Separata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
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El Catoblepas • número 46 • diciembre 2005 • página 10
Los compromisos de China con la OMC
implican una la pérdida de su soberanía
De acuerdo a los compromisos de China para su ingreso a la OMC, el país se verá obligado, a partir del 2006, a abrir completamente el sistema financiero al capital extranjero, el cual encontrará una total libertad de entrada, a la vez que podrá contar con iguales oportunidades que el capital nacional para ofrecer sus servicios en el país.
El futuro escenario conducirá a China hacia una nueva dinámica muy diferente a la actual, la cual le ofrecerá oportunidades y retos que afectarán en forma positiva o negativa no solo al sector, sino que trascenderán a la evolución económica, social y hasta política del país.
Sobre la posibilidad de que prevalezcan las consecuencias positivas o nefastas, se ha desatado una aguda discusión, dentro y fuera del país, ya que en el sistema financiero nacional coexisten debilidades y fortalezas que apuntan tanto hacia un lado como hacia otro en correspondencia con la estrategia que se establezca.
Evolución de la apertura
La reforma del sistema financiero, como parte de la reforma general de la economía china, ha asumido igualmente los principios de descentralización y apertura hacia el exterior. Del mismo modo, se ha ido implementando de manera gradual y experimental.
La apertura al exterior comenzó desde los primeros años de la reforma, con el propósito de captar fondos para la financiación del desarrollo; crear un ambiente propicio para la inversión extranjera; introducir modernas tecnologías y métodos de gestión; y contribuir a mejorar la estructura del capital bancario.
El sector bancario es el que más rápidamente se ha abierto en comparación con otros sectores de servicios financieros. Así, desde fines de los años 80, se autorizó el establecimiento de bancos extranjeros y mixtos en Shanghai y otras zonas económicas especiales. Más tarde, se ampliaron las posibilidades a las 13 ciudades costeras, Pequín y, paulatinamente, a las 9 principales ciudades del interior.
Desde entonces se ha ampliado considerablemente el número y magnitud del capital extranjero en instituciones financieras, tanto bancarias como no bancarias. El propósito que ha impulsado el despliegue de estas instituciones ha sido el interés de estar ya establecidas antes de que se produjera la liberalización total y lograr por esa vía ventajas competitivas.
Lo anterior explica la permanencia de dichas entidades en el país aún cuando muchas de ellas no han obtenido ganancias, como consecuencia de los altos costos de mantenimiento de sus oficinas y porque las autoridades limitaron, de manera importante, su actividad en el mercado interno con el objetivo de proteger al sistema financiero doméstico.
Así, los bancos extranjeros, sus sucursales y las instituciones mixtas en China, han podido, siempre que fuese en moneda extranjera, otorgar préstamos, aceptar depósitos y ofrecer otros servicios desde un inicio, aunque con determinadas restricciones, por ejemplo, geográficas.
En cambio, no les era permitido otorgar préstamos a empresas locales o a particulares chinos en moneda nacional, ni aceptar depósitos de ellos en esta moneda, así como tampoco llevar a cabo venta de valores chinos a inversionistas en moneda local, suscribir o comerciar acciones tipo A, ni suscribir bonos gubernamentales{1}.
Las oficinas de representación, por su parte, sólo han podido realizar actividades no lucrativas como consultorías y asesorías para sus casas matrices, conducir transacciones con el exterior de compañías con inversiones extranjeras en el país, arreglar financiamientos al comercio, administrar cuentas de comercio exterior, pero no pueden ofrecer servicios bancarios comerciales o cobrar comisiones por servicios prestados.
Sin embargo, con el transcurso del tiempo, las restricciones para operar han ido flexibilizándose como consecuencia de la profundización del proceso de reformas, de las exigencias del propio desarrollo financiero y, sobre todo, por el cumplimiento de los compromisos de apertura para la entrada de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC). Del mismo modo, se han flexibilizado los requisitos de entrada del capital extranjero.
Desde 1996, se permitieron transacciones para la adquisición, por parte de instituciones extranjeras, de participación minoritaria en instituciones financieras chinas, y a partir de 1997 se autorizó de forma experimental a algunos bancos extranjeros a ofrecer servicios en Renminbi (RMB) a los extranjeros y empresas de capital mixto, de cooperación y de capital foráneo, primero en Shanghai y un año después en Shenzhen{2}.
Después del 2001 se autorizó a las entidades extranjeras a hacer negocios y proveer servicios en moneda extranjera sin ninguna restricción en el territorio chino. A partir de 2003, se flexibilizaron aún más las regulaciones: se extendió el permiso para operar en moneda local a otros bancos; se permitió a un número de bancos proveer servicios en RMB a empresas chinas (otorgar préstamos, aceptar depósitos, entre otros); y se amplió el límite geográfico de actuación de estos bancos a otras ciudades. De todos modos, se mantuvieron limitaciones, ya que no incluyeron a todos los bancos extranjeros, ni a todas las regiones, ni a los servicios minoristas.
También se flexibilizaron las regulaciones sobre las actividades que pueden realizar las instituciones financieras no bancarias, fundamentalmente las dedicadas al leasing y los seguros. Dedicadas a estos últimos existen en China en estos momentos, 54 agencias de 34 compañías de seguros de 12 países del mundo en determinadas ciudades{3}. Más recientemente, se permitió que compañías financieras no bancarias extranjeras tuvieran acceso al mercado de préstamos para autos{4}.
Como parte de las iniciativas para promover la inversión extranjera en el sector, se han proporcionado, además, facilidades a los procesos de fusiones y adquisiciones. Desde 2003 salen a la luz determinadas regulaciones que facilitan tal actividad{5}, la cual es aprovechada por la parte extranjera porque esa es la forma más rápida de adquirir activos en otros países y de ocupar una posición, ganando poder e incluso dominio de ese mercado. El interés por la parte china viene dado por las posibilidades que ofrece a los bancos de mejorar la competitividad y obtener recursos financieros para solucionar algunos problemas como el de los préstamos vencidos.
A comienzos de 2004, el gobierno chino promulgó y puso en vigencia el nuevo «Reglamento Administrativo de las Instituciones Financieras de Capital Extranjero», con el objetivo de garantizar, a través de un dispositivo legal, las operaciones de las instituciones financieras de capital foráneo en China y elevar, aún más, la transparencia de la supervisión financiera.
Para fines de ese año operaban en el país cerca de 200 bancos extranjeros, de los cuales 105 habían obtenido la licencia para hacer determinadas transacciones en RMB y 61 de ellos podían ofrecer servicios en esta moneda a empresas chinas. Por otra parte, 168 bancos extranjeros de 38 países habían abierto oficinas de representación en 25 ciudades chinas{6}.
En el presente año (2005) se continúan dando nuevos pasos hacia la apertura. La Comisión Regulatoria de la Banca China extendió el límite de propiedad permitido al capital extranjero en bancos domésticos de un 15% a un 20% para inversionistas individuales y a un 25% cuando se trate de inversiones conjuntas. Además, está estimulando las inversiones de bancos extranjeros en regiones seleccionadas, particularmente del interior, donde se quiere promover el crecimiento, facilitándoles la apertura de sucursales{7}. Por consiguiente, se pronostica que el 2005 sea un año muy activo de inversiones extranjeras en el sector financiero chino.
Entre los principales inversionistas extranjeros se encuentran, desde instituciones por acciones privadas de Singapur y Hong Kong{8}, Europa, América y Australia{9} hasta poderosos grupos financieros norteamericanos y británicos, incluso instituciones multilaterales como el Asian Development Bank y la Corporación Financiera Internacional. Las principales instituciones británicas con presencia en el sector financiero chino son HSBC Holdings Plc. y Standard Chartered Plc. Dentro de las instituciones norteamericanas se pueden mencionar a Citigroup Inc, Newbridge Capital Group y Bank of America.
Entre los bancos de inversión extranjeros con oficinas de representación en Shanghai y Pequín se cuentan además: Bear Stearns, Goldman Sachs y Merrill Lynch (norteamericanos), NatWest Markets, Barclays Capital, Jardine Fleming, Rithschild y Warburg Dillon Read (británicos), entre otros.
Es de destacar, por su relevancia, la inversión de HSBC en el Banco de Comunicaciones de China (el 5to banco comercial más importante del país y que está en proceso de completar la primera Oferta Pública Inicial (OPI) en el exterior por parte de un banco chino), en agosto del 2004, por la que adquirió el 19,9% de participación (máximo permitido en la actualidad) con 1.75 miles de millones de dólares.
De igual modo, son de interés la compra del 17.89% (150 millones de dólares), en octubre del 2004, del Shenzhen Development Bank por parte de Newbridge, que lo convirtió en el máximo accionista de esta institución y la de Bank of America (BoA), segundo prestamista más grande de Estados Unidos, que pagó 3 mil millones de dólares, a principios del presente año, por una participación del 9% en el Banco de la Construcción de China, uno de los 4 principales bancos estatales, considerado el más saludable del sector. Este banco está dispuesto a ofrecer acciones por 5 mil millones de dólares en OPI a fines de este año, ocasión que podría ser aprovechada por BoA pues se espera que en los próximos 5 años haga uso de su derecho de incrementar su participación hasta 19,9%{10}.
Los bancos extranjeros, en general, han lanzado más de 100 productos bancarios al mercado local, tres veces más de lo que los bancos locales ofrecen, y su tasa de préstamos no confiables, de sólo 1,3%, va en descenso{11}.
A pesar de que el número y participación de los bancos extranjeros en el sector financiero chino va a en aumento, estas instituciones representan sólo el 1,8% de todos los activos bancarios chinos, con el 18% del mercado de préstamos en moneda extranjera{12} y una parte ínfima de los negocios en RMB.
Por otro lado, la presencia de los bancos extranjeros en la economía china queda acotada, hasta el momento, básicamente a nichos concretos del mercado como el financiamiento al comercio o la participación en créditos sindicados (aportando divisas). Su actividad se continúa centrando en la toma de depósitos en divisas de la nueva élite rica de empresarios, una actividad todavía limitada pero que en definitiva acapara a clientes cuya captación permitiría a los bancos chinos en problemas mejorar su situación.
Ahora bien, después de la total liberalización en la cercana fecha del 2006, se producirá un cambio trascendental en el sector.
Implicaciones de la apertura total para China
Según lo establecido en los acuerdos del ingreso de China a la OMC, la completa apertura del sector financiero al exterior deberá implicar una total libertad a la entrada de las instituciones extranjeras, las cuales tendrán la posibilidad de operar en igualdad de condiciones con las domésticas.
El análisis sobre el resultado final de tal acontecimiento se vuelve muy complejo y controvertido ya que existen una serie de factores que apuntan hacia un desenlace positivo y otros hacia uno adverso. El predominio de una u otra tendencia estará en dependencia de los intereses y capacidad de maniobra del Estado, así como de la situación concreta en que se encuentre el sector en el momento de la apertura.
Los dos primeros podrían verse como fortalezas de China para asumir el proceso de apertura. En primer lugar, la existencia de un proyecto nacional definido representa una condición de partida en pos de defender los intereses del país. En segundo lugar, el gobierno ha dado muestras de su capacidad de ejecución al dirigir los procesos de manera gradual, experimental y manteniendo el control sobre los aspectos decisivos.
En cambio, persisten debilidades que conducen al país a una posición muy vulnerable ante la apertura total. El actual sistema financiero doméstico adolece de limitaciones e insuficiencias que lo hacen frágil. Además del serio problema de los préstamos irrecuperables, se caracteriza por la carencia o poco uso de instrumentos financieros de pago{13} y de crédito, morosidad en las transacciones{14}, entre otros, lo que hace al sistema poco competitivo y con alto riesgo de desaparecer ante la presencia de las instituciones foráneas fuertes y experimentadas. Además, la corrupción ha adquirido magnitudes alarmantes en el sector, lo cual impone gran fragilidad al sistema y a la nación.
Dentro de las bondades que esperan recibir las instituciones chinas con la entrada de capital foráneo están, en primer lugar, la afluencia de capital suplementario que contribuiría a satisfacer la demanda del crecimiento y a contar con nuevos recursos para resolver algunos de los problemas internos que subsisten.
A la vez, tienen la expectativa de adquirir experiencia en el manejo de riesgos y controles internos, mecanismos modernos de administración de operaciones y negocios bancarios, además de tecnología. Todo ello contribuiría a mejorar la eficiencia del sistema, así como beneficiaría al país con un servicio financiero de mayor variedad y calidad.
Por lo anterior, muchos analistas y funcionarios consideran que la presencia extranjera podría servir de catalizador a la reestructuración bancaria, mejoraría la competitividad internacional de la banca china y ayudaría a mantener la estabilidad financiera del país.
Sin embargo, de no potenciarse las fortalezas ni erradicarse las debilidades antes mencionadas, las consecuencias de la liberalización de la actividad del capital extranjero podrían ser totalmente negativas.
En este sentido, la entrada de instituciones multinacionales en igualdad de condiciones con respecto al capital doméstico, al ofrecer determinados atractivos (magnitud, poder financiero, variedad y calidad de los servicios y altos salarios) pudieran desviar hacia ellas los fondos de los ahorristas y/o permitirles absorber a los profesionales locales de mayor calificación, lo cual podría ser fatal para la sobrevivencia de las instituciones locales.
Por otra parte, si las autoridades llegaran a perder su capacidad de control sobre las finanzas, se privarían de la posibilidad de una intervención más directa sobre la economía nacional, cuestión que podría dañar el profundo proceso de renovación en que está inmersa.
Aún más, la entrada de capital extranjero sin una adecuada conducción, debe tener afectaciones en el plano social, sobre todo en lo referido al empleo. En el sector, pudiera ocurrir una reducción de puestos de trabajo, no sólo por las consecuencias de la introducción de tecnología más moderna o buscando una mayor eficiencia, sino por la quiebra de las instituciones menos competitivas chinas. Al nivel de la economía nacional, el desempleo pudiera aumentar considerablemente ya que si las autoridades pierden su poder de decisión sobre el sistema financiero o éste quiebra, podrían desaparecer muchas empresas e instituciones de otros sectores.
Por último, existen dos riesgos vinculados a las relaciones externas con respecto a la apertura, la mayor vulnerabilidad ante eventos provenientes del exterior y la posible pérdida de soberanía en cuanto a capacidad de establecer sus relaciones financieras externas.
Conclusiones
Las transformaciones que se vienen produciendo en el sector financiero forman parte de la lógica del proceso de reforma económica general. Los cambios se han producido de forma gradual y experimental, tratando de mantener el control hasta donde ha sido posible, pero todo apunta cada vez más hacia una mayor apertura, descentralización y aplicación de métodos de mercado, sobre todo después de la entrada de China a la OMC.
La nueva etapa en la apertura implicará nuevas oportunidades y riesgos para el sector financiero. Los retos de la mayor apertura están asociados a la debilidad actual del sistema y el futuro tratamiento nacional a los bancos extranjeros.
Las implicaciones del proceso de apertura son de gran connotación. Al interior del país tendrían que ver con el futuro desenvolvimiento del sector, el cual podría sufrir una profunda crisis que pondría en peligro la supervivencia de la reforma. En el externo, todas convergen en la pérdida de soberanía.
Bibliografía:
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China Daily. 12 abril 2002; 20 julio 2002; 20 enero 2003, 2 diciembre 2004. http://www.china.org.cn.
China-Britain Business Council. Banking System. 2004.
http://www.asianresearch.org
Diario del Pueblo. 14 enero 2003.
Granma. 23 y 24 de noviembre y 25 de diciembre de 2004
Howson, Nicholas C. and Lester Ross: «Foreign minority equity investments in chinese commercial banks». The China Bussiness Review. 2003.
http://www.chinabussinessreview.com
Malhotra, Heidi B: «Is a soft landing possible for China». 2004.
http://www.asianresearch.org
Pangusión Espinosa, Sonia: «¿Es el crecimiento de la economía china financieramente sostenible?». Boletín Económico ICE. No. 2828. Dic 20-26, 2004.
Radio China Internacional. 19 de diciembre de 2002.
Ram, Mo: «State bank reform». Pequín Review. 5 de agosto de 2004
Revista Económica China. Daily News. 21 de febrero de 2005
Reuters. 17 de junio de 2005.
Serrado, Javier (Banco Sabadell): «China's entry into the WTO and the financial sector». Oct/02.
The New York Times. 17 septiembre 2002; 26 octubre 2002.
US-China Council: «USCBC Analysis: Foreign Investments in China». 2002; First Half 2004.
Xinhua. 23 junio 2005.
Zhibin Gu, George: «A clearer path ahead for China's banks?». Asia Times. 4 julio 2005.
Notas
{1} China-Britain Business Council. Banking System. 2004. http://www.asianresearch.org
{2} Xinhua. Radio China Internacional. 19 noviembre 2002.
{3} Xinhua. Radio China Internacional. 19 diciembre 2002.
{4} Javier Serrado (Banco Sabadell): «China's entry into the WTO and the financial sector». Oct/02.
{5} US-China Council Analysis: «Foreign Investments in China». First Half 2004.
{6} Foreign Banks given new entree. China Daily. 2 diciembre 2004. http://www.china.org.cn
{7} Xinhua. 23 junio 2005
{8} Por ejemplo, United Overseas Bank of Singapure, Hong Kong-based Bank os East Asia.
{9} Por ejemplo, Commonwealth Bank of Australia.
{10} Reuters. 17 junio 2005.
{11} Foreign Banks given new entree. China Daily. 2 diciembre 2004. http://www.china.org.cn
{12} Foreign Banks given new entree. China Daily. 2 diciembre 2004. http://www.china.org.cn
{13} Entre los instrumentos de pago más utilizados se encuentran el efectivo, sobre todo por los consumidores privados, y las transferencias bancarias, ya que no existe una real cámara de compensación (clearing house) a nivel nacional.
{14} Por ejemplo, algunas transacciones como descuentos de letras toman más de un mes.