El CatoblepasSeparata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
publicada por Nódulo Materialista • nodulo.org

logo EC

El Catoblepas · número 204 · julio-septiembre 2023 · página 13
Artículos

Vicente Cadenas y la disidencia falangista en el sur de Francia

Jeroni Miquel Mas Rigo

Se estudia el intento del ministro socialista Prieto de crear, con la colaboración de los disidentes falangistas en el sur de Francia, una Falange Española Auténtica, que desestabilizase la «zona nacional», aprovechando el malestar ocasionado por el Decreto de Unificación

Como consecuencia del decreto de unificación de Falange con el Requeté (abril de 1937), se desató una represión contra los hedillistas y los falangistas que no aceptaron la desaparición del partido fundado por José Antonio Primo de Rivera. La represión fue especialmente intensa, aunque totalmente silenciada por el régimen franquista. Así, según el historiador Luis Suárez:

«Cuando a finales de 1937 pasan a Franco la estadística de detenidos y procesados por los incidentes [de la Unificación] esos suman entre falangistas y requetés 1.521, de los cuales 1.459 eran falangistas y 62 requetés, 21 requetés fueron condenados y 192 falangistas; de estos últimos 48 a cadena perpetua.»{1}

Hubo algunos dirigentes que se salvaron huyendo a Francia. Entre ellos podemos citar a Vicente Cadenas{2} (consejero nacional), Ángel Aldecoa{3} (jefe provincial de Álava) y Ángel Nieto (jefe provincial de Zamora, que había sido condenado a 20 años de reclusión). También se exilió, supuestamente, el falangista antihedillista Esteban Roldán Oliarte.{4} A los disidentes hedillistas se les imputó la creación de una clandestina organización de oposición falangista. Escribe Dionisio Ridruejo:

«Vicente Cadenas se marchó a Francia y allí intervino –con mejor o peor fortuna– en la organización de una cierta Falange Española Auténtica (F.E.A.) cuyos contactos con Indalecio Prieto no han sido nunca bien aclarados, que yo sepa. La F.E.A. tuvo un cierto eco interior pero muy escaso desarrollo, y el hedillismo pasó a ser una críptica realidad minoritaria en el seno o al margen del nuevo falangismo oficial.»{5}

Ahora bien, Cadenas siempre negó haber pertenecido a la FEA; ya en un informe realizado el 10 de marzo de 1939 –cuando residía exiliado en Génova (Italia)–, sobre el camarada Martí Pou,{6} escribe:

«Últimamente me insistió [Pou] si sabía si en España se estaba haciendo propaganda de la FEA. Le dije que desconozco esa organización, a pesar de ser la segunda vez, de una manera idéntica a esta, que me hacen la pregunta, textualmente le dije “no sé si hay propaganda en España, pues hace dos años que falto”.»

Ahora bien, ¿qué era la FEA? Para empezar, hay que distinguirla de la Falange Autónoma. Según la historiadora Ellwood:

«Entre 1937 y 1938, “un camisa vieja” de Falange muy respetado por sus camaradas, Patricio González de Canales, intentó formar un grupo denominado “Falange Autónoma”. El grupo no tenía más base que el descontento o la incomodidad latente de unos pocos individuos aislados, como cabía esperar mientras todavía duraba la guerra y con el encarcelamiento de Hedilla como ejemplo a los posibles rebeldes. […] Al mismo tiempo, aunque al parecer sin ninguna conexión con la Falange Autónoma, una organización clandestina autodenominada Falange Española Auténtica (FEA) hizo circular octavillas en las que se protestaba contra la Unificación y se urgía a los “verdaderos” falangistas a restablecer la Falange anterior a 1937.»{7}

Lo que la autora denomina «Falange Autónoma» no fue otra cosa que una especie de corriente dentro de FET, que pretendía que el partido estuviera controlado por los «camisas viejas». Nunca fue una organización de oposición a Franco. Entre sus miembros podemos citar a Patricio González de Canales, Narciso Perales, Martín Ruiz Arenado y Dionisio Ridruejo.

A finales de 1937, se distribuyeron hojas y octavillas que hacían referencia a la Falange Auténtica. Algunas de estas hojas fueron reproducidas en la prensa de la España republicana:

«¡Camaradas de la Falange: Vengad a vuestros camaradas asesinados y encarcelados! ¡Vengaos de la humillación que sufrís!

¡Españoles todos: Uníos en santa hermandad con los camaradas de Falange auténtica para extirpar a los traidores y para dar fin a esta guerra fratricida. […]» (Solidaridad Obrera, 18-I-1938).

Ahora bien, para Ellwood, la fuente de estas octavillas no es seguro que tuviera un origen falangista; sino que para algunos

«formaban parte de un plan para desestabilizar la situación política en la zona nacionalista y que tal plan fue planeado y realizado desde la zona republicana por el dirigente socialista Indalecio Prieto. […]»{8}

La fuente de Ellwood es Serrano Suñer que escribe:

«Acaso Prieto pensó en serio en lograr una aproximación del falangismo al socialismo. […] Agentes de Prieto fomentaron la formación de un seudomovimiento –la FEA (Falange Española Auténtica)– radicado en el sur de Francia.»{9}

En conversación con el historiador Payne, Fernández-Cuesta le manifestó que Prieto le incitó para que se uniera a la misteriosa FEA, «pero que después de sus amargas experiencias de 1936 no tenía ningún deseo de oponerse a Franco.»{10}Años más tarde, Fernández-Cuesta no le quiso revelar a Ellwood «el contenido de su conversación con Indalecio Prieto y afirmó que la FEA no fue más que “unos falangistas aislados que no estuvieron conformes con la Unificación.”» Añade Ellwood que:

«Merece la pena señalar que los dos falangistas que con mayor frecuencia son asociados con la FEA, Fernández Cuesta y Cadenas, vivían en la misma casa poco después de la unificación, pues Fernández Cuesta permaneció cierto tiempo en la casa de Cadenas en Francia después de su salida de Valencia y camino hacia la España nacionalista.»{11}

La FEA no existió, no fue más que un invento de Prieto para crear discordias entre los falangistas, aprovechando el malestar ocasionado por la Unificación en los sectores más puristas del partido. Conviene señalar que nos referimos a la FEA de 1937-1938, no a la Junta Política clandestina, que se creó una vez finalizada la guerra, y que tenía a Emilio Rodríguez Tarduchy, como presidente, y a Patricio González de Canales, como secretario general. Estos llegaron a plantearse el asesinato de Franco y de Serrano Suñer. Aunque el único muerto fue un vocal de la Junta, Juan Bautista Pérez de Cabo, que fue fusilado acusado de estraperlo.{12} En 1943, la Dirección General de Seguridad todavía hablaba de la existencia de una denominada Falange Auténtica. De esa época debe datar una hoja impresa, que lleva por título «¡En pie por la Revolución!», firmada por La Falange Auténtica, en la que se podía leer:

«Camaradas: Otra vez nos dirigimos a vosotros. […] Cuando los Sindicatos Nacionales están en su casi totalidad en manos de los enemigos del pueblo; la dirección de la economía la hacen los capitalistas; la agricultura dirigida por los terratenientes; el estraperlo practicado desde los Centros Oficiales, y la enseñanza controlada por grupos reaccionarios y clericales. Nosotros os llamamos a todos.»

Volviendo a la FEA de Prieto, ja hemos advertido que Cadenas siempre afirmó que no perteneció a esa organización. Ello es así, puesto que formalmente no existió ese partido. Por lo tanto, Cadenas no miente; pero lo que no dice es que mantuvo contactos con representantes de la España republicana. A esos contactos se refiere Fernández-Cuesta cuando escribe:

«En estas gestiones [su canje], mi mujer estuvo apoyada por Vicente Cadenas, hasta el punto de que en una ocasión, aprovechando una estancia suya en París, se presentó en la Embajada republicana regentada por entonces por Ángel Ossorio y Gallardo, para hacer una gestión a favor de mi libertad, corriendo el riesgo de que alguien interpretara que la visita tenía otra finalidad, como, efectivamente, ocurrió.»{13}

Como veremos, no es cierto que la reunión fuese consecuencia de «aprovechando una estancia suya en París»; además, la liberación del dirigente falangista no solo tenía una finalidad humanitaria, sino que también tenía un componente político.

A esos contactos con la Embajada, también se refiere Jerez Riesco en su libro sobre Vicente Cadenas; pero este autor no conoce, o por lo menos no los menciona, los documentos que fueron elaborados por servicios republicanos sobre esos encuentros y que se hallan, en la actualidad, en el Archivo Histórico Nacional (Ministerio de Cultura y Deportes).{14} Pero, antes de reproducir esa documentación, vamos a referirnos a un enigmático personaje: Ernesto Eugenio Lambert. Este individuo, de nacionalidad austríaca, se instaló en Madrid en 1935 y se afilió a Falange Española,{15} a principios del año 1936. Compartió cárcel con Fernández-Cuesta, en Madrid y en Alcalá de Henares, y en febrero de 1937 llegó a la zona nacional.{16} Estuvo en el frente de Sigüenza (Guadalajara), como Jefe de Inteligencia del Estado Mayor de la Columna Sotelo. A principios de agosto de 1937 llegó a Biarritz y, de la mano del hermano de Raimundo Fernández-Cuesta, fue presentado a Vicente Cadenas. Lambert convenció a Cadenas de la posibilidad de canjear a Raimundo Fernández-Cuesta.

Al objeto de conocer la versión republicana de los contactos, vamos a transcribir la documentación mencionada. Empezaremos por una nota («Nota R. n.° 105», datada el 24-8-1937) redactada por un agente secreto, que pudiera ser Francisco Ruelo y Font, ya que este agente actuaba en el sur de Francia a las órdenes del cónsul Antonio Mújica Irureta. La entrevista se efectuó en la sede del Consulado de Hendaya.

MUY RESERVADO

LOS DESEOS DE UNOS FALANGISTAS

Durante mi estancia en PARÍS, el día 19 del actual, hablé con el Sr. E.{17} de asuntos de actualidad. Tuvo dicho Jefe la amabilidad de exponerme su punto de vista y sus impresiones sobre las discordias existentes en la zona rebelde y tomé buena nota de cuanto me dijo en relación con los Falangistas y el trato que a ellos debe dárseles.

Transmití estas impresiones al Sr. Cónsul quien al día siguiente de mi llegada recibió la visita de un conocido suyo llamada José LORENTE quien venía a modo de “avanzadilla” para saber si el Cónsul recibiría a un Jefe de Falange [Cadenas] y se prestaría a dar facilidades tanto a ese Jefe como a otros dos o tres más [Aldecoa y Nieto] que querían trasladarse a PARÍS para entrevistarse con el Sr. E.

El Sr. Cónsul no titubeó un momento. Prometió cuantas facilidades fueran necesarias e insinuó que le agradaría saludar al Jefe, que estaba ya en BIARRITZ.

Efectivamente, el día siguiente se presentó LORENTE acompañado de Vicente CADENAS Y VICENS [sic], miembro del Consejo Nacional de Falange y refugiado en BIARRITZ por estar condenado a muerte por FRANCO. Este hombre, hábilmente interrogado por el Cónsul, le habló de la situación extremadamente airada en que se encuentran con FRANCO y le explicó su propósito que consiste en reunirse con otros compañeros suyos que llegarán de la zona rebelde provistos del documento adjunto{18} debidamente firmado. Ellos saben que José Antonio PRIMO DE RIVERA no existe, pero no podían hacer el documento de otra forma ya que la vigilancia a que están sometidos los Jefes Falangistas, es rigurosísima.{19}

Su deseo es este: llegar a Valencia y tratar “vis a vis” con alguno de los Ministros siguientes: PRIETO, NEGRÍN O IRUJO o bien con ellos y alguno más. El proyecto abarca más extremos que no creo discreto detallar ya que lo harán ellos si realizan el viaje proyectado.

Como quiera que a CADENAS VICENS le quieren echar de BIARRITZ los de “La Grande Frégate”,{20} nosotros le hemos conseguido en la Comisaría, un “laissez passer”, con lo que puede quedar aquí sin riesgo de ser expulsado.

Detalle curioso: CADENAS hablaba de los propósitos de restauración monárquica de los rebeldes y de la intervención en actividades de la “España Nacional” de los CAMBÓ, GIL ROBLES, etc. y entonces el Cónsul le mostró la carta original del Infante JAIME al CONDE DE LOS ANDES. CADENAS, irritadísimo, dijo estas palabras: “Estos de la ‘La Grande Frégate’ son una partida de cabrones monárquicos.”

Excuso decirles que mi Jefe les dijo entonces que sabía y “tenía pruebas” (aunque ello no es cierto) de la reciente visita del CONDE DE LOS ANDES al ex-REY, lo que contribuyó a que CADENAS se volcara en improperios contra los militares y la grandeza.

Habla mal de los italianos y bien de los alemanes y dice que a HEDILLA le han llevado hace poco a las Islas CANARIAS en calidad de desterrado.

Puesto al habla el Sr. Cónsul con el Sr. R.,{21} le pidió permiso para dar facilidades de viaje a estos enemigos, habiendo contestado dicho Jefe en sentido afirmativo ordenando que el Sr. C.{22} los acompañe, lo que hará, probablemente mañana, día 25.

* * *

Entre las informaciones que suministran los falangistas, a través de su conversación, las más interesantes son las siguientes:

SAN SEBASTIÁN. Durante unas fiestas y desfiles que tuvieron luchar en dicha población, en la fachada del Gran Casino se colocaron dos grandes pancartas con las fotografías de FRANCO y de PRIMO DE RIVERA. Como quiera que la fotografía de este último era algo mayor que la de FRANCO, un militar se permitió hacer algunos comentarios que, oídos por unos falangistas, dieron lugar al reparto de buen número de bofetadas.

BILBAO. Con motivo de la ceremonia que celebraron para “devolver” a la Virgen de Begoña las joyas de que la desposeyeron los “rojos” y al mismo tiempo ofrecer un homenaje a la mujer de FRANCO un requeté lanzó un “Viva el rey” que un falangista contestó con un “Arriba España”. Con este motivo, la cosa pasó a mayores y como consecuencia de los golpes que se dieron y del consiguiente escándalo, fueron detenidos varios requetés y falangistas. El caso se prestó a muy sabrosos y numerosos comentarios.

TOLEDO. Refieren que se sublevaron seis banderas de Falange. Al manifestar el Sr. Cónsul a CADENAS: “Bah; eso no es gran cosa”, este último contesto vivamente: “Ya verá Vd. Los líos que va a haber de aquí en adelante”.

Seguidamente transcribimos el documento –una copia sin firmar– que acompañaba el informe que acabamos de reproducir.

COPIA

Los que suscriben el presente documento, en su totalidad miembros del Consejo Nacional y algunos miembros de la Junta Política de Falange Española de las J.O.N.S., delegan en los camaradas MANUEL ILLERA{23} [sic] y VICENTE CADENAS, ambos miembros de este Consejo Nacional y el segundo de la Junta Política y Jefe Nacional de Prensa y Propaganda del Movimiento, para que en representación de esta Junta, del Consejo y del Movimiento de Falange Española de las J.O.N.S., inicien cerca del Gobierno de Valencia las conversaciones que ellos crean oportunas, dirigidas a esclarecer la situación, en caso de vida negociaciones [sic], de José Antonio PRIMO DE RIVERA, Jefe Nacional del Movimiento de Falange Española de las J.O.N.S.{24}

En caso de existencia de nuestro Jefe Nacional, quedan autorizados ampliamente por la Junta Política y el Consejo Nacional, para llegar a un acuerdo sobre su liberación. En caso de que el acuerdo tuviera interés vital para la vida nacional, se verán obligados a trasladarse nuevamente a Francia y consultar con la Junta Política de nuestra Organización, Junta Política que es la Delegación permanente del Consejo Nacional.

También quedan autorizados para tratar sobre la libertad de determinados miembros de la Junta Política y del Consejo Nacional, actualmente en territorio bajo el mando del Gobierno de Valencia.

De la Junta Política   Del Consejo Nacional

A continuación, reproducimos un fragmento de una carta del embajador en París, Ángel Ossorio, dirigida al ministro de Estado, José Giral. La carta, que está datada 31 de agosto de 1937, dice así:

«Algunos diputados que han venido para la reunión de Unión Interparlamentaria, me confirman la gran división que hay entre los rebeldes de Zaragoza. En estas circunstancias, la difusión del libro de Roldán,{25} la de las hojas preparadas por Vicens{26} -del cual y de las cuales, por cierto, no he vuelto a saber nada- la de la refutación del canónigo Gallegos al documento de los obispos, lo pertinente a las divergencias monárquicas a que me refiero en otra carta, etc., etc., podrían colaborar muy bien a la acción de los obuses y de los aviones. Ustedes dirán.»

Trece días después, Ossorio y Gallardo vuelve a escribir a José Giral, donde relata la visita que le hizo Vicente Cadenas.

Mi querido amigo y jefe:

Continúo la historia del falangista Lambert y de otros de la misma especie. Ruego a V. que comunique esta carta al Sr. Presidente ya que él quedó enterado del asunto cuando pasó por aquí.

En la tarde del sábado compareció nuevamente Lambert, acompañado de otro joven falangista que no tuvo el menor inconveniente en entregarme su tarjeta, la cual le envío a V. adjunta, como demostración de que esta gente no se recata para nada de acreditar su personalidad y sus gestiones. Se llama Vicente Cadenas Vicent y me dijo que fue jefe de prensa y propaganda en Salamanca. Cuando fueron refundidos los dos partidos por el Decreto de Franco, coincidieron los deseos de él para marcharse y los de Franco para echarle. Desde entonces vive huyendo del movimiento. Lo que le [sic, por me] dijo no tiene ningún interés especial. Repitió lo que me habían dicho Lambert y Roldán en el sentido de que están dispuestos a cualquier cosa, con tal de huir del exterminio que en la zona de Franco les amenaza. Reconocerán la República (él había sido republicano ya) y me aseguran que la revuelta de los falangistas contra Franco y su paso a nuestra zona, es cosa factible. Conste que yo no lo creo así. Mi punto de vista es que aun cuando no se llegue a ese resultado, es provechosísimo [sic] para nosotros estimular la escisión. [Las cursivas son mías].

Lambert insistió en su deseo de ir a España para hablar con Fernández-Cuesta y para abrir los ojos a los de la quinta columna que todavía creen en Franco por no saber lo que pasa. Yo sigo opinando que debemos utilizar este ofrecimiento, porque lo más que puede ocurrir es que Lambert sea un inútil, un imaginativo o un espía más, y allí donde hay tantos, poco daño puede hacer uno solo.

En consecuencia y como recibí la carta del Sr. Presidente autorizando el viaje, tomo las disposiciones necesarias para que le haga, acompañado del policía Mata, y le envío a ponerle en relación con Prieto.

Siempre suyo

[Firmado: Ángel Ossorio]

A finales de septiembre de 1937, Fernández-Cuesta fue llevado a presencia del ministro de Defensa, el socialista Indalecio Prieto, que le comunicó que estaban muy avanzadas las negociaciones para su canje por Justino de Azcárate, hermano del embajador en Londres. El falangista lo relata así:

«En el chalet, junto con Prieto, se hallaba un individuo cuya presencia me sorprendió extraordinariamente, por las circunstancias que en él concurrían. El personaje se llamaba Kamper [sic, por Lambert] era de nacionalidad austríaca y estaba casado con una señora de Zaragoza. […] Le teníamos por un valeroso fanático de nuestra causa. Tales antecedentes explican mi asombro, al encontrarle al lado de Prieto. Él se dio cuenta inmediatamente y se limitó a decirme que era el jefe de información de la Aviación republicana.»{27}

A los pocos días de su entrevista con Prieto, Raimundo salió de la cárcel y embarcó rumbo a Marsella, al llegar al hotel:

«Dejé en mi habitación la maletita que contenía los documentos que Prieto me entregó [copia de documentos que José Antonio Primo de Rivera dejó en la cárcel de Alicante, entre ellos su testamento ológrafo y una propuesta de reconciliación nacional] y el salvoconducto de Giral, bajé al comedor y, al volver a la habitación, tuve la sorpresa de que la maleta, con todo su contenido, había desaparecido.»{28}

Aparte del grupo de Cadenas, que actuaba en el sur de Francia, estaba Roldán, antihedillista, que ahora trabajando para la Embajada republicana en París. En una carta dirigida a Ossorio y Gallardo, datada el 23 de octubre de 1937, escribe:

«Con esa gente no hay nada que hacer. Son cobardes o tontos o creen ser “vivos”. Pilar, aconsejada por Raimundo Fernández Cuesta, hace las paces con Franco. Raimundo ha llegado a Salamanca convertido en héroe y en mártir. [...]

Hice entrega a Linares de 200 folletines.{29} De él tengo seguridad personal. Es serio y decente. E insospechado de los de arriba. Ha sido él quien me ha traído mi maquinilla de escribir que yo había prestado a un camarada ausente cuando salí. Ya le diría Xammar{30} que el 10 de este mes entregué otros a la “muchacha” de Rafael Garcerán.{31} Ya le daré oportunamente la lista completa. Es lento el envío, pues la gran partida tenía que ir por la frontera italiana, pero Xammar me dijo de dejar esa ruta para evitar el peligro.»

Para concluir, podemos indicar que casi toda la actividad de Cadenas y sus camaradas, radicados en el sur de Francia, se redujo a colaborar en el canje de Fernández-Cuesta. Ellos creían que su liberación ayudaría a aglutinar a todos los falangistas en la defensa de los postulados joseantonianos frente a las mistificaciones de los franquistas. En eso coincidieron con Prieto (y su FEA), que creía que el regreso del secretario general de la extinta FE a la zona nacional daría lugar a movilizaciones falangistas en contra de la Unificación. La realidad fue muy distinta a lo esperado. Fernández-Cuesta, que era un político preparado y buen orador, tenía –a diferencia de su coalbacea Serrano Suñer– poco carácter, que lo llevó a actuar como un subalterno de Franco, y antepuso su comodidad y bienestar personal a la Falange. Con ello obtuvo el agradecimiento del Generalísimo, que lo nombró varias veces ministro; a cambio, arruinó las esperanzas que su regreso despertó en todos los sectores falangistas y se ganó la condena de los falangistas radicales.

Vicente Cadenas, a pesar de su actuación en la liberación del líder falangista, hasta 1944 (cuando los Aliados ya estaban en Italia) no obtuvo la autorización para abandonar el destierro y poder regresar a España. Fernández Cuesta, que en 1945 sería nombrado ministro de Justicia, quiso corresponder a las gestiones realizadas por su amigo y le ofreció diversos cargos en el Movimiento Nacional. Los rechazó todos.

——

{1} Suárez, Luis: Francisco Franco y su tiempo, t. II, Fundacional Nacional Francisco Franco, 1984, p. 198, n. 3. Entre las víctimas de la Unificación habría que incluir a Pedro Marciano Durruti, hermano del líder anarquista Buenaventura, que en agosto de 1937 fue condenado a muerte por un tribunal militar nacional por motivos espurios, porque en realidad fue fusilado por llamarse Durruti y ser falangista hedillista.

{2} Vicente Cadenas y Vicent (1915-2005), militante jonsista, no había cumplido los 21 años cuando José Antonio lo nombró jefe nacional de Prensa y Propaganda; se posicionó a favor de Hedilla por entender que el mando único era mejor solución para la Falange que el mando colegiado.

{3} Ángel de Aldecoa y Valle, después de pasar unos meses en Francia, se marchó con su esposa, que era argentina, a Buenos Aires. Hedilla lo había nombrado consejero nacional. Al parecer, años más tarde, sería secretario provincial de FET en Vizcaya.

{4} Sobre este escritor y periodista catalán (1889-1959), véase MAS RIGO, Jeroni Miquel: «Esteban Roldán Oliarte, el falangista que escribió ¡La traición de los Franco!», revista El Catoblepas, núm. 194, enero-marzo de 2021, p. 11.

{5} Ridruejo, Dionisio: Casi unas memorias, Planeta, Barcelona, 1976, p. 99.

{6} Martí Pou Rosselló (1906-1973), abogado mallorquín y político republicano, que en mayo de 1936 se afilió a FE. A finales de 1936 era jefe de la Falange Naval de Mallorca. En el otoño de 1937 fue enviado a Manila (su mujer era filipina), como jefe de la Falange en Filipinas. Como consecuencia de su temperamento impulsivo y violento tuvo graves enfrentamientos con los caciques de la colonia española, por ello se le obligó a regresar a España a finales de 1938. Sobre Martí Pou, véase el capítulo intitulado «La canallesca denuncia de un miserable» del libro de José Luis Jerez Riesco: El hidalgo de la Falange. Vicente de Cadenas y Vicent, Ediciones Nueva República, Barcelona, 2010.

{7} Ellwood, Sheelagh.: Historia de la Falange Española, Crítica, Barcelona, 2001, p. 206.

{8} Ibidem, p. 207. Como veremos más adelante, no es descartable que las octavillas fueran escritas por Cadenas y, probablemente, llegaron a la España «nacional» por mediación de Esteban Roldán, que actuaba como doble agente (era, en realidad, un espía de Franco infiltrado en la Embajada de la República en París).

{9} Serrano Suñer, Ramón: Entre Hendaya y Gibraltar, Epesa, Madrid, 1947, p. 75.

{10} Payne, Stanley G.: Falange. Historia del fascismo español. Ruedo Ibérico, París, 1965, p. 146.

{11} Ellwood, Sheelagh.: Historia de la…, ob. cit., pp. 207-208. En su libro Testimonio, recuerdos y reflexiones (1985), Fernández-Cuesta relata la entrevista que mantuvo con Prieto, en Valencia, pero no menciona para nada a la FEA. Seguramente quería evitar que se pudiera relacionar a su amigo Cadenas con la fantasmal organización.

{12} Se ha dicho que pretendía conseguir fondos para la organización clandestina. Es muy probable que ese fuera el motivo, puesto que fue el único español fusilado por el delito de estraperlo. En 1935, había publicado el libro ¡Arriba España!, que estaba prologado por José Antonio.

{13} Fernández-Cuesta, Raimundo: Testimonio, …, ob. cit., p. 118.

{14} Signatura: Diversos-Jose_Giral, 007, n. 035 y 15, n. 143.

{15} Según Jerez Riesco, que utiliza documentación del archivo de Vicente Cadenas, que procedía de la Gestapo, Lambert en realidad se llamaba Hermman Steifenrach y era un infiltrado del Partido Socialista en FE. Los datos que facilitamos de ese sujeto los tomamos del libro citado de Jerez Riesco, José Luis: El hidalgo de la Falange.

{16} Hemos encontrado un artículo suyo, en la primera página del Diario de Burgos (27-IV-1937), titulado «Ricardo Zamora…, rojo y embustero», y debajo de su nombre, «Frente de Guadalajara»

{17} Se trata, sin duda, del embajador Ángel Ossorio.

{18} Más adelante transcribimos la copia del «documento adjunto».

{19} Ver nota 24.

{20} La Grande Frégate era un palacete situado a las afueras de Biarritz, donde se estableció, el año 1936, el Servicio de Información de la Frontera Nordeste de España (SIFNE), que fue el primer centro de espionaje de la España nacional. Tenía un carácter privado y su principal financiador era Francesc Cambó. Estaba dirigido por el exministro monárquico Josep Bertrán Musitu y fueron agentes, entre otros, el escritor Josep Pla y el periodista Carles Sentís. El febrero de 1938, fue absorbido por el Servicio de Información y Policía Militar (SIPM) que dirigía el coronel José Ungría.

{21} Seguramente se trata del ministro Indalecio Prieto, ya que según Jerez Riesco el cónsul tenía órdenes del ministro de relacionarse directamente con él, «excluyendo a la Embajada», para tratar del caso de Fernández-Cuesta; ob. cit., p. 308.

{22} Posiblemente, se refiere al cónsul.

{23} Manuel Yllera García-Lago, fundador de las JONS en Santander, gobernador civil de Burgos (1941-1946) y consejero nacional (1955-1958). Murió en 1959 a consecuencia de un accidente de aviación

{24} Como dice la nota del espía, los falangistas sabían que José Antonio había sido fusilado, pero si hubiesen dicho, directamente, que se trataba de canjear a Fernández-Cuesta, se hubiesen encontrado con la oposición de Franco y Serrano. Este, el 4 de agosto de 1937, le dijo a la mujer de Raimundo, que apremiaba para el canje de su marido: «Hay muchos que canjear y todo el mundo tiene prisas enormes.»

{25} Esteban Roldán Oliarte (1889-1959), escritor y periodista catalán, antiguo jaimista, se adhirió a FE en abril de 1936. Él y Antonio Luna García (1900-1971) fueron los ideólogos de la conspiración contra Hedilla. En junio de 1937, se “exilió” en Francia y pasó a trabajar para la República. Aunque todo indica que, en realidad, era un agente franquista. Así, podemos leer que: «[Roldán Oliarte] se encuentra en América en una delicada misión diplomática que el General Franco le ha confiado a su talento y discreción»; cf. La Hora (1-VII-1938), periódico de Centroamérica. Según un documento, que se halla depositado en el Centro de Referencia e Información de los Archivos del Estado Federal (RGASPI), de Moscú, Roldán sería un agente de Franco infiltrado en la Embajada republicana en París. Desde aquí agradezco a Andrés Chamorro, de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, que me haya facilitado copia, desinteresadamente, de dicho documento. Desconocemos el nombre del autor del documento, escrito en español, porque fue eliminado (censurado), seguramente por los responsables del Archivo. Aunque todo indica que fue elaborado por los servicios de información de la República (el SIM) o del Partido Comunista.

{26} Sin duda, se trata de Vicente Cadenas y Vicent; ya hemos visto que el espía escribe «Vicens». Véase nota núm. 8.

{27} Fernández-Cuesta, Raimundo: Testimonio…, ob. cit., p. 108.

{28} Ibidem, p. 119. Es obvio que Franco temía el contenido de los documentos robados.

{29} Se trata de Ernesto González de Linares, al que los conspiradores antihedillistas pretendían nombrar jefe de servicio de Hacienda de Falange. Véase nota núm. 8.

{30} Eugeni Xammar Puigventós (1888-1973), agregado de prensa en la Embajada en París.

{31} Rafael Sánchez Garcerán (1906-1991), pasante en el bufete de José Antonio, cabecilla de los antihedillistas, pasó unos meses en la cárcel como consecuencia de los sucesos de Salamanca; después de mostrar públicamente su adhesión al Caudillo, fue nombrado secretario nacional de Justicia y Derecho de FET (el delegado nacional era Antonio Luna García, el artífice de la Unificación). Más adelante sería procurador en Cortes y consejero nacional. Como jefe territorial de Salamanca, Zamora y León tuvo a sus órdenes a Roldán. La referencia a la “muchacha” de Garcerán, pudiera ser una forma de aludir a su empleada del hogar.


El Catoblepas
© 2023 nodulo.org