Separata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
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El Catoblepas • número 125 • julio 2012 • página 3
Introducción
Resulta indispensable para el estudio exhaustivo de la historia de la ciencia y de la filosofía española de los siglos XVIII y principios del XIX, el conocimiento de la figura y obra de Lorenzo Hervás y Panduro, jesuita español expulsado junto con los demás miembros de la Compañía de Jesús de los dominios del imperio español por Carlos tercero en 1767.
Desterrado de España en contra de su voluntad, la expatriación sufrida resultó ser uno de los acontecimientos claves en el desarrollo de su obra intelectual. Aunque de España partía con una gran formación y experiencia, pues había llegado a ser director en el Seminario de Nobles y estaba empezando a dar los primeros pasos que le convertirían en prolífico escritor, fue en Italia donde culminó su formación, pudiendo, en su etapa de mayor madurez intelectual, tener acceso a todos los documentos de la biblioteca del Quirinal, al ser nombrado bibliotecario de la misma en 1804, por el Papa Pío VII, amigo personal suyo.
La ingente cantidad de conocimientos que atesoran las obras de Lorenzo Hervás, son fruto de sus investigaciones en el campo de las ciencias, la teología y la filosofía; en ese trabajo a pié de obra se halla enraizada su obra filosófica totalmente imbricada en la ciencia y la teología de la época. Su obra es totalmente antropocéntrica, al considerar al hombre centro del universo y ser en el que, además de contener todo lo existente en él, se halla la razón.
La filosofía en su obra aparece como la ayudante o sirviente de la teología. La lectura atenta de su obra nos muestra que si bien esto es así, en su obra la filosofía es como un apoyo necesario sin el cual la teología no se podría sostener. La teología desde su perspectiva no tiene sentido si no se apoya en el sólido conocimiento de las ciencias y de la filosofía.
Lorenzo Hervás y Panduro (1735-1809)
Lorenzo Hervás y Panduro nace en Horcajo de Santiago, provincia de Cuenca el 10 de mayo de 1735, en el seno de una familia de modestos labradores, siendo sus padres, Juan García Hervás e Inés Panduro; el día 26 de mayo de 1735 recibe el sacramento del bautismo siendo ministro de dicho sacramento Fr. Marcos del Espíritu Santo, recoleto de San Agustín{1}.
El 16 de agosto de 1736 queda huérfano al fallecer su padre; su madre, Inés Panduro se quedará viuda, enferma y con tres hijos: el mayor Gabriel que se dedicará a la agricultura, Tomás que andado el tiempo sería monje Bernardo en Galicia y Lorenzo, el más joven, que más tarde se incorporará a la vida eclesiástica en la Compañía de Jesús.
Al morir su padre, su tío Antonio Panduro Morales, Vicario General de la orden de San Juan y Prior de las encomiendas de Beade, Ribadavia, Morente y Quiroga, entre otras{2}, es muy posible que le oriente hacia la vida eclesiástica; todos los indicios apuntan en esta dirección pues Lorenzo Hervás, a lo largo de toda su vida elogiará a su tío con gran admiración y respeto. Gracias a la correspondencia con este familiar suyo y a las respuestas dadas a las preguntas de éste sobre cuestiones dogmáticas y morales, elaborará un importante documento que a día de hoy permanece manuscrito y que trata sobre la teoría de las intenciones{3}.
La infancia de Lorenzo Hervás transcurre en Horcajo de Santiago; posteriormente se trasladará a Villarejo de Fuentes, donde los jesuitas tenían una escuela para novicios. Más adelante se forma en la universidad de Alcalá de Henares. Sus inquietudes intelectuales brotan a temprana edad; el propio Hervás nos confiesa su vocación por el saber, incompatible, según él, con el apego al terruño, pues piensa que este pensamiento es como una especie de lastre intelectual propio del vulgo ignorante{4}.
Obtiene Hervás dispensa para convertirse en novicio de la Compañía de Jesús e ingresa como tal el 27 de septiembre de 1949, con 14 años y cuatro meses de edad de edad{5}. En la Compañía de Jesús Hervás pertenece la demarcación de la provincia de Toledo, una de las cuatro en la que los jesuitas dividían España, hasta su expatriación en 1767{6}.
Recibe Lorenzo Hervás una formación fruto de una enseñanza ya fuertemente criticada por Feijoo, por abusar de las divisiones de términos y proposiciones modales, exponibles, expectivas, reduplicativas, suposiciones, apelaciones, ampliaciones, restricciones, alienaciones, disminuciones, conversiones, equipolencias y reducciones, que según el propio Feijoo son un conjunto de baratijas que sólo sirven para ocupar un lugar en la memoria{7}.
En este sistema de enseñanza, llegará Hervás a los estudios de artes, filosofía y teología, tras cuya finalización será ordenado sacerdote. El siguiente texto nos aporta indicios sobre su talento y aptitudes para el estudio de las ciencias.
«Yo me acuerdo que al estudiar las primeras diez proposiciones de Euclides, apenas reflexionando sobre ellas las entendí. Quando sintiendo en mi espíritu un extraordinario gozo, salí de mi aposento, y pasando luego al inmediato del virtuosísimo jesuita Demetrio Convay, que me enseñaba geometría, le dixe: jamás el estudio que he hecho en el tiempo de cuatro años de las ciencias especulativas, ha producido en mi espíritu el gozo que he sentido al leer y entender las primeras proposiciones de Euclides.»{8}
Junto a las lecciones del jesuita Conway, Hervás recibe formación del prestigioso matemático Tomás Cerdá{9}.
Le ordena sacerdote en 1760, Agustín González Pisador, Obispo Auxiliar de Toledo que en junio de ese mismo año pasaría a ser Obispo de Oviedo{10}. En el año 1761, durante la guerra de España con Portugal, Lorenzo Hervás es destinado a Extremadura donde asiste en materia temporal y espiritual al hospital del ejército español en Cáceres; como testimonio de su estancia en Extremadura el propio Hervás nos dice:
«Me acuerdo que en la provincia de Extremadura, quando por los años de 1761 hubo guerra entre Portugal y España, murieron por la epidemia del exército en quatro meses tantos paisanos, como solían morir en cinco años.»{11}
Durante su estancia en Extremadura, enseña latín en el colegio que los jesuitas tenían en la ciudad de Cáceres; el siguiente texto nos habla de su actividad como enseñante en Extremadura.
«Enseñando yo latinidad en el Colegio Jesuítico de la nobilísima ciudad de Cáceres, advertí que de dolor de costado solía morir doblada más gente que en Alcalá de Henares, y en algunas poblaciones de la Mancha: y paréceme que el abuso del pimentón en la Extremadura haga en ella mas común esta enfermedad.»{12}
Asiste además como colaborador y en otras tareas a los hospitales del ejército que el comisario de guerra y el médico señor Padrós dejaron a su cuidado; por esas fechas cae gravemente enfermo junto a otros dos jesuitas que le acompañaban: Tomás Fernández que muere en acto de servicio y Diego Rivera que también cae. Según nos confiesa el propio Lorenzo Hervás, en 1762 asiste como confesor y enfermó como consecuencia de la epidemia provocada por la Guerra con Portugal{13}.
En el año 1764 se produce la estancia de Lorenzo Hervás en el convento de Uclés; siendo Prior del mismo D. Sebastián Viezma; allí ordena la biblioteca, y por los datos que halla afirma, que en dicho convento era donde se elegía al maestre de la Orden Militar de Santiago.
«El convento de Uclés, era el lugar propio de la elección de maestre, y de su silla magistral, la cual en él siempre ha estado. Dura aún la silla magistral antigua de notable hechura: la cual silla en el año 1764, en que yo me detuve en dicho convento un mes para ordenar su biblioteca, habiéndola escondido en un desván, hablé a su dignísimo prior el señor D. Sebastián Viezma, para que la hiciera limpiar y poner en sitio público de la iglesia: lo que inmediatamente hizo. Esta silla magistral nos dice, que el dicho convento era el lugar de la elección del maestre: nos lo dicen también los maestres en la causa contra los santiaguistas de Portugal tratada varias veces delante del Papa desde el año 1288.»{14}
Hacia fines de 1764, es nombrado director subordinado del Seminario de Nobles; en dicho seminario procura Hervás que los neófitos, aparte de los estudios académicos, hagan marchas cuando el clima lo permite, y realicen ejercicios militares, los cuales aprenden gracias a la colaboración de su compañero y antiguo alumno el Marqués José Ovando; a veces la instrucción militar es acompañada de banda de música. El siguiente texto nos aporta información sobre las posibles causas de su destitución vinculada ésta a la política contra los jesuitas.
«Yo confieso ingenuamente que experimenté utilísimos para la educación física, civil y moral estos exercicios, que después debí abandonar poco a poco, porque la emulación antijesuítica empezó a preveer en la tropa infantil las semillas de un exército invencible, y exterminador de reinos. En estas circunstancias yo promoví otros exercicios dentro y fuera del Seminario, para ocupar y fatigar con moderación la niñez.»{15}
La destitución de Lorenzo Hervás como director del Seminario de Nobles tuvo lugar, según Fermín Caballero, a últimos de diciembre de 1766{16}. Una atenta lectura de las obras de Hervás, hace pensar que el motivo de su destitución se debió a las maniobras de sus adversarios políticos.
El 2 de abril de 1767, Carlos III ordena la expulsión de los jesuitas; sorprende a Hervás dicha expulsión en su estancia como profesor en el colegio de la Anunciata en Murcia. Embarca en Cartagena con aproximadamente cuatro mil religiosos más; al salir de España pierde varios manuscritos, entre ellos una obra titulada: Cotejo entre Cano y Villavicencio{17}.
Debido a que el Papa en principio rehúsa recibir a los jesuitas expulsos, éstos permanecen un año en la ciudad corsa de Ajacio; en su estancia allí, Hervás toma nota de la enorme importancia que tiene el castaño en la vida de los corsos; es hacia 1767, cuando empieza a escribir su gran obra enciclopédica titulada Idea dellŽUniverso.
Una vez que los jesuitas son admitidos por el Papa en los estados pontificios, Hervás, después de una breve estancia en la ciudad de Forlí, pasa a Cesena como huésped del Marqués de Ghini. Su gran capacidad de observación le hace descubrir en Italia, en las montañas entre Vicenza y Trento algunos pueblos que hablan un dialecto teutónico.
«Es cosa particular que en nuestras montañas, confinantes con Vicencia y Trento, hay doce poblaciones (en cuyo centro está el sitio llamado Prugno) que usan un lenguaje totalmente diferente del que se habla en todos los países que están en su contorno.(…) fuí a dichos montes, y habiendo observado atentamente la lengua de algunos lugares, hallé que era alemana, mas con la diferencia maravillosa de ser en parte el idioma de los saxones, que es el mejor de Alemania, pues pronuncian el a de todas las sílabas que tienen a.»{18}
Por lo que nos dice el propio Lorenzo Hervás, sabemos que estuvo de visita en Bolonia en 1772, donde coincide en una posada con el P. Cardiel, quien le aporta datos sobre un viaje hecho en 1745 desde Buenos Aires al estrecho de Magallanes:
«Los jesuitas Matías Strobel, Joseph Quiroga y Joseph Cardiel en el año 1745, á 5 de Diciembre salieron de Buenos-ayres para observar la costa oriental de la tierra magallánica, o de los patagones, que se extiende desde Buenos-ayres hasta el estrecho de Magallanes. La relación de ese viaje, se dio a luz por Charlevoix en su historia del Paraguay, que traducida en latín por el señor D. Domingo Muriel, se ha publicado enriquecida con nuevos documentos. En dicha relación se lee (como también por voz oí en Bolonia el año 1772 del P. Cardiel, con quien casualmente concurrí, y estuve ocho días en una posada), que muchos países de dicha costa son poco idóneos para la población.»{19}
En 1773, Clemente XIV decreta la extinción de la Compañía de Jesús; Lorenzo Hervás se muestra contrario a esta decisión. De su estancia en Italia menciona a menudo los muchos nobles italianos con los que trata; entre ellos cabe destacar la amistad que le une al noble Ludovico Venturelli{20}.
En 1774, Hervás se traslada a Cesena; en esta ciudad publica la obra titulada: Sobre las ventajas y desventajas de Cesena, en forma de carta fechada a 25 de abril de 1776; realiza este trabajo por encargo del Magistrado de dicha ciudad:
«nella campagna la popolazione cresce notabilmente secondo la osservazione pratica de molti Autori. La prova principale dellŽavanzo dei Contadini si è vedere, che molti di quelli licenziati stanno dei mesi, e anche un anno oziosi senza trovare Padrone, e quando vaca qualche possesione, fanno molti impegni, come ho veduto, per esseme lavoratori. Questo non accade mai senza un notabile avanzo di persone.»{21}
Clavijero, colaborador de Lorenzo Hervás y que le aporta noticias sobre más de treinta idiomas distintos de Méjico, en su obra, Historia antigua de Méjico, incluye un escrito de Lorenzo Hervás sobre la lectura del calendario mejicano; Hervás obtiene información sobre las pinturas mejicanas a través de la obra del dominico Pedro de los Ríos, quien las había copiado anotando el sentido que los indígenas daban a dichas pinturas{22}. Por estas fechas comienza a preparar su obra: Idea dellŽUniverso, dedicada al marqués Nicolo Ghini, según carta fechada el 10 de noviembre de 1778.
Edita en 1778 el tomo segundo de su obra Idea dellŽUniverso, en la imprenta Biasini; dedicada al barón Nicolo Savorelli en carta fechada en Cesena a 10 de noviembre de 1778; editará también en la imprenta Biasini el tomo tercero de la obra citada; en dicho volumen figura una carta a su tío Antonio Panduro Morales, fechada en enero de 1779.
Dedica los tomos cuarto y quinto de su enciclopedia italiana al Supremo Consejo de Castilla, en sendas cartas fechadas a 10 de mayo de 1779 y a 27 de agosto del mismo año. De su faceta como geógrafo práctico sabemos que en 1780, cuando en Venecia los impresores Joseph Remodini y Antonio Zatta publican dos atlas, éste último tiene a Lorenzo Hervás entre sus colaboradores{23}.
En esta etapa continúa Hervás escribiendo y publicando su enciclopedia italiana; en 1780 edita en la imprenta Biasini de Cesena el tomo octavo de la Idea dellŽUniverso, obra dedicada al Marqués de Ghini. En sus escritos se ve reflejada con gran maestría la realidad social de los campesinos de la Romagna; el siguiente texto nos da cuenta de ello:
«I Padróni non sempre possono, né sempre vogliono prestare: e poi molti prestano bensi, ma sotto non so quali vani colori, esigono daŽmiseri contadini oltre la quantità prestata un premio maggiore di quello, che avrebbono essi a pagare neŽMonti. Indi il misero contadino, che cominciò una volta a indebitarsi, non si vede mai uscire di miseria. Perciò considerando io i danni gravissimi, che dai debiti deŽcontadini risultando in questa provincia, nella mia memoria sopra i vantaggi, e svantaggi temporali della Città di Cesena proposi come rimedio oportunìsimo lŽerecione di questi pii Monti di grano.»{24}
El 13 de marzo de 1781, tiene lugar el descubrimiento del planeta Urano a cargo de Herschel{25}, militar de profesión, músico y astrónomo aficionado; sobre este descubrimiento nos dirá Hervás que las observaciones de Herschell resultaron ser más efectivas para el conocimiento experimental del universo que la teoría de Newton.
En 1781 publica Lorenzo Hervás el tomo primero de su obra titulada Viaje estático al mundo planetario; dedicará dicho tomo al conde D. Hipólito Roverella. Esta publicación tuvo lugar no sin las dificultades creadas por lo que Hervás califica como robo de materiales al producirse el embarque hacia el destierro; la misma suerte habría corrido otro escrito titulado Viaje a los reinos de Plutón.
Durante su exilio en Italia, además de completar su formación, obtiene información sobre las lenguas más diversas a través de misioneros a los que conoce personalmente y a través de los jesuitas que habían sido expulsados, tanto del imperio español como de otros lugares; estos jesuitas o misioneros de otras congregaciones conocían los idiomas de los nativos y habían hecho tanto gramáticas como vocabularios de los mismos. En carta fechada a 23 de junio de 1783, José Sánchez Labrador le escribe sobre las lenguas de la rivera occidental del río Paraguay{26}.
José García Martí le aporta noticias de las poblaciones de la costa meridional de la Patagonia chilena{27}, Padilla, misionero en el río Casanare en Colombia le aporta noticias sobre la gramática de la lengua betoi{28}. La idea central sobre la que trabaja Hervás es la búsqueda del que hubiese sido el idioma de Adán en el paraíso. Otro colaborador suyo, Fornieri, le escribe sobre los indios yarura{29}. Bernardo La Fuente, le aporta noticias de los idiomas de Filipinas; este colaborador le escribe carta desde Faenza fechada a 5 de enero de 1784{30}.
En 1783, en Cuenca, por iniciativa del obispo Palafox, se constituye una Real Sociedad Patriótica, que impulsó la creación de escuelas para niños y niñas. Palafox que era cuñado de la condesa de Montijo, asistía a las tertulias en casa de ésta, que a su vez era amiga de Jovellanos{31}. El obispo Palafox sería denunciado a la inquisición acusado de jansenista; Hervás se pronunciará claramente a favor de Palafox y se congratulará de su absolución.
En enero de 1784, el misionero Francisco García Torres le escribe informándole sobre la lengua de la isla Capul en Filipinas{32}; Velasco, otro colaborador suyo le escribe desde Faenza el 14 de febrero de 1784 informándole de las lenguas del río Marañón{33}.
Otros colaboradores de Lorenzo Hervás en materia de lenguas son: Resles, éste le había prometido un ensayo sobre la lengua hurona entre otras; Tomás Sandoval, misionero con los otomitas, le envía apuntes sobre la gramática de esta lengua, la cual piensa que es afín a la lengua china; Emanuelle Colazo le aportará noticias de Nueva España y la obra de Lafiteau, misionero entre los iroqueses y muy experto en América del Norte es objeto de consulta por Hervás{34}.
Según Fermín Caballero, Lorenzo Hervás se habría trasladado a Roma en 1783, aunque es posible que dicho traslado tuviese lugar en 1784. Sabemos por sus escritos que en Roma habita en el Colegio Romano, y que éste se hallaba en la parroquia de Santa María en la Vía Late{35}.
En abril de 1784, otro colaborador suyo, José Beovide le escribe desde Bolonia comunicándole que en el diccionario céltico de Leibnitz sólo encuentra dos palabras célticas que pudiesen ser del vascuence{36}; esta prueba es determinante, para deducir, en contra de lo que pensaban otros estudiosos, que el vascuence y el celta pertenecen a familias de lenguas distintas. En el año 1785 la corte de Rusia pretendía obtener información sobre los trabajos que los misioneros españoles habían hecho de las lenguas de América, de cara a su expansión como imperio hacia América del Norte:
«El año 1785 el señor Santini, agente imperial de la corte de Petesburgo en esta ciudad, tuvo orden de su corte para enviar a ella todas las obras que los jesuitas habían publicado en Italia sobre las naciones americanas y asiáticas.»{37}
El mencionado Señor Santini, agente de la corte de Rusia en Roma, tenía la orden de dicha corte, de ofrecer a Lorenzo Hervás lo que quisiere pedir por sus manuscritos de lenguas inéditas. El siguiente texto, fruto del debate de Hervás con el censor, muestra que no aceptó vender su obra por hacer el servicio de regalarla a España.
«El censor sepa estas noticias, con las que podría burlarse nuevamente de la erudición del autor, y del servicio hecho a España, y a todo el orbe literario. Sepa también, que los manuscritos inéditos del autor sobre lenguas & se han querido comprar a caro precio; pues que el señor Pallas consejero imperial de Rusia escribió al señor Gilij, citado, para que sedugere el autor a venderlos, y el primer ministro de Rusia escribió al señor Santini agente de la corte de Rusia en esta de Roma para que por los dichos manuscritos pagare cuanto pidiere el autor, que no quiso venderlos por hacer el servicio (ridículo en la opinión del censor) de regalarlos a España.»{38}
En cuanto a su intercambio de materiales y conocimientos con el alemán Wilhelm von Humbolt, Hervás le cede manuscritos de lenguas americanas; Humbolt es elogiado por Lorenzo Hervás, quien estima mucho los conocimientos del alemán en latín, griego, inglés, alemán, vascuence y otros.
«Un exemplo que yo desearía imitasen estos sabios, les propongo en el literato señor baron de Humbolt, ministro del rey de Prusia en esta corte romana: este, viajando, se detuvo en Vizcaya hasta aprender el vascuence, del qual, como del dialecto labortano que se habla por los vascongados de Francia, ha escrito diccionarios de que ventajosamente me he servido al fin del presente tomo, y que tenidos al empezar a escribirle, me hubieran ahorrado el gran trabajo material que he tenido para la significación de millares quizá de palabras vascongadas en el citado diccionario de Larramendi que está ordenado según la lengua española. El dicho señor baron está actualmente cogiendo los frutos de sus tareas en aprender el vascuence, y escribir sus diccionarios, que va á comunicar á su nación con eruditos escritos.»{39}
En 1785, en Cesena, se publican desde el tomo quince al diecinueve de su enciclopedia italiana; este último tomo dedicado al marqués de Bufalini en carta fechada el 31 de diciembre de 1785, a quien Hervás agradece en la mencionada dedicatoria, haber podido utilizar la biblioteca de este noble italiano.
En cuanto a sus relaciones con nobles italianos y las gestiones realizadas en el Vaticano a favor de algunos de ellos citaremos a modo de ejemplo como en carta fechada el 20 de octubre de 1786, Lorenzo Hervás comunica a la familia Locatelli las gestiones políticas llevadas a cabo para convencer al Papa para que nombre un gobernador del Vaticano en Spoleto que represente de alguna manera los intereses de la casa Locatelli. Sobre estas gestiones, el Vaticano accede a las peticiones de Hervás, que se ocupa de cuidar todos los detalles para que no figure que la familia Locatelli ha influido en el nombramiento. Además de lograr el nombramiento, aconsejará al nuevo gobernador que reduzca los impuestos que los campesinos pagaban al regidor de Cesena; ello facilitaría el apoyo del campesinado a la nueva situación política.
En Cesena, en 1787 publica una obra muy importante; se trata del tomo XXI de su enciclopedia italiana; esta obra está dedicada al Papa y en ella se ofrece en casi todos los idiomas conocidos en el siglo XVIII, el padrenuestro u oración dominical. La comparación de este texto en, aproximadamente, trescientas lenguas, le sirve a Lorenzo Hervás como valiosa fuente de información para la clasificación por familias de los idiomas conocidos en su época, considerando a las lenguas más antiguas como lenguas madres de las que proceden las demás.
En el año 1788, el Abate Cancellieri publica una obra en la que se halla publicada una importante colección de cánticos arvales. Lorenzo Hervás cita esta obra y se sirve de dichas inscripciones como una prueba más para sostener como hipótesis que el latín no es lengua matriz sino semejante al etrusco y al antiguo griego siendo las tres lenguas afines entre sí y por lo tanto provenientes de un tronco común.
«El señor Abate Cancellieri me ha dado idea de su obra que se intitula: De secretariis basilicae Vaticanae veteris, ac novae. Romae, 1788. 4. Vol. 4. Se pone una insigne colección de inscripciones, o mármoles de Arvales, cuyo antiguo latín semejante al etrusco, y al antiguo griego hace ver, que las lenguas latina, etrusca, y griega provienen de un mismo origen.»{40}
En el año 1788 el escritor irlandés Charles Oconor obtiene licencia para la impresión de su obra histórica; este autor envía a Hervás una gramática junto con más informaciones sobre la lengua irlandesa{41}. Hervás prometerá publicar una gramática del irlandés basándose en parte en las noticias que le aporta Oconor.
En carta fechada en Beade a 1 de enero de 1789, su tío Antonio Panduro le pide consejo para dar solución al problema de conciencia de varios sacerdotes pertenecientes a su jurisdicción, quienes le confiesan haber celebrado misa sin intención de consagrar, o que dudan de dicha intención{42}. Esta pregunta de su tío motivó una respuesta en la que Lorenzo Hervás aclara y explicita en materia filosófica y teológica su teoría de las intenciones en la que sigue fundamentalmente una línea tomista.
El siguiente texto nos muestra que en octubre de 1789 el Cardenal Oidor del Papa y teólogo Aurelio Roverella lleva a Hervás a la ciudad de Albano unas semanas de vacaciones, tiempo que aprovechará para investigar la mortalidad infantil en dicha ciudad.
«En Octubre del corriente año de 1789, el excelso Monseñor Aurelio Roverella, dignísimo oidor del Papa, me honró como acostumbra, llevándome en su compañía á pasar en Albano tres semanas de vacaciones que le permitía su ministerio. Me valí de su autoridad para que se me dexase observar los libros de bautizados y muertos que había en la catedral, y que había oído alabar por su exactitud.»{43}
El 9 de abril de 1790 fallece su tío Antonio Panduro, su verdadero padre adoptivo{44}. A lo largo de su obra Lorenzo Hervás muestra gran respeto, consideración y agradecimiento a este familiar suyo.
En 1792, en la imprenta Giovani Tomassini, se imprime la obra Analisi filosófico-teológico; trata sobre la caridad. Hervás escribe otra obra en defensa del jesuita Juan Vicente Bolgueni y sus opiniones dogmáticas y morales que públicamente defendía en Roma. En ella se sostiene que el probabilismo es y siempre ha sido la doctrina moral oficial de la iglesia cristiana primero y católica después; el título abreviado de la obra es: Doctrina de la iglesia en orden a las cuestiones dogmáticas y morales. Además de Bolgueni se interesan por la obra citada otros literatos, entre ellos el Doctor Joseph Casanova, profesor de teología moral, el cual entresaca de la obra de Lorenzo Hervás aquello que pueda servirle para formar la cuestión de las opiniones dogmáticas y morales, tema sobre el que dicho profesor departió en la Universidad de Roma en 1792{45}.
Fr. Paulino de San Bartolomé, misionero el El Malabar, aporta noticias a Hervás; de este misionero aprende mucho de lo que sabe sobre la India y gracias a él logra la que califica como preciosa gramática original sánscrita que había elaborado el jesuita húngaro Juan Hanxleden:
«Juan Hanxleden jesuita húngaro, se empleó toda su vida en las misiones del Indostán, en donde con la mayor industria sacó de los brahmanes su gramática de la lengua sagrada, su diccionario mitológico, y otros libros, que ellos veneran, y ocultan como sagrados. El docto frai Paulino, antes mencionado, logró estos manuscritos que en parte ha publicado demostrando que del Indostán provino toda la mitología egipcia y griega.»{46}
Mantiene Hervás un fluido intercambio de información con F. Paulino; el siguiente texto nos da cuenta de ello cuando en el año 1796, investigando en el Colegio Romano donde vive, en la Biblioteca de Propaganda Fide, encuentra la gramática del sánscrito que el jesuita Roth había aprendido entre los brackmanes de Agra.
«Esta gramática de Roth dormía desconocida en la biblioteca de este colegio Romano, porque no está registrada en su índice, cuando observando yo los manuscritos de ella para escribir esta obra, la encontré en el 1796, y al erudito P. Fr. Paulino di noticia de su hallazgo para que lo observase. Vino a mi aposento, en donde yo la tenía, y con admiración consideró y observó este tesoro deseado y desconocido.»{47}
En cuanto a la relación de Lorenzo Hervás con los asuntos políticos, se puede decir que dicha relación tiene una fuerte tendencia platónica: los sabios son quienes deben ejercer las acciones de gobierno. Sobre los movimientos políticos de la época, José Pignatelli en carta que le escribe desde Nápoles fechada el 6 de mayo de 1794, le comunica que continúa el movimiento político de los francmasones. Hervás acusará a éstos de jacobinos, apóstatas y rebeldes al Estado{48}.
Por cartas posteriores a la fecha anterior, sabemos que Hervás, recopila información a muchos testigos de los acontecimientos revolucionarios sucedidos en Francia en 1789; estos datos le servirán en parte para componer la obra: Causas de la revolución francesa. En este escrito se muestra contrario a la revolución: a pesar de ello Carlos IV no autorizará la publicación de dicha obra.
En 1795 se edita el tomo primero de la obra Escuela española de sordomudos; este escrito contiene una carta a Joaquín Ponce de León y Baeza, Marqués de Castromonte, Conde de Garciez y Grande de España de primera clase. La investigación que realiza con sordomudos, le lleva a afirmar que en ellos se pueden encontrar los indicios de lo que llama gramática natural innata; esta idea es clave para poder comprender una parte de su método comparativo que le permitirá trabajar con gramáticas de aproximadamente trescientos idiomas a la vez.
Para tener una ligera idea de la calidad de alguno de sus colaboradores, el siguiente texto en el que Hervás elogia al misionero P. Ignacio Chome nos puede dar noticias de ello.
«Entre los misioneros debo nombrar primeramente al P. Ignacio Chome, varón insigne en su piedad e instrucción científica, y de don singular para las lenguas; pues no solamente sabía todas las europeas civiles, como la española, francesa, alemana, inglesa, italiana e ilírica, mas también la china, dos africanas y cuatro americanas, que eran la guarani, la chiquita, la zamuca y la quechua ó peruana.»{49}
La constatación en sus investigaciones antropológicas de la existencia del canibalismo y los sacrificios humanos practicados por la religión de los indígenas hacen ver a Lorenzo Hervás que este hecho habla por sí solo de la superioridad moral y en cuanto a conocimientos de la religión católica. En el siguiente escrito obtenido de la biblioteca del cardenal Borgia y atribuido a un autor al que llama Herrera nos dice:
«Hasta aquí Herrera, que sigue diciendo, como a las víctimas humanas se sacaba el corazón, y se hacían otras crueldades, que también usaban los mejicanos. Con estos hallo convenir los chorotagas en la lengua, en el kalendario de diez y ocho meses, en los sacrificios y en los libros, los quales se describen por Herrera, como son dos mejicanos que he visto en esta ciudad de Roma: uno en la biblioteca vaticana, y otro en la del señor cardenal Borgia.»{50}
En su estancia italiana, tiene noticias sobre la penetración de los jesuitas en China, en parte debido a que los conocimientos de éstos en astronomía eran superiores a los de los matemáticos mandarines de la corte del emperador chino. Hervás además de ser un profundo conocedor de la astronomía de la época afirma su vocación por el cultivo de las ciencias en general y en el caso concreto de la astronomía, encuentra el cultivo de ésta de gran utilidad pues ello habría favorecido la penetración del evangelio en China.
«Así el célebre emperador Khan-Hi, dio cuatro diplomas de nobleza y premio al jesuita Juan Adam Schall eminente matemático por sus servicios de literatura hechos al mismo imperio. De los cuatro diplomas, tengo actualmente en mi poder tres originales prestados; están escritos con letras de oro en papel amarillo, color reservado solamente al emperador.»{51}
En cuanto al conocimiento y relación de Lorenzo Hervás con los asuntos militares, el siguiente texto en el que nos habla de su amistad con el capitán inglés Corllier nos aporta noticias sobre la aplicación de los conocimientos matemáticos a la ciencia militar.
«Surirey de Saint Reme publicó en dos tomos memorias largas sobre artillería, las quales hoy necesitan adicciones de la nueva perfección, que a los cañones se ha dado en Inglaterra, como me ha dicho mi amigo el señor Corllier, Capitán Inglés de navío que actualmente se emplea en hacer planes para fortificar estos Estados Eclesiásticos.»{52}
En su estancia en Italia se preocupa de cómo obtener recursos para la enseñanza de sordomudos, la cual considera imprescindible para que el sordomudo pueda recibir el mensaje divino. Se refiere Hervás al abogado Pascual di Pietro, como amigo suyo y persona destacada en Italia en el ejercicio de la caridad.
«para que se logre la instrucción de los sordomudos, no basta que haya escuelas públicas a que puedan asistir; pues la experiencia hace conocer, que la mayor parte de los sordomudos destinada por su pobreza a las fatigas corporales para asegurar su mantenimiento, no puede lograr las ventajas de la pública instrucción, si la caridad cristiana no los provee de alimento y vestido. Este impedimento han quitado en la escuela romana la caridad la caridad y el zelo de mi amigo el esclarecido Señor Abogado Pasqual di-Pietro, el cual después de haberla introducido en Roma fundándola en su casa a su costa, todos los días de escuela da a los sordomudos pobres que asisten a ella, una limosna que supla y equivalga a la ganancia, que con su trabajo corporal podrían lograr en el tiempo que se dedican a la enseñanza.»{53}
Durante su estancia en Italia es fácil encontrar a nuestro autor interesándose por la divulgación y los compradores secretos del proyecto de Bouny Fontain, o asistiendo como teólogo asesor del presidente de la congregación de cardenales que el Papa formó, para resolver las dudas de los católicos ante el juramento de fidelidad que debían prestar a la revolución francesa; también será asesor Hervás para el caso de la ocupación de Polonia por un soberano no católico; tanto él como los demás teólogos resuelven la cuestión según la teoría de las opiniones puramente probables{54}. En su estancia italiana realiza numerosas excursiones; en una de ellas visita la ciudad de Betinoro interesándose por la arqueología de dicha ciudad{55}.
Sus gestiones ante las autoridades vaticanas en materia de permisos de matrimonio, de ordenación sacerdotal antes de la edad correspondiente y la obtención de breves pontificios sobre los más variados asuntos eclesiásticos, le sirven para obtener unos ingresos que le ayudan en sus proyectos filantrópicos y literarios. Antes de su vuelta a España obtiene breves pontificios de 9 de julio de 1796 y otros posteriores con privilegio de oratorio privado para sus primos Antonio y Manuela y la hija de éstos, Romana, extensivo a todos los criados de la casa y altar privilegiado como podría tenerlo un Grande de España{56}.
En 1796, en la imprenta de Villalpando se imprime la obra: Catecismo de doctrina cristiana para la instrucción de sordomudos; en la introducción a este escrito hay una carta de Hervás, fechada en Roma y dedicada a su sobrina Manuela. En carta fechada en Roma a 2 de Enero de 1797, dedicará Lorenzo Hervás su Gramática italiana a Mary Carmen Ponce de León, primogénita de los Duques de Montemar. Esta obra contiene un vocabulario italiano-español.
Desde Roma, envía sus obras hacia España, a su tío Antonio Panduro, al Duque de Montemar o a su primo en Horcajo de Santiago; dichos envíos se realizan por varios conductos; unas veces por la secretaría de despacho, otras por amigos de Barcelona y Cartagena y otras por Juan Póstoles, apoderado del Duque de Montemar, por el agente Manuel Vela o por los libreros Manuel Alonso Rodríguez y Elías Ranz{57}.
El siguiente párrafo nos muestra como el general francés Alejandro Berthier le concede el privilegio de seguir escribiendo en Roma, pese a la orden que había dictado expulsando a todos los eclesiásticos.
«Aunque yo en el día antecedente a la intimación de dicho orden publicado el día 15 de Mayo del presente año 1798, a los cuatro jefes franceses de este gobierno debí el favor de estar presente con mis amanuenses de la obligación de salir de Roma con absoluta libertad para continuar aquí escribiendo mis obras.»{58}
No obstante lo anterior, las nuevas disposiciones legislativas del gobierno francés de Roma, hacen que Hervás tome la decisión de regresar a España en 1798, cuando Carlos IV autoriza el regreso de los jesuitas expatriados.
Según Fermín Caballero, Lorenzo Hervás toma pasaporte para España el 4 de octubre de 1798 en Bolonia, pasa por Parma donde se detiene con el infante de España D. Fernando y posteriormente inicia su viaje hacia la península ibérica. Afirma también Fermín Caballero, que en su trayecto hacia España, Hervás llega a Génova y allí se encuentra con Ignacio López de Ulloa, nuestro plenipotenciario en Turín. Caballero asegura que Hervás y Ulloa embarcaron ambos en una falúa el 4 de diciembre rumbo a Niza y que allí habrían tomado silla de posta hasta Barcelona a donde llegan el 1 de febrero de 1799{59}. Ante las no coincidencias entre lo que dice la historiografía y las palabras del propio Lorenzo Hervás exponemos el siguiente texto.
«Por esta ciudad llamada ahora Ventimilla y Ventimiglia, y antiguamente Albintemilio, según Estrabón, Plinio, Tácito, y Abintimiliio en las inscripciones; y por cerca de otra llamada ahora Albenga, y antiguamente Albigauno, según Estrabón, Mela y Tolomeo, se pasaba y se pasa de Italia a Francia por la ribera marítima del Genovesado: y este camino, que cómodamente se hace, y he hecho a caballo, observando tal vez vestigios de edificios romanos, actualmente se está ensanchando para carruajes.»{60}
A pesar de lo que nos dice Caballero, es posible que Hervás haya regresado a España por el camino que él mismo menciona ya que en sus escritos, en todos los que hemos consultado, si no es para regresar a España no da noticias de haber viajado a Francia.
En el mes de enero de 1799, se autoriza la publicación del tomo sexto de la Historia de la vida del hombre; el 1 de febrero de 1799 llega Hervás a Barcelona, alojándose en la calle El Palau, en casa del comerciante D. Antonio Pi Carrabasa; en esta ciudad se detiene varias semanas, las cuales aprovecha para visitar la fábrica del consulado y el Archivo de la Corona de Aragón{61}. Es en Barcelona donde toma contacto Hervás con el presbítero Juan Albert Martí, admirador de su obra y hombre muy activo en la enseñanza de sordomudos.
En Junio de 1799, Fermín Caballero sitúa a Lorenzo Hervás en Valencia, donde habría firmado con seudónimo, «L. Saure», dedicatorias del libro Compendio de la doctrina de Brown a Mary Carmen Langton de Aranza, esposa del intendente de Barcelona, agradeciéndole la hospitalidad al paladar y a la mente.
Hacia julio de 1799, según noticias dadas a Fermín Caballero por la familia de Lorenzo Hervás, éste llega a Horcajo de Santiago, su pueblo natal; por estas fechas cae enfermo. La estancia en Horcajo dura cuatro meses; desde julio a octubre y en el transcurso de la misma, realiza mejoras en la casa familiar de su primo, el cual siguiendo su consejo compró a la familia Valenzuela la casa situada en el número uno de la calle Cano; en dicha casa Fermín Caballero descubre el oratorio y el retrato que le había hecho la pintora de corte Angélica Kauffman{62}.
Durante la estancia en Horcajo, Lorenzo Hervás recibe noticias sobre las excavaciones realizadas en Cabeza de Griego, hoy llamado Saelices. Jácome Capistrano de Moya, cura de La Fuente Naharro, pueblo cercano a Horcajo, regala a Hervás una publicación que había hecho de dichas excavaciones; estas y otras informaciones le llevan a afirmar que dichas excavaciones pertenecen a la ciudad de Segóbriga, capital de la Celtiberia{63}.
El 10 de octubre de 1799, escribe a D. José Cistué, miembro del Consejo y Cámara de Indias. Durante la estancia en Horcajo, perteneciente en lo eclesiástico a Uclés, Hervás es invitado por Juan Tamayo, prior del convento de esta localidad{64}. El hospedaje que le brindan los monjes de Uclés, hace que pueda disfrutar de la biblioteca de dicho convento durante los meses que estuvo falto de libros; esto le alivia el horror que siente al retiro intelectual prolongado y le favorece para escribir dos obras que deja concluidas: El hombre en religión y De la primitiva población de América{65}.
Entre junio y agosto de 1800, Lorenzo Hervás permanece en Cuenca; allí es invitado por el obispo Palafox, el cual le encarga ordenar la biblioteca del seminario y reformar el plan de estudios; en el otoño vuelve a Horcajo y por esas fechas, el 24 de octubre de 1800, el Conde de Cervera, regidor de Cuenca, comunica por carta al ministro Urquijo su preocupación por la presencia de Lorenzo Hervás en la ciudad{66}.
El siguiente texto nos habla de su llegada a Cartagena en abril de 1801; en esta segunda expulsión vuelve a embarcarse en Cartagena. Envía a Madrid la obra Ético política de Confucio; obra de gran interés filosófico pero que se halla en paradero desconocido.
«Hallándome de paso en esta ciudad de Cartagena desde Abril del presente año 1801 con destino de embarco para Italia a disposición de su dignísimo gobernador el Señor Marqués de la Cañada Ibañez, y habiéndome insinuado este señor, que por falta de buques neutrales mi embarco probablemente tardaría meses, deslié los cuadernos, que de apuntamientos literarios llevo siempre conmigo para poder escribir viajando, y en el primer mes de mi detención he escrito una obra (ya enviada a Madrid para que se publique) que contiene un discurso sobre las cifras literarias chinas, y la ético política de Confucio oráculo de la moral para casi trescientos millones de personas en el oriente.»{67}
Aunque logra publicar muchas de sus obras, los problemas con la censura son constantes a lo largo de toda su obra. Fermín Caballero afirma que, el 19 de julio de 1802, Lorenzo Hervás embarca rumbo a Italia, siendo recomendado por el gobernador Ibáñez al capitán del buque en el que viaja; desembarca en Livorno donde recoge su librería particular para proseguir hacia Roma donde se reubica de nuevo a vivir el 17 de agosto del mismo año y donde continúa sus trabajos{68}.
En el año 1804 el Papa Pío VII le nombra bibliotecario del Quirinal. En Roma, el 7 de julio de 1805, termina el tomo primero de su obra Paleografía universal; el tomo segundo y el tercero los dedicará a Pedro Ceballos, Primer Secretario de Estado. Fermín Caballero afirma que, el 1 de octubre de 1805, Lorenzo Hervás es nombrado socio de honor de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País, según diploma despachado en Bilbao el 1º de octubre de dicho año{69}.
En 1806 se publica el tomo sexto del Catálogo de las lenguas; hasta 1807, continúa Hervás enviando obras escritas en castellano a Madrid donde aparece publicado el tomo segundo de su obra: Causas de la revolución francesa. Escribe esta obra a petición de su amigo Tomás Bernard, a quien la dedica; la fiscalía francesa produce cargos contra este escrito antes de su publicación, su primo de Horcajo hizo un contrato con Joaquín Goya, librero de Madrid, para publicarla y el librero Elías Ranz habría hallado una edición ilegal cuatro años antes de ser impresa.
Según afirma Fermín Caballero, de las obras de Hervás se prepararon gran número de ediciones para enviar a América a través de Cartagena, pero en 1808 quedaron allí hasta que Juan Francisco Gallego y Ángela Panduro se las llevan a Osa de La Vega{70}; la obra El hombre en sociedad no pudo publicarse por problemas con la censura. En los últimos años de su vida Hervás intenta hacer una importante obra de caridad pero le faltan recursos.
El 21 de junio de 1809 finaliza Hervás en Roma la obra Historia del arte de escribir; dedica esta obra a Pedro Ceballos, Primer Secretario de Estado y al Duque de Montemar. Según Fermín Caballero, otra obra titulada: Primitiva población de América, la habría terminado en Horcajo de Santiago y allí habría quedado cuando regresa a Italia por segunda vez.
El 24 de agosto de 1809 fallece Lorenzo Hervás a los 74 años de edad, aquejado de artrosis y muy afectado por la detención del Papa llevada a cabo por Napoleón; Raimundo Diosdado Caballero, su asistente en el lecho de muerte, escribe sobre las últimas horas de la vida de Hervás en la obra: Suplemento a la biblioteca jesuítica. Su tumba, según Fermín Caballero, se situó en Roma, en la iglesia de Jesús, donde figuraba una lápida con su nombre, al lado del evangelio del altar mayor{71}.
Bibliografía publicada
Feijoo, B. J., (1736), Teatro crítico universal, tomo VII, discurso XI, «De lo que conviene quitar de las súmulas», págs. 277-298. Texto perteneciente a la edición de Madrid 1778 por Andrés Ortega, a costa de la Real Compañía de Impresores y Libreros.
Hervás Panduro, Lorenzo (1776), Memoria Sopra i vantaggi e svantaggi dello stato temporale Della citta di Cesena. 32 pp. Ed. Imprenta Biasini, Cesena. Obra presentada al Magistrado de la ciudad de Cesena. Trata de aspectos económicos y sociales de la comarca; en este documento se puede percibir las ideas fisiocráticas de Lorenzo Hervás en materia de ciencia económica. Localización. Biblioteca Malatestiana di Cesena, Cesena, Italia.
Hervás Panduro, Lorenzo (1779), Idea dellŽUniverso, tomo IV, 242 pp. Esta obra está dedicada al Real Supremo Consejo de Castilla, trata del hombre en la agricultura, los oficios y la milicia.
Hervás Panduro, Lorenzo (1783), Idea dellŽUniverso, tomo XIV, 243 pp. + 1 s. n. Trata sobre aspectos relacionados con la geología; desde los fenómenos que ocurren en el interior de la tierra, hasta los atmosféricos.
Hervás Panduro, Lorenzo (1784), Idea dellŽUniverso, tomo XVII, 260 pp. Es una descripción somera de prácticamente todas las lenguas conocidas en el siglo XVIII.
Hervás Panduro, Lorenzo (1789), Historia de la vida del hombre, tomo I, 9 h. s. n. + 379 pp. Ed. Imprenta Aznar, Madrid. Este tomo trata del hombre en la infancia, de las preguntas sobre la herencia de los rasgos físicos, se estudia a nivel antropológico el nacimiento y la infancia del hombre en todo tipo de sociedades.
Hervás Panduro, Lorenzo (1789), Historia de la vida del hombre, tomo II, 2 h. s. n. + 1 h. s. n. Ed. Imprenta Aznar, Madrid. Este tomo trata del hombre de ciencia, de la necesidad de extender la educación científica, de lo que llama lenguas eruditas. Localización.
Hervás Panduro, Lorenzo (1794), Viaje estático al mundo planetario, tomo IV, 2 h. + 323 pp. + 1 h s. p. Ed. Imprenta Aznar, Madrid. Trata de las observaciones astronómicas de los cometas y las estrellas habidas a lo largo de la historia de la humanidad y muy especialmente los logros de la astronomía europea moderna.
Hervás Panduro, Lorenzo (1794), Historia de la vida del hombre, tomo III, 2 h.+ 343 pp. +1 h. s. n. Ed. Imprenta Aznar, Madrid. Esta obra trata de la dialéctica, la retórica, la metafísica, la física, la ética, la matemática la medicina y las causas que impiden el progreso de esta.
Hervás Panduro, Lorenzo (1795), Escuela española de sordomudos, tomo I, 4 h. s. n. + VIII + 2 h. s. n. + 335 pp. Ed. Imprenta Real, Madrid. Obra dedicada al estudio de las causas físicas de la sordera, la situación social del sordomudo a lo largo de la historia.
Hervás Panduro, Lorenzo (1796), Historia de la vida del hombre, tomo IV, 382 pp. + 2 h. s. p. Ed. Imprenta de Fermín Villalpando, Madrid. Trata esta obra del derecho civil y del canónico y de la teología exegética, dogmático escolástica y moral, de la educación moral y civil y de la educación de la mujer.
Hervás Panduro, Lorenzo (1798), Historia de la vida del hombre, tomo V, 3 h s. n.+ 354 pp. Ed. Imprenta Aznar, Madrid. Esta obra trata sobre todo de las relaciones sociales del hombre en su madurez, de la antropología comparativa de razas humanas, de la vida pública y de las relaciones sociales, tanto públicas como privadas desde un punto de vista universal.
Hervás Panduro, Lorenzo (1798), Historia de la vida del hombre, tomo VI, 432 pp. + 2 h. s. p. Ed. Imprenta Aznar, Madrid. En esta obra se trata del celibato, la poligamia, el problema de la despoblación y sus causas; también trata de la anatomía humana y de las costumbres de todo tipo de sociedades y épocas, desde una perspectiva antropológico-lingüística.
Hervás Panduro, Lorenzo (1799), Historia de la vida del hombre, tomo VII, 4 h + 474 pp. + 1 h. Ed. Imprenta Aznar, Madrid. Trata sobre la vejez, la enfermedad y la muerte, estos hechos están tratados desde el punto de vista antropológico, lingüístico y en relación a la cosmogonía, ciencia, costumbres y religión de las sociedades precivilizadas y civilizadas conocidas hasta el siglo XVIII.
Hervás Panduro, Lorenzo (1800), El hombre físico, tomo II, 2 h. s. n.- 564 pp. Ed. Real Arbitrio de la Beneficencia, Madrid. Se trata en el presente tomo de la memoria, el entendimiento y la voluntad y del comercio entre el cuerpo y espíritu.
Hervás Panduro, Lorenzo (1800), fac. (1979), Catálogo de las lenguas, tomo I, Edición facsímil, Ed. Atlas, Madrid. Trata de la historia del estudio de las lenguas hasta el siglo XVIII y de las lenguas americanas desde Tierra de Fuego hasta Groenlandia. Obra original editada en Madrid en la imprenta de la Administración del Real Arbitrio de la Beneficencia en 1800.
Hervás Panduro, Lorenzo (1801), fac. (1979), Catálogo de las lenguas, tomo II, 480 pp. Ed. Atlas, Madrid. Trata de las lenguas del océano Pacífico e Índico y las de Asia. Obra original publicada en Madrid en la Imprenta de la Administración del Real Arbitrio de la Beneficencia en 1800.
Hervás Panduro, Lorenzo (1801), Preeminencias y dignidad que en la Orden Militar de Santiago tienen su Prior eclesiástico y su casa matriz llamada Convento de Uclés. 155 pp. Ed. Imprenta Muñiz, Cartagena.
Hervás Panduro, Lorenzo (1801), Descripción del archivo de la Corona de Aragón, tomo I, 72 pp. Ed. Imprenta Manuel Muñiz. Cartagena.
Hervás Panduro, Lorenzo (1802), fac, (1979), Catálogo de las lenguas, tomo III, 359 pp. Trata de las lenguas de Europa a lo largo de los distintos procesos históricos sucedidos hasta el siglo XVIII. Obra original publicada en Madrid en la imprenta de la Administración del Real Arbitrio de la Beneficencia, en el año 1802.
Hervás Panduro, Lorenzo (1802), fac. (1979), Catálogo de las lenguas, tomo IV, p. + 4 h. s. n.+ 343 pp. Ed. Atlas, Madrid. Este tomo trata de las lenguas europeas y de las incorporadas como consecuencia de las invasiones venidas del este. Obra original publicada en Madrid en la imprenta de la Administración del Real Arbitrio de la Beneficencia, en el año 1802.
Hervás Panduro, Lorenzo (1804), fac. (1979), Catálogo de las lenguas, tomo V, p. + 315 pp. Ed. Atlas. Madrid. Esta obra trata de las lenguas antiguas de Europa, estableciendo entre ellas la categoría de lenguas matrices y dialectos de éstas. Obra original publicada en la imprenta de la Administración del Real Arbitrio de la Beneficencia, en Madrid el año 1804.
Hervás Panduro, Lorenzo (1805), fac. (1979), Catálogo de las lenguas, tomo VI, 379 p. + 2 h. Edición facsímil. Ed. Atlas. Madrid. Trata en este tomo de las lenguas de Europa con especial énfasis en la venida de los celtas; al final tiene un apéndice con alfabetos y numeración en distintos idiomas, entre ellos el etíope. La obra original se editó en la imprenta de la Administración del Real Arbitrio de la Beneficencia en Madrid el año 1805.
Hervás Panduro, Lorenzo (1807), Causas de la revolución francesa, tomo I, 6 h. s. n. + 571 pp. Esta obra trata de lo que a juicio de Lorenzo Hervás son las causas morales, sociales y políticas de la revolución francesa. Esta obra se había intentado publicar antes pero fue confiscada por la Inquisición y por ello se retrasó su edición hasta 1807.
Caballero, Fermín (1868), Conquenses ilustres, tomo I. Ed. Imprenta del Colegio de Sordomudos y Ciegos, Madrid.
Zarco Cuevas J. (O. S. A.) (1936), Estudios sobre Lorenzo Hervás y Panduro, vida y escritos, Asociación Nacional de la Ciencia Española. Madrid.
Herráiz Gascueña M. (1986), Nueva perspectiva sobre Hervás y Panduro. Ed. Gaceta Conquense. Cuenca.
Manuscritos
Hervás Panduro, Lorenzo (SF), Mss. Doctrina y práctica de la iglesia en orden a las opiniones dogmáticas y morales, tomo I, 2 h. s. n. + IV + 113 h. n. Esta obra contiene las ideas filosóficas probabilistas de Lorenzo Hervás; en ella se critica al probabiliorismo. Localización: Biblioteca Marqués de Valdecilla en Madrid.
Hervás Panduro, Lorenzo (SF), Mss. Respuesta apologética, tomo I, 61 h. n. Una parte del texto de este manuscrito está en texto de dos columnas; en una se expone el texto de la censura y en otra la réplica de Lorenzo Hervás a la misma. Al final de la obra dice: «en esta ciudad de Roma hoy 1 de enero 1793. Localización: Biblioteca Nacional de España con la signatura: Mss. 6102.
Hervás Panduro, Lorenzo (SF), Mss. Sobre la intención del ministro en la administración de los Santos Sacramentos. En esta obra teológico filosófica Lorenzo Hervás se inclina por la doctrina de las intenciones de Santo Tomás actualizándola a su época. Esta doctrina viene a sostener que aquellas intenciones que no se manifiestan públicamente son ridículas y no merecen ser consideradas pues vienen a ser como causas que no producen ningún efecto. Localización: Este manuscrito se halla en la Biblioteca Nacional de España con la signatura: Mss. 7803.
Hervás Panduro, Lorenzo (SF), Mss. El hombre en religión, tomo I, 2 h. s. n. + 133 h. n. El autor dice que escribió el presente tomo en Roma; es obra teológico-dogmática y trata sobre las pruebas sobre la existencia de Dios y localidad de las mismas. El dogma cristiano es visto como razonable y cuestionable aún estando predispuesto a la creencia. El dogma es razonable aunque la observación y la experiencia científicas no lo puedan comprender. Localización: Biblioteca Nacional de España con la signatura: Mss. 7963.
Hervás Panduro, Lorenzo (SF), Mss. Paleografía universal, tomo I, XI h. n. + 192 h. n. + 1 h. s. n. Esta obra manuscrita consta al principio de una introducción a la paleografía, en la cual se esbozan las principales ideas del autor en relación con esta disciplina. El resto de la obra trata de los alfabetos utilizados en la Indias orientales, desde el Indostán hasta Corea pasando por China, Japón y Filipinas. Localización: Biblioteca Nacional de España con la signatura: Mss. 8496.
Documentos oficiales
Libro VI de bautizados de la iglesia de Horcajo de Santiago; año 1735.
Notas
{1} Caballero, Fermín (1868), Conquenses ilustres, tomo I, p. 217. (1735), Libro VI de bautizados de la iglesia de Horcajo de Santiago.
{2} Caballero, Fermín (1868), Conquenses ilustres, tomo I, pp. 22-23
{3} Hervás Panduro, Lorenzo ( SF), Mss. Sobre la intención del ministro en la administración de los Santos Sacramentos. En esta obra teológico filosófica Lorenzo Hervás se inclina por la doctrina de las intenciones de Santo Tomás actualizándola a su época. Esta doctrina viene a sostener que aquellas intenciones que no se manifiestan públicamente son ridículas y no merecen ser consideradas pues vienen a ser como causas que no producen ningún efecto.
{4} Hervás Panduro, Lorenzo (1798), Historia de la vida del hombre, tomo V, p. 214.
{5} Zarco Cuevas, J. (O. S. A.) (1936), Estudios sobre Lorenzo Hervás y Panduro, vida y escritos, p. 10. Fermín Caballero da la misma fecha de entrada de Lorenzo Hervás en la Orden de San Ignacio de Loyola.
{6} Caballero F. (1868), Conquenses ilustres, tomo I, p. 24.
{7} Feijoo, B. J., (1736), Teatro crítico universal, tomo VII, discurso 11, «De lo que conviene quitar de las súmulas».
{8} Hervás Panduro, Lorenzo (1800), El hombre físico, tomo II, p. 360.
{9} Hervás Panduro, Lorenzo (1794), Historia de la vida del hombre, tomo III, p. 189, «El jesuita Tomás Cerdá mi maestro publicó una geometría buena, y la siguiente obra: Lecciones de matemática, o elementos de aritmética y álgebra. Barcelona 1758, 8 vol».
{10} Hervás Panduro, Lorenzo (SF), Mss, Sobre la intención del ministro en la administración de los santos sacramentos, ff 14v y 14vŽ.
{11} Hervás Panduro, Lorenzo (1798), Historia de la vida del hombre, tomo VI, p. 73.
{12} Hervás Panduro, Lorenzo (1794), Historia de la vida del hombre, tomo III, p. 242.
{13} Hervás Panduro, Lorenzo (1799), Historia de la vida del hombre, tomo VII, pp. 179-180.
{14} Hervás Panduro, Lorenzo (1801), Preeminencias Y dignidad en el convento de Uclés, tomo I, p. 31.
{15} Hervás Panduro, Lorenzo (1789), Historia de la vida del hombre, tomo I, p. 357.
{16} Caballero, Fermín (1868), Conquenses ilustres, tomo I, p. 34.
{17} Hervás Panduro, Lorenzo (1796), Historia de la vida del hombre, tomo IV, p. 275
{18} Hervás Panduro, Lorenzo (1802), Catálogo de las lenguas, fac., tomo III, pp. 48-49.
{19} Hervás Panduro, Lorenzo (1800), Catálogo de las lenguas, fac., tomo I. p. 129.
{20} Hervás Panduro, Lorenzo (1776), Sobre las ventajas y desventajas de Cesena, p. 4.
{21} Hervás Panduro, Lorenzo (1776), Sobre las ventajas y desventajas de Cesena, p. 17.
{22} Hervás Panduro, Lorenzo (1800), Catálogo de las lenguas, fac., tomo I, p. 114. (SF), Mss. El hombre en religión, tomo I, f. 114. NOTA: Comprobar a que tomo pertenece el folio manuscrito
{23} Hervás Panduro, Lorenzo (1789), Historia de la vida del hombre, tomo II, p. 320
{24} Hervás Panduro, Lorenzo (1779), Idea dellŽUniverso, tomo IV, pp. 92-93.
{25} Hervás Panduro, Lorenzo (1794), Viaje estático al mundo planetario, tomo IV, p. 1.
{26} Hervás Panduro, Lorenzo (1800), fac., Catálogo de las lenguas, tomo I, pp. 180-181.
{27} Ibidem, p 124-125.
{28} Ibidem, p 222.
{29} Ibidem, p 225.
{30} Hervás Panduro, Lorenzo (1801), fac., Catálogo de las lenguas, tomo II, pp. 32-33.
{31} Herráiz, M. (1986), Nueva perspectiva sobre Hervás y Panduro pp. 17 y 19.
{32} Hervás Panduro, Lorenzo (1784), fac., Catálogo de las lenguas, Tomo II, p. 31
{33} Hervás Panduro, Lorenzo (1784), Idea dellŽUniverso, tomo XVII, p. 63.
{34} Hervás Panduro, Lorenzo (1783), Idea dellŽUniverso, tomo XVII, p. 87.
{35} Hervás Panduro, Lorenzo (1799), Historia de la vida del hombre, tomo VII, p. 225.
{36} Hervás Panduro, Lorenzo (1784), Idea dellŽUniverso, tomo XVII, p. 171.
{37} Hervás Panduro, Lorenzo fac., Catálogo de las lenguas, tomo I, p. 64.
{38} Hervás Panduro, Lorenzo (1789), Mss. Respuesta apologética, tomo I, f. 9v.
{39} Hervás Panduro, Lorenzo (1804), fac., Catálogo de las lenguas, tomo V, p.220.
{40} Hervás Panduro, Lorenzo (1789), Historia de la vida del hombre, tomo II, pp. 114-115.
{41} Hervás Panduro, Lorenzo (1784), Idea dellŽUniverso, tomo XVII, pp. 171.
{42} Hervás Panduro, Lorenzo (SF), Mss. Sobre la intención del ministro en la administración de los santos sacramentos, tomo I, ff. 1 y 1-v.
{43} Hervás Panduro, Lorenzo (1799), Historia de la vida del hombre, tomo VII, p. 148.
{44} Hervás Panduro, Lorenzo (SF), Mss. Respuesta apologética, tomo I, f. 28.
{45} Hervás Panduro, Lorenzo (SF), Mss. Doctrina y práctica de la iglesia, tomo I ff. I y I-v.
{46} Hervás Panduro, Lorenzo (SF), Mss. Paleografía universal, tomo I, f. 57v.
{47} Hervás Panduro, Lorenzo (SF), Mss. Paleografía universal, tomo I, f. 113-v.
{48} Hervás Panduro, Lorenzo (1807), Causas de la revolución francesa, tomo I, p. 406.
{49} Hervás Panduro, Lorenzo (1800), fac., Catálogo de las lenguas, tomo I, p 198.
{50} Ibidem, p. 301.
{51} Hervás Panduro, Lorenzo (1798), Historia de la vida del hombre, tomo VI, p. 120.
{52} Hervás Panduro, Lorenzo (1794), Historia de la vida del hombre, tomo III, p. 200.
{53} Hervás Panduro, Lorenzo (1795), Escuela española de sordomudos, tomo I, pp. 19-20.
{54} Hervás Panduro, Lorenzo (SF), Mss. Doctrina y práctica de la iglesia, tomo I, f. 33.
{55} Hervás Panduro, Lorenzo (1783), Idea dellŽUniverso, tomo XIV, p. 217.
{56} Caballero, Fermín (1868), Conquenses Ilustres, tomo I, p 62.
{57} Caballero, Fermín (1868), Conquenses ilustres, tomo I, pp. 92-93.
{58} Hervás Panduro, Lorenzo (SF), Doctrina oficial de la iglesia, tomo I, ff. III-v y IV.
{59} Caballero, Fermín (1868), Conquenses ilustres, tomo I, p 49.
{60} Hervás Panduro, Lorenzo (1805), fac., Catálogo de las lenguas, tomo VI, pp 258-259.
{61} Hervás Panduro, Lorenzo (1801), descripción del archivo de la Corona de Aragón, tomo I, p. 3.
{62} Caballero, Fermín (1868), Conquenses ilustres, tomo I, pp. 53, 64-65.
{63} Hervás Panduro, Lorenzo (1801), Preeminencias y dignidad en el convento de Uclés, tomo I, pp. 42-43.
{64} Hervás Panduro, Lorenzo (1801), (1801), Descripción del archivo de la corona de Aragón, tomo I, p. 44.
{65} Ibidem, p. 4.
{66} Herráiz, M. (1986), Nueva perspectiva sobre Hervás y Panduro, p. 28.
{67} Hervás Panduro, Lorenzo Preeminencias y dignidad en el convento de Uclés, tomo I, p. 3.
{68} Hervás Panduro, Lorenzo (1802), Catálogo de las lenguas, tomo IV, pp. 3-4. Caballero, Fermín (1868), Conquenses ilustres, tomo I, p. 67.
{69} Caballero, Fermín (1868), Conquenses ilustres, tomo I, p. 71.
{70} Ibidem, pp. 128-129.
{71} Zarco Cuevas, J. (O. S. A.), Estudios sobre Lorenzo Hervás y Panduro. p. 21. Fermín Caballero no encontró en su día el acta de defunción de Lorenzo Hervás. El P. Portillo la transcribe en la revista Razón y fé; en dicha acta se expone que una vez hechas las exequias acostumbradas, Lorenzo Hervás fue sepultado en la iglesia de Gesú en la sepultura de los sacerdotes al lado del altar mayor.