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Fortunata y Jacinta

Qué es el Tsunami democràtic

Forja 053 · 18 octubre 2019 · 22.26

¡Qué m… de país!

Qué es el Tsunami democràtic

Buenos días, sus Señorías, mi nombre es Fortunata y Jacinta, esto es “¡Qué m… de país!” y hoy, como no podía ser de otra forma, hablaremos del “Tsunami Democràtic” que arrasa la región de Cataluña y que ha empezado a extenderse por otros territorios españoles como ayer pudimos comprobar en Madrid. Nosotros en la lengua del Imperio diremos “Tsunami Democrático” y quien no entienda que el español tiene hoy día la pujanza que tiene a nivel mundial gracias a que fue la lengua del Imperio, igual que el latín alcanzó esa hegemonía extraordinaria gracias a que fue la lengua del Imperio romano, pues que se vaya a estudiar un rato.

Las etiquetas #SpainIsAFascistEstate, #SpainIsAFascitState y #tsunamidemocractic son tendencia mundial en Twitter estos días: hay distintas variantes y casi todas aparecen mal escritas... y todas han recabado decenas de miles de tuits, me gustas, retuits y comentarios. Ya vemos que muchas de estas etiquetas están redactadas en inglés, cosa que no sorprende ya que el aparato propagandístico del separatismo catalán está concentrado desde hace dos años, en controlar el relato mediático internacional. Por cierto, el inglés… la lengua de ese otro Imperio.

Porque, claro, frente al fascismo a estos señores del Tsunami Democrático se les llena la boca de democracia y de libertad y de derechos y de toda esa pesca. Luchar contra el fascismo legitima cualquier acción porque, parafraseando a Tomás de Kempis, “más vale temer al fascismo que saber definirlo” ¿Verdad que sí? Y también podríamos decir “más vale hablar en nombre de la democracia y de la libertad antes que saber definirlas”. Porque lo que ahora está de moda es llamar fascista a todo hijo de vecino menos a quien lo es o lo fue un poquito (a ver si alguien se acuerda estos días de Josep Dencás de Estat Catalá, a sueldo del mismísimo Mussolini). Y es que ni en sus mejores sueños Mussolini pudo imaginar los extraordinarios réditos políticos que la etiqueta "fascista" llegaría a proporcionar a diestro y siniestro. Píllese la ironía, por favor, porque una está hasta las narices de que se identifique al separatismo catalán con un movimiento de izquierdas. O, a la inversa, que nuestra autoproclamadas izquierdas se identifiquen con el separatismo catalán. Vean este tuit que las Juventudes Socialistas de Madrid publicaron ayer prudentemente etiquetado con esto de #tsunamidemocractic: “Le pese a quien le pese, la política también se hace en las calles y a veces en circunstancias que no son agradables para nadie, es lo que pasa cuando no escuchas al pueblo”.

Es difícil obviar el hecho de que esta ideología hispanófoba que afirma descaradamente en redes sociales cosas como "Soc catalán, no un espanyol de merda", "ñordos españoles" o "España es un Estado fascista" va dirigida contra todos los españoles por el hecho de ser eso, españoles, y al margen de la ideología política que cada uno practique en su casa. Por cierto que muchos extienden su odio hacia Hispanoamérica a la que tildan asimismo de "basura". Vamos, que el separatismo catalán no reivindica un hipotético derecho a ser diferente, sino que afirma su superioridad moral, cultural y racial (desde la II Guerra Mundial no se atrevían a utilizar el argumentario supremacista, pero ya no hay dolor). Así que para estas luminarias, tan fascista es un gobierno español regido por el PSOE como un gobierno español regido por el PP. El mismo desprecio les suscita un votante de Cs, como uno de Vox, del Psoe o de Podemos, porque (a ver si nos vamos enterando) la tarita que cargamos todos es que somos españoles y punto. No sé, lo digo para quien se sienta tentado a simpatizar con estas buenas gentes... Y ahí estaba anoche la Puerta del Sol de Madrid, llenándose de españoles en defensa del supuesto Pueblo catalán y olvidándose vergonzosamente de los cinco millones de catalanes que luchan contra el delirio separatista cada día... Y encima estos gaznápiros atontados de Sol portaban banderas republicanas. Quien no vea la tostada es que está ciego.

Pues bien, Tsunami Democrático es una plataforma supuestamente anónima que trata de dirigir las manifestaciones vandálicas que están ocurriendo en Cataluña tras la sentencia del Tribunal Supremo contra los políticos dirigentes del denominado procés. Al parecer, la idea de poner en marcha este engendro del separatismo germinó durante la primera semana del pasado mes de septiembre en Ginebra en una cumbre de separatistas a la que asistieron Joaquín Torra, el fugado Carlos Puigdemont, la también fugada Marta Rovira y otra tiparraca huida de la justicia española, Ana Gabriel.

Hay que recordar que el denominado “movimiento independentista” siempre ha sido de amplio espectro y que la unidad sólo ha significado unir fuerzas frente a un enemigo común: el Estado español. En esa reunión de septiembre no se proyectó una acción conjunta de cara a la sentencia del Tribunal Supremo, pero sí acordaron apoyar una iniciativa de movilización ciudadana denominada «Tsunami Democràtic» que, en principio, no tenía por qué ser violenta. Los tsunamistas o tsunamitarras se definen como «una plataforma de coordinación de acciones pacíficas de desobediencia civil». Y reivindican «derechos, libertad y autodeterminación». Piden no «maltratar» al oponente ni tratarlo como «enemigo», no usar la violencia bajo ningún concepto y reconocer que «nadie tiene toda la razón».

Pero claro, el problema es que uno alimenta a la bestia durante años y, de repente, descubre que la bestia tiene vida propia, ¿verdad señor Torra? No puede usted pasarse meses enardeciendo a las masas al grito de “apretad, apretad” y luego pretender que se conduzcan como si fueran Chip y Chop. Más bien te han salido las hordas de Sauron o un ejército de Caminantes Blancos… Y, lejos de amilanarse, Quim Torra ha comparecido esta mañana en el Parlamento catalán para pedir al separatismo que insista en la "desobediencia civil", exigir contención a los Mossos d'Esquadra y garantizar la continuidad del proceso separatista: "Habrá que volver a poner las urnas para la autodeterminación", y acabar la legislatura "validando la independencia" y "volviendo a ejercer el derecho a la autodeterminación", es decir celebrando un nuevo referéndum. En relación a esto de la autodeterminación, podríamos echar mano de muchísimas fuentes y argumentos razonados, pero hoy se nos antoja leer el comunicado que el Partido Feminista de España publicó ayer: “Cuando los independentistas alegan el “derecho de autodeterminación” están utilizando un término que no les concierne. No se puede aplicar a Catalunya el “derecho de autodeterminación de los pueblos” porque no es un territorio colonizado por otro país imperialista. Ese principio fue aprobado en la Declaración de Derechos Humanos de la ONU de 1948, para liberar a las colonias que todavía mantenían las potencias imperialistas europeas (…) Catalunya no es una colonia, sino una parte de la nación española”.

La plataforma Tsunami Democrático pretendía, desde hace al menos un par de meses, preparar un otoño calentito en Cataluña. Ya en febrero de este año el máximo responsable de la asociación Òmnium Cultural (también conocida como Odium Cultural), Jordi Cuixart, había usado la expresión «Tsunami Democrático» en pleno juicio del procés citándolo, además, en un correo electrónico.

El modus operandi de esta plataforma emergente es movilizar a las masas a través de las redes sociales Twitter, Facebook, Instagram y Telegram. Al parecer, a esta aplicación solo puede accederse con invitación para evitar infiltrados, se supone, sirve para enviar comunicados, como avisador de dónde se encuentra la policía bajo el código “hay piolines”, cuenta con un calendario para coordinar las acciones en la calle y, una cosa interesantísima, sirve para mantener el control de quien forma parte de la plataforma pues la app solicita conocer los datos de tu ubicación, acceso a tu cámara de fotos, al almacenamiento del teléfono móvil y al micrófono.

El pasado 2 de septiembre se lanzó un primer tuit en el que se decía: «Con la no violencia y la desobediencia civil como herramientas, avanzamos hacia la sentencia. Cambiamos el estado de las cosas». El tuit sería compartido por Puigdemont desde Bruselas y por Oriol Junqueras quien, a pesar de estar en la cárcel, tiene una gran presencia en redes sociales puesto que son sus abogados quienes tuitean en su nombre y estas cosas. Alucinante. Torra también retuiteó y añadió: «Suerte y adelante». En menos de una hora sería compartido por todos los líderes del separatismo e inundaría las redes sociales.

El objetivo de los tsunamistas o tsunamitarras es «garantizar una crisis generalizada en el Estado español que se prolongará en el tiempo». Los miembros del tsunami están dispuestos, como buenos fanáticos, a prolongar, «lo que haga falta para lograr los objetivos». Y es que estos pelmazos cuando se ponen en plan cansino son sin duda campeones mundiales. Son capaces de ganar por aburrimiento.

La primera medida de cierta relevancia que llevaron a cabo estos energúmenos fue colapsar el aeropuerto de El Prat en Barcelona durante la jornada del lunes 14 de octubre, el mismo día que se anunció la sentencia (aunque ésta ya había sido filtrada). A cuenta del maldito tsunami, o más bien de las masas fanatizadas por el llamamiento del mismo, más de cien vuelos fueron cancelados, se provocaron 140 incendios en la noche del martes al miércoles que, por cierto, tuvieron que apagar los vecinos, cortes de carreteras, barricadas, hogueras, lanzamiento de botellas, latas y adoquines, se lanzó un cohete pirotécnico contra un helicóptero, y tuvieron lugar decenas de casos intimidación y agresión a personas que se les enfrentaban. La mayoría de estos vagos y maleantes son jóvenes, es decir, personas que se han educado en el odio a España. Sujetos negrolegendarizados hasta el tuétano. Sujetos que ideológicamente están idiotizados y tienen la inteligencia de un besugo. No conocen la historia de España, entre otras cosas porque no se la han enseñado, y lo poco que conocen les provoca un resentimiento y un rechazo irracional.

Los partidos políticos separatistas y organizaciones civiles como Òmnium Cultural han dado el visto bueno a los planes y acciones de Tsunami Democrático. Si los partidos secesionistas apoyan el tsunami eso nos hace sospechar, ¡qué mal pensados somos!, que posiblemente los responsables del mismo sean tales partidos. También se habla de que la mano oculta del tsunami es Puigdemont o el propio gobierno de la Generalidad de Joaquín Torra. Por su parte, los CDR avalan seguir la línea de los tsunamistas. No obstante, no son lo mismo. O tal vez sean la misma bazofia con distinto nombre. Al menos, eso sí, están en lo mismo y son presos de la misma ideología cochambrosa. Pedir rigor y sobriedad racional aquí es como pedirle al huevo que se parezca a la castaña, o suplicarle a lechuzos como Puigdemont y Torra un poco de patriotismo español y de razón de Estado.

En su carta de presentación los tsunamistas han escrito: «No somos una nueva organización, somos una campaña constante, continua e inagotable [¡Oh sí, qué cansinos!]. Hay respuesta. Hay estrategia. Comienza una nueva ola y tú eres el protagonista. Tú eres el Tsunami».

El ex entrenador del F.C. Barcelona, lacayo de los jeques cataríes, José Guardiola, apareció el pasado lunes como el portavoz de este sedicioso tsunami fundamentalista. Guardiola se llenó la boca con la «deriva autoritaria» de España. Guardiola y los tsunamitarras consideran la sentencia del Tribunal Supremo como un ataque a los sacrosantos y perfectísimos derechos humanos, y esto es lo primero que dice el comunicado. Los derechos humanos por delante, los privilegios separatistas por detrás porque con derechos quieren dar a entender privilegios para la casta separatista. Y sin embargo, eso de los derechos humanos es algo que se pasan por el forro los amigos cataríes del entrenador del Manchester City. El mensaje de Tsunami Democrático leído por Guardiola fue emitido por la BBC, AFP y Tv3.

El mensajero Guardiola añadía que sólo había una solución: «sentarse y hablar». Claro está que si uno habla en un idioma y otro en un idioma diferente entonces difícilmente pueden entenderse. Y, en todo caso, lograr la secesión hablando, sin que se rompa un solo cristal y sin que se derrame una gota de sangre, significaría que la nación española estaría muerta y, llegado el caso, se merecería lo que le pasara. Y así de crudo lo venimos diciendo desde hace meses: si España se rompe será por culpa del fundamentalismo democrático de los españoles. A Guardiola también se llena la boca con eso de la «libertad de expresión». Y nosotros preguntamos ¿para qué querrá este sujeto la libertad de expresión? Que se vaya a Qatar y ejercite la libertad de expresión contra Mahoma y Alá, a ver qué pasa.

El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, ha asegurado que el gobierno en funciones de Sánchez terminará sabiendo quién está detrás del Tsunami Democrático. Pero de este ministro y de este gobierno de ningún modo nos podemos fiar. Para más inri la vicepresidenta dijo que en Cataluña todo es normal… De acuerdo si por normal entendemos el estado de continuo delirio en el que están instalados desde hace ya unos pocos de años con la colaboración de todos los huéspedes de la Moncloa.

Más que ante un tsunami democrático, estamos ante un tsunami de locura objetiva o un tsunami de fundamentalismo democrático. Y ¿acaso no todos los tsunamis acaban mal? Cataluña aporta casi un 20% del Producto Interior Bruto y con las cosas de comer no se juega. Porque el separatismo, dándole la vuelta del revés a las declaraciones de Torra, no construye, sino que destruye. Delenda est separatismo.

Muchos sabéis que inicié el canal de Fortunata y Jacinta tras observar atónita los acontecimientos que tuvieron lugar en Cataluña el 1 de octubre de 2017, pues entonces tuve la certeza de que una parte importante de nuestras autoproclamadas izquierdas se solidarizarían con aquel delirio hispanófobo. El idilio entre Podemos y el separatismo es ya cosa evidente. Pero si algo cansa, enfada y preocupa es el puñetero guerracivilismo y la constante retórica antifascista empleada por el Psoe desde hace décadas. Y sobre todo cansa su tremendo panfilismo y el de sus votantes pues, como dice Pedro Insua: “He aquí la ruina de nuestra nación: pretender que por puro voluntarismo dialogante se puede armonizar lo que es incompatible, a saber, el Estado y la sedición”.

Desde aquí envío un fuerte abrazo y mucho ánimo a todos aquellos catalanes que no se avergüenzan de ser lo que son, pues desde un punto de vista formal, material y objetivo, todos somos españoles. Al menos de momento. Agradecemos su apoyo a todos nuestros mecenas, nos vemos en el próximo capítulo y recuerda: “Si no conoces al enemigo ni a ti mismo perderás cada batalla”.



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