao, y tiene la tentación de desertar a fin de encontrarse con ellos. José, al enterarse de las intenciones de su cuñado, le dice que su hermana no le recibiría en casa como desertor. Como contrapunto a las vacilaciones de Luis, un anciano, cuyos dos hijos han muerto en el frente, acude a alistarse como combatiente. Poco después, las tropas ocupan Bilbao y Luis disfruta de su familia.

La película se sitúa ahora en Barcelona, donde vemos a Pedro Churruca vestido de oficial. Éste se encuentra con la esposa de un fusilado nacional que le pide una copia del estado de fuerzas del frente de Aragón. Pedro Churruca, que ya está asqueado de la situación, se las da. En el lavabo de un hotel de lujo, la espía franquista pasa a una cómplice los documentos secretos, pero ambas son detenidas al final. Se sospecha que Pedro ha proporcionado los documentos a la espía, y es él mismo quien al final se hace responsable, no sin antes anunciar la caída de los «materialistas sordos» y la victoria de «los que sienten en su espíritu la semilla superior de la raza».

La película acaba con el desfile victorioso de las tropas en Madrid. Se escucha, de fondo, lo que Pedro Churruca dijo a sus hijos sobre los almogávares: «cuando llegue la ocasión no faltarán.»

§. 3
Comparación entre Raza y Espíritu de una raza

Entre los extras del DVD de Raza, publicado por Divisa Ediciones en 2002, se encuentra el apartado «Dos versiones de Raza». En este «extra» se comparan las diferencias entre la versión Raza 1941 y la versión Espíritu de una raza de 1950. Ofrezco a los lectores de El Catoblepas una puesta por escrito de dichas secuencias a fin de determinar con precisión los cambios introducidos en la segunda y su alcance ideológico.

I

Raza

Raza comienza, tras los títulos de crédito, directamente mostrando un paisaje de Galicia.

Espíritu de una Raza

Tras los títulos de crédito, Espíritu de una Raza muestra el siguiente texto: «La historia que vais a presenciar no es un producto de la imaginación. Es historia pura, veraz y casi universal, que puede vivir cualquier pueblo que no se resigne a perecer en las catástrofes que el comunismo provoca». Después del texto aparece el mismo plano del paisaje gallego con que comienza Raza.

II

Raza

(Después de que Pedro Churruca, padre, ha llegado a Galicia, tiene lugar el siguiente diálogo sobre la situación de Filipinas entre él y un amigo oficial)
OFICIAL: ¿Y has estado en Filipinas?
PEDRO CHURRUCA (PADRE): Sí, he tocado en Filipinas. Las mismas perturbaciones fomentadas por el extranjero. La perenne rebeldía de la gente de Joló.
OFICIAL: Sí, como siempre.
PEDRO CHURRUCA (PADRE): Más grave que nunca. Además, la relajación de costumbres y, lo que es peor, la invasión de la masonería. Allí no puede estar quien no sea masón.
OFICIAL: Algo parecido a lo de Cuba, aunque aquello es todavía más serio. Los insurrectos cuentan con protecciones poderosas: las mismas logias, pero a una nación grande detrás.
PEDRO CHURRUCA (PADRE): Abandonados de España, mejor dicho, prisioneros de España.
OFICIAL: En el Estado Mayor del Capitán General de la Isla se reciben cartas que destilan sangre, y el Gobierno no quiere aventuras: «hay que contemporizar», «no se pueden mandar hombres», «la guerra no es popular».
(Una transición de estrella nos conduce al siguiente plano, en el Parlamento español.)
DIPUTADO: La guerra no es popular, no podemos enviar a nuestros hombres al matadero.

Espíritu de una Raza

OFICIAL: ¿Ya has estado en Filipinas?
PEDRO CHURRUCA (PADRE): Sí, tocamos en el archipiélago. Bajo una calma aparente, hay fermentos de insurrección. La incomprensión es tan grande como la distancia.
OFICIAL: Sí, es lamentable.
PEDRO CHURRUCA (PADRE): Peor aún, es vergonzoso. El abandono en que el Gobierno tiene a aquellas islas puede traer consecuencias gravísimas. De la mala política será toda la culpa.
OFICIAL: Lo mismo que ocurre en Cuba, aunque aquello es todavía más grave. Además de la incomprensión y del abandono de la metrópoli, allí la insurrección cuenta con poderosos (inaudible)
PEDRO CHURRUCA (PADRE): Incomprensión y abandono, ¿y no habrá nadie que se rebele contra la traición?
OFICIAL: El espíritu sí, pero ya es tarde. El Estado Mayor de la Isla envía informes que destilan sangre, pero el gobierno no quiere aventuras.
(El siguiente plano muestra a un superior de Pedro Churruca mandándole a Cuba)
GENERAL: Le he mandado llamar para comunicarle que se prepare porque dentro de muy poco saldrá usted para Cuba a tomar el mando de un crucero.

III

Escena de Raza eliminada en Espíritu de una Raza

Oficial: (inaudible)
Oficial I: No os quepa ninguna duda
Oficial II (que entra): ¿Ya sabrán ustedes lo de hoy?
Oficial III: lo de hoy es lo de siempre. Una perseverancia en la vergüenza.
Oficial IV: El gobierno no encuentra más argumento que el tópico ése de que la guerra no es popular.
Oficial II: ¿Qué han hecho para que lo sea? ¿Sabe siquiera el país lo que Cuba representa?
Oficial I: Claro que no. Y al final sin efectivos. Sin política exterior. Aislados del mundo, abandonados de España, resultará que hemos tenido la culpa los militares.
Oficial IV: El sacrificio se está ya consumando. La masonería es la dueña del parlamento: 180 diputados masones reciben órdenes del extranjero.
Oficial I: ¡Qué asco!, ¡quién pudiera morir allí!
(Después de esta escena viene la del general mandando a Pedro Churruca ir a Cuba. Es la misma escena que en Espíritu de una Raza va detrás del diálogo entre Pedro Churruca y su amigo oficial sobre la situación de Filipinas)
GENERAL: he mandado llamar para comunicarle que se prepare porque dentro de muy poco saldrá usted para Cuba a tomar el mando de un crucero.

IV

Raza

(Una barca se acerca por mar a lo que parece una fragata. La familia Churruca se despide del padre, que va a Cuba. Tras este plano de despedida se suceden diversas imágenes de los periódicos de la época hablando sobre Cuba. Los periódicos y sus titulares son los siguientes:
Raza / Espíritu de una razaEL GLOBO. Sábado 12 de junio de 1897: «DESÓRDENES EN CUBA. Combates y presentaciones. Ribalidad (sic) entre los Insurrectos. Buques filibusteros. Religiosas a Cuba. Periodista preso. El mensaje de Mackinley. Opiniones de Prensa. Impresiones políticas»
EL GLOBO. Lunes 8 (o 9) de Julio de 1897. «ESPAÑA ULTRAJADA. España y los Estados Unidos. Cuba. Los piratas riffeños. Los sucesos del Brasil. En la India inglesa. La vuelta de Weyler»
EL EJÉRCITO ESPAÑOL, diario defensor de los intereses militares. Miércoles 11 de Agosto de 1897. «LA ACTITUD DE LOS ESTADOS UNIDOS. La protesta del general Weyler. Estado Mayor General. Cuba. Telegramas oficiales. España y los Estados Unidos. El personal en Filipinas. Datos curiosos de la guerra de Cuba. Tropas embarcadas. Fuertes y municiones. Episodios de guerra.»
Tras estas imágenes se siguen diferentes planos. En el primero se ven unos marineros engrasando un cañón. En el siguiente aparece un mapa de La Habana. El mapa debe ser norteamericano, ya que tiene el rótulo siguiente: «Habana City and Vicinity». Tras este plano se vuelven a suceder diversas imágenes de los periódicos de la época. Los periódicos y sus titulares son los siguientes:
LA ÉPOCA. Jueves 18 de febrero de 1898, «LOS ESTADOS UNIDOS CULPAN A ESPAÑA DE LA VOLADURA DEL «MAINE». Trescientas víctimas. El salvamento. A bordo del «Alfonso XII». Gobierno insular. El comandante del acorazado. Una opinión del almirantazgo. En el Senado de Washington. El gobierno español. Descripción del buque. Enorme impresión en el extranjero. Los (ilegible) en campaña.»
LA ÉPOCA. BARCOS NORTEAMERICANOS SALEN PARA LAS ANTILLAS.
Tras las imágenes de los periódicos se siguen diversos planos. En el primero se muestra el motor de un buque de guerra. En fuerte contraste, le sigue otro plano en el que el pueblo baila felizmente al compás de música zarzuelera. El siguiente plano muestra a Pedro Churruca reunido con otros oficiales en el camarote de algún barco)
UN OFICIAL: Sobran las aclaraciones, señores. El Brooklyn, el Yoda, el Oregon, el New York y el Pixar bloquean nuestro cuartel.

Espíritu de una Raza

(Aparece el plano de un barco de guerra. Le sucede un plano en el Parlamento español)
DIPUTADO: La guerra no es popular. No podemos enviar nuestros hombres al matadero. (Se trata de la misma escena que en Raza sucedía al diálogo entre Pedro Churruca, padre, y su amigo oficial sobre la situación en Filipinas.)

V

Raza

(Aparecen, alrededor de la mesa, a punto de comer, Isabel de Acuña, vestida de luto, con sus tres hijos, vestidos también de luto. Pedro Churruca, padre, ha muerto en la guerra de Cuba)
ISABEL DE ACUÑA: Bendice, Señor, el alimento que vamos a tomar.
(Un rótulo muestra que estamos en el año 1928. Tras él viene la escena de la boda de Isabel Churruca con Luis Echevarria)
SACERDOTE: Señora doña Isabel de Churruca y Acuña, ¿queréis al señor don Luis Echevarría y Montes por vuestro legítimo esposo y marido, por palabras de presente, como lo manda la santa, católica y apostólica Iglesia romana?
ISABEL: Sí, quiero.
SACERDOTE: ¿Os otorgáis por esposa y mujer?
ISABEL: Sí, me otorgo.
SACERDOTE: ¿Recibísle por vuestro esposo y marido?
ISABEL: Sí, le recibo.
SACERDOTE: Señor don Luis Echevarría y Montes, ¿queréis a la señora doña Isabel de Churruca y Acuña por vuestra legítima esposa y mujer, por palabras de presente, como lo manda la santa, católica y apostólica iglesia romana?
LUIS: Sí, quiero.

Espíritu de una Raza

(Aparecen, alrededor de la mesa, a punto de comer, Isabel de Acuña, vestida de luto, con sus tres hijos, vestidos también de luto. Pedro Churruca, padre, ha muerto en la guerra de Cuba)
ISABEL DE ACUÑA: Bendice, Señor, el alimento que vamos a tomar.
VOZ EN OFF: «En la familia de nuestra historia, bajo la pesadumbre del sacrificio estéril y en el ambiente de decadencia política que siguió a la liquidación de los restos del imperio español, los niños se hicieron hombres y formaron su personalidad al amparo tutelar de una madre ejemplar, abnegada, cristiana y española que, por serlo, puso todo su amor en hacerlos dignos del glorioso apellido que llevaban. Soplaba ya sobre el solar español las primeras brisas del temporal materialista que, amenazando a la familia, habría de terminar conmoviendo a toda la nación, cuando Isabel va a tomar estado»
(Mientras la Voz en Off ha estado recitando el pasaje anterior, ha aparecido el rótulo de «1928» y se ha mostrado la escena en que el sacerdote, en la boda, ha preguntado a Isabel y ésta le ha respondido. Tras acabar la Voz en Off su recitado, la escena de la boda sigue, preguntando el sacerdote a Luis.)
SACERDOTE: Señor don Luis Echevarría y Montes, ¿queréis a la señora doña Isabel de Churruca y Acuña por vuestra legítima esposa y mujer, por palabras de presente, como lo manda la santa, católica y apostólica iglesia romana?
LUIS: Sí, quiero.

VI

Raza

JOSÉ CHURRUCA: Dios quiera que sea el día en que cada uno estemos en distinto parapeto.
UNO (sujetándole): Ya está bien, José
(José sale por la puerta, y la cámara se dirige a una mesilla donde están colocados diversos periódicos. Los periódicos comienzan a apilarse unos sobre otros, deteniéndose la imagen en algunos de ellos. Mientras se suceden los periódicos, también puede apreciarse el progreso de la familia Churruca.
Aparece Pedro Churruca, hijo, hablando en lo que parece el parlamento.
)
EL HERALDO DE MADRID: EL EMOCIONANTE ACTO ANTIDINÁSTICO DE AYER EN MADRID. UNA MARAVILLOSA LECCIÓN DE SERENIDAD DE LA ESPAÑA REPUBLICANA. QUEDA SOLEMNEMENTE SELLADO EL FRENTE ÚNICO DE LAS FUERZAS REPUBLICANAS.
Aparecen Luis Echevarría e Isabel Churruca, junto a José Churruca, con los tres hijos que han tenido después de casarse.
Aparece la madre postrada en una cama, agonizante, rodeada de su familia.

AHORA: SE HA PROCLAMADO LA REPÚBLICA ESPAÑOLA. Don Alfonso XIII dejó de ser Rey de España a las ocho y media de la noche y al amanecer había abandonado el territorio español.
AHORA: EN MADRID FUERON INCENDIADOS DIEZ CONVENTOS, VARIOS DE LOS CUALES QUEDARON COMPLETAMENTE DESTRUÍDOS.
Aparece la ordenación del más pequeño de los hermanos, Jaime Churruca.
AHORA: LA INTENTONA MONÁRQUICA FUE SOFOCADA RÁPIDA Y DECISIVAMENTE EN MADRID. De madrugada se ha dominado la sublevación que acaudillaba el general Sanjurjo en Sevilla.
AHORA: LA CAMPAÑA ELECTORAL EN TODA ESPAÑA
Aparece Pedro Churruca, hijo, saludando lo que parecen políticos, u hombres de importancia, quienes le dan la mano y felicitan (¿por su ascenso político?)
AHORA: ALGUNAS GUARNICIONES SE ALZARON AYER EN ARMAS CONTRA EL RÉGIMEN. Todas las organizaciones obreras se unen para oponerse al golpe de fuerza. A las dos y media de la madrugada se ha formado nuevo gobierno, presidido por el señor Martínez Barrio.
Unas llamas devoran los periódicos que se han ido apilando, señal de guerra.
Un teléfono suena.

Espíritu de una Raza

JOSÉ CHURRUCA: Dios quiera que sea el día en que cada uno estemos en distinto parapeto.
UNO (que le sujeta): Ya está bien, José.
(José sale por la puerta, enfadado. La cámara enfoca una mesilla con periódicos. Se ha cortado el movimiento de cámara que en Raza iba de la mesa por la que salía José Churruca hasta la mesilla con los periódicos.)
VOZ EN OFF: «En los años que siguieron, el vendaval político arrastraba irremisiblemente a la nación hacia el abismo comunista, como si el reto de los dos hermanos tuviese un signo profético y fatal, así iba a dividirse la familia española. El Frente Popular, que el Comitern comunista patrocinó, va a destruir las puras esencias de la tradición española. La hora de la revolución comunista había sonado. España no podía perecer».
(Las imágenes con los periódicos sucediéndose y los acontecimientos mostrando el progreso de la familia son las mismas que en RAZA)
Un teléfono suena.

VII

Raza

(Tras haber escapado José Churruca de la zona republicana, llega a un lugar donde un oficial recluta a la gente que también ha llegado del bando enemigo. En ese momento se ha presentado como voluntario un chaval joven.)
OFICIAL (dirigiéndose al joven): Bueno, ya hablaremos. Pasa ahí dentro a tomar algo. (El joven se va) ¡Otro!. (La cámara se dirige hacia el grupo de voluntarios. Una mujer vestida de muchacho se da por aludida)
MUJER: ¿Yo?
OFICIAL: Sí, usted.
MUJER: Pilar Bustamante
OFICIAL (asombrado): ¿Cómo?
MUJER: Sacrifiqué mi pelo porque estaba muy perseguida por visitar a los camaradas presos.
OFICIAL: ¿Noticias?
MUJER: Sí, tengo nota de dónde está colocada una batería. Yo dormía en unas covachuelas cerca. También tengo notas que me han dado camaradas en Madrid. Está totalmente escrito (El oficial recoge las notas)
OFICIAL: Buen servicio. Espere en esa otra habitación. Ahora daré orden de que le acompañen inmediatamente a Talavera.
MUJER: Gracias (levanta el brazo derecho, y el oficial responde levantando también su brazo derecho) ¡Arriba España! (El oficial se levanta)
OFICIAL: Ahora usted (se dirige a José Churruca, que tiene la cabeza vendada)
JOSÉ CHURRUCA (levantando el brazo derecho): Mi comandante, lo que tengo que decirle es muy importante para mí. Desearía que nos quedásemos a solas.
OFICIAL: ¿Quieren hacer el favor de esperar ahí fuera?
(Se van)
OFICIAL: Ya puede usted hablar.
JOSÉ CHURRUCA (quitándose la venda): Soy el capitán José Churruca, fusilado por los rojos el siete de agosto.

Espíritu de una Raza

OFICIAL (dirigiéndose al joven): Bueno, ya hablaremos. Pasa ahí dentro a tomar algo. Ahora usted (dirigiéndose a José Churruca)
(José se quita la venta y se ha eliminado el momento en que levantaba el brazo derecho)
JOSÉ CHURRUCA: Soy el capitán José Churruca, fusilado por los rojos el siete de agosto.

VIII

Raza

(Dos mozos militares cantan, uno de ellos con guitarra)
DOS MOZOS (terminando una canción anterior, cantan):
Arriba los corazones,
son los nuestros, ¡viva Cristo!,
arriba los corazones.
OTRO: Cantéis pa' que os raspen. ¡Ahora una por la Falange!
EL DE LA GUITARRA (con acento marcadamente maño): ¿Por la Falangé?, ¡ahí va!
DOS MOZOS (cantando una jota aragonesa dedicada a la Falange):
La quiero, la quiero ver levantada,
un viva, un viva España no basta,
la quiero, la quiero ver levantada,
por ella, por ella lucho y por ella
grito siem-, grito siempre ¡arriba España!,
grito siem-, grito siempre ¡arriba España!,
Raza / Espíritu de una razaun viva, un viva España no basta.
OTRO SOLDADO: ¿Qué, ya está la noche metida en juerga? Pues dale al «Carrasclás», que ya verás lo que me traigo.
DOS MOZOS: (Tocan y cantan el «Carrasclás»)
Carrasclás, carrasclás,
¡qué bonita serenata!, &c.

Espíritu de una Raza

(Dos mozos militares cantan, uno de ellos con guitarra)
DOS MOZOS (terminando una canción anterior, cantan):
Arriba los corazones,
son los nuestros, ¡viva Cristo!,
arriba los corazones.
UN SOLDADO: ¿Qué, ya está la noche metida en juerga? Pues dale al «Carrasclás», que ya verás lo que me traigo.
(Cantan el Carrasclás)

IX

Raza

(En la escena penúltima de la película los rojos descubren la traición de Pedro Churruca, hijo.)
OFICIAL ROJO: Se ha detenido a una espía facista (sic) que tenía una copia del estado de fuerzas que estudiamos ayer. Alguien de esta sección nos ha traicionado inevitablemente. ¿Sospechas de alguno?
PEDRO CHURRUCA (HIJO): No
JEFE COMUNISTA: ¡Pues nosotros sí!
PEDRO CHURRUCA: Ten la arrogancia entonces de decir mi nombre.
JEFE COMUNISTA: Lo digo ahora y lo he dicho siempre. Yo nunca me he tragao (sic) que fueras un verdadero anti-facista (sic)

Espíritu de una Raza

OFICIAL ROJO: Se ha detenido a una espía fascista (sic) que tenía una copia del estado de fuerzas que estudiamos ayer. Alguien de esta sección nos ha traicionado inevitablemente. ¿Sospechas de alguno?
PEDRO CHURRUCA: No.
JEFE COMUNISTA: ¡Pues nosotros sí!
PEDRO CHURRUCA: Ten la arrogancia entonces de decir mi nombre.
JEFE COMUNISTA: Lo digo ahora y lo he dicho siempre. Yo nunca me he tragao (sic) que fueras un verdadero comunista.

X

Raza

(Es la escena final. Se celebra con un desfile la victoria de las tropas nacionales. Se iza una bandera de España. Aparece el monumento de don Quijote y Sancho Panza. Don Quijote tiene el brazo derecho levantado. Una anciana con el brazo derecho levantado. Tres muchachas con el brazo derecho levantado. Niños con el brazo derecho levantado. Carteles con el rostro de José Antonio y de Franco. Dos personas pegan un cartel con la cara de Franco. Multitud reunida en la Puerta del Sol. Balcones con la bandera de España. El edificio de Correos de la Puerta del Sol (hoy de la Comunidad de Madrid). En sus balcones se muestra el escudo de España. Algunos que están en estos balcones alzan su brazo derecho. Aparecen otros balcones con el símbolo de la cruz negra.)

Espíritu de una Raza

(Se celebra con un desfile el triunfo de los nacionales. Aparece el monumento de Don Quijote y Sancho Panza. Don Quijote está con el brazo derecho levantado. Muy de pasada, dos personas pegan un cartel con la cara de Franco. Muchedumbre en la Puerta del Sol. Balcones con la bandera de España. El antiguo edificio de Correos de la Puerta del Sol (hoy de la Comunidad de Madrid). En sus balcones se muestra el escudo de España. Algunos en esos balcones alzan su brazo derecho. Aparecen balcones de casas con el símbolo de la cruz negra.)

§. 4
Interpretación de los cambios introducidos
en Espíritu de una raza

Sería muy tentador interpretar los cambios a la luz del siguiente texto de Pío Moa:

«Franco interpretó la guerra mundial como una doble lucha: entre las democracias y las potencias fascistas, en la que se mantendría neutral o no beligerante; y entre occidente y la URSS, en la que llegó a participar con la División Azul.»{3}

Raza se alinearía con la primera «lucha», mientras que Espíritu de una raza se alinearía con la segunda «lucha». Raza presentaría la superación de los regímenes parlamentarios por los fascistas, y Espíritu de una raza escenificaría la defensa de «occidente» contra el comunismo (Arrese cifraría esta oposición más bien como la que existe entre la «civilización cristiana» y el «comunismo asiático»). Por consiguiente, ambas películas darían una interpretación muy distinta de la Guerra Civil. En Raza el fascismo lucharía contra la República como un régimen decadente, corrupto y materialista, dañino para España. No se mencionaría para nada el comunismo. En Espíritu de una raza la Guerra ya no se presentaría como una superación del régimen parlamentario de la República, sino como una defensa de España ante el peligro inminente del comunismo.

Esta interpretación vendría acompañada por la afirmación de que tal giro sería debido a las diferentes coyunturas histórico-políticas del estreno de Raza y de Espíritu de una raza. Raza estaría escrita y dirigida entre 1940 y 1941, en unos momentos en que parecía que el Eje iba a ganar la Segunda Guerra Mundial. Parece normal que se presentara entonces la Guerra Civil como un preludio de la Segunda Guerra Mundial. Espíritu de una raza, sin embargo, se realizó en 1950, cuando, tras haber perdido el Eje contra los aliados, España había quedado aislada internacionalmente y buscaba la alianza con los otros países capitalistas. Gracias a la Guerra Fría, España podría presentarse como un aliado eficaz contra el bloque comunista. Espíritu de una raza sería, pues, un gesto de su alejamiento de los regímenes fascistas y de su acercamiento al bloque anti-comunista.

La anterior interpretación de los cambios, a pesar de su apariencia plausible, peca de cierto esquematismo que no se ajusta bien a las dos versiones de Raza. Así, por ejemplo:

I) En Espíritu de una raza no se eliminan las escenas de crítica a los regímenes parlamentarios y a la burguesía. Se siguen manteniendo algunas escenas que son clave: a) en el contexto de la pérdida de los últimos restos del Imperio, el parlamentario exclama «La guerra no es popular»; b) la madre, Isabel de Acuña, discute con el burgués tío de Luis Echevarría, mostrando sus irreconciliables puntos de vista; c) Pedro y José discuten enfrentando el punto de vista político y el punto de vista militar. En general, se sigue presentando a Pedro como un político amigo de las componendas y a José como un militar intransigente por España.

II) No es verdad que en Raza no aparezcan referencias al comunismo. Es muy significativo que José, a punto de ser fusilado, grite un «¡Arriba España!» mientras que en la pared de atrás esté pintado un «Viva Rusia» (letras que se enfocan tras la presunta muerte de José). Y en las últimas escenas, ya en Barcelona, en el cuartel donde se encuentra Pedro se pueden observar varios carteles con la hoz y el martillo.

Vemos, así, que en Espíritu de una raza no deja de haber una crítica a los gobiernos anteriores (y, por tanto, no es una simple película anti-comunista) y que en Raza tampoco está ausente el peligro comunista. No hay, pues, tal contraste. La oposición entre una versión como anti-liberal y otra como anti-comunista surge como resultado de proyectar simplemente las circunstancias histórico-políticas a las dos versiones de Raza y Espíritu de una raza, sin tomarse la molestia de aclarar la dialéctica ejercitada (y en momentos representada) en los filmes. Sin querer agotar el tema (que habrá que dejarlo para un posterior artículo), entiendo que en ambas versiones se establece la misma dialéctica, aunque en Espíritu de una raza aparece con una determinación mayor.

Podemos interpretar la dialéctica central de la película ayudándonos de la distinción de San Agustín entre los que aman a Dios y ponen a Dios por encima de sí mismos, y entre los que se prefieren a Dios. Si sustituimos «Dios» (gracias una suerte de inversión teológica) por «Nación (española)», obtenemos que la oposición mostrada en la película es la que se da entre aquellos que aman a la nación española y ponen a España por encima de sí mismos (llegando a inmolarse a sí mismos) y los que se aman a sí mismos por encima de España (e incluso en contra de ella). Entre los primeros se encontraría el ejército (aunque no sólo él, ya que habría que incluir los espías, quintacolumnistas... y todos aquellos que estarían dispuestos a dar su vida por la patria), y entre los segundos se encontrarían los masones, los políticos (algunos de ellos, al menos), los burgueses (algunos de ellos, al menos) y, cómo no, los comunistas. Esta oposición es, realmente, grosera, y habría que detallar aún más su presencia en la película. Pero es suficiente como para constatar que se halla presente tanto en Raza como en Espíritu de una raza. Simplemente que en Raza el peligro comunista anda más diluido, con lo que resalta más su crítica a los políticos y burgueses, mientras que en Espíritu de una raza (fundamentalmente gracias a medios tan extrínsecos como pudieran ser rótulos o Voces en Off) el comunismo pasa a ser la máxima encarnación de aquellos que no aman a España por encima de todas las cosas.

Respecto a la dialéctica entre los que aman a la Nación española y los que se aman a sí mismos, es interesante resaltar que el obispo catalán Pla y Deniel publicó, en septiembre de 1936, una pastoral titulada Las dos ciudades. Como bien se sabe, en San Agustín la oposición entre los que aman a Dios y los que se aman a sí viene cifrada en la oposición de la ciudad de Jerusalén y la ciudad de Babilonia. Pla y Deniel recoge esta oposición para aplicarla a la Guerra Civil española. Pío Moa cita el siguiente texto de la pastoral:

«El año 1936 señalará época, como piedra miliar, en la historia de España (...) En el suelo de España luchan hoy cruentamente dos concepciones de la vida, dos sentimientos, dos fuerzas que están aprestadas para una lucha universal (...) Ya no se trata de una guerra civil, sino de una cruzada por la religión y la patria y la civilización»{4}

Estas palabras pueden aplicarse tanto a Raza como a Espíritu de una raza, si bien cambiando algo el acento. La película no muestra tanto una «cruzada por la religión», sino una cruzada por la Patria. Los amantes de Dios agustinianos se convierten, tal como hemos dicho, en amantes de la Nación española por encima de todo. La religión quedaría más bien como un contenido de «las puras esencias de la tradición» española. Es interesante destacar, en este aspecto, que en el desfile final, donde se muestra la victoria de la Raza, la cámara se recrea en los soldados venidos de Marruecos. Ellos también pertenecerían al bando de los amantes de la Patria, aunque no amaran tanto al Dios cristiano: lucharon fieramente y dieron sus vidas por salvar a España y guardar su unidad. Así pues, el amor a la Nación española es, por tanto, en Raza lo determinante, mientras que el amor a Dios sería algo secundario, un contenido de la tradición española.

Pero veamos las diferencias entre ambas versiones con mayor detalle.

1. Desaparecen las referencias a EE.UU. en la guerra de Cuba

Raza / Espíritu de una razaComo puede apreciarse en IV, se eliminan en la segunda versión las imágenes de los periódicos que tratan de la guerra entre EEUU y España. Los titulares de los periódicos no son, en verdad, especialmente partidistas. Son los siguientes: «Desórdentes en Cuba», «España ultrajada», «La actitud de los Estados Unidos», «Los Estados Unidos culpan a España de la voladura del Maine», «Barcos norteamericanos salen para las Antillas».

Y en los apartados II y III puede observarse que de Espíritu de una raza se eliminaron las referencias a la masonería y la insinuación de que EE.UU. (y otros países) pudieran estar detrás de ella. En concreto, en Raza mientras que Pedro Churruca hablaba de «las mismas perturbaciones fomentadas por el extranjero», su amigo oficial comentaba más adelante «los insurrectos cuentan con protecciones poderosas: las mismas logias, pero a una nación grande detrás». Este mismo diálogo entre Pedro Churruca y el oficial aparece en Espíritu de una raza centrado en la «incomprensión y abandono» que los políticos muestran hacia la situación de Cuba y Filipinas. En la escena eliminada de Espíritu de una raza (III), también se hace alusión a la masonería y su conexión con el extranjero, aunque esta vez añadiendo que controla el parlamento español. En concreto, un oficial dice: «la masonería es la dueña del parlamento: 180 diputados masones reciben órdenes del extranjero».

¿Qué interpretación puede hacerse de la eliminación de las referencias a EE.UU.? Los que opinan que Espíritu de una raza es una película fundamentalmente anti-comunista, en fuerte contraste con la anti-liberal Raza, verán más que evidentes estos cambios. Es normal, se dirá, que Raza, al ser una película contra la decadencia de los regímenes parlamentarios, critique la democracia de EE.UU. y la corrupción que ella introduce en el ejército y el parlamento español. Espíritu de una raza, en cambio, al presentar el régimen surgido de la Guerra Civil española como un régimen fundamentalmente anti-comunista, ya no se preocuparía tanto de la crítica a los sistemas liberales. Además, la eliminación de las referencias a EE.UU. en la guerra de Cuba evitaría suspicacias y ayudaría a establecer esa alianza anti-comunista en plena tensión de la Guerra Fría. Sin embargo, este cuadro no encaja totalmente, ya que en Espíritu de una raza se sigue manteniendo la crítica a los gobiernos anteriores. Precisamente en el nuevo diálogo de II se sigue insistiendo en la «incomprensión y abandono» del parlamento español respecto a los problemas en Cuba y Filipinas.

Los cambios introducidos en Espíritu de una raza encajarían bien con la perspectiva de la interpretación por mí propuesta. En Raza, los masones que van royendo el ejército y el parlamento, son un buen ejemplo de los que se aman a sí mismos por encima (y en contra) de España. Los masones serían un instrumento de la conspiración extranjera a cambio de ascensos personales y recompensas económicas. Enemigos de los masones serían los «amantes de España», como esos militares que, según Isabel de Acuña, «no suelen disponer de posición, pero tienen otro bienestar íntimo, el que da el cumplimiento del deber y el servicio a la Patria». Según lo entiendo, Espíritu de una raza cifraría el problema de España en el comunismo. Es, pues, el comunismo el que centra la dialéctica de la segunda versión. Es normal que se desentienda de otros problemas tales como la masonería y la intervención extranjera en la política y en el ejército español. Si se hubiera establecido alguna relación entre la masonería y el comunismo, la eliminación de la referencia a los masones no habría estado justificada.

Si II en Raza era una escena contra la corrupción de la política y de ciertos sectores del ejército, provocada, al menos en parte, por la masonería, en Espíritu de una raza se convierte en el anuncio de la llegada del comunismo debido a la debilidad del gobierno. Pedro Churruca, en Espíritu de una raza, avisa: «El abandono en que el Gobierno tiene a aquellas islas puede traer consecuencias gravísimas. De la mala política será toda la culpa». Estas «consecuencias gravísimas» no serán la simple destrucción de España, como en Raza, sino la destrucción de España a manos del comunismo. A esta misma conclusión ya nos ha llevado el rótulo que encabeza Espíritu de una raza, donde se avisa que lo que se va a ver es una historia contra «las catástrofes que el comunismo provoca».

2. Eliminación de las referencias a la Falange

En Espíritu de una raza destaca la eliminación de las referencias a la Falange y a sus símbolos. En VII se ha eliminado la escena de la mujer que, vestida de muchacho, se ofrece voluntaria al bando nacional y saluda al oficial alzando su brazo derecho al grito de un «¡Arriba España!». También se ha eliminado el saludo del fugado José a este mismo oficial con el brazo derecho levantado. En VIII se ha eliminado una jota «por la Falange». Y en X, en el desfile victorioso final, se han eliminado los planos «in crescendo» en que aparecen con el brazo derecho alzado primero una anciana, luego tres muchachas y luego unos niños. También se han eliminado, en esta escena final, los carteles en que aparecía la imagen de José Antonio Primo de Rivera junto a la de Franco.

La presencia de estas referencias a la Falange y sus símbolos en Raza y su desaparición Raza / Espíritu de una razaen Espíritu de una raza parece apoyar la tesis de que mientras Raza sería una película que trata de la decadencia de los regímenes no fascistas y su regeneración por los fascistas, Espíritu de una raza reinterpretaría la Guerra Civil como una lucha para impedir la destrucción de España por parte del comunismo. Como ya he expuesto, creo que tal interpretación es incorrecta. En este caso, no creo que la simple presencia de referencias falangistas haga de Raza una película anti-liberal o anti-parlamentaria, y no anti-comunista, ni que la simple desaparición de estas referencias haga de Espíritu de una raza una película anti-comunista y no anti-liberal. A fin de interpretar correctamente estas referencias (y su eliminación), no podemos quedarnos con estas referencias en abstracto, sino resaltar los contextos en que aparece mencionada la Falange. Y observaremos que la Falange aparece asociada a la unidad de España, la lucha por Ella y su engrandecimiento (es decir, asociada al ese lema tan denostado de «Una, grande y libre»). Dentro del esquema interpretativo que he propuesto para Raza, la Falange estaría claramente del lado de los que aman la Nación (española) por encima de sí mismos.

Así, en VII, el levantamiento de brazo de la mujer que, vestida de muchacho, se ofrece voluntaria al bando nacional, va acompañado de un «¡Viva España!». Y la jota que en VIII se canta por la Falange trata de la defensa y levantamiento de España. Recordemos su letra:

«La quiero, la quiero ver levantada,
un viva, un viva España no basta,
la quiero, la quiero ver levantada,
por ella, por ella lucho y por ella
grito siem-, grito siempre ¡arriba España!
grito siem-, grito siempre ¡arriba España!,
un viva, un viva España no basta.»

Y en X, en la escena del desfile victorioso final, el alzamiento común del brazo derecho representa la unidad de la Raza, encabezada por Don Quijote.

Curiosamente, en Espíritu de una raza, no se han eliminado de esta escena final todos los planos en que aparecía gente levantando su brazo derecho. Y sigue apareciendo Don Quijote con el brazo en alto. Esto se debe, a mi juicio, a que en Espíritu de una raza se sigue manteniendo la dialéctica entre los que aman la Nación española por encima de sí mismos y los que se aman a sí mismos por encima de la Nación española, aunque concretada alrededor del comunismo. Se han conservado, por ello, en esta escena final los planos que aludían a la unidad victoriosa de la Raza (simbolizada por Don Quijote).

Así, pues, cuando se afirma que Raza, en su primera versión, muestra la superación del liberalismo por el fascismo, y se basa para tal afirmación en los símbolos falangistas que aparecen en ella, se hace desde una previa identificación entre la Falange y el Fascismo que no respeta los contextos en que la Falange aparece. Ni tampoco tiene en cuenta, aunque esto ya es una cuestión externa a la misma película, lo que fue la Falange en esos años del franquismo. La Falange Española se vio, según S. Payne, más bien como un medio para superar las tensiones sociales y de restablecer la unidad nacional, precisamente lo contrario de lo que había causado la alianza entre políticos y burgueses, y lo contrario también de lo que intentaban los comunistas. Políticos, burgueses, comunistas, también los masones, habrían creado en España una gran escisión y una lucha de clases feroz, que la Falange y los sindicatos verticales vendrían a soldar. La misma Falange Española Tradicionalista, como partido único, procedía de la unificación de todos los grupos políticos existentes, especialmente de la Comunión Tradicionalista y de la Falange. Se quería así evitar, un tanto ilusoriamente, la división que en España causaban los partidos políticos. El mismo Franco, en el ABC del 19 de Julio de 1937, a propósito del decreto de unificación de todos los partidos políticos en la Falange Española Tradicionalista, subrayaba esta voluntad de unificación:

«Existe, además, en España una gran masa neutra, sin encuadrar, de los que no han querido afiliarse jamás a ningún partido. Esa masa, que puede sentirse tímida para unirse a los vencedores, hallará en la Falange Española Tradicionalista y en las JONS el cauce adecuado para fundirse en la España nacional»{5}

Ahora bien, si la referencia a la Falange encaja bastante bien con la interpretación de Raza como la exposición de la dialéctica entre los que tienen como valor absoluto España y los que no lo tienen, ¿por qué en la versión de 1950 se eliminó, si Espíritu de una raza sigue manteniendo la misma dialéctica? Podríamos dar dos posibles respuestas:

i) la distinta coyuntura histórico-política de 1941 y de 1950. En 1941 muchos creían, entre ellos Serrano Súñer, que el Eje iba a ganar la Guerra, sobre todo tras la caída de Francia. Convenía, por tanto, mantener la referencia a la Falange y a sus símbolos presentando el fascismo como una superación de la escisión de España provocada por los gobiernos anteriores. En 1950, una vez que los aliados ganaron la guerra y mantenían a España aislada internacionalmente, convenía alejarse de los símbolos externos que podrían hacer creer que España era un régimen fascista. Hay que recalcar, una vez más, que no por estas coyunturas histórico-políticas Raza es una película pro-fascista y Espíritu de una raza una película anti-comunista: en Raza, como hemos visto, la Falange aparece reducida más bien a un símbolo de unidad nacional.

ii) la Falange Española Tradicionalista era, a juicio de S. Payne, un elemento más bien retórico y de propaganda. Por un lado, se había extirpado su contenido «revolucionario» y, por otro, se había impedido que encauzara y monopolizara, como partido único, al Estado. Lejos de controlar el Estado y dirigir su política, la Falange no fue otra cosa, siempre según S. Payne, que un instrumento para mantener la cohesión nacional, un instrumento de propaganda y quizá también de oportunismo político ante Alemania e Italia. Para 1950 la Falange dormía en el limbo. Según S. Payne:

«En realidad, la FET (Falange Española Tradicionalista) se había mantenido como partido político sólo por imperativos de la moda fascista y ante la necesidad de contar con una ideología estatal y con un instrumento político para aplicarla. Pero, a medida que, a partir de 1943, la moda fue pasando, hubo que modificar el instrumento. El partido, cuya importancia se vio considerablemente reducida en 1939-1940, desapareció casi totalmente en 1943, transformándose en una simple burocracia para uso doméstico»{6}

De todas formas, las referencias a la Falange en Espíritu de una raza no eran necesarias. Ya en Raza no pasaban de ser un adorno, exceptuando, quizá, en la última escena donde se representaba la Raza unida, escena que, por cierto, no fue eliminada totalmente en Espíritu de una raza, como hemos visto. Y no eran necesarias porque la dialéctica que se establece en la película, en sus dos versiones, queda perfectamente clara sin acudir a la Falange.

3. Las alusiones al comunismo

El tercer bloque de cambios introducidos en Espíritu de una raza vendría representado por las alusiones al comunismo. En Raza las palabras «comunismo» o «comunista» no aparecen. No así en Espíritu de una raza, si bien de una forma extrínseca, podríamos decir: en forma de rótulo y de Voz en Off.

En I, antes de comenzar la película y después de los títulos de crédito, se presenta un rótulo que aclara que lo que la película cuenta es la lucha que cualquier pueblo puede afrontar ante «las catástrofes que el comunismo provoca». Ni que decir tiene que este rótulo determina las diversas alusiones que en la película hay a los problemas y peligros que puedan pasarle a España, como aquel aviso que ya hemos mencionado de Pedro Churruca («el abandono en que el Gobierno tiene a aquellas islas puede traer consecuencias gravísimas»), o el de Isabel ante el burgués («y el caso es que si algún día la Patria peligrase, peligraría todo... lo suyo también»). Estas advertencias en Raza permanecen de algún modo indeterminadas. En Espíritu de una raza las «consecuencias gravísimas» y el «peligro» no es otra cosa que el comunismo. Es interesante que se diga que «cualquier pueblo» podría llegar a afrontar «las catástrofes que el comunismo provoca», y que no diga tan sólo que es la historia de la lucha de España contra el intento de implantar el comunismo. Al decir que «cualquier pueblo» podría sufrir el comunismo, y no sólo que España luchó contra él, está metiendo el dedo en la misma herida de la Guerra Fría: presentando la Guerra Civil no como un precedente de la Segunda Guerra Mundial, sino como el precedente de la Guerra Fría, esto es, no como una lucha entre regímenes fascistas y regímenes liberales-parlamentarios, sino una lucha contra el comunismo.

En V y VI se añadieron dos Voz en Off que mencionaban al comunismo. En V, aunque no se hable explícitamente del comunismo, sí se habla de «las primeras brisas del temporal materialista». En esta Voz en Off se presenta al comunismo como una fuerza (un «temporal») a la que la «decadencia política» de la Restauración, plasmada en esa «incomprensión y abandono» respecto de la situación de Cuba y Filipinas, no puede contener. En VI la Voz en Off se vuelve a utilizar otra metáfora climática: «El vendaval político arrastraba irremisiblemente a la Nación hacia el abismo comunista», aunque esta vez no referida al comunismo, sino a la política. Si en V se insinuaba que el régimen de la Restauración era demasiado débil para contener el comunismo, ahora, en el contexto de la República, ya no es que la política sea incapaz de contener el comunismo, sino que es esta misma política la que empujaría a la Nación hasta él. Más adelante la Voz en Off concreta: «El Frente Popular, que el Comitern comunista patrocinó, va a destruir las puras esencias de la tradición española». Así pues, ese «vendaval político» que arrastraba a España hacia el «abismo comunista» no era otro que el gobierno del Frente Popular, patrocinado, según esto, por el Comitern.

Las Voz en Off de V y VI aclaran bastante bien en qué consiste la determinación practicada en Espíritu de una raza respecto de Raza. En Espíritu de una raza la dialéctica entre los que aman a la Nación española por encima de todo y los que se aman a sí mismos por encima (y en contra) de la Nación española se concreta entre la lucha, primero, contra la decadencia, corrupción y desidia de los gobiernos de la Restauración (por cuya culpa se permitirían los primeros vientos materialistas) y la lucha, en segundo lugar, contra el Frente Popular, cuyo propósito no era otro que imponer en España un régimen comunista. El comunismo significaría la muerte de España, en cuanto destruiría «las puras esencias de la tradición española». Tanto en Raza como en Espíritu de una raza, los amantes de la Nación española vendrían representados, en primerísimo lugar, por los militares (aunque no todos, ya que en Raza se dice que muchos sectores del ejército estarían contaminados de masonería), aunque también por todos aquellos que lucharon por la Nación sin importarles sus vidas.

Por último, en IX un jefe comunista dice a Pedro Churruca, hijo: «Yo nunca me he tragao (sic) que fueras un verdadero comunista», en lugar de: «Yo nunca me he tragao (sic) que fueras un auténtico anti-facista (sic)». Este cambio, además de ser una forma de evitar la calificación de «fascista» al régimen de Franco, es una prueba más, dentro de la dialéctica de la obra, de que en Raza los enemigos de España (y de los amantes de la Nación española) están más bien indeterminados, mientras que en Espíritu de una raza quedan concretados en los comunistas. Los «anti-facistas» de Raza no son sólo los liberales o los parlamentarios, sino que son todos aquellos que atentan contra su unidad y tradición (nacionalistas, comunistas, republicanos que apoyan a los anteriores...) En Espíritu de una raza los enemigos de España quedan condensados en los comunistas.

4. Palabras finales de Pedro Churruca

Raza / Espíritu de una razaPor último, y aunque no venga en el apartado Dos versiones de Raza de los Extras del DVD, son ilustrativas las diferencias existentes en el último parlamento de Pedro Churruca, hijo, cuando es descubierto por pasar documentos secretos al enemigo. En Raza, Pedro recita:

«Poco importa que hayáis recuperado esos papeles. Sin planos y aun sin armas ganarán siempre la batalla contra los hombres huecos. Son ellos, los que sienten en el fondo de su espíritu la semilla superior de la Raza, los elegidos para la gran empresa de devolver a España a su destino. Ellos, y no vosotros, materialistas sordos, llevarán sus banderas hasta el altar del Triunfo. Para ellos fatalmente ha de llegar el día feliz llegará de la victoria.»

Y en Espíritu de una raza Pedro dice:

«Poco importa que hayáis recuperado esos papeles. Sin planos y aun sin armas ganarán siempre la batalla contra el comunismo bárbaro y ateo. Son ellos, los que sienten en el fondo de su espíritu la semilla superior de la Raza, los elegidos para la gran empresa de devolver a España a su destino. Ellos, y no vosotros, materialistas sordos, llevarán sus banderas hasta el altar del Triunfo. Para ellos fatalmente ha de llegar el día feliz llegará de la victoria.»

Se ha sustituido, pues, el indeterminado «hombres huecos» por el mucho más concreto «comunismo bárbaro y ateo».

Gracias a esta determinación, el mismo sintagma de «materialistas sordos», adquiere también distinta referencia. En Raza estos materialistas sordos serían todos aquellos que se aman más a sí mismos que a la Nación española: comunistas, sí, pero también políticos corruptos, masones y burgueses avariciosos. En este sentido, S. Payne cita un curioso texto, publicado en La Rioja el 14 de enero de 1938, en el que, refiriéndose (según Payne) a la derecha clásica y a los grupos financieros coaligados con los políticos conservadores, se les tacha de materialistas:

«Fuimos unos locos en labios espúreos antes del Alzamiento y durante él; por eso morimos en las calles y luchamos en las trincheras, mientras tú dudabas; pero escucha, materialista de toda laya: nuestra locura sagrada de levantar España hacia Dios no ha terminado. Fuimos y somos locos, pero no dejaremos de serlo mientras no se realice en todos los terrenos la Justicia Social que reclama esta Revolución»{7}

En Espíritu de una raza, queda claro que la referencia de «materialistas sordos» son los comunistas. Así lo prescribe el contexto de la alocución de Pedro Churruca, que previamente ha hablado de «la batalla contra el comunismo bárbaro y ateo». Y aunque no se hubiera hablado de comunismo, su sentido también habría quedado claro. En Raza la Voz en Off hablaba ya del «temporal materialista» refiriéndose al comunismo.

Notas

{1} Antonio Castro, El cine español en el banquillo (1974), citado por Román Gubern, Raza: un ensueño del general Franco, Ediciones 99, Madrid (1977) , pag. 9. Contra la afirmación del director de que Franco no intervino en la película, el actor Alfredo Mayo (José Churruca) cuenta que un motorista venía directamente de El Pardo con instrucciones sobre cómo rodar las escenas. Esto, a mi parecer, roza la leyenda.

{2} Es lo que dice el propio director en Juan Julio de de Abajo de Pablo, Mis charlas con José Luis Sáenz de Heredia, Quirón Ediciones, Valladolid (1996), pag. 28.

{3} Pío Moa, Una historia chocante, Ediciones Encuentro, Madrid (2004), pag. 453.

{4} Pío Moa, Los mitos de la guerra civil, La Esfera de los libros, Madrid (2003), pag. 502.

{5} S. Payne, Falange. Historia del fascismo español, pag. 180.

{6} S. Payne, Falange. Historia del fascismo español, pag. 230.

{7} S. Payne, Falange. Historia del fascismo español, pag. 192.

 

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