El CatoblepasSeparata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
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El Catoblepas · número 208 · julio-septiembre 2024 · página 15
Libros

Bajo sus propias pistolas

Iván Durán Sánchez

A propósito del libro de José Luis Pozo Fajarnés, ¿Es Estados Unidos un país racista? (2023)


racista

El presente trabajo consiste en un comentario crítico a la obra de José Luis Pozo Fajarnés titulado ¿Es Estados Unidos un país racista? Este ante todo es un libro necesario porque obras de esta temática ayudan a cada vez dar menos cabida a la leyenda negra que lleva impuesta en España desde el siglo XVI y paralelamente se expone una realidad histórica que nunca antes se había planteado como es el racismo de Estados Unidos.

Es una obra breve pero a la vez densa. En cada capítulo se expone gran cantidad de información correspondiente a la temática del capítulo, pero toda ingeniosamente sintetizada facilitando al lector su comprensión. También destacar el rigor histórico con el que se afrontan las distintas cuestiones propuestas por el autor, este hace uso de su ideología en ocasiones puntuales (esto a su vez nos demuestra como las cuestiones del racismo anglosajón se pueden ver demostradas únicamente habiendo uso de fuentes históricas que han sobrevivido a lo largo de los siglos).

A lo largo de la obra, aun siendo un ensayo histórico, se puede notar la presencia del materialismo filosófico junto con la aplicación de teorías formuladas por Bueno como los tipos de imperialismos (desarrollada en la obra de Gustavo Bueno, España frente a Europa, Alba Editorial, 1999).

En su estructura formal, el libro se compone de una introducción, cuatro capítulos y una conclusión. Siendo los capítulos:

1) Lo anglosajón como característica fundamental de una raza superior.

2) El protestantismo como fuente del racismo anglosajón.

3) Las ciencias y la filosofía como fuente del argumentario del racismo WASP.

4) El Racismo WASP tira balones fuera, y los infames tragasables son su comparsa.

Además de un prólogo titulado «La raza, el invitado incómodo» escrito por Pedro F. Barbadillo y un epílogo titulado «El racismo en el cine de Hollywood» escrito por Miguel Ángel Navarro Crego.

A continuación se hará una breve exposición organizada en epígrafes de una pequeña parte del contenido que hallaremos en el libro. Aunque se tratarán semejantes temas, quedarán sutilmente desarrollados. Así el lector podrá hacerse a la idea de lo que podrá encontrar en la obra de Fajarnés.

 
Política WASP: Esclavismo, mestizaje y genocidio

El libro comienza con un estudio sobre la historia de la Britania Romana y su circunstancia, así llegaremos a la conclusión de que el origen del pueblo anglosajón será por la conquista y el asentamiento de las tribus germánicas. Y es que, no existen pueblos originarios en el planeta tierra, todos los pueblos que existen son migratorios, con lo cual, los anglosajones, deberían dejarse de creer el mito de la raza superior, pues su pueblo se originó de la misma manera que todos, mediante la migración y conquista de los pueblos que estaban ya asentados en ese territorio.

El esclavismo fue tanto una política como un comercio. Tan comercio que llegó a ser la fuente principal de ingresos del país.

El caso es que el beneficio económico que suponía el esclavismo, así había sido en el mundo antiguo, se trasladó a la recién estrenada época antigua. La gran diferencia es que en la época moderna entraría a formar parte un factor que no se daba en la antigua, pues las diferencias raciales que se observaban en la moderna no se habían dado antes Los esclavos de griegos y romanos, no eran muy diferentes a sus amos (la palabra «esclavo» tiene su origen en el término «eslavo», que no guardaban grandes diferencias fisonómicas con sus amos). Y lo que sucedía más allá de sus fronteras, aunque estas no estuvieran muy lejanas como eran las egipcias, era otro cantar.

El imperio inglés y luego británico (después de la Acta de Unión en 1707) se fue haciendo más grande, procurando a la vez que sus gobernantes y empresarios fueran enriqueciéndose cada vez más. Las grandes fortunas inglesas se multiplicaron sobre manera por dos factores: el nuevo negocio del tráfico de esclavos y la expoliación del Imperio español mediante la piratería. Así pues, el negocio más fructífero de ese tiempo fue el de la trata de esclavos, para venderlos en ultramar. Más fructífero incluso que el de la piratería, dirigida contra la riqueza de los Virreinatos españoles que viajaba por el océano Atlántico, conectando los territorios gobernados por los Austrias, y que daban la vuelta a un mundo que ya se había conocido en su totalidad esférica. 

Extracto de ¿Es Estados Unidos un país racista?

La prohibición del mestizaje también fue un hecho importante. A través de esta segregación social que llevaron a cabo los anglosajones prohibiendo los matrimonios mixtos cuando las tribus conquistadas accedían a las Islas Británicas se quisieron obtener dos cosas: la primera, la deshumanización de los esclavos, pues se permitiría la relación entre los considerados «seres» como animales con personas «normales», esto pondría al mismo nivel indígenas y anglosajones. La segunda sería evitar una degradación racial pues al cruzar las etnias, la raza anglosajona perdería pureza.

En torno a los genocidios, el principal ejemplo es el de Tasmania.

[…] cuando los ingleses tomaron los territorios más feraces solo unos pocos aborígenes pudieron huir de las matanzas. Pero la vida que les esperó no fue nada fácil, pues habían huido a zonas desérticas. Después de algunos años solo quedaban unos pocos miles de aborígenes.

Destacamos de esos lares lo que sucedió a principios del siglo XIX en el grupo de islas situadas al sur de Australia y que se conoce como Tasmania (en honor del navegante holandés, Abel Tasman, que fue el primero en llegar allí. Hoy día Tasmania es un Estado que pertenece a Australia). Lo que había sucedido en Australia y en otros lugares bordeados por el océano Indico, 0 lo que sucedería posteriormente en el cono africano o en las zonas de Asía también colonizadas por estos británicos, se quedó muy corto respecto de lo que perpetraron en esa isla. Ya hemos visto que las poblaciones autóctonas africanas y asiáticas se mantuvieron, pese a los crímenes cometidos. La de Tasmania a los tasmanos fueron totalmente exterminados. Las acciones que realizaron allí los británicos derivaron en que en muy pocos años, menos de cuatro décadas, no quedara un solo habitante originario de la isla. La crueldad con que los aborígenes fueron tratados y cómo se acabó con sus vidas, es demasiado escabroso para ponerlo negro sobre blanco. Sí queremos señalar que, aunque no se había acuñado todavía el término genocidio, eso es lo que sucedió en Tasmania en la primera mitad del siglo XIX.

Las acciones de estos británicos –conquistadores de zonas ahora tan alejadas– tenían un gran paralelismo con que las que sostuvieron los anglosajones con los britano-romanos y celtas en la Britania romana. Las nuevas tecnologías de navegación les permitieron llegar a puntos muy lejanos de esas primeras tierras conquistadas. Las tecnologías armamentísticas les permitían matar o subyugar de un modo mucho más eficaz a un número mucho mayor de gente. Los anglosajones tenían muy claro que los aborígenes de los lares que iban a colonizar para tomar de ellos todo el contingente de materias primas, toda su riqueza tendrían que ser exterminados o acallados haciéndolos esclavos, pues de ese modo la acción extractora y de producción iba a ser mucho más eficaz: ¡Quién iba a quejarse de que les robaban si ya no estaban o no tenían voz! Los territorios se repoblaban preferentemente con población blanca del imperio, de modo que la raza blanca se extendía de modo imparable. Con todo, los conquistadores británicos solo tenían en mente la exterminación total de los habitantes autóctonos, pues no les cabía en la cabeza la posibilidad de un mestizaje con los que consideraban infrahumanos o meras bestias.

Extracto de ¿Es Estados Unidos un país racista?

Este acontecimiento confirma que el imperialismo británico era un imperialismo depredador, contrario a los imperialismos generadores cuyos objetivos eran el desarrollo de la actividad humana, y la fundación de ciudades e instituciones. Este imperialismo fue el de España, tan odiado por muchos y alabado por otros. El imperialismo español fue víctima de la leyenda negra difundida por la política británica, así se pudieron ocultar los genocidios cometidos por los británicos y propagar propaganda hispanófoba.

 
¿Genocidio?, ¿Invasión?, ¿Masacre?... ¡Naranjas de la China!

El imperio español en América fue uno de los más amplios y poderosos de su historia, abarcando una gran parte del continente, desde el presente México hasta Patagonia. La administración colonial española adoptó un sistema burocrático complejo y, en numerosos casos, eficiente que duró más de tres siglos.

En una conjunción entre las culturas y el sincretismo: La interacción entre españoles e indígenas resultó en un vasto intercambio cultural entre españoles e indígenas. Las ciudades coloniales, como Ciudad de México y Lima, se transformaron en centros de intercambio cultural y económico, fusionando tradiciones europeas e indígenas en todos los aspectos de la vida, desde la arquitectura hasta la gastronomía y la religión.

Se centra en la infraestructura y el urbanismo: Los españoles establecieron una amplia estructura de urbe, caminos y puertos que mejoraron la conectividad y el comercio en el continente americano. La urbanización impulsada por la colonización estableció los fundamentos de diversas ciudades contemporáneas de América Latina.

Se establecen vínculos jurídicos y culturales: El sistema legal español, que dispone de instituciones como el Cabildo y la Audiencia, y la introducción del español como lengua común, han dejado una larga tradición en América Latina. Las contribuciones efectuadas han tenido un impacto significativo en la identidad y cohesión de las naciones surgidas tras la independencia.

Desde el siglo XVI se le impuso al imperio español una actitud genocida que concluyó en el baño de sangre de la conquista de América, cosa que nunca se produjo.

La llegada de Cristóbal Colón en 1492 tuvo como consecuencia la apertura de una nueva era de exploración y colonización en Europa. Los conquistadores, como Hernán Cortés y Francisco Pizarro, emprendieron expediciones que tuvieron como consecuencia el fallecimiento de grandes imperios indígenas, como el azteca y el inca. No obstante, la narración de una conquista únicamente brutal y destructiva omite aspectos relevantes.

En lo que respecta a las Alianzas y Resistencia Indígenas, con frecuencia, los conquistadores españoles establecieron alianzas con pueblos indígenas que se encontraban en contra de los imperios dominantes. Los ciudadanos tlaxcaltecas adquirieron una valiosa colaboración por parte de los ciudadanos hispanos en su ofensiva contra los aztecas. Los diversos grupos indígenas aprovecharon la oportunidad para recuperarse del dominio de las fuerzas locales opresivas en los españoles.

Nuevas Tecnologías y Culturas Desarrolladas: A pesar de que la conquista provocó destrucción y enfermedades que afectaron a las poblaciones indígenas, la conquista también introdujo innovadoras tecnologías, animales y cultivos que transformaron la vida en América. El caballo, el trigo y la rueda, entre otros, tuvieron un impacto significativo en la sociedad americana.

Sistema de Encomiendas y Misiones: El sistema de encomiendas, aunque abusivo y explotador, también impulsó la evangelización y la creación de misiones que trabajaron en la educación y protección de algunos pueblos indígenas. Frailes como Bartolomé de las Casas abogaron fervientemente por los derechos de los indígenas, aunque sus escritos también alimentaron la Leyenda Negra.

 
Tyburn, el calvario de los católicos

A lo largo de los siglos XVI y XVII, Inglaterra experimentó una intensa persecución religiosa, especialmente bajo los reinados de Enrique VIII, Isabel I y los sucesores protestantes que persiguen la consolidación del anglicanismo como la religión oficial del reino. Este contexto religioso y político tuvo uno de sus episodios más sombríos en Tyburn, un lugar que pasó a la historia como escenario de ejecuciones públicas, muchas de ellas de católicos condenados por su fe. La reforma protestante, impulsada por Martín Lutero en 1517, tuvo un impacto significativo en toda Europa, incluida Inglaterra. Enrique VIII se reconcilió con la Iglesia Católica en el año 1534, estableciendo la Iglesia de Inglaterra como cabeza, tras la negativa del Papa Clemente VII de anular su matrimonio con Catalina de Aragón. La ruptura ocasionó el surgimiento de una serie de conflictos religiosos que durarían más de un siglo.

Isabel I, descendiente de Enrique VIII y Ana Bolena, impulsó el protestantismo en su prolongado reinado (1558-1603) Las normas de supremacía y uniformidad establecieron el sistema de leyes de supremacía y uniformidad y sancionaron de forma reiterada cualquier forma de disidencia religiosa. Los fieles de la religión católica fueron particularmente aprehendidos, enfrentando sanciones, confiscación de bienes y, en diversos casos, la ejecución.

El lugar Tyburn, que se sitúa actualmente en la intersección de Marble Arch en Londres, se convirtió en el lugar predilecto para las ejecuciones públicas. A lo largo de los años 1535 y 1681, numerosos católicos fueron sometidos a la horca, acusados de traición debido a su fidelidad al Papa y su negativa a aceptar la supremacía del monarca inglés en asuntos religiosos. En Tyburn, John Fisher, obispo de Rochester, fue ejecutado en 1535 debido a su aversión a las políticas religiosas de Enrique VIII. De igual manera, Tomás Moro, un eminente humanista y canciller de Inglaterra, fue ejecutado por motivos similares. Durante el reinado de Isabel I, el sacerdote Edmund Campion, tras regresar de forma secreta a Inglaterra con el propósito de proporcionar a los fieles de manera oculta, fue capturado, torturado y finalmente ejecutado en Tyburn en el año 1581.

El martirio se convirtió en una representación simbólica de la resistencia católica. La ejecución de católicos en Tyburn concluyó en el exterminio de la fe católica en Inglaterra, sino que reforzó su determinación y resistencia. Los relatos de los mártires surgieron de manera extensa, lo que motivó a varias generaciones de cristianos a mantener su fe a pesar de la persecución. En la actualidad, los mártires de Tyburn son venerados y venerados no solamente por la Iglesia Católica, sino también por historiadores y defensores de la libertad religiosa. La Iglesia de los Mártires de Tyburn, situada cerca del lugar original de las ejecuciones, se erige como un monumento perpetuo a aquellos que han sacrificado sus vidas por su fe. La conmemoración del martirio de católicos en Tyburn constituye un testimonio de los perjuicios de la intolerancia religiosa y la trascendencia de la libertad de conciencia. Su legado se mantiene como una prueba de la habilidad humana para resistir la opresión y mantenerse firmemente en sus creencias más profundas.

 
Mira dónde pisas, Cowboy

Conociendo al autor, el componente cinematográfico no podía faltar en la obra, y es gracias a este con el que vamos a dar cuenta de que el racismo WASP persiste hasta el día de hoy, y es que cualquiera pensaría que el racismo WASP fue cosas del pasado e incluso algo justificable por las circunstancias de época en la que ocurrió (como se ha podido hacer con acontecimientos como la conquista de Al-Ándalus o la invasión napoleónica), sin embargo, con la existencia de series como Yellowstone, de Taylor Sheridan, y de películas como Traffic, de Steven Soderbergh (2000); Crash, de Paul Haggis (2004) y más títulos mencionados por Fajarnés en su obra, nos damos cuenta como el racismo WASP forma parte de la cultura popular anglosajona. Principalmente el racismo WASP es hacia los hispanos, los que fuimos víctima de la leyenda negra haciéndonos los protagonistas del primer gran genocidio en la historia de la humanidad, cuando, la realidad está manchada de sangre India y Tasmana.

El abordaje del racismo WASP hacia los ciudadanos hispanos requiere de una tarea multifacética y perseverante. Es imperativo que tanto las políticas públicas como las iniciativas privadas colaboren con la eliminación de los sistemas de opresión y fomentar la igualdad de oportunidades. Esto conlleva reformas en el sistema educativo, medidas contra la discriminación laboral, un cambio en la narrativa mediática. Es fundamental que la comunidad WASP, en particular, reconozca su papel histórico y contemporáneo en la perpetuación del racismo. La educación y la sensibilización son etapas clave para fomentar un entendimiento más profundo y empático entre las comunidades. El racismo de los WASP hacia los ciudadanos hispanos es una cuestión compleja y persistente que requiere de atención y acción inmediata. A través del reconocimiento y la voluntad de cambio, podremos progresar hacia una sociedad verdaderamente equitativa y justa, donde todas las personas, independientemente de su origen étnico, puedan prosperar y vivir con dignidad.

En definitiva, un hermoso libro con mucha reflexión histórica tanto por parte de la leyenda negra como de la historia WASP. Una lectura muy recomendada para el lector de a pie que busca aprender un poco más de la historia de España y de la historia WASP; y al lector especializado en ensayos histórico-filosófico que no quedará indiferente. Después de su lectura quedará a su juicio si ¿Es Estados Unidos un país racista?

En Serranillos Playa (San Román de los Montes), a 5 de agosto de 2024.


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