El CatoblepasSeparata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
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El Catoblepas · número 182 · invierno 2018 · página 12
Artículos

Notas para un abordaje filosófico del Partido Revolucionario Institucional

Gabriel Alan Lozano

Se comienza la labor de reconstrucción de la historia del PRI mexicano

PRI

Advertencia

El siguiente artículo es el comienzo de una serie de trabajos que, en conjunto, buscan un efectuar una investigación esclarecedora de la historia del Partido Revolucionario Institucional. Análisis parciales del PRI ciertamente no han faltado, pero consideramos que su historia ya desborda las categorías que han buscado tratar la totalidad del asunto. El abordaje filosófico es aquel que está capacitado para dar cuenta de la gran cantidad de material que se nos presenta al momento de hablar de las morfologías internas al partido.

No alegamos que este sea el análisis definitivo del Partido Revolucionario Institucional, ni sostenemos que sea el primero. De ser lo primero caeríamos en un dogmatismo el cual rechazamos (esto sin negar la necesidad de compromisos ontológicos y gnoseológicos) y, de ser lo segundo, imposible sería este trabajo pues requerimos partir de conocimientos ya dados o de primer grado (nos referimos al conocimiento arrojado desde categorías científicas y no científicas así como los documentos que conforman el corpus doctrinal del partido) para así poder construir un saber de segundo grado (es decir, filosófico). Esto ya es un posicionamiento filosófico que reconoce la necesidad y sumo interés de trabajos que desde la estadística, la economía, el derecho, la historiografía o bien la politología han levantado balances muy precisos y meticulosos.

Requerimientos para un abordaje filosófico del PRI

Como lo anunciamos con anterioridad, los abordajes filosóficos requieren de un compromiso ontológico y gnoseológico en virtud del cual podamos ejercitar un análisis lo suficientemente potente para dar cuenta de lo tratado. En nuestro caso, el compromiso filosófico será con el sistema filosófico llamado Materialismo Filosófico. A continuación disponemos a explicar cuáles son los motivos que nos orillaron a decantarnos por este y no otros.

Gustavo Bueno, principal autor del sistema, cuenta con una serie de doctrinas (teorías) de gran potencia para poder abordar la infinidad de categorías que se atraviesan en el momento de realizar un trabajo con las características de nuestras intenciones. Estamos hablando específicamente de su teoría política y su filosofía de la ciencia referidas a sus emblemáticos trabajos Teoría del Cierre Categorial y Primer ensayo sobre las categorías de las “ciencias políticas”. El primero nos permitirá poder clasificar el material que surja de los acercamientos científicos y determinar su estatuto gnoseológico mientras el segundo, estando resuelta la problemática gnoseológica tocante a las ciencias políticas en el trabajo anterior, será la plataforma desde la cual escudriñaremos el material político. A este arsenal sumaremos el Ensayo sobre las categorías de la economía política y trabajos que rebasan ya el arco de los dientes de Bueno tales como el Diccionario filosófico de Pelayo García Sierra.

Sobre la fase Gnoseológica

Para poner delante la heterogeneidad de los materiales, nos sirven de ejemplo los textos de editorial Siglo XXI que llevan por título El Perfil de México en 1980 y que echaron mano de los métodos propios de la estadística, sociología y teoría de la economía para intentar realizar un cotejo de aquello que conformaría a México al comienzo de la década de los 80. Entre las temáticas encontramos las políticas agrarias y sociales, los planes de desarrollo económico del campesinado y las acciones en materia de relaciones internacionales. Todas ellas desde una perspectiva, como ya lo dijimos, que busca reivindicarse como científica. La razón por la que resulta indispensable considerarles es el hecho de que los presidentes que regirían México durante este periodo fueron priistas y su acción reflejaría los planes y programas del partido.

Un acercamiento parecido al anterior son los trabajos compilatorios de las Reformas económicas en México 1982- 1999 llevados a cabo por Fernando Clavijo y editados por el Fondo de Cultura Económica; la Comisión Económica para América Latina y el Caribe así como Estrategia y Análisis Económico, Consultores, S.C. Este documento, más inclinado a la perspectiva política y del derecho, aborda los problemas estructurales que surgirían después del comienzo de la aplicación de las políticas neoliberales en México y su impacto en diversas áreas tales como la macroeconomía, inversiones, crédito público y política social. Un trabajo por lo demás de enorme interés que retrata una sección critica de la historia del partido que comenzaría en el año de la Nacionalización de la banca y terminaría con el último año del partido en el poder previo a la alternancia en la silla presidencial.

A la fase gnoseológica agregaremos no solo los abordajes etic de los científicos sociales y especialistas en politología, sino también los materiales con perspectiva emic, por ejemplo, los documentos básicos, actas constitutivas y acercamientos historiográficos surgidos desde las mismas filas del partido. Discursos políticos de los presidentes del Comité Ejecutivo Nacional como los que se distinguen en el texto de La revolución reforma y transforma a México (1969) de Alfonso Martínez Domínguez donde se arrojan el proceder interno de los que ejecutaban y operaban en las filas del partido.

En este momento tenemos la oportunidad de reafirmar lo siguiente: la perspectiva de este trabajo no se fina a la del militante, ni busca alguna suerte de reestructuración partidista de la organización sino un abordaje eminentemente filosófico del mismo desde el materialismo filosófico. Decimos lo anterior ante el escenario de esfuerzos que pudieran considerarse como similares a los nuestros que cristalizaron en trabajos como el Esbozo Histórico del año 2003. Este se realizó como una reconstrucción político historiográfica coordinada por Fernando de Garay y el texto fue editado por Fundación Colosio (organismo estatutario del PRI encargado de la difusión, impresión y divulgación de material útil para la preparación de sus cuadros y la ciudadanía). El Esbozo Histórico es un repaso histórico por la construcción del México institucional, el milagro mexicano, la justificación de la presencia del partido y su eficacia para enfrentarse a las necesidades sociales, todo esto apuntalando a la posterior previa derrota electoral sufrida del año 2000. Este acontecimiento resultó en un sismo tan profundo en la estructura partidista que se requirieron este tipo de labores con la finalidad de crear un plan que encumbrara nuevamente al partido en la silla presidencial.

Todos los materiales anteriormente considerados son incapaces de dar cuenta de lo que podríamos nos atreveremos a llamar la esencia del PRI. Estando finados a sus respectivos campos categoriales sólo dan análisis parciales (totalmente requeridos) de una realidad desbordante de las categorías sociológicas, políticas, económicas etcétera. Las notas en este primer trabajo no buscan ser un recorrido historiográfico, es en todo caso –lo repetiremos hasta el cansancio– un abordaje filosófico.

Sobre la fase ontológica. El Mito del PRI

Los abordajes del Partido Revolucionario Institucional, desbordan las categorías de análisis que se han presentado hasta ahora. Fundado en 1946, el PRI cuenta con dos denominaciones anteriores; el Partido de la Revolución Nacional (PNR 1929) y el Partido de la Revolución Mexicana (PRM 1938). Después de una historia tan basta, ¿cuáles serían entonces las directrices que nos permitieran el prudente balance de los años transcurridos? Aquí se ha de ensayar un primer acercamiento que plantee una respuesta a la siguiente cuestión: ¿cuántos Priismos han existido?

Cabe aclarar que desde nuestra perspectiva, la dialéctica de la historia no se da en la lucha de clases sino en la dialéctica de Estados, siendo estos últimos las figuras fundamentales de la historia (esto desmarcándonos de aquellos que finen la historia del partido a la misma dialéctica de los partidos, a criterios antropológicos o a una larga lucha entre el sistema del supuesto poder opresor y el «pueblo»). Este proceder no es en nada novedoso, ya en el siglo XX y finales del XIX existen diversos acercamientos parecidos. Molina Enriques (Los Grandes Problema Nacionales), José Vasconcelos (Breve Historia de México) y Jesús Reyes Heroles (véanse las Obras completas de Jesús Reyes Heroles editadas por Fondo de Cultura Económico) son de aquellos que han permanecido (sabiéndolo o no) asidos del criterio estatal y han podido desmarcarse a sí mismos de interpretaciones indefinidas, idealistas o metafísicas para lograr una potente reconstrucción de su tiempo. Sus escritos no fueron análisis reduccionistas que retrataban las injusticias sociales y las colocaban como el objetivo clave de los políticos, sino ensayos, discursos o tratados que presentaban lecturas sistemáticas y consistentes de su entonces presente y que hasta el día de hoy se convierten en indispensables para entender México.

Este criterio también se encuentra presente en el ensayo político de Gustavo Bueno titulado El Mito de la Izquierda en el cual procede a realizar una clasificación de los grupos que componen la llamada izquierda (frente a la cual no niega su existencia, sino su unidad) en Izquierdas definidas e indefinidas. Las primeras serian aquellas que mantienen una postura frente al estado (aunque sea el de su aniquilamiento, como en el caso del anarquismo más reaccionario) y las segundas aquellas que carecen de esta (movimientos ecologistas, animalistas, ambientalistas o pacifistas). Así como Bueno no discute la existencia de la «izquierda», de un modo análogo, por nuestra parte, lo que se abordará en esta serie de artículos, no es la existencia del PRI, sino la unidad del mismo como un continuo histórico único e incorruptible. La clasificación ensayada por Bueno en el texto ya mencionado podría resultar problemática cuando hablamos de una institución política como lo es el PRI. Esto lo consideramos así al ser evidente una postura frente al Estado por parte del Revolucionario Institucional la cual estaría ejercitada a lo largo de su historia en distintos momentos. Entonces diremos que, cualquier movimiento político partidista, plan o programa emanado de la estirpe priista se encuentra definido frente al estado. El núcleo del análisis de estos ensayos estaría dado en los «planes y programas» donde una de las capas de la sociedad política dominaría sobre las demás.

Una brevísima exposición sobre el cuerpo de la sociedad política

Críticamente frente al materialismo dialecto el cual utilizaba la imagen de una estructura arquitectónica para entender el Estado dividiendo a la sociedad política en estructura y superestructura, la teoría política del Materialismo Filosófico propone la imagen de un cuerpo. Este cuerpo ha de tener tejidos que, al igual que el sistema muscular, pudiera verse como una capa que recubre el sistema óseo. Entonces, las capas del cuerpo de la sociedad política cortical, conjuntiva y basal se recubren la una a la otra.

Comencemos por explicar brevísimamente qué contenidos corresponden a cada capa. Empezando por los basamentos de la sociedad misma, corresponden a la capa basal los contenidos impersonales que forman parte del entorno de la sociedad política y que han sido conceptualizados. Esto último es importante pues evita el reduccionismo de los contenidos de la capa basal a simplemente recursos naturales. La importancia de esta capa es de primer orden pues, a diferencia de la tesis marxista, la apropiación de un territorio se da previamente a la dialéctica económica. La economía entonces, estará subordinada a la repartición de la riqueza posterior a la apropiación del territorio.

En segundo lugar tenemos la capa conjuntiva la cual contiene las instituciones que darán dirección al conjunto social. Son pues contenido de la capa basal, por ejemplo; las leyes, las constituciones estatales, reformas política y los códigos civiles.

Por último, la capa cortical se constituye por los contenidos relativos a los Estados extranjeros. Ejemplos de los contenidos de esta capa son; las frontera, tratados comerciales con otras sociedades políticas, solicitudes de extradición a criminales y las disposiciones relacionadas con los inmigrantes.

La periodización del Partido Revolucionario institucional encontraría su núcleo en la evolución histórica de sus planes y programas cristalizados en acciones políticas y que pueden clasificarse en alguno de los tres Géneros y sus respectivos tipos dentro de la Tipología de las Sociedades políticas expuestas por Bueno en el Primer ensayo sobre las categorías de las “ciencias políticas” y re expuestas por Pelayo García Sierra en el Diccionario Filosófico.

La primera programación. PNR 1924

Elegido presidente en el año de 1924, Plutarco Elías Calles procede a realizar una reestructuración institucional que desembocaría en la fundación del PNR en 1929 como un partido que buscaría integrar a los diferentes gremios emanados del conflicto revolucionario de finales de la primera década del siglo XX. El documento que concentraría los planes y programas del Nacional Revolucionario en primera instancia sería la Declaración de Principios, aunque este serviría solamente para poner de manifiesto una política que ya se encontraba en marcha desde el cuatrienio anterior. Ya en el primer apartado deja en claro la lealtad del Partido con lo que el documento llama sistema democrático, al hacer patente su compromiso con la realización de un sistema que permita la libertad de sufragio por parte de todos los ciudadanos.

La Soberanía Nacional se convierte en el eje central de la política exterior del País. El partido desconocerá totalmente cualquier doctrina extraña a la Nación misma que trate de regular los derechos nacionales e internacionales de México. Seguramente este posicionamiento se realiza frente a las múltiples interpretaciones de la Doctrina Monroe emitida un siglo detrás. Esta postura resultaría clave para el posterior actuar de México e intervención en la Segunda Guerra Mundial. Era bien conocido, como menciona Julio Fabela, que las direcciones de acción derivadas de una lectura de aquel discurso del presidente James Monroe obedecerían íntegramente a los intereses de la Unión Americana.

En el párrafo II de la Declaración de principio se expone la intención de incorporar proteger y civilizar a la ciudadanía indígena. Esto último con la finalidad de instituir la igualdad entre la sociedad incluyendo los llamados factores étnicos e históricos de la nación como indispensables. Esto es retomado en el párrafo VIII del Programa de Acción como una referencia hacia el elemento indigenista de la identidad mexicana emic el partido.

En la sección de INDUSTRIA, el Programa de Acción habla de la misma como “uno de los factores que más poderosamente concurren en beneficio de la economía general”. También se aclaran la preferencia por el mercado interno frente a la importación de productos extranjeros como un fortalecimiento de la industria interna. Es decir, es la conjunción de la programática cortical y basal en favor de la conjuntiva.

Consideraremos a la luz del proceder de los presidentes posteriores a Calles y anteriores a Cárdenas (1928 1940) y los documentos básicos que conformaron al Partido Nacional Revolucionario en su etapa inaugural, así como el proceder político efectivo, puede clasificarse su planificación y programática en aquella que pertenecería a la sociedad política del primer genero tipo III, aquella en donde existe una dominación de la capa conjuntiva frente a las otras dos.

Bibliografía

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