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El Catoblepas
  El Catoblepasnúmero 8 • octubre 2002 • página 2
Rasguños

Nota sobre las seis vías de constitución de una disciplina doctrinal en función de campos previamente establecidos

Gustavo Bueno

Se explicitan los criterios que determinan seis vías de constitución
de una disciplina doctrinal en la Teoría del Cierre Categorial

Carlos Iglesias y Alberto Hidalgo me piden que haga explícitos los criterios de la enumeración de las seis vías de constitución de una disciplina que figuran en ¿Qué es la Bioética? (Biblioteca Filosofía en español, Oviedo 2001, págs. 33-46), supuesto que esta enumeración no fuera meramente empírica:

«Desde la perspectiva gnoseológica distinguimos, por nuestra parte, seis modos según los cuales (desde la perspectiva de la teoría del cierre categorial) puede comenzar a constituirse una nueva disciplina («nueva» respecto del sistema de disciplinas preexistente en la época histórica de referencia); por tanto, seis vías diversas, seis alternativas genealógicas, no enteramente excluyentes, que pueden ser tenidas en cuenta (en gran medida desde una perspectiva crítica, no sólo para descartar, en cada caso, las no pertinentes, sino para descartar a las eventuales conceptualizaciones que sobre una disciplina dada, como pudiera serlo la Bioética, tuvieran lugar desde esas vías) en el momento de determinar qué curso concreto de desarrollo pudo seguir la disciplina de referencia, en nuestro caso, la Bioética. La determinación de la vía a través de la cual se ha constituido de hecho una disciplina dada no es por tanto sólo una «cuestión histórica», puesto que, en general, como ya hemos reconocido, la estructura gnoseológica de una disciplina no es enteramente disociable de su génesis, ni recíprocamente.
1. Segregación interna. Esta alternativa puede tomarse en consideración cuando partimos de una disciplina dada G que se suponga constituida sobre un campo con múltiples sectores o partes atributivas (S1, S2, S3), o con diversas partes distributivas (especies, géneros, órdenes, &c. E1, E2, E3), o con ambas cosas a la vez. La Biología, como disciplina genérica, comprende múltiples sectores (por ejemplo, los que tienen que ver con las funciones respiratorias, digestivas, &c.) y muy diversas partes distributivas (por ejemplo hongos, vertebrados, peces, mamíferos, &c.).
A partir de la Biología general podemos constatar cómo se constituyen, por segregación interna, disciplinas biológicas específicas o particulares. Estas disciplinas se «segregan» de la Biología general como el detalle se segrega del conjunto; pero aunque sigan englobadas en la categoría común, sin embargo pueden constituirse en especialidades que requieran terminología, métodos, aparatos característicos, es decir, que requieran constituirse como nuevas disciplinas (subalternadas, sin duda, a la disciplina general). Los motivos por los cuales una categoría dada se desarrolla por alguno de sus sectores o de sus partes distributivas no son necesariamente internos a la categoría (aun cuando los contextos determinantes y sus desarrollos hayan de serlo) sino que pueden ser ocasionales (motivos económicos, de coyuntura, tecnológicos, &c.). Esto significa que el desarrollo interno de una ciencia genérica, no por ser interno ha de entenderse como un proceso homogéneo, armónico, sino más bien como un proceso aleatorio, desde el punto de vista sistemático. Una categoría, en su desarrollo, se parece de hecho más a un monstruo que a un organismo bien proporcionado.
En principio las nuevas disciplinas se mantienen en el ámbito de las líneas generales de la categoría; sin embargo no por ello cabe decir que las disciplinas segregadas sean una simple «deducción», o reproducción subgenérica de las líneas genéricas, porque bastarían las diferencias de métodos para dar lugar a diferentes disciplinas dotadas de gran autonomía en sus desarrollos. Podríamos poner como ejemplo la segregación de la Mecánica de Newton, que comportaba la traslación de sus leyes (formuladas por referencia a los astros) a los corpúsculos de las nuevas teorías mecánicas, a partir de Laplace: la simple diferencia de escalas implicaba adaptaciones de constantes, parámetros, nuevos dispositivos experimentales, &c.
2. Segregación oblicua o aplicativa. La segregación aplicativa u oblicua se diferencia de la segregación interna en que la disciplina constituida no sólo tiene motivaciones extrínsecas (aunque con fundamento interno), sino que es ella misma extrínseca desde su origen. Ahora la categoría genérica ha de considerarse refractada o proyectada en otras categorías, a título de aplicación. Pero los contextos determinantes nuevos ya no son internos a la categoría de referencia. Por ejemplo, la teoría geométrica de los poliedros se aplica a los cristales, para dar lugar a una cristalografía geométrica, que se segrega de la geometría, pero no por desarrollo interno de esta disciplina sino por desarrollo oblicuo (no hay razones geométricas para la segregación de cierto tipo de poliedros cristalográficos). Otro tanto ocurre con la llamada óptica geométrica.
3. Composición e intersección de categorías (o de disciplinas). Es un proceso similar al anterior sólo que ahora no puede hablarse claramente de «una disciplina dominante» que se aplique oblicuamente a un campo «que la desborda», sino de una confluencia o intersección de diversas disciplinas, y esto de muchas maneras: la confluencia de la Aritmética y la Geometría en le Geometría Analítica, o la confluencia de la Química clásica y la Física en la Química Física. La intersección puede dar lugar a términos nuevos, por ecualización de los campos intersectados. Sin embargo, las situaciones cubiertas más propiamente por esta tercera alternativa son las llamadas «disciplinas interdisciplinares» (tipo «Ciencias del Mar», en la que confluyen categorías tan diversas como la Geología, la Biología, la Química, la Economía Política, la Geografía, &c.). Estas disciplinas, constituidas en torno a un sujeto de atribución, no son desde luego una ciencia categorial, pero sí pueden dar lugar a disciplinas dotadas de una unidad práctica, aunque externa, que le confieren una estructura que no es suficiente para disimular su naturaleza enciclopédica.
4. Descubrimientos o invenciones de un campo nuevo (que será preciso coordinar con los precedentes). Excelentes ejemplos de esta alternativa nos lo ofrece el Electromagnetismo o la Termodinámica, respecto del sistema de la Mecánica de Newton, o la Fitosociología respecto de la Taxonomía de Linneo y sucesores.
5. Reorganización-sustitución del sistema de las disciplinas de referencia. Este proceso es enteramente distinto de los precedentes. En aquellos las nuevas disciplinas se formaban en relación con otras anteriores, que habían de mantenerse como tales; por consiguiente las nuevas disciplinas habían de agregarse a las precedentes. Pero la reorganización supone la destrucción total o parcial, la aniquilación o la reabsorción de determinadas disciplinas dadas en la nueva. La reorganización es unas veces sólo una reagrupación de disciplinas anteriores, pero otras veces exige la reforma y aun la aniquilación de las precedentes. Los ejemplos más ilustrativos de aniquilación pueden tomarse de la Sociología y de la Filosofía de la Religión. No son disciplinas que puedan considerarse agregadas sin más al sistema de las disciplinas precursoras, ni son meros nombres nuevos para antiguas disciplinas, acaso dispersas. La Sociología de Comte supone la propuesta de aniquilación de la Psicología, sustituida por una Física social; la Filosofía de la Religión contiene el principio de la aniquilación de la Teología Fundamental como disciplina filosófica.
6. Inflexión. Llamamos inflexión a un modo de originarse disciplinas en función de otras, partiendo acaso de una proyección oblicua a otros campos, o de una intersección con ellos, incluso a veces de algún descubrimiento o invención, pero de suerte que mientras en todos estos casos, las «nuevas construcciones» tienen lugar fuera de las categorías originales, en la inflexión la novedad (ya sea debida a la intersección, a la invención, &c.) refluye en la misma categoría (la invención, el descubrimiento, por ejemplo, se mantienen o son reformulables en el ámbito de las categorías de referencia) como si fuese un repliegue producido en ella merced a las estructuras que se habrían determinado por procesos extrínsecos pero que son, en el regressus, «devueltas» a la categoría. Cabría ilustrar este procedimiento con la Electroforesis, como disciplina de investigación biológica (las estructuras dadas en tejidos, células, &c., proyectadas en un campo electromagnético, determinan comportamientos propios de los tejidos vivientes, con un significado biológico característico, pero que no podría haber sido «deducido» del campo estricto de la Biología).» (Gustavo Bueno, ¿Qué es la Bioética?, Biblioteca Filosofía en español, Oviedo 2001, págs. 33-35.)

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Ante todo, conviene subrayar que las disciplinas doctrinales de las que hablamos no hay que entenderlas exclusivamente como ciencias categoriales estrictas (de algún modo, como «categorías»), sino también como géneros subcategoriales (como pudiera serlo la Geometría Proyectiva respecto de la Geometría en general) o como disciplinas no estrictamente científicas, en su sentido más riguroso (como pudiera serlo la Sociología o la Filosofía de la Religión). Pero los campos de las disciplinas de las que hablamos, aún cuando no sean estrictamente campos categoriales, pueden ser considerados por analogía, como si lo fueran.

Supondremos también que el «sistema de disciplinas», científicas o analogadas, propio de una época histórica, queda reflejado en las clasificaciones de las ciencias utilizadas en tal época, ya sea en representaciones explícitas (como pueda serlo el «sistema de las ciencias» de Comte, el de Ampere, o el de Ostwald) ya sea en las taxonomías implícitas en los planes de estudios o en la organización de las Facultades universitarias, que constituyen por tanto un material imprescindible para la investigación gnoseológica.

Presupondremos, en esta nota, que dado un estado de disciplinas o ciencias de referencia, ninguna disciplina o ciencia nueva surge ex nihilo, es decir, sin que esa nueva disciplina o ciencia pudiera no tener nada que ver con alguna de las disciplinas o ciencias establecidas, y aún con el sistema de las mismas. Las mismas contribuciones que tecnologías nuevas puedan suponer para la constitución de nuevas disciplinas tendrían también lugar a través de disciplinas ya constituidas.

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Esto supuesto habría que tener en cuenta, según un primer criterio, dos modos diferentes de surgimiento de una disciplina nueva a partir de un sistema de disciplinas establecidas:

A) El modo del «desprendimiento», respecto de un campo o categoría dada, de algún componente suyo (parte determinante, integrante, especie,...), dotado de fertilidad suficiente como para poder constituirse en un campo de investigación relativamente autónomo (cuanto a metodologías, problemática, instrumental, &c.). Utilizando una metáfora jurídico política, podríamos denominar a este modo como «modo de la emancipación» (que no implica la anulación de todo nexo con el «género generalísimo»).

B) El modo de la «incorporación» en una categoría dada de contenidos propios de otras categorías o campos, de suerte que una tal incorporación de lugar a contextos determinados nuevos. El término «incorporación» se toma aquí en sentido muy amplio; en todo caso, no se reduce al concepto de «involucración entre categorías», que tiene un alcance más preciso (por ejemplo: hablamos de «involucración de la Biología y de la Cristalografía» en situaciones, gnoseológicamente relevantes, tales como las constituidas por la presencia de cristales no orgánicos de calcita en la especie Paracentrotus lividus, que obligan a confrontar las categorías cristalográficas y las biológicas; o bien, hablamos de «involucración de la Aritmética y de la Geometría» en situaciones gnoseológicas relevantes tales como la constituida por la «relación de Leibniz»: 1/1 – 1/3 + 1/5 – 1/7... → π/4, que obliga a comunicar los géneros matemáticos, tradicionalmente designados como cantidad discreta y como cantidad continua, considerados como incomunicables).

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Un segundo criterio habrá de tener en cuenta el orden de novedad (respecto del campo o categoría dados) de la nueva disciplina constituida. Según este criterio podemos distinguir tres órdenes de novedad:

I. La nueva disciplina (o ciencia) no desborda el campo o categoría precursora, sino que puede afirmarse que se mantiene en el ámbito de este campo o categoría.

II. La nueva disciplina (o ciencia) desborda el campo o categoría precursora y nos hace «poner el pie» en un campo o categoría (o subcategoría) nueva.

III. La nueva disciplina (o ciencia) implica una reorganización del sistema mismo de disciplinas tomado como referencia.

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Cruzando los dos criterios anteriores resultan las seis vías de constitución de disciplinas o ciencias de las que venimos hablando:

I. Modos de constitución de primer orden

(1) El proceso de «desprendimiento» puede tomar la forma de una exportación o segregación de alguna parte a de la categoría A, al exterior del conjunto restante de partes de A, sin que esto signifique que a no siga «envuelta» por A, a título, por ejemplo, de especie cogenérica.

(2) El proceso de «incorporación» puede tener lugar cuando la categoría B (la cristalográfica, por ejemplo), logra incorporar de algún modo algún campo que le es exterior (como pueda serlo el de la teoría geométrica de los poliedros), pero que, aplicado a él, puede proyectar como modelo heteromorfo relaciones no deducibles.

II. Modos de constitución de segundo orden

(3) El proceso de «desprendimiento» puede tener lugar por regressus de los campos o categorías precursoras, de cuya composición (por ecualización, por ejemplo) pueda resultar una categoría o campo envolvente. De las disciplinas zoológicas, compuestas con las botánicas, surgirá la Teoría celular, fundamento de una Biología general.

(4) El proceso de «incorporación» tendrá lugar preferentemente en un proceso de aplicación de categorías preexistentes a alguna invención tecnológica o a algún descubrimiento de hechos hasta entonces desconocidos. Tal sería el caso del surgimiento del Electromagnetismo o de la Fitosociología.

III. Modos de constitución de tercer orden

(5) El proceso de «desprendimiento» tendrá lugar cuando alguna de las categorías quede demolida, de suerte que las partes desprendidas, junto con otras, puedan reorganizarse en un campo o categoría nueva. Tal sería el caso de la Sociología, respecto del sistema de disciplinas que contiene a la Teología y a la Psicología.

(6) El proceso de «incorporación» se producirá en los casos en los cuales la incidencia mutua de las categorías determine una inflexión en alguna de ellas capaz de reabsorber, o limitar, pero sin demoler, campos o categorías precursoras. Tal sería el caso de la Bioética, respecto de la Ética o respecto de la Medicina.

 

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