Separata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
publicada por Nódulo Materialista • nodulo.org
El Catoblepas • número 73 • marzo 2008 • página 14
Los analistas han centrado su atención en China e India, debido, fundamentalmente, a sus dinamismos económicos, dimensiones poblacionales, transformaciones estructurales y las posibles implicaciones de sus tendencias para la economía regional y mundial. En la actualidad ambos países muestran tasas de crecimientos entre las más altas del mundo, sus poblaciones representan más de un cuarto de la mundial, están realizando transformaciones estructurales que, de mantenerse en los próximos decenios, pueden ocurrir cambios esenciales en la configuración económica del planeta.
La evolución en ambos países se ha ido convirtiendo en asunto de comparaciones, ya que la determinación de sus rasgos comunes y diferencias se pudiera precisar la directriz de cada nación, aproximarse a la configuración de un modelo referente de desarrollo efectivo y tener los elementos objetivos que indiquen las tendencias de la ordenación económica global.
Similitudes
En primer lugar, ambas situadas en la misma región, dos de las mayores y más antiguas culturas de la humanidad, comenzaron una nueva etapa de proyecto nacional independiente a partir del último lustro de los años 40 del siglo pasado, ya que India alcanzó su independencia en 1947, mientras que en China triunfó la revolución social en 1949.
En lo relativo a sus niveles de desarrollo, ambas eran muy similares al término de la Segunda Guerra Mundial. Sus economías se caracterizaban por gran desconcierto, un perfil básicamente agrario, escasísimas manifestaciones de una débil industria y una infraestructura muy poco desarrollada. Las condiciones eran de profunda pobreza acumulada en la segunda mitad del siglo XX.
En el plano poblacional, China e India se caracterizan por tener enormes poblaciones, unido a una explosión demográfica sufrida durante décadas. Hoy, entre ambos países conforman el 37% de la población mundial, la que están mostrando una alta tendencia a la urbanización como consecuencia de sus expansiones económicas.
En relación con los modelos económicos de partida, los dos se aproximaron a la filosofía y estructura económica asumida. En ambas naciones existía un alto componente de planificación y centralización económica con énfasis en el desarrollo de la industria pesada. Los dos Estado fueron gestores del proceso de industrialización en que se involucraron dichos países.
De igual modo, en las dos naciones la agricultura y las actividades económicas rurales tuvieron un lugar relevante debido a la estructura económica, la composición social y a la seguridad alimentaria.
China e India compartieron, además, una estrategia comercial similar en sus inicios, con el objetivo de estimular el crecimiento, consistente en la «sustitución de importaciones».
Desde la óptica política, ambos en su historia después de la independencia, se involucraron en conflictos internos eventuales o de mayor duración y en guerras con países fronterizos que representaron resultados profundamente adversos para su dinámica económica y social.
Posteriormente, y no en igual período, pero no muy distantes, los dos territorios se sometieron a profundos cambios en su estrategia económica que los condujeron al desmantelamiento del anterior modelo y encausarse en pos de la apertura en el comercio y la inversión foránea.
Como resultado de las nuevas experiencias económicas asumidas, China e India comenzaron el siglo XXI con signos de dinamismo económico significativos. Estos dos gigantes asiáticos son considerados dentro de las mayores economías emergentes a nivel internacional, las que exhiben ritmos de crecimientos más altos y sostenidos, desarrollos significativos en importantes sectores económicos y han iniciado transformaciones económicas notables.
De igual modo, ambos están en la ardua tarea de encontrar un nuevo lugar en el escenario mundial, para lo que dentro de sus políticas exteriores y diplomacias, vienen desempeñando una compleja estrategia de asociaciones y contenciones que les permita modificar la estructura actual.
Con independencia de que ambos países han compartido grandes similitudes en el terreno económico, social, político y cultural durante años, existen diferencias sustantivas que influyen o determinan la dinámica de dichos procesos y sus tendencias.
Diferencias
Desde el punto de vista de la orientación económica, política y social, los dos países se ubican en sendas diferentes. China se encuentra en la construcción de un «socialismo con particularidades chinas», mientras que India está en la vía capitalista.
En lo relativo a la cronología de sus procesos de reforma, China comenzó la suya en 1978, mientras que India la emprendió a inicio en 1991, es decir, con 13 años de retraso.
La reorientación económica china fue desde sus inicios dirigida hacia la apertura al comercio y la inversión foránea, mientras que India solo se dirigió inicialmente hacia la apertura al sector corporativo privado, en que el despegue se inicia por las inversiones privadas en los sectores de nuevas tecnologías.
En cuanto a la apertura económica, a pesar que los dos países han avanzado hacia tal objetivo, la importancia y el despliegue de ambas naciones en el sector de bienes han sido diferentes. China ha mantenido una mayor cuota y con tendencia al rápido incremento, que se encuentra alrededor del 6%, mientras que la de India se encuentra próxima al 1% y se acrecienta en una progresión más lenta.
En términos de inversión interna, China disfruta de alrededor del 40% del PIB, muy por encima de India, lo que le ha permitido crecer la economía de manera muy alta y sostenida. El ahorro interno de China es casi dos veces superior al de India, ya que en ella aproximadamente cada un dólar se ahorra 44 centavos y en India 24.
Con relación a la tasa media de crecimiento, China ha demostrado tener más dinamismo, ya que ha crecido 9,67% desde comienzo de su proceso de reforma, mientras que India lo ha hecho alrededor del 7%. El anterior resultado ha permitido que China se ubique como la cuarta economía mundial, en tanto India se encuentra en el lugar 11. Es de considerar que el PIB de China es tres veces superior al indio. A la vez, el PIB per cápita de China es superior, a pesar que tiene más población que India.
China ha crecido en una tasa promedio de 9, 67% anual, mientras que India lo ha hecho alrededor del 6%, lo que ha determinado que el ritmo de crecimiento de China ha sido mucho más rápido.
La estructura del PIB demuestra que la composición en China descansa en el sector manufacturero, mientras que la India lo hace en los servicios. En cuanto la estructura de la demanda, en China hay mayor participación de la inversión y las exportaciones netas, en cambio en India descansa en el consumo interno.
Agricultura
En cuanto a la agricultura, existe marcada diferencia entre los dos países. China ha elevado con éxito su producción agrícola, la que ha logrado poner en función de sus ventajas comparativas. Su productividad es mucho mayor que en India, ya que en ella se produce 400 millones de toneladas de granos en tan solo 100 millones de hectáreas, mientras que en India es de 108 millones de toneladas en 146 millones de hectáreas de tierra cultivada. Específicamente en la producción de arroz, el campesino chino obtiene 6.233 kilogramos arroz por hectárea, que es más del doble de lo que logra el indio, el que solo puede producir 3.034 Kg./ha. En lo relativo al trigo, la historia se repite, ya que China logra 4.155 Kg., mientras India produce 2.688 Kg. por hectárea.
Los anteriores resultados de deben, fundamentalmente, a que en China existe un mejor manejo de los cultivos, existe mayor disponibilidad de máquinas y fertilizantes, a causa de mayores inversiones públicas y a una mejor tenencia de la tierra.
En India, a pesar que 2/3 de la población depende de este sector para su manutención, es el de menor peso, lo que hace que no contribuya significativamente a la expansión económica.
Sector manufacturero
China depende de su inmenso y diverso sector industrial, que está orientado fundamentalmente a la exportación y aporta la mayor parte del PIB. El sector se caracteriza por ostensible superior productividad del trabajo y rentabilidad que el de India.
En India está constituido por artesanías tradicionales, pequeñas, medianas y grandes compañías manufactureras y productos orientados a la alta tecnología. El sector contribuye con alrededor de una cuarta parte del total del PIB, a pesar de que el desarrollo industrial ha sido una de las prioridades del gobierno, mientras que una importante proporción se genera en el sector de los servicios.
Servicios
En lo relativo a los servicios, en China el sector aporta menos de 1/4 del PIB, lo que la ubica muy por debajo de los países desarrollados donde tributan alrededor del 80% del PIB.
En india es todo lo contrario, ya que los servicios actualmente constituye casi la mitad del PIB, siendo el sector más dinámico del país, dentro de los que se destacan las TIC's{1}, los relacionados con la biotecnología y los financieros. El país es un caso especial entre los países no desarrollados, ya que una parte importante de su PIB se genera en este sector, que es propio de países desarrollados.
Finanzas
Con respecto a las finanzas, en China predomina el sector estatal y se comporta como uno de las áreas relativamente más retrasada y débil{2}, debido, fundamentalmente, al porcentaje de préstamos malos acumulados y a la poca competitividad alcanzada por el sector.
En tanto en India el sector nacional estatal{3} y privado también sigue dominando las finanzas y son consideradas como una fortaleza debido a su desarrollo institucional, al mecanismo de funcionamiento y a la disciplina alcanzada.
Infraestructura
En lo que respecta a la infraestructura, las de China son mucho más modernas y mejoran con mucha mayor rapidez que en India. Ha avanzado intensamente en la llamada «dura», la que se refiere a carretera, puertos y energías, con el propósito, fundamentalmente, de facilitar las manufacturas y las exportaciones. Se estima que a partir de los voluminosos ahorros del país, se ha invertido ocho veces más en este sector que en India, lo que la ubica en mejores condiciones para viabilizar el desarrollo de la nación.
India cuenta con una precaria infraestructura que lastra sus propósitos de desarrollo. En el país escasea la generación de electricidad por lo que abundan masivos apagones, a la vez que sus puertos no dan abasto y la gran mayoría de sus carreteras están en muy mal estado. India ha intensificado la infraestructura «suave» (educación, ciencia y tecnología) con el objetivo de desarrollar sectores más intensivos en conocimientos, pero no ha llegado a los grados de masividad que ha llegado China.
Sector externo
Con respecto a las inversiones extranjeras, existe un gran contraste entre los dos países. La diferencia es notable, ya que India recibe solamente alrededor del 40% que la que llega a China. En la inversión extranjera directa adquirida, China tiene mayor participación de los flujos internacionales, debido a que recibió alrededor del 5% del PIB durante los últimos 10 años, en tanto India solo cuenta con el 1% del PIB en igual período.
En cuanto al comercio exterior, el de China es aproximadamente cinco veces superior al de India. La producción se orienta fuertemente a la exportación, ya que su crecimiento económico se relaciona en gran parte con las exportaciones que las empresas extranjeras realizan, hecho que está muy vinculado a las inversiones extranjeras que llegan al país.
En India las exportaciones son menos relevantes que en China. El incremento de las exportaciones de bienes y, sobre todo, de servicios, en particular, las exportaciones de servicios de tecnologías de la información, en buena medida se concentran en la subcontratación internacional de esas actividades por parte de grandes empresas estadounidenses y europeas.
China presenta gran solidez en sus indicadores de solvencia de su economía. El país presenta gran superávit, tiene las más grandes reservas de divisas del mundo{4}, una deuda externa aceptable comparada con su PIB y un servicio de la deuda pequeño con relación a las exportaciones.
India se encuentra actualmente en una situación favorable en cuanto a los principales indicadores de sostenibilidad y liquidez de la deuda externa. La política de administración de la deuda, implementada en los últimos años, se puede calificar como acertada, lo que ha traído como consecuencia que el país se encuentre dentro del grupo de Estados de bajos ingresos menos endeudados, aunque se mantiene aún entre los 10 principales países subdesarrollados deudores.
Plano social
China tiene mayor población que India actualmente. Posee alrededor de 1.350 millones de habitantes, mientras que India está habitada por unos 1.130 millones. Sin embargo, en China la urbanización y la natalidad están reguladas y en India no. Las autoridades indias consideran una fortaleza las dimensiones y la progresión de su población, lo que unido a su mayor porcentaje de individuos por debajo de 15 años, hará que su población superará a la de China hacia el 2045.
La sociedad china se caracteriza con respecto a la india, en que la religión no desempeña un papel rector; no se distingue por prejuicios de clases ni pluralismo político; a pesar de que existen 56 grupos étnicos, hay uno predominante (Han, más del 90%) y lingüísticamente es homogénea{5}.
Por el contrario, India es una sociedad rectorada por la religión y con una rígida estructura social de castas, en la que existen grandes prejuicios entre ellas y entre las clases sociales. En ella se admite el «pluralismo político».
Con sus diferencias de ingresos, castas y religión, India está dividida en muchos mundos separados, en el que los individuos pueden vivir dentro de ellos sin conocer nada de los restantes, hasta el punto que se plantea que el país es una nación "invertebrada". En ella hay 650 millones de hindúes, 190 millones de musulmanes, 80 millones de diferentes grupos tribales y 200 millones de "dalits" (intocables), movimientos independentistas, en el noreste, decenas de idiomas importantes (el 90% no habla inglés).
China tiene mayor cantidad de programas sociales y superior atención a la población con respecto a India. En ella se da prioridad a los proyectos de mejoramiento de las condiciones de vida de la población, los que muestran gran esfuerzo por combatir la pobreza.
En este país las reformas emprendidas se han hecho sentir favorablemente en su población. La reducción de la pobreza se ha calculado que ha sido de 304 millones de personas a alrededor de 26 millones de personas. Específicamente con respecto a la problemática del hambre, se calcula que en China ha disminuido las personas sub-alimentadas alrededor del 55%.
En China, a pesar que todavía existen millones de personas con muy bajos ingresos (viviendo con menos de dos dólares diarios) los pobres de absoluta indigencia son mucho menos, y en las ciudades no pululan escenas dantescas, ni caóticas mega-ciudades de estilo indio, en la que la miseria es abrumadora.
En India se estima que el porcentaje de pobres es seis veces más elevado que en China, y tiene una pobreza casi igual al inicio de su proceso de reforma y que presenta un nivel de desnutrición muy elevado. Hay cálculos que estiman que la población que recibe un dólar o menos diario en China es el 10% y en India el 34%, y la que recibe dos dólares por día es aproximadamente 35% en China, pero en India está por encima del 80%, donde la mayoría de las personas carecen de acceso a los servicios básicos como la salud, educación, agua potable, &c., las que viven prácticamente abandonadas a una espontaneidad y sin posibilidades de revertir tal situación.
Según el periódico indio Hindustan Times{6} reveló que según un estudio realizado por una institución gubernamental, el 77% de la población, o sea, 836 millones de indios, viven con menos de 20 rupias por día (es decir, menos de 0,5 dólares). Esta cifra es muy diferente de la aportada por el Banco Mundial.
Con respecto a la distribución de los ingresos, en China existe gran disparidad entre los ingresos, condición que se refleja en su índice de Gini (0,47), segundo más elevado de la región después del de Nepal, pero que su base no es el incremento de número de pobres, sino a un alza muy desigual de repartición de la riqueza.
En India la disparidad entre el 10% de los más ricos es próximo a 7 veces más elevado que el del 10% de los más pobres, con un inmensa deuda social y con una casi imperceptible dinámica en el rescate de los sectores marginados.
En China se destina alrededor de 270 dólares por habitantes a cuidados de salud, en tanto en India tan solo 80 dólares, en China según la región, entre el 80 y el 94% de la población tiene acceso a medicinas básicas, en India, es sólo del 0 al 49%. En China la esperanza de vida es de 7 años más que en India y su mortalidad infantil es tres veces menor que en India, a la vez que el 8% de sus niños nacen con peso insuficiente, mientras que en India es el 47%. La muerte materna en el parto es de 45 por cada 100.000 nacimientos en China, en India es de 450.
Específicamente en India, la tasa de malnutrición entre los niños menores de 5 años es del 45%, el 46 % de los niños son víctimas de una deficiencia de peso, el 40 % de los niños del mundo que sufren de bajo peso viven en el país y menos de un tercio de las viviendas tiene baño. A pesar de 9 años de crecimiento económico sostenido, el hambre en India sólo disminuyó en un 1%. El país que alberga alrededor de un tercio de los pobres del mundo.
En China el 9% de la población es analfabeta, mientras que en India es de 38% y con un porcentaje parecido en los funcionalmente analfabetos. China de manera general, su población es más calificada y tiene cuatro veces más personal científico que India.
China tiene una utilización del teléfono cuatro veces más extendida que en India y el uso de Internet es tres veces mayor que el de su vecino del sur.
La situación de los campesinos indios se ha degradado muchísimo. Entre 1996 y 2003, más de 100.000 campesinos indios se suicidaron, la mayor parte por problemas de sobreendeudamiento.
Situación política
En China su dirigencia política tiene un fuerte sentimiento nacional y está profundamente comprometida con el desarrollo del país. Gran parte de la legitimación de su organización política rectora, PCCh, se halla en los resultados económicos alcanzados y de la manera que estos se han revertido en las mejoras del nivel de vida de población. En los casos de los aspectos negativos del país, sus autoridades reconocen y se comprometen con la solución de dichas contrariedades.
La clase política india, de manera general, se comporta como «clientelista», la que su principal función es representar sus intereses de grupo particular. Según analistas indios, gran parte de ella dependen para su financiamiento del saqueo del Estado, de las empresas privadas y de la mafia, por lo que plantean que lo que caracteriza al país no es la democracia, sino la gran depravación social. La mayoría de sus políticos no manifiestan críticas a tal situación, sino que concuerdan con la «línea correcta» de conducción de la nación.
También existe el criterio de que, relativamente, el personal dedicado al funcionamiento económico en China, es más eficiente y menos corrupto que en India.
En China existe liderazgo del PCCh, el que dirige al Estado y éste desempeña un papel central, de mucha más influencia que el indio. El país es un Estado unitario, con un sistema y estructura-adiministrativa, capaz de proponerse un objetivo y de concentrar con determinación el máximo de recursos y énfasis para realizarlo, lo que hace que tenga mayor rapidez la aplicación de sus disposiciones que en su vecino del sur.
Por lo contrario, en India el Estado no tiene la fuerza que el chino. Sus propuestas responden a intereses estrechos de grupos particulares, para la toma de decisiones, tiene que librar la lucha que le impone su estilo «democrático» y después enfrentarse e imponerse a los intereses de las diferentes regiones del país, todo lo que determina la lentitud e insuficiente fuerzas de sus determinaciones. A lo anterior, hay que agregar el nivel superior de corrupción que existen dentro de sus integrantes y en la sociedad en general.
Valoraciones
A pesar de que entre China e India existen similitudes en varios aspectos, estas no determinan igual identidad de dichos países, de sus evoluciones ni de sus tendencias. Por lo contrario, las diferencias existen entre ambos países establecen aspectos esenciales en diferentes planos que distinguen a dichos procesos y dinámicas y tendencias diferentes.
China ha realizado transformaciones económicas y sociales más profundas y muestran mayores potencialidades para su ascenso como potencia regional y global. En China los factores sociales y políticos son manifiestamente muy favorables.
Los dos países tienen difíciles escollos que vencer, pero China presenta fortalezas en el orden económico, político y social, que le confieren mejores posibilidades de alcanzar sus propósitos trazados.
India exige una estrategia con vocación más social y menos elitista, que le permita mejorar las condiciones de la mayoría de su población y potenciar sus recursos humanos, condiciones necesarias para traspasar la barrera del crecimiento y alcanzar el desarrollo, a la vez para establecer sólida base de estabilidad social.
China supera ostensiblemente a India en cuanto a estabilidad y condiciones políticas, infraestructura, mercados locales, sector externo, condiciones sociales y en el factor humano.
Sin dejar de reconocer que India ha alcanzado determinado nivel en algunos índices macroeconómicos, hay que tener en cuenta que los medios de comunicación distorsionan en gran medida el ascenso del país. Gran parte de los analistas plantean que de lo que se habla es de un «gigante con pie de barro» o de una «bomba de tiempo», sobre todo a partir de las grandes contradicciones que se han ido acumulando.
Las realidades y las dinámicas de China e India tienen elementos con algunos aspectos de similitud, pero con abismales diferencias, sobre todo, en su solidez y tendencias.
Bibliografía
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Andreu, José Miguel. Grandes expectativas y obstáculos de China e India en su camino hacia la cumbre.
Banco Mundial, Dancing with giants, China, India, and the global economy, Instituto de estudios de políticas. Editado por L. Alan Winters and Shahid Yusuf.
Basu, Kaushik. Is India the new China?
Economist Intelligence Unit, El talón de Aquiles de India y China.
Hidalgo, Mariló, Las dos caras de India.
India, tras la estela de China. La Caixa. Informe mensual, noviembre 2006.
Ongl, Lynette. «China, India: Difference in the details», Asia Times Online S.A.
Poch, Rafael. «China e India, la comparación de los mundos», La Vanguardia Digital.
Toussaint, Eric. «China y la India, dos países capitalistas actualmente de moda», Rebelión.
Vandepitte, Marc. «15 años después de la caída del muro China y la India: ¿Qué modelo de desarrollo tiene más éxito?», indymedia.be
Varma, Subodh. «India in no position to strike bargain with China», Times Insight Group.
Notas
{1} India está incrementando cada vez más su cuota en el mercado mundial del software.
{2} El sector se encuentra en intensa reforma y a pesar de sus dificultades no se caracteriza por falta de fondos monetarios –posee las más grandes reversas de divisas del mundo– y está dando muestra de avances.
{3} Los bancos estatales representan más del 70% de los depósitos y préstamos.
{4} Son más de seis veces mayores que la india.
{5} Existe infinidad de dialectos, pero con una misma escritura y donde casi todos entienden el putong hua.
{6} Edición del 14 de octubre de 2007.