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Fortunata y Jacinta

El FRAP y Podemos

Forja 075 · 31 mayo 2020 · 26.58

¡Qué m… de país!

El FRAP y Podemos

Buenos días, sus Señorías, mi nombre es Fortunata y Jacinta, esto es “¡Qué m… de país!” y aquí da comienzo este capítulo titulado “El FRAP y Podemos”.

Enorme revuelo se ha montado estos días a cuenta del encontronazo en sede parlamentaria entre Pablo Manuel Iglesias Turrión, líder de Unidas Podemos y actual vicepresidente segundo del Gobierno de España, y Cayetana Álvarez de Toledo, diputada por el PP. Después de que Iglesias Turrión hiciera referencia, una vez más, al título de marquesa de Álvarez de Toledo, y tratando de deslegitimarla por su abolengo, la diputada del PP cerraba su réplica de forma contundente: «Usted es hijo de un terrorista. A esa aristocracia pertenece usted, a la del crimen político […]. Su padre como bien reconoce en este artículo era militante del FRAP». Cayetana Álvarez de Toledo hacía referencia a la militancia de Francisco Javier Iglesias Peláez, padre de Iglesias Turrión, en el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), una organización terrorista que operó en España entre 1973 y 1978 y hecho del que el propio Iglesias Turrión se ha jactado en distintas ocasiones (dentro archivos).

Iglesias Turrión replicaba en Twitter: “Hoy la marquesa Cayetana Álvarez de Toledo ha cometido un delito en el Congreso llamando terrorista a mi padre. Sus privilegios aristocráticos le hacen creerse impune. Hermann Tertsch ya fue condenado por lo mismo. Animaré a mi padre a que ejerza las acciones correspondientes”. Y esto lo dice un señor que, en sede parlamentaria, llama “inmundicia”, “parásitos” y “fascistas” a sus oponentes políticos y que ya ha empezado a implantar el relato de que lo que Vox o la Guardia Civil pretenden hacer en realidad es dar un golpe de Estado. Ojo, que Pablo Iglesias medio llama golpistas a Vox en la mesa de reconstrucción, no a Puigdemont, por el que intercedió para que formara parte de dicha mesa. Por otro lado, hay que recordar que lo que hizo Hermann Tertsch fue vincular al padre de Iglesias con un asesinato cometido en 1973, cosa que no hace en ningún momento la diputada del PP.

En el capítulo de esta semana explicaremos brevemente qué era el FRAP y plantearemos una hipótesis que no parece del todo descabellada: a saber, que Pablo Manuel Iglesias Turrión acusa la impronta «frapera» que recibió en su hogar y que hoy día defiende una versión actualizada de los postulados que sedujeron a su padre, tal sería el caso de su firme apuesta por una república española federal.

Opondremos esta hipótesis al relato podemita que, a raíz de la reciente controversia, circula como la pólvora en redes sociales, esto es, que el FRAP era una organización que luchaba por la “libertad” y por la “democracia”, circunstancia que legitimaría moralmente sus acciones violencias. Dentro tuit Irene Montero: “La libertad de Cayetana para decir sus miserias existe gracias a los que como Javier Iglesias se jugaron el tipo por la democracia cuando hacerlo costaba torturas, cárcel o la vida. Para España son héroes y heroínas pero la marquesa debe ser más de Billy el Niño”. O este otro tuit de María Luisa Turrión, madre del actual vicepresidente, tuit que terminó borrando horas después: "Javier Iglesias Peláez, padre de Pablo Iglesias Turrión, fue y es un hombre de bien y luchador contra cualquier forma de fascismo. Ser hijo y compañera de Javier Iglesias es un honor que la lengua bífida de una marquesa de pacotilla no empaña”. De nuevo, el intento de descalificación de la práctica política de Cayetana Álvarez de Toledo por su título de marquesa. Esto es, ni Iglesias Turrión ni su madre niegan que el padre perteneciera al FRAP, pero vienen a decir que el antifranquismo lo justifica todo. Empezamos.

Víctimas del FRAP

En el contexto de las manifestaciones del 1 de mayo de 1973, el FRAP hiere a varias personas y acuchilla mortalmente al policía Juan Antonio Fernández Gutiérrez de 21 años. El 27 de septiembre de ese mismo año, el FRAP mata en Barcelona al policía Francisco Jesús Anguas Barragán. En 1975 el grupo intensifica la violencia multiplicando los ataques y robos a mano armada. En el verano de 1975, el FRAP asesina a un policía de 23 años que vigilaba las oficinas de Iberia. Se llamaba Lucio Rodríguez Martín Y Recibió ocho tiros a quemarropa. El 19 de julio intentan el asesinato de otro policía, Julio Pozo Cuadrado, quien sobrevive. El 16 de agosto de 1975, el FRAP dispara con una escopeta de cañones recortados a Antonio Pose Rodríguez, teniente de la Guardia Civil. El 14 de septiembre de 1975 asesinan en Barcelona a Juan Ruiz Muñoz del Cuerpo de Policía Armada y de Tráfico. El 29 de septiembre de 1975 disparan, también en Barcelona, a los policías Diego del Río Martín y Enrique Camacho, causando la muerte del primero.

En los meses siguientes, el Tribunal de Orden público dictó 49 causas contra el FRAP, contando con un buen número de atracos a mano armada. Tres de los militantes del FRAP junto a dos miembros de ETA se convirtieron el 27 de septiembre de 1975 en los últimos fusilados por el régimen franquista. Pues bien, Francisco Javier Iglesias Peláez, padre de Iglesias Turrión y miembro del FRAP, tal y como reconoce el propio Iglesias, fue detenido el 26 de abril de 1973, encarcelado por repartir propaganda ilegal sobre el Primero de Mayo y liberado en junio de ese mismo año. No se le imputan delitos de sangre.

“Los monarco fascistas”

En agosto de 2013 conocíamos, gracias a un tuit del propio Iglesias Turrión, que su padre le cantaba de niño la canción «Los monarco fascistas», obra de Pedro Faura, pseudónimo de Bernardo Fuster, autor de la celebradísima “Puerta de Alcalá” y otro reconocido integrante del FRAP. En aquel tuit, el actual vicepresidente del Gobierno calificaba de «frapero» a su padre (dentro vídeo con canción).

La letra de la canción se las trae, con palabras fetiche que remiten a esa imaginaria Segunda República que, al parecer, solo fue posible porque el pueblo aplastó a la monarquía. En la serie de once capítulos que el verano pasado dedicamos a la Segunda República española exponemos de forma contundente que los factores que verdaderamente determinaron su llegada fueron los monárquicos alfonsinos (acobardados ante la posibilidad de una guerra civil), la derecha liberal republicana de Maura y Alcalá-Zamora (ambos monárquicos recién convertidos al republicanismo) y la Guardia Civil (con Sanjurjo a la cabeza). Y esto ya lo reconoció Maura, al decir que los monárquicos «nos regalaron el poder». Para que luego la izquierda reivindique tanto la Segunda República cuando ésta, básicamente, la trajeron, el Rey, los fachas y la benemérita… Y no “el pueblo” Alucinas pepinillos.

Rastreando los orígenes del FRAP

Nuestra indagación nos conduce, en primer lugar, hasta Julio Álvarez del Vayo. Diputado a Cortes por el PSOE y Ministro de Estado durante la Segunda República, terminó radicalizando su postura durante su exilio en Estados Unidos y México, por lo que fue expulsado del PSOE.​ Participó en la fundación del grupo terrorista FRAP, siendo su presidente hasta su muerte en 1975. Curiosamente, la figura de Álvarez del Vayo fue rehabilitada en 2008 por el expresidente Zapatero, político profundamente admirado por Iglesias Turrión, como ya comentamos en el capítulo anterior. Señalaremos, además, que gracias a su matrimonio con la suiza Erika Cra, Álvarez del Vayo fue cuñado del socialista Luis Araquistain, colaborador del Congreso por la Libertad de la Cultura donde publicó «El krausismo en España». Y con el krausismo aparece una de las líneas ideológicas constitutivas de la socialdemocracia española: el krausismo, elemento característico del zapaterato al que no es ajeno Podemos. Y a este respecto cabe recordar lo que señalaba el filósofo español Gustavo Bueno en 1991: “En España, en donde la tradición krausista arraigó profundamente entre abogados y hombres de Estado, cabría decir que el krausismo ha terminado, sobre todo a partir de la Constitución de 1978, ganando la batalla ideológica al marxismo”. También podemos decir que el “Ideal de la Humanidad” (que ZP redefinió como la “Alianza de las Civilizaciones”) se ha impuesto a la lucha de clases y a la dictadura del proletariado.

Por otro lado, nos encontramos al diplomático e ideólogo Julio Cerón quien, a partir de 1953, y tras un viaje por la URSS y China, contactó con gentes como el propio Álvarez del Vayo o Miguel Sánchez Mazas. A estos nombres, unió los de destacadas personalidades de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) y JOC (Juventud Obrera Cristiana) para articular El Frente de Liberación Popular o FLP (conocido coloquialmente como FELIPE), una organización que actuó en oposición al franquismo entre 1958 y 1969, y que, como vemos, fue un temprano producto del diálogo cristiano/marxista. En efecto, dicha organización estaba atravesada por interesantes elementos clericales y aristocráticos. Y esto lo digo sobre todo de cara a quienes pretenden reducir el análisis al relato de buenos contra malos o de ángeles contra demonios. Hay que ver la estructura compleja de lo real, es la única forma de no ser imbécil (en sentido etimológico: sin báculo en el cual apoyarse). Junto al cura Tomás Malagón estuvieron otros sacerdotes como: Francisco Pérez, Miguel Bravo, Joaquín González Echegaray, Ángel Alfonso Herrera e incluso Jesús Aguirre, convertido posteriormente en… ¡Duque de Alba! También andaba por ahí el hijo de los Condes de San Luis, Nicolás Sartorius. Es decir, que los del FELIPE contaron con curas y también con personajes de distinguido linaje, que tome nota nuestro amigo Iglesias Turrión.

En 1963, Álvarez del Vayo fundó el Frente Español de Liberación Popular con objeto de continuar la lucha armada frente al régimen franquista y un año más tarde daba el pistoletazo de salida en Ginebra el PCE (m-l), partido estalinista maoísta que era una escisión del PCE de Carrillo, al cual tachaban de «revisionista» y de caer en el «reformismo posibilista». El FRAP era el brazo armado de este Partido Comunista de España (marxista-leninista) alejado ya de Carrillo, y comenzó a operar a partir de 1971. Su Comité Coordinador estaba integrado por una serie de grupos que de algún modo ya prefiguran lo que décadas más tarde serían las mareas, los círculos, las organizaciones feministas, los núcleos de irradiación universitarios, &c.: Frente Español de Liberación Nacional; Partido Comunista de España (m-l); Vanguardia Socialista; Comité pro Frente de Madrid, conformado por: Oposición Sindical Obrera, Comités Antiimperialistas, Federación Universitaria Democrática Española, Unión Popular de Mujeres, Comisiones de Barrio, Federación de Estudiantes Demócratas de Enseñanza Media; Unión Popular de Profesores Demócratas y las Agrupaciones de Jóvenes Comunistas (marxistas-leninistas).

Programa FRAP

Apoyado en esas estructuras nació el FRAP, cuyos puntos programáticos fundacionales fueron los siguientes:

1. “Derrocar a la dictadura fascista y expulsar al imperialismo yanqui, mediante la lucha revolucionaria”. “Lucha revolucionaria” es lucha armada, queridos podemitas fundidos en nubes de algodón. Estos del FRAP reivindicaban el uso de la violencia como vía de acceso al poder, y por eso se les puede clasificar, por definición, como grupo terrorista, pues a través de la violencia y el terror social buscan efectos políticos. También hay que decir que los del FRAP actuaban de un modo bastante ingenuo y sin ningún tipo de realismo político: primero porque llegaban demasiado tarde a la lucha; segundo porque no lograron la revolución; y tercero porque ni mucho menos expulsaron a los yanquis (de hecho, España terminaría siendo una democracia homologada a la estadounidense y terminaría entrando en la OTAN).

2. “Establecimiento de una República Popular y Federativa que garantice las libertades democráticas para el pueblo y los derechos para las minorías nacionales”. Y con “minorías nacionales” lo que están diciendo es “nacionalismos fraccionarios”: el catalán, el vasco, el gallego. Es decir, todos estos movimientos nacen en oposición a la nación política, entendiendo a España como una cárcel pueblos, ideas que como decimos una y otra vez en este canal, forma parte del argumentario de Podemos y sobre todo del PSOE desde hace décadas, en su afán por hacerle el caldo gordo a los separatistas. Nos encontramos, por tanto, ante la prefiguración de la España autonómica y en el próximo capítulo analizaremos las distintas posiciones que Podemos ha mantenido a lo largo del tiempo en relación al Régimen del 78, confirmando que a día de hoy el partido de Iglesias Turrión no sólo es una parte consolidada de la oligarquía de partidos del Régimen del 78, sino que son su quintaesencia, su forma más acabada.

3. “Nacionalización de los bienes monopolístico extranjeros y confiscación de los bienes de la oligarquía”. Más que “nacionalización”, plurinacionalización de dichos bienes.

4. “Profunda Reforma Agraria, sobre la base de la confiscación de los grandes latifundios”. Aquí nos encontramos frente a un gran topicazo que encima no es aplicable a toda España, pues no es lo mismo el campo en Andalucía que el campo de Castilla o de Galicia. Por otro lado, el franquismo ya había acometido de forma solvente distintos aspectos de esta reforma agraria.

5. “Liquidación de los restos del colonialismo español”. Evidentemente, el FRAP se refería al Sáhara, territorio español al que entendía como una colonia en el sentido abrasivo del término y no como una provincia española. Años más tarde, tanto el PSOE como Podemos trasladarían esta visión deformada hasta América, entendiendo el modelo imperial español según la norma del imperialismo depredador propio de otras potencias.

6. “Formación de un Ejército al servicio del pueblo”. Esto se decía en ese momento, suponemos, porque se entendía que la Policía y el Ejército del franquismo no defendían al pueblo español, sino a los franquistas. Quizás por eso, los del FRAP asesinaban a policías y guardias civiles. Los de ETA también, pero no por ser policías y Guardias civiles, sino porque eran españoles. Quizás de aquí sacó Turrión la idea de que una auténtica democracia debía reconocer el derecho de armar a la población.”
→ youtube.com/watch?v=3RkLe1Z7hp4

En los documentos del FRAP se pueden encontrar llamadas a la lucha armada y a la constitución de una Internacional de la Acción. En sintonía con sus anhelos libertadores populares, que incluían a unas presuntas «nacionalidades» españolas, el FRAP firmó en noviembre de 1975 la Declaración Conjunta de los partidos y organizaciones de oposición al fascismo colonialista español ante la 30ª Asamblea de la ONU sobre la cuestión de Sáhara “español”. Y fíjense en este uso tan interesante de la cursiva. La firma de dicho documento estuvo acompañada por las de: ETA, PCE-ml, Unión do Pobo Galego, Partit Socialiste d´Alliberament Nacional, PSOE, MC, ORT, PC (i) y la Juventud Comunista de España-ml. Todo muy plurinacional, como vemos, ¡en vez de cantar la internacional, estos comunistas deberían cantar la plurinacional!

Conclusiones

En definitiva, la situación demostró que el comunismo homologable, el comunismo soluble en las aguas de la transición española, no fue el comunismo del FRAP, sino el de Santiago Carrillo. Ese es el que se legaliza. Por otro lado, habrá que recordar a las decenas de miles de personas que se escandalizan porque Cayetana Álvarez de Toledo llama “terrorista” a un señor que militaba en el FRAP, que el FRAP no era una organización contemplativa que se dedicaba a teorizar, sino que se dedicaba a realizar acciones, a actuar. Sus miembros, de una u otra forma, eran activistas o, tal y como los llamaba Lenin, “revolucionarios profesionales”. Sus militantes actuaban en pro de los planes y programas de la organización, ya fuera haciendo labores de vigilancia, auxiliando a compañeros, recabando información, incluso haciendo pintadas o repartiendo propaganda, &c. Lógicamente, el gatillo lo apretaba uno, no veinte, y desde luego no hay pruebas que relacionen al padre de Iglesias Turrión con delitos de sangre, pero no hay duda de que formaba parte de una organización terrorista y esa es una realidad que no pueden cambiar ni los intentos de modificación de la Wikipedia (o vulgopedia) ni los medios afines al actual gobierno y que llevan años intentado blanquear al terrorismo, no sólo al de ETA, sino ahora al FRAP. Como decimos, no sólo se intentó modificar la Wikipedia cambiando lo de “organización terrorista” por “organización antifascista”. La periodista y tertuliana Elisa Beni también defendía al FRAP y al padre de Pablo Iglesias: “No eran terroristas, era una organización antidictadura”. Monedero dijo que el atentado de Carrero Blanco no había sido un acto terrorista, sino una acción en defensa de la democracia y que “Si uno se resiste al fascismo es un héroe y eso es una cosa que aquí todavía no entendemos”. Este es el proceso de blanqueamiento que determinados sectores del poder político y mediático están intentando llevar a cabo actualmente en España.

Y ya para ir cerrando este capítulo, señora Cayetana Álvarez de Toledo, conociendo el impresionante dominio que Podemos tiene sobre la propaganda, quizás se tenía que haber aguantado el comentario, pues ya sabe usted el talentazo que esta gente tiene para sepultar eventos verdaderamente relevantes, como son los relacionados con la destitución del coronel Pérez de los Cobos de la Guardia Civil. La próxima vez que el líder morado le toque las narices por haber heredado un título de marquesa, cítele usted a Cervantes y recuérdele lo que decía el Quijote: “Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro”.

Y hasta aquí este capítulo de Fortunata y Jacinta. Agradecemos su apoyo a todos nuestros mecenas y recuerden: “Si no conoces al enemigo ni a tí mismo, perderás cada batalla”.



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