El CatoblepasSeparata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
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El Catoblepas · número 194 · enero-marzo 2021 · página 16
Libros

Índice de índices

José Luis Pozo Fajarnés

Sobre el libro autoeditado de Hilario Franco Bastelo (2019)

portada

Hilario Franco (1960-2020), autor de Índice de índices, falleció el treinta de octubre pasado, de un infarto de miocardio. No era el primero que había sufrido. Los ataques previos lo habían dejado lo suficientemente maltrecho como para no poder aguantar uno más.

Este comentario –de la única obra propia que editó– quiere ser además un homenaje personal, y está escrito desde la amistad que nos acercó durante muchos años, pese a que teníamos un modo de ver el mundo tan opuesto. Ammonio Gramático, en el siglo IV de nuestra era, recogió una frase de Aristóteles, dirigida a Platón, que se ha hecho muy famosa: Amicus Plato sed magis amica veritas («Amigo (es) Platón, pero más amiga (es) la verdad»). Frase a la que yo aquí, refiriéndome a Hilario Franco, le voy a dar la vuelta: «Soy más amigo de Hilario Franco, que de la verdad». Y lo que sigue quiere ser demostración de ello.

El título de su libro merece la primera parada, Índice de índices{1}. Título que el mismo señala deudor de una expresión similar de Jorge Luis Borges, con la que indica esa ilógica lógica que caracteriza su literatura. Con este título nos explica que el libro, su libro, o mejor, sus libros (los demás inéditos), deberán tener todos ellos el mismo título –no en vano así lo subtitula: Primera parte–, y serán el continente de lo que él fue, de lo que fue su vida. Una vida que, como todas las vidas, en mayor o menor medida, está repleta de contradicciones. Índice de índices es, además, el conjunto de esas contradicciones. Y un conjunto que, por sí mismo, implica la contradicción. Me explico:

En el pasado siglo, en sus inicios, vio la luz un sistema axiomático de conjuntos, presentado por dos matemáticos, Ernesto Zermelo y Abraham Fraenkel. Allí descubrieron una paradoja, que luego haría famosa otro matemático, también conocido como filósofo, Bertrand Russell. La paradoja es la siguiente: Un conjunto M (para nuestro caso el Índice primero del título), que contiene cada uno de sus subconjuntos m, m1, m2,… (los índices plurales contenidos, con los que Hilario Franco presenta sus versos y sus prosas, su filosofía y su ideario político… capítulo a capítulo) como elementos, es inconsistente como tal conjunto. O sea, que si se presenta como tal conjunto, es contradictorio, pues sucede a la vez que se contiene a sí mismo como un elemento y no se contiene a sí mismo como elemento. Sin incidir en la demostración de Zermelo y Fraenkel, podemos hacernos entender señalando que el primer índice del título no puede ser conjunto y subconjunto a la vez. El sintagma supone un circularismo, una petición de principio, que asume la paradoja.

Pero esto, en mi humilde parecer, el autor no lo ignora, pues así lo señala en la explicación que él mismo da del título elegido para su obra, en el primer capítulo: 12 y 7. Índice de índices. Petición de principio. Capítulo en el que introduce su primer poema, el soneto palíndromo Somos Seres Solos{2}:

Seda de los ayeres, las edades,
Adivinas, acaso, pero nada,
ladera nueva, usada malla, vara
peso natural, ropaje de más.

El arte, la leída nota, damos
azul sabor la sed, amarga nauta,
lunática morada de los solos,
soledad, aroma, cita nula.

Tú, anagrama de sal, robas luz,
asoma dato, nadie, la letra lesa
me deja por la ruta, no se para.

Va, llamada suave, una red
alada no reposa, casa nívida
seda de sal, seré ya soledades.

La simetría es una constante en esta obra de Hilario Franco. Simetría en los sonetos, pues no es este el único soneto palíndromo que podemos leer en su libro{3}, simetría entre representaciones de objetos y de signos ortográficos. Estudio de palabras, de poemas de poetas, de ensayos de ensayistas, de novelas, de mitos, de animales, de la Biblia, &c. Así lo podrán ustedes comprobar, si tienen la oportunidad de leer este intrincado libro que lo que menos busca es la claridad en los contenidos. Algo de lo que nos hacemos eco incluso por el mero hecho de que ni siquiera ha querido numerar todas sus páginas. El mensaje que trasmite con ello es del mismo calado que la mayoría de los contenidos de cada uno de los capítulos.

Con este escueto comentario solo he pretendido hacer un homenaje al compañero de las más desbaratadas aventuras, las que compartimos ambos con otro entrañable amigo Chule –Jesús Raboso–, que fue el primero en dejarnos. Con estas líneas he pretendido homenajear al amigo que se ha marchado de nuestro lado (a él le gustaría que dijera –estoy seguro de ello–que se ha marchado a lomos del caballo /máquina Clavileño, que Cervantes nos regaló en su Quijote, o quizá también, a los de ese inescrutable escarabajo, oriundo de la Tierra prometida, de haber tenido alas como aquel en el que el Trigeo de Aristófanes ascendió a los cielos). Con estos breves párrafos he querido dar el último adiós al idealista, al cabalista, al contrincante constante en tantas discusiones, a veces interminables. Unos calificativos numerosos pero que acompañan al más importante de todos, al que hay que poner en primer lugar, porque quiero que se escuche como un grito: ¡Amigo querido!

Y, para cerrar, los últimos versos que cierran la primera parte de su Índice de índices:

En la Villa Franca platónica{4}

Lagunas todas tenemos
Y algunos tienen algunas
Chicas si las olvidamos
Grandes si reconocemos

En San Román de los Montes, a 7 de noviembre de 2020

——

{1} Texto auto editado, no en vano una de sus actividades más conocidas de Hilario Franco fue la de editor.

{2} El soneto se había publicado en, con variaciones, previamente. Puede leerse una de esas versiones diferente, en este sitio web: wwwpsilicosisblogspotcom.blogspot.com

{3} Pueden leerse muchos palíndromos en nuestra lengua española, tan rica también en este aspecto, el de la posibilidad que tiene de construir con ella estas simetrías, mucho más difíciles en cualquier otro idioma dado el enturbiamiento vocálico que presentan. Y no decimos que sea imposible hacerlo, pues palíndromos versificados se han escrito y se escriben en muchas lenguas. Desde el poeta griego Sótades, del siglo III a. C.,  pasando por el francés Robert Rapilly y terminando en Hilario Franco. Solo incidimos en la limpieza de nuestro idioma a la hora de su construcción.

{4} Con este título se refiere al lugar en el que vivió sus últimos años: una casita remozada por él mismo, en las orillas de una de las Lagunas de Villafranca de los Caballeros.

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