Nódulo materialistaSeparata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
publicada por Nódulo Materialista • nodulo.org


 

El Catoblepas, número 29, julio 2004
  El Catoblepasnúmero 29 • julio 2004 • página 10
Comentarios

Pacto nazi-soviético:
Stalin brinda por Hitler

Luis David Bernaldo de Quirós Arias

Se glosa en pacto nazi-soviético suscrito en agosto de 1939

En Agosto de este año 2004, se cumplen 65 años de la firma del pacto nazi-soviético que tuvo lugar en Moscú el 23 del mismo mes del año 1939. Pacto que parece haber sido borrado de la Historia y que se llamó de no agresión. También hubo otro pacto (Tratado germano-soviético de amistad y de fronteras) firmado un mes después en el que había unas cláusulas secretas que hablaban de reordenamiento territorial y político del centro y este de Europa. Este tratado también parece haberse esfumado.

El pacto de no agresión, llamado también pacto Molotov-Ribbentrop, suscrito por un período de 10 años, supuso una puñalada trapera en el corazón de los comunistas europeos que se habían visto obligados a exiliarse de España, Italia y Alemania.

En el verano de aquel año, las diferentes potencias europeas ya habían tomado sus posiciones: los países del Eje con Italia y Alemania, y las democracias con Francia e Inglaterra. Solamente la Unión Soviética permanecía indecisa. En los ambientes diplomáticos circulaba una pregunta: ¿apoyaría Stalin a Hitler en sus afanes expansionistas o, por el contrario, se pondría a lado de las democracias? La pregunta tuvo su respuesta el 23 de Agosto de 1939: Joachim von Ribbentrop, ministro de Exteriores nazi, llega al Kremlin para firmar el pacto de amistad nazi-soviético, a pesar de que en los primeros meses de 1939, delegaciones diplomáticas de Inglaterra y Francia se desplazaron a Moscú para tratar de convencer a Stalin de que se uniese a ellas, ante el supuesto de que Hitler invadiera Polonia. La misión fracasó: Stalin no aceptó porque desconfiaba de los gobiernos de Londres y París. Esta desconfianza le llevó a destituir el 3 de mayo de ese mismo año al ministro de Exteriores Maxim Litvinov, que había hecho entrar a la Unión Soviética en la Sociedad de Naciones, acusándolo de pro-occidental. Litvinov fue sustituido por Molotov, quien inmediatamente comenzó a preparar las relaciones con la Alemania nazi para la firma del pacto. No podía ser de otra manera: el odio que los comunistas tenían, y tienen, por las decadentes democracias burguesas, superaba al que tenían por los nazisfascistas, como se decía por aquel entonces.

Después de la firma, siguió un período de lavado de cerebro para los militantes de la Internacional Comunista: ¿cómo hacer comprender a los valerosos combatientes antifascistas la alianza con el enemigo? Todos aceptaron lo hecho por Stalin, demostrando que no eran tan antifascistas como se nos quiere decir hoy, sino fanáticos de la URSS convencidos de que el padre de todos los pueblos siempre tenía razón. Un ejemplo: antes de la firma, Stalin había difundido que el hitlero-trotskismo formaba parte de una conspiración a nivel mundial contra la URSS. Después de la firma, ya no era el hitlero-trotskismo, sino el imperialismo británico y yanqui.

Una vez firmado dicho pacto, Stalin propone un brindis y dice:

«Si es cierto que el pueblo alemán ama a su Führer, pues bebamos a la salud del Führer.»

Ni qué decir tiene que tal noticia llevó el temor y la inquietud a millones de comunistas, especialmente a los españoles que pocos meses antes habían sido recibidos de manera triunfal en Moscú.

Con la firma del pacto, Hitler conseguía la neutralidad soviética para anexionarse Polonia. Stalin, por otro lado, necesitaba ganar tiempo para reorganizar el Ejército Rojo que él mismo se había encargado de purgar (caso del mariscal Tukachevski y numeroso miembros del Estado Mayor).

Hubo otro pacto que también firmaron Molotov y Ribbentrop en Moscú: fue el rubricado el 28 de Septiembre de 1939 cuando se rindió Polonia, llamado Tratado germano-soviético de amistad y de fronteras. Con este tratado se produce el quinto reparto de Polonia, la cual fue atacada por la URSS por la espalda cuando ya estaba agonizando.

El tratado anterior (reparto de Polonia), decía lo siguiente:

«Con motivo de la firma del tratado de no agresión entre el Reich alemán y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, los ministros plenipotenciarios de ambos países que suscriben dicho tratado se comprometen a tratar muy confidencialmente la cuestión de los límites de sus respectivas esferas de influencia en los territorios del este de Europa. En el curso de dichos conversaciones se ha llegado a las siguientes conclusiones:
1. En el caso de que se produzcan modificaciones político-territoriales en los Estados bálticos (Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania), la frontera septentrional de Lituania se considerará como límite natural de las zonas de influencia de Alemania y La URSS. Ambas partes reconocen, no obstante, los derechos de Lituania sobre el territorio de Vilna.
2. Ante la eventualidad de ciertos cambios político-territoriales en la zona de influencia del Estado polaco, el límite de las esferas de influencia de Alemania y la URSS será aproximadamente el señalado por los ríos Narev, Vistula y San... La cuestión de que ambas partes interesadas se decidan por mantener un Estado polaco soberano, y de cuáles deben ser sus límites en tal caso, será fijado de acuerdo con el desarrollo de futuros acontecimientos políticos.»
3. Por lo que hace referencia a los territorios del sudeste de Europa, se hace destacar por parte soviética su evidente interés por Besarabia. En lo que concierna a Alemania, ésta se compromete a desligarse de todo interés político en relación con dicho territorio.
4. El contenido del presente documento deberá ser mantenido en estricto secreto por ambas partes signatarias.

El tratado anterior trajo como consecuencia:

1º) En Noviembre de 1939, la URSS se anexiona Ucrania occidental y Bielorrusia. El día 29 del mismo mes, aviones rusos bombardean Helsinki y las principales ciudades finlandesas. La victoria se presumía fácil: 100 divisiones soviéticas contra 15 de los fineses. La ofensiva fracasó por el coraje y valentía de estos últimos. Por esta acción la URSS fue expulsada de la Sociedad de Naciones

2º) En Junio de 1940 se anexiona Moldavia y Bucovina.

3º) En Agosto de ese mismo año, se anexiona Letonia, Lituania y Estonia.

Un acto curioso de repudio y protesta por parte de los habitantes de estas últimas naciones, tuvo lugar el 23 de Agosto de 1989 (50º aniversario del Pacto): dos millones de personas formaron una cadena humana a lo largo de los 600 kms que separan Vilnius de Tallín, pasando por Letonia. Eran tiempos del principio del fin de la URSS.

La prensa comunista de Europa no daba crédito a lo que estaba sucediendo: no comprendían cómo Stalin («el padre de tos los pueblos» y el «hombre que más amamos») había firmado un pacto con Hitler. Al principio, mintiendo como de costumbre, la citada prensa decía que el asunto era un acto propagandístico de Goebbels. Pero cuando la cosa era ya pública y notoria, se decía que era una hábil maniobra de Stalin:

«La URSS, el país cuya diplomacia no ha cesado de reclamar el desarme tanto como era posible, que ha dado al mundo la política de seguridad colectiva, marca una vez más, y como un estallido, su voluntad de paz con todos. ¡ Silencio a la jauría antisoviética ! Nos encontramos en vísperas del hundimiento de sus esperanzas.» Ce soir, 23 agosto 1939.

«El movimiento Paz y Libertad está convencido de que tal pacto no puede más que contribuir a garantizar la paz.» L'Humanite, 24 agosto 1939.

Estos son dos ejemplos de diarios comunistas franceses. Dicho sea de paso: el PCF fue declarado fuera de la Ley por Daladier al considerarlo traidor por negarse a ayudar a Polonia, aliada de Francia.

En lo que atañe a España, también parece que el asunto se haya querido borrar. No se admite que desde 1937 ya había contactos tanto en Berlín como en Moscú entre nazis y soviéticos. Stephen Koch en su libro El fin de la Inocencia (Tusquets Editores, 1977), adelanta esta fecha a diciembre de 1936. Dichos contactos dieron sus frutos en 1938 en España al consentir Stalin la retirada de las Brigadas Internacionales, así como los consejeros militares y políticos soviéticos. Los peces gordos del PCE, José Díaz, La Pasionaria, &c., huyen a Moscú, si bien quedan en nuestra patria dirigentes de segundo plano con el objeto de mantener el mito de la resistencia hasta el final

Las Brigadas abandonan España el 15 de Noviembre de 1938. Con tal motivo se celebra un desfile de despedida en Barcelona, en donde la Pasionaria dice:

«Razones políticas, razones de Estado obligan ahora a volver a algunos de vosotros a vuestra patria y a otros a un exilio forzoso. Podéis marchar orgullosos. Vosotros sois el heroico ejemplo de la solidaridad y de la universalidad de la democracia. No os olvidaremos en el olivo de la paz vuelvan a brotar de nuevo las hojas, mezcladas con los laureles de la victoria, ¡volved!»

(Dolores Ibarruri, exiliada de lujo en Moscú, ensalzó en su día el pacto nazi-soviético, así como el reparto de Polonia entre Hitler y Stalin. Cuando murió su hijo Rubén en Stalingrado, algunos se lo recordaron.

Previamente, el 25 de Septiembre, las Brigadas comienzan a retirarse de los frentes a la retaguardia. El 30 de ese mismo mes en Moscú, Jorge Dimitrov ve conveniente la retirada de las brigadas de España.

La despedida de los brigadistas culminó con un banquete y baile al que asistieron Rojo, Negrín, Modesto, Líster, Tagüeña, así como el comisario Luigi Gallo. También hubo un festival en el Liceo.

La sintonía que había entre dirigentes comunistas y nazis era patente por aquellas fechas. Basta recordar, por ejemplo, que Francisco Antón, del que se había enamorado La Pasionaria, al terminar la Guerra Civil española fue detenido por los nazis en Francia. Inmediatamente, Dolores habló con Stalin quien, a su vez, se puso en contacto con Hitler para obtener la liberación de Antón. Así se hizo: «Paco» fue enviado a Moscú, en donde le estaba esperando Ibarruri.

El pacto nazi-soviético duró poco: oficialmente del 23 de Agosto de 1939 al 21 de Junio de 1941, fecha de la invasión de la URSS por Alemania. Si no hubiera existido esta agresión, Stalin hubiera seguido colaborando con Hitler y los partidos comunistas del mundo también.

En otro artículo veremos la ingente ayuda militar suministrada por Inglaterra, EEUU y Canadá a la URSS de Stalin, con motivo de la agresión de Hitler. Sin esta ayuda, probablemente «Koba» no hubiese podido derrotar a su antiguo amigo.

 

El Catoblepas
© 2004 nodulo.org