Nódulo materialistaSeparata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
publicada por Nódulo Materialista • nodulo.org


 

El Catoblepas, número 81, noviembre 2008
  El Catoblepasnúmero 81 • noviembre 2008 • página 18
Comentarios

Vesalio plastinado

Iván Vélez

Sobre la exposición Bodies... The Exhibition (Madrid, septiembre 2008)

Grabado de Juan Valverde de AmuscoPlastinado por Gunter von Hagens

Más de 200.000 personas han visitado en Madrid la exposición Bodies... The Exhibition en la cual se mostraban al público una serie de cuerpos humanos y partes de los mismos sometidos a un tratamiento similar a la llamada plastinación, técnica desarrollada por el doctor alemán Günter von Hagens. La muestra, que ya obtuvo un gran éxito a su paso por Barcelona, ha sido organizada por la empresa americana Premier Exhibition INC. y se dispone según los criterios del doctor Roy Glover. No obstante estos datos, y debido a las similitudes existentes tanto en lo que respecta a la técnica, como en la propia presentación de los cuerpos, el presente escrito tomará como principal referencia al doctor alemán, pionero en este tipo de eventos. En concreto tendremos presente su exposición titulada Los mundos del cuerpo, que suscitó mayores polémicas que las que han rodeado a ésta, debido a que, a nuestro juicio, y ya estaremos avanzando a grandes rasgos parte de nuestras conclusiones, en ambos casos se trata ni más ni menos que de una lección de anatomía básica que ha rebasado los muros de las facultades de medicina para ser exhibida, tal y como reza el título de la segunda, al gran público, nada familiarizado con la visión de cuerpos sin vida.

Antes de acometer la crítica a las exposiciones, situaremos la figura del doctor von Hagens y describiremos de forma sucinta la técnica que posibilita esta novedosa presentación del cuerpo humano.

Günter von Hagens nació en Poznan, Polonia, en 1945 siendo este territorio en aquel entonces parte de Alemania. Estudia Medicina en la Universidad de Jena antes de su ingreso en el Partido Comunista de la RDA y de su posterior fuga a la RFA, donde terminaría sus estudios. Sus primeros trabajos científicos los lleva a cabo en el Instituto de Anatomía y Biología de Heidelberg. Será en 1990 cuando logre plastinar su primer cuerpo. La plastinación consiste en incorporar una sustancia plástica fluida en organismos en condiciones de vacío.

Tras su primer éxito, von Hagens funda la empresa Biodur y después el Insitituto de Plastinación de Heidelberg dedicados respectivamente a la distribución de polímeros y otros aparatos concebidos para la plastinación; y a la preparación de cuerpos sometidos al tratamiento aludido, así como a la enseñanza de estas técnicas.

El rápido éxito obtenido propiciará acuerdos con la Academia Médica de Bishkek, en Kirguizistán, y la Facultad de Medicina de Dalien, en China, donde trabaja como profesor honorario. Será la colaboración con esta última institución, cuyo edificio se sitúa cerca de dos penitenciarías, la que desate la mayor de las polémicas en las que se ha visto envuelto el doctor, pues según algunos medios de comunicación, varios cadáveres pertenecientes a presos, le habrían sido entregados o directamente comprados sin la autorización de los familiares. Ante estas acusaciones, von Hagens ha manifestado su desconocimiento y condena de tales procedimientos, reiterando su intención de trabajar tan sólo con cadáveres donados y haciendo recaer la culpa de tales métodos en empleados que habrían sido despedidos de inmediato.

Ni que decir tiene que estas acciones, que habrían de ser esclarecidas mediante una investigación policial, y condenadas con arreglo a la legislación vigente, abonan las visiones novelescas del doctor, que vendría a ser un nuevo y morboso Dr. Frankenstein, un Dr. Muerte o incluso, en términos más groseros, un mercader de “fiambres” falto de escrúpulos.

Por lo que respecta a las críticas de tono moral, la iglesia católica alemana logró que el calificado por ésta como “circo macabro” – la exposición Los mundos del cuerpo - no llegara a algunas ciudades alemanas, olvidándose así esta institución, de las innumerables reliquias, la mayoría de ellas fabricadas ex profeso, que se conservan en iglesias y catedrales, si bien, dichas reliquias, categoría que no sería aplicable a los cuerpos de von Hagens, operarían en un plano religioso, no médico, sin perjuicio de que el tratamiento o elaboración de éstas involucre técnicas propias de la medicina.

Por lo que respecta a las reacciones que en España produjo, es destacable en 2001 por Emili J. Blasco, quien en su artículo Los límites del cuerpo,{1} afirma al respecto:

«Mundos corporales parte de la ciencia de la anatomía para traspasar aún más la barrera de la dignidad del cuerpo humano bajo el lema de “la fascinación de lo real”»

Como se puede advertir, Blasco apela de nuevo categorías morales, en este caso la dignidad del cuerpo humano, que no el de las personas, para denostar el trabajo de Hagens.

Regresando a la exposición Bodies... The Exhibition, hemos de decir que se trata de un conjunto de cuerpos y partes del cuerpo humano que se presentan al espectador reunidas en varios conjuntos coincidentes con los diferentes aparatos (respiratorio, digestivo, reproductor...) En paralelo a los órganos mostrados, se irán exhibiendo diferentes patologías propias de los mismos tales como tumores, hernias, &c.… haciendo especial hincapié, cuando llegamos a la sala dedicada al aparato respiratorio, en los efectos nocivos del tabaco. En dicha estancia nos exhortan a abandonar el peligroso hábito arrojando la cajetilla de cigarros a una urna transparente, gesto que se anima por el contraste entre un pulmón sano y el de un fumador, exhibidos al efecto.

El didactismo es la nota predominante de la exposición, si bien hemos de destacar el hecho de que la forma de mostrarnos algunos cuerpos toma referencias del mundo del arte. Así, una figura sedente y con su mano derecha sujetando la cabeza, nos podría remitir al célebre Pensador de Augusto Rodin. En otro caso el modelo es aún más evidente, como cuando se nos presenta un lanzador de disco, evidente deudor del Discóbolo de Mirón. El afán didáctico se reforzará mediante acciones tales como el coloreado en rojo y azul del aparato circulatorio teñido de los colores azul y rojo, recurso que nos remite a cualquier manual anatómico.

Por otro lado, aunque la exposición no busca de forma deliberada la polémica sobre cuestiones bioéticas, es interesante señalar que la presentación que hace del desarrollo de un feto, desde sus primeros estadios hasta el nacimiento, suscita, bien que de un modo oblicuo, una reflexión sobre el aborto. Decimos esto porque la presentación que hace del embrión y su ulterior desarrollo como un cuerpo exento, en contraposición con otras presentaciones en las que el feto se muestra interrelacionado con la madre a través no sólo del cordón umbilical sino también de los tejidos y membranas que median entre ambos, entraría en conflicto, creemos, con aquellas posturas proabortistas que considerarán a tal embrión/feto como una parte más del cuerpo de la mujer susceptible de ser eliminada del mismo modo que ésta se puede desprender de una parte del cuerpo tal como una callosidad o una uña demasiado larga.

La estancia final de la exposición está protagonizada por diversas prótesis que tratan de corregir deficiencias. Una invitación a la donación de órganos, e incluso del cuerpo en su totalidad, pone el cierre definitivo a Bodies... The Exhibition.

En cuanto a las críticas vertidas sobre la exposición, podemos fijarnos de nuevo en la expuesta en el suplemento cultural de ABC, dentro del artículo En la mesa de disección firmado por Fernando Castro Flórez, donde leemos lo que sigue:

« ...finalmente ha recalado en Madrid Bodies, su (se refiere por error a van Hagens), show de taxidermia “plastificadora”, que es una completa pantomima.»{2}

La crítica recae, a nuestro juicio, en un clamoroso error, como es el de calificar la exposición como un ejercicio de taxidermia, pues la taxidermia, ya desde su propia etimología, nos remite a la dermis, a la piel, sin darle importancia al interior de los cuerpos, cuyas partes son sustituidas por otros materiales ajenos a él. Así, el esqueleto se sustituirá por una estructura alámbrica, y los tejidos y órganos internos serán suplidos por materiales de relleno que en ningún caso se muestran. Pese a todo, la conexión taxidermia-arte se puede rastrear en obras como las realizadas por los hermanos José María y Luis Benedito Vives, taxidermistas españoles cuyas obras se conservan en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Sus obras aúnan una gran técnica con la presentación de las piezas que, insertas en ambientes que reproducen su hábitat natural, buscan deliberadamente cierta dramatización.

Tras este rápido repaso por Bodies... regresaremos a la figura de von Hagens y a su trabajo. La mayor peculiaridad de éste, debido sin duda a las posibilidades que le ofrece la plastinación, es el cambio a la hora de afrontar la disección de un cuerpo, pues si la manera clásica obra separando capa a capa desde la piel hacia el interior, Hagens opta a menudo por la técnica de la expansión, de modo que las diferentes partes de los cuerpos se desplacen en todas las direcciones del espacio a lo largo de ejes imaginarios. El resultado, que cabría calificar de mecánico o arquitectónico, es un conjunto de piezas susceptibles de ser ensambladas hasta recuperar la forma total y original del cuerpo.

Pese a lo novedoso del método, Hagens no parte de cero en el desarrollo de sus investigaciones. Muy al contrario, el propio doctor se reconoce continuador de una tradición de artistas anatómicos tales como Juan Valverde, Vesalio o Albinus. Este reconocimiento de pertenencia a un grupo histórico da cuenta de cómo la anatomía habría tenido un desarrollo propio dentro de la medicina, pero conectado con otras disciplinas, sobre todo artísticas.

En efecto, la anatomía, y particularmente la disección de cuerpos, al tratarse de una técnica inserta dentro de una metodología ß-operatoria, la propia de la ciencia médica, involucra las operaciones del sujeto gnoseológico, y por lo tanto, deberá recoger numerosos elementos de la tradición médica y de otros campos aparentemente ajenos a ella{3}.

Como hemos dicho, el trabajo de von Hagens, no nace ex nihilo, sino que forma parte de una serie histórica que ejercerá en él, por anamnesis, una notable influencia. Entre los más destacados predecesores incluso del propio Vesalio, hallamos a Andrés Laguna, médico “internista” de Carlos V. Es interesante señalar esta cualidad de “internista” en contraposición a cirujano y las dos categorías en que se dividían estos últimos, pues los cirujanos, según nos informa el historiador Manuel Fernández Álvarez en su Cervantes visto por un historiador (Ed. Espasa Calpe. Madrid. 2005), podían ser médicos quirúrgicos o simples barberos con algunas habilidades. El mismo atuendo servía para diferenciarlos:

« ...los cirujanos con título universitario portaban el manteo largo, que llevaban con gran boato y ostentación; eran los cirujanos de la robe longue; mientras los cirujanos-barberos eran los de la robe corte.»{4}

Como es bien sabido, el padre de Cervantes, Rodrigo de Cervantes, pertenecía a este último grupo.

Volviendo a Laguna, hemos de decir que éste practicó disecciones que le fueron de gran utilidad para la elaboración de su obra Anatomica methodus publicada en 1535, en una época en que en España los médicos tendrían gran prestigio e influencia, pues no hemos de olvidar que el propio Laguna es autor del célebre Discurso de Europa (la que a sí misma se atormenta) en el que muchos han querido ver el inicio del proyecto europeo. Pocos años más tarde, en 1554, el médico Gómez Pereira editará en Medina del Campo su influyente Antoniana Margarita.

Pero si importante fue la obra de Laguna, por no hablar de los estudios anatómicos del propio Leonardo da Vinci, será la figura de Andrés Vesalio con su célebre De Humani Corporis Fabrica, quien se erija en referencia inexcusable para los estudiosos posteriores.

Dicha obra vería la luz en el año 1542. En ella, Vesalio, y esto enlaza con la cuestión del origen de los cuerpos empleados por von Hagens, volcaría sus conocimientos, para cuya obtención utilizó, dentro de sus estudios osteológicos, huesos procedentes del Cementerio de los Inocentes de París, lugar en que se daba tierra a los niños ilegítimos de los que sus padres querían deshacerse. La obra del joven médico internista, aunque con errores, pronto se convertiría en canónica, y señalamos lo de canónica porque el propio nombre: Fabrica, remite a al lenguaje arquitectónico, en una época en la que la Arquitectura se basaba en cánones perfectamente definidos. Andrés Vesalio dará comienzo a su estudio con un capítulo, sin duda el mejor del volumen, dedicado a los huesos, es decir, a la estructura del edificio humano. Posteriormente, el libro se ocupa de músculos, arterias, venas, nervios, órganos &c.

Pero si De Humani Corporis Fabrica tuvo una gran trascendencia para los anatomistas de la época, no la tuvo menor para los artistas, pues en el famoso cuadro de Rembrandt titulado Lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp, pintado en 1632 por encargo del gremio de cirujanos de Ámsterdam, vemos, en la esquina inferior derecha un libro abierto de anatomía, que según los expertos sería precisamente el de De Humani Corporis Fabrica de Andrés Vesalio, lo cual nos da idea de la autoridad que habría alcanzado el médico de Carlos V y después de Felipe II.

Disponemos de amplia información sobre este famoso lienzo. En él Rembrandt muestra al Dr. Tulp explicando la musculatura del brazo del cadáver del criminal Aris Kindt.

La lección puede fecharse el día 16 de enero de 1632, y ello es debido a que la cofradía de cirujanos de Ámsterdam tan sólo permitía una disección pública al año, que se llevaba a cabo en el invierno para evitar la descomposición de los cadáveres. Por otro lado, el cuerpo objeto de la disección tenía que pertenecer a un reo ejecutado. En este caso se trata del citado Aris Kindt.

Hemos de señalar que las clases de anatomía con disección fueron en la época auténticos acontecimientos sociales que tenían lugar en salas de conferencias, previo pago de la correspondiente entrada.

Rembrandt presenta el cadáver tendido al estilo tradicional del Cristo muerto, con la cara en sombra, sugiriendo la umbra mortis o sombra de la muerte, acaso para alejarnos de la persona y acercarnos al individuo. La postura con la que Rembrandt representa al criminal da cuenta de la existencia, dentro de un arte ya en plenitud como la pintura, de una serie de formas y modelos, incluso géneros, que habrán sufrido ya una decantación tal que los hace reconocibles. Debido al éxito obtenido con el célebre cuadro, Rembrandt recibiría más tarde un encargo similar, que dio como fruto el cuadro Lección de anatomía del doctor Joan Deijman, donde se muestra a éste haciendo una disección del cerebro del condenado Joris Fonteyn. En este caso, la referencia a otra obra pictórica es aún más evidente, la colocación del cuerpo, al cual se le está realizando la disección del cerebro, recuerda al famoso Cristo muerto del italiano Andrea Mantegna. Ambas obras, no obstante las influencias referidas, tienen un claro e inmediato precedente: la Lección de Anatomía del Dr. Willem van der Meer, realizada por el pintor holandés Michiel Jansz van Mierevelt en 1617.

El propio von Hagens no es ajeno al uso de las formas ya incorporadas a la tradición anatómica y artística, así, en su exposición Mundos corporales, se mostró el cuerpo de un hombre que portaba, como si de una prenda se tratara, su propia piel, reproduciendo de este modo un célebre grabado del médico palentino Juan Valverde. Todo ello nos lleva a analizar de forma somera las relaciones entre cuerpo y arte.

La representación del cuerpo humano, ya en dos dimensiones en el caso de la pintura, ya en tres si nos referimos a la escultura, es una constante en la Historia del Arte. Las propias pinturas parietales –más próximas, no obstante, a la religión que al arte– de nuestros ancestros, incluían a menudo, tal es el caso de Altamira, volumen, bulto, al aprovechar el relieve del techo de la caverna para acentuar su realismo.

De carácter religioso sería también la momificación, técnica que trataba de preservar el cuerpo para una vida ulterior. El proceso de momificación, común a diferentes culturas, se realizaba, pos supuesto, en el contexto de ceremonias religiosas cuya visión se hurtaba al resto de hombres. Con ella se buscaba que los cuerpos, en la vida ultraterrena, al igual que ocurriría más tarde con el catolicismo, se conservaran con la mayor integridad posible. Esta circunstancia, creemos, sería un de las causas de las dificultades que los anatomistas españoles tuvieron para realizar su trabajo, de ahí que sus trabajos y obras se publicaran a menudo fuera de España. La finalidad de la momificación, como vemos, no era artística ni didáctica, lo cual la aleja en este sentido de las exposiciones que estamos analizando, aun cuando, es evidente, los manipuladores de tales cuerpos tuvieran la necesidad de manejar grandes conocimientos anatómicos.

Así pues, en toda la trayectoria tanto de la pintura como de la escultura del arte llamado clásico, nos hallamos ante obras que no incluyen el cuerpo mismo, sino su representación, pese a que en ocasiones se valiera directamente de él, como en el caso de los bustos romanos, confeccionados a partir de las máscaras mortuorias que inevitablemente llevarían impreso el característico rigor mortis propio de la escultura romana. Será con el agotamiento de las artes clásicas, tras la revolución que supuso el vanguardismo de principios del siglo XX, cuando el cuerpo, bien del artista o de su modelo, cobre un protagonismo inusitado. Así, sin ánimo de ser exhaustivos, tendremos ejemplos en los que el cuerpo se usa como herramienta, tal es el caso de las body painting de Yves Klein, que empleaba el cuerpo desnudo de sus modelos cubierto de pintura azul – precisamente el conocido como azul klein – a modo de pincel que dejaba a su paso un rastro de pigmento sobre el lienzo, o incluso, llegando más lejos, las famosas cajitas de Mierda de artista del polémico italiano Piero Manzoni expuestas en 1961, dentro de una corriente deudora del surrealismo y el dadaísmo que otorgará a la voluntad, incluso al capricho del artista, inserto en un cerrado circuito de inversores y críticos, el poder de un auténtico demiurgo capaz de convertir en arte todo lo que toca, incluso todo lo que segrega su propio organismo, tal y como acabamos de ver. Excusamos continuar por esta línea, que tiene por protagonista absoluto al autor en tanto que cuerpo del cual coleccionar partes tales como cabellos o excrementos, por encima de su obra, que nos sumergiría en el proceloso mundo del fetichismo.

En este sentido, si se nos permite el excurso, excluido el uso del cuerpo en beneficio de la voluntad aludida, tendríamos obras tales como la famosa Fontana de Marcel Duchamp, en realidad un urinario colocado en posición horizontal e incorporado a la Historia del Arte en 1917 mediante una firma: R. Mutt. La descontextualización y la particular mirada del artista, serán las que posibiliten tal ingreso. Por lo que respecta a las relaciones realidad/representación, resulta paradigmático el cuadro de René Magritte, Ceci n´esta pas une pipe (Esto no es una pipa) en el cual, se explicita la ruptura entre el modelo y lo pintado.

Para cerrar el asunto de las relaciones entre arte y cuerpo, en el contexto del mercado, hemos de citar el caso reciente del británico Damien Hirst, quien vendió en una subasta, por un valor de 13 millones de euros, su obra La ternera dorada, consistente en una vaca sumergida en formol con las pezuñas y los cuernos pintados con oro.

Finalizamos. Tanto la exposición Bodies... The Exhibition, como su predecesora, Mundos corporales, constituyen, a nuestro juicio, una actualización de los estudios realizados por los anatomistas clásicos. Puesta al día que, en el contexto de las democracias de mercado pletórico, exige su inserción en dicho sistema y, por supuesto, la posibilidad del acceso a ella de las multitudes de consumidores que, de este modo, contemplan la apertura de estos ocultos cofres o mundos corporales de los que están constituidos.

Pensador de RodinPensador de von Hagens

Notas

{1} ABC Cultural, 17 de marzo de 2001, pág. 44.

{2} Nº 868 del ABCD las artes y las letras, del 20 de septiembre de 2008, pág. 49.

{3} Para ahondar en estas y otras cuestiones, recomendamos al lector la consulta del Diccionario Filosófico de Pelayo García Sierra (Ed. Pentalfa, Oviedo, 2000), http://www.filosofia.org/filomat/index.htm

{4} Op. cit., pag. 28.

 

El Catoblepas
© 2008 nodulo.org